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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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viernes, 8 de noviembre de 2024

Segundo Grupo de la Serie para Preparar el Intento: Agitar Energía para el Intento

Los diez pases mágicos del segundo grupo se relacionan con agitar para intentar la energía que procede de las zonas existentes debajo de las rodillas, arriba de la cabeza y alrededor de los riñones, el hígado, el páncreas, el plexo solar y el cuello. Cada uno de los pases mágicos es una herramienta que agita exclusivamente la energía destinada a intentar acumulada en dichas zonas. Los chamanes consideran que estos pases mágicos son imprescindibles en la vida cotidiana porque creen que la existencia se rige por el intento. Es posible que este conjunto de pases mágicos sea para los chamanes lo mismo que una taza de café para el hombre moderno. La coletilla de nuestros días “no existo antes de beberme un cappuccino” o la de la generación anterior, “si no bebo una taza de café no me despierto” se convierte para los chamanes en: “no estoy en condiciones de hacer nada si no he practicado estos pases mágicos”.


El segundo grupo de esta serie comienza por lo que se ha denominado conectar el cuerpo. El conectar el cuerpo no tiene nada que ver con el estado de tensión corporal permanente que caracteriza nuestra época. No podemos decir que el cuerpo está conectado cuando la tensión responde a las preocupaciones o al exceso de trabajo y los músculos del cuello están rígidos. Relajar los músculos o alcanzar un estado de serenidad tampoco significa desconectar el cuerpo. Según los chamanes del antiguo México, con los pases mágicos el cuerpo se pone en alerta y se prepara para actuar. Cuando se interrumpe la tensión muscular de conectar el cuerpo, este desconecta espontáneamente.

1. Agitar energía con los pies y los brazos

Una vez conectado, el cuerpo se mantiene con los hombros ligeramente enconvardos.

Se apoya el peso del cuerpo en la pierna derecha mientras la izquierda traza un círculo completo, rozando el suelo con las puntas de los dedos y posando el pie delante del cuerpo, sobre la eminencia metatarsiana.

Sincronizando con la pierna, el brazo izquierdo traza un círculo cuya parte superior supera la altura de la cabeza.

Se hace una breve pausa con la pierna y el brazo, que sucesivamente dibujan otros dos círculos, lo que da un total de tres. El ritmo de este pase mágico se consigue contando uno, pausa breve, uno-uno, pausa brevísima; dos, pausa, dos-dos, pausa brevísima y así sucesivamente. Se realizan los mismos movimientos con la pierna y el brazo derechos.


Este pase mágicos agita con los pies la energía situada en la parte inferior de la esfera luminosa y la proyecta con los brazos hasta la zona de arriba de la cabeza.

2. La energía que rueda hacia las glándulas suprarrenales
Se sitúan los antebrazos detrás del cuerpo, en la zona de los riñones y las glándulas suprarrenales.

Se doblan los brazos a la altura de los codos, formando un ángulo de noventa grados, y se cierran los puños a pocos centímetros del cuerpo, sin tocarlo.

Los puños descienden con un movimiento de rotación, uno encima del otro; primero baja el puño izquierdo y le sigue el derecho, que desciende cuando el izquierdo sube. Se inclina ligeramente el tronco.


El movimiento se invierte y los puños ruedan en dirección contraria a la vez que se echa ligeramente el tronco hacia atrás.

Esta manera de mover el cuerpo hacia delante y hacia atrás pone en juego los músculos de los brazos y de los hombros. Este pase mágico se utiliza para proporcionar la energía del intento a las glándulas suprarrenales y a los riñones.

3. Agitar energía para las glándulas suprarrenales
Se inclina el tronco de modo que las rodillas sobresalgan más allá de los dedos de los pies.

Se apoyan las manos sobre las rótulas, cubriéndolas con los dedos. Se rota la mano izquierda hacia la derecha, por encima de la rótula, para que el codo sobresalga tanto como sea posible alineado con la rodilla izquierda.


Al mismo tiempo, el antebrazo derecho, con la mano apoyada sobre la rótula, se acomoda en toda su longitud sobre el muslo derecho, a la vez que se estira la rodilla derecha, con lo que se tensa el tendón de la corva. Es importante mover únicamente las rodillas en lugar de balancear el trasero de un lado a otro.

Se ejecutan los mismos movimientos con la pierna y el brazo derechos.

Este pase mágico se emplea para agitar la energía del intento que rodea los riñones y las glándulas suprarrenales. Proporciona a los practicantes resistencia de larga duración y una sensación de osadía y confianza en sí mismos.

4. Fundir la energía izquierda y la derecha
Se respira hondo. Se exhala lentamente mientras se coloca el antebrazo izquierdo a la altura de los hombros, formando con el codo un ángulo de noventa grados.

Se echa la muñeca hacia atrás tanto como se pueda mientras los dedos apuntan hacia delante y la palma de la mano mira hacia la derecha.


Se mantiene la posición del brazo inclinando marcadamente el tronco hasta que el brazo izquierdo sobresaliente llegue al nivel de las rodillas.

Se debe evitar que el codo izquierdo cuelgue hacia el suelo. Hay que alejarlo tanto como uno pueda de las rodillas.

Se prosigue con la exhalación lenta mientras el brazo derecho traza un círculo completo sobre la cabeza y la mano se detiene a pocos centímetros de los dedos de la izquierda.

La palma derecha mira al cuerpo y los dedos señalan al suelo. La cabeza está hacia abajo y el cuello recto.

Se concluye la exhalación y se respira hondo en la misma posición. Los músculos de la espalda, los brazos y las piernas se contraen a medida que uno inhala lenta y profundamente.

Se endereza el cuerpo mientras uno exhala y se vuelve a ejecutar el pase mágico completo con el brazo derecho.

El estiramiento máximo de los brazos permite la creación de una apertura en el vórtice energético de los riñones y las glándulas suprarrenales; esta apertura facilita el aprovechamiento óptimo de la energía redistribuida. Este pase mágico es imprescindible para la redistribución de la energía hacia dicho centro que, en un sentido amplio, responde con la vitalidad general y la juventud del cuerpo.

5. Atravesar el cuerpo con un rayo de energía
Se sitúa el brazo izquierdo junto al cuerpo, delante del ombligo, y el derecho detrás, exactamente a la misma altura. Se doblan las manos, apuntando al suelo con los dedos. La palma izquierda mira a la derecha y la palma derecha a la izquierda.


Las yemas de los dedos de las dos manos se elevan rápidamente y apuntan en línea recta hacia delante y hacia tras. El cuerpo entero se tensa y hay que doblar las rodillas en el instante en que los dedos apuntan hacia delante y atrás.

Las manos mantienen esta posición unos segundos. A continuación se relajan los músculos, las piernas se extienden y se mueven los brazos hasta que el derecho quede delante del cuerpo y el izquierdo detrás.

Al igual que al inicio de este pase mágico, las yemas de los dedos señalan el suelo y vuelven a elevarse rápidamente para apuntar en línea recta hacia delante y atrás; se exhala suavemente doblando las rodillas.

6. Girar energía alrededor de dos centros de vitalidad
Lo mejor consiste en enfrentar las manos como modo de mantenerlas alineadas. Se separan con los dedos agarrotándolos, como si se quisiera sujetar la tapa de un recipiente del tamaño de la mano.


Se coloca la mano derecha en la zona del páncreas y el bazo, mirando hacia el cuerpo. Se sitúa la izquierda detrás del cuerpo, en la zona correspondiente al riñón y la glándula suprarrenal izquierdos, también mirando hacia el cuerpo.

Se echan enérgicamente hacia atrás las muñecas al tiempo que, sin mover las rodillas, se gira el torso tanto como se pueda hacia la izquierda. A continuación las muñecas giran simultáneamente, con un movimiento lateral, como si quisiera destapar dos recipientes, uno situado a la altura del páncreas y el bazo y el otro al nivel del riñón izquierdo.

Se ejecuta el mismo movimiento invirtiendo el orden: se pone la mano izquierda delante, a la altura del hígado y la vesícula biliar, y la derecha en la parte posterior del cuerpo, al nivel del riñón derecho.

Con este pase mágico se agita la energía de los tres centros principales de vitalidad: el hígado y la vesícula biliar, el páncreas y el bazo, y los riñones y las glándulas suprarrenales. Se trata de un pase mágico indispensable para los que necesitan estar al acecho. Facilita la conciencia global e incrementa la sensibilidad de los practicantes ante el entorno.

7. El semicírculo de energía
Comienza delante de la cara y traza un semicírculo con la mano izquierda, desplazándola suavemente hacia la derecha hasta llegar a la altura del brazo derecho.

En este punto la mano gira y dibuja el borde interior de un semicírculo próximo al lado izquierdo del cuerpo.


La mano vuelve a girar en la espalda, traza el borde exterior del semicírculo y regresa a la posición inicial.

El semicírculo completo está ladeado desde la altura de los ojos, por delante, hasta un nivel inferior al del trasero por detrás. Es importante seguir con la mirada el desplazamiento de la mano.


Una vez terminado el semicírculo con el brazo izquierdo, se traza otro con el derecho; de este modo se rodea el cuerpo con dos semicírculos.

Se dibujan para agitar energía y facilitar su deslizamiento desde lo alto de la cabeza hasta la zona de las glándulas suprarrenales.

Este pase mágico es el vehículo que permite alcanzar una serenidad intensa y continuada.

8. Agitar energía alrededor del cuello
Se coloca delante del cuerpo, a la altura del plexo solar, la mano izquierda con la palma hacia arriba y la derecha con la palma hacia abajo. Se sitúa la mano derecha encima de la izquierda hasta que casi se toquen. Los codos deben estar muy doblados.

Se respira hondo y levantando ligeramente los brazos como si el tronco rotara hacia la izquierda tanto como se pueda, pero sin mover las piernas, sobre todo las rodillas, que se mantendrán algo flexionadas para evitar que los tendones sufran tensiones innecesarias.

La cabeza debe estar alineada con el tronco y los hombros.

Se comienza a exhalar a medida que se separan lentamente los codos hasta su máxima extensión, con las muñecas rectas.

Se inhala. La exhalación comienza cuando la cabeza gira hacia atrás para mirar el codo izquierdo y hacia delante para ver el codo derecho; se rota dos veces más la cabeza hacia delante y hacia atrás mientras concluye la exhalación.

Se gira el tronco hacia delante y se invierte la posición de las manos. La derecha mira hacia arriba y la izquierda hacia abajo, encima de la derecha. Se inhala. Se gira el tronco hacia la derecha y se repiten los movimientos de este lado.

Los chamanes creen que una específica energía para el intento se dispersa desde el centro de decisiones situado en el hueco con forma de V que existe en la base del cuello y que dicha energía se recoge exclusivamente mediante la práctica de este pase mágico.

9. Amasar energía con un empujón de los omóplatos
Se sitúan los brazos delante de la cara, a la altura de los ojos, y se doblan los codos lo suficiente para que los brazos parezcan un arco. Se inclina el tronco para que los omóplatos se expandan lateralmente.


El movimiento comienza cuando el brazo izquierdo empuja hacia delante mientras se mantiene arqueado y tenso. El brazo derecho hace lo mismo y ambos se mueven alternativamente.

Es importante notar que los brazos están muy tensos. Las palmas miran hacia delante y las yemas de los dedos quedan enfrentadas. El movimiento profundo de los omóplatos y la tensión de los músculos del estómago crean la fuerza que impulsa los brazos.

Los chamanes están convencidos de que la energía de los ganglios que rodean los omóplatos se atasca fácilmente y se estanca, lo que produce la decadencia del centro de decisiones situado en el hueco con forma de V de la base del cuello. Este pase mágico se practica para agitar dicha energía.

10. Agitar energía por encima de la cabeza y partirla
De manera relajada, el brazo izquierdo traza dos círculos y medio por encima y alrededor de la cabeza. A continuación dichos círculos se parten con el filo exterior del antebrazo y la mano, que bajan con fuerza pero lentamente.


El impacto es asimilado por los músculos del estómago, que en ese momento están tensos. Los músculos del brazo también se tensan para evitar lesiones en los tendones, lesiones que podrían producirse si los músculos estuviesen relajados o si se fustigase el brazo.

Se exhala lentamente cuando el brazo golpea hacia abajo. El mismo movimiento se repite con la mano y el brazo derechos.

La energía agitada y partida de este modo desciende por todo el cuerpo. Si los practicantes están muy cansados o no pueden permitirse el lujo de dormir, la ejecución de este pase mágico disipa la somnolencia y produce una sensación transitoria de lucidez.


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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Serie para Preparar el Intento - Primer Grupo: Aplastar Energía para el Intento

En cuanto organismos, los seres humanos llevan a cabo una estupenda maniobra de percepción que, lamentablemente, crea un equívoco, un falso frente: asimilan toda la afluencia de pura energía que discurre por el universo y la convierten en datos sensoriales que interpretan según un severo sistema que los chamanes denominan la forma humana. El acto mágico de interpretar la energía pura da origen al equívoco, a la peculiar convicción que los seres humanos tienen de que su sistema de interpretación es lo único que existe.

Por ejemplo: tal como lo conocen los humanos, árbol es interpretación más que percepción. Para establecer la presencia del árbol, los seres humanos sólo necesitan una mirada superficial que prácticamente no les muestra nada. El resto es el fenómeno que es definido como la llamada del intento, el intento del árbol, es decir, la interpretación de datos sensoriales correspondientes al fenómeno concreto que los humanos denominan árbol. Al igual que en el ejemplo, el mundo de los seres humanos se compone de un repertorio infinito de interpretaciones en las que los sentidos desempeñan una función mínima. En síntesis, el sentido de la vista es el único que roza la afluencia de energía que discurre por el universo y sólo lo hace de modo superficial.

Casi toda la actividad perceptiva de los seres humanos es interpretación y los humanos son la clase de organismos que únicamente necesitan una entrada mínima de percepción pura para crear su mundo o que sólo perciben lo suficiente para poner en marcha el sistema de interpretación.

Puesto que el tema de la primera serie de la Tensegridad consiste en preparar a los practicantes para el intento es importante repasar la definición de los chamanes. El intento es el acto tácito de llenar los espacios vacíos dejados por la percepción sensorial directa o enriquecer los fenómenos observables mediante un intento de totalidad que desde la perspectiva de la percepción pura no existe.

Convocar el intento es el acto de intentar la totalidad. El acto de intentar no pertenece a la esfera física. Dicho de otra manera, no forma parte de los elementos materiales del cerebro u otro órgano. El intento trasciende el mundo conocido. Es algo semejante a una ola energética, a un rayo de energía que se adhiere a nosotros.

Dada la naturaleza extrínseca del intento, se distingue entre el cuerpo como parte del conocimiento de la vida cotidiana y el cuerpo en cuanto unidad energética que no se relaciona con dicho conocimiento. La unidad energética incluye las partes del cuerpo que no se ven, como los órganos internos, y la energía que fluye por éstos; y es con dichas partes con las que la energía se percibe directamente.

En virtud del predominio de la vista en nuestro modo habitual de percibir el mundo, los chamanes del antiguo México describieron como ver el acto de percibir directamente la energía. Consideraban que percibirla a medida que fluye por el universo significa que la energía adopta configuraciones generales y específicas que se repiten coherentemente y que cualquiera que vea puede percibirlas en los mismos términos.

El ejemplo más significativo de la coherencia de la energía que adopta configuraciones específicas es la percepción del cuerpo humano cuando se lo ve directamente como energía. Como ya hemos dicho, los chamanes perciben al ser humano como un conglomerado de campos de energía que crean la impresión global de una definida esfera de luminosidad. En este sentido, los chamanes describen la energía como una vibración que se aglutina y forma unidades cohesivas. Dicen que el universo se compone de configuraciones energéticas que el ojo vidente percibe como filamentos o fibras luminosas que se entrecruzan sin enredarse. Para el pensamiento lineal se trata de un planteamiento incomprensible y contiene una contradicción irresoluble: ¿cómo es posible que las fibras se entrecrucen sin enredarse.

Los chamanes describían sólo los acontecimientos y si sus descripciones parecían inadecuadas y contradictorias se debía a las limitaciones de la sintaxis, ya que eran tan exactas como cabe imaginar.

Los chamanes del antiguo México describían el intento como una fuerza eterna que impregna todo el universo y que es consciente de sí misma hasta el extremo de responder a la llamada o la orden de los chamanes. A través del intento no sólo desplegaron todas las posibilidades humanas de percepción, sino las de la acción. Por medio del intento hicieron realidad las formulaciones más rebuscadas.

El límite de la posibilidad humana se llama la banda del hombre, lo que quiere decir que existe una frontera que delimita las capacidades humanas dictadas por el organismo. Estas fronteras no son los límites del pensamiento organizado, sino los de la totalidad de los recursos que nuestro organismo alberga. Dichos recursos no se utilizan, sino que permanecen en su sitio por las ideas preconcebidas acerca de las limitaciones humanas, limitaciones que nada tienen que ver con el potencial real de los seres humanos.

Puesto que percibir la energía como fluye por el universo no es algo arbitrario o idiosincrásico, los videntes son testigos de formulaciones de energía que suceden espontáneamente y no están modeladas por la intervención humana. Así, en y por sí misma, la percepción de estas formulaciones es la clave que libera el potencial humano cerrado que casi nunca entra en juego. Para alcanzar la percepción de estas formulaciones energéticas hay que recabar la totalidad de las capacidades perceptivas de los seres humanos. La serie para preparar el intento se divide en cuatro grupos: el primero se denomina aplastar energía para el intento; el segundo, agitar energía para el intento; el tercero, acumular energía para el intento y el cuarto, aspirar la energía del intento.

Primer grupo: Aplastar Energía para el Intento

La energía imprescindible para manejar el intento se disipa constantemente desde los centros vitales situados alrededor del hígado, el páncreas y los riñones y se deposita en la parte inferior de la esfera luminosa que somos. Dicha energía debe agitarse y reconducirse sin cesar. Los nuevos chamanes recomendaron con gran ahínco la agitación sistemática y controlada de la energía con ayuda de las piernas y de los pies. Opinaban que las largas caminatas, una de las características inevitables de su existencia, dan por resultado una agitación excesiva de la energía, agitación que no cumple fin alguno. Por esta razón las largas caminatas fueron su justo castigo y equilibraron el exceso de energía mediante la ejecución de pases mágicos específicos que practicaron mientras andaban.

Los nuevos chamanes opinaban que este conjunto –compuesto por quince pases mágicos, cuya función consiste en agitar energía con los pies y las piernas─ es la forma más eficaz de conseguir lo que denominaban aplastar energía. Cada paso es un pase mágico que incorpora el control del aplastamiento de la energía y, si lo desean, los practicantes pueden repetirlos cientos de veces sin preocuparse por la agitación excesiva de la energía.

1. Moler Energía con los Pies
Durante unos segundos y para alcanzar el equilibrio, el cuerpo gira sobre las eminencias metatarsianas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. A continuación el peso del cuerpo pasa a los talones y los giros se realizan desde esta base de sustentación, con los dedos ligeramente separados del suelo al girar y apoyados cuando los pies alcanzan la inclinación máxima.





Una de las consecuencias físicas de moler energía de esta manera es el aumento de la circulación en los pies, las pantorrillas y los muslos hasta la zona de la entrepierna. A lo largo de los siglos los chamanes lo han utilizado para restablecer la flexibilidad de las extremidades lesionadas por el uso cotidiano.

2. Moler Energía con Tres Deslizamientos de los Pies
Los pies giran tres veces sobre los talones, repitiendo el movimiento del pase mágico anterior. Se realiza una pausa fugaz y se vuelve a girar tres veces. Cabe destacar que en los tres primeros pases mágicos de esta serie la clave radica en el desplazamiento de los brazos que avanzan y retroceden rápidamente.

El efecto se incrementa si la energía se muele de manera discontinua. La consecuencia física de este pase mágico consiste en una rápida oleada de energía por si hay que correr, huir del peligro o cualquier otra cosa que exija una intervención veloz.

3. Moler energía con el deslizamiento lateral de los pies





La secuencia se invierte y se desplaza uno sobre los talones, a continuación se hace lo mismo apoyándose en las eminencias metatarsianas y finalmente de nuevo en los talones, siempre a la derecha.

La consecuencia física de estos tres pases mágicos es la estimulación de la circulación en todo el cuerpo.

4. Mezclar Energía Golpeando el Suelo con los Talones
Este pase mágico es similar a caminar sin moverse del sitio.



Éste pasa de una a otra, reposa en la pierna que no se mueve y es la otra la que ejecuta el movimiento. Los brazos se mueven igual que en el pase mágico anterior.

La consecución física de este pase mágico y del siguiente es muy parecida a la de los tres anteriores: la sensación de bienestar que impregna la zona pélvica después de ejecutar los movimientos.

5. Mezclar Energía Golpeando el Suelo Tres Veces con los Talones
Este pase mágico es igual que el anterior, salvo que el movimiento de las rodillas y los pies no es continuo. Se interrumpe después de que los talones se posan tres veces en el suelo de manera alterna. La secuencia es la siguiente: izquierda, derecha, izquierda y pausa; derecha, izquierda, derecha y pausa; y así sucesivamente.

Los primeros cinco pases mágicos de este grupo permiten que los practicantes alcancen un rápido aumento de la energía en los casos en que es necesaria en la sección media del torso, en la entrepierna o, por ejemplo, cuando tiene uno que realizar una carrera larga o trepar rápidamente por las rocas o a los árboles.

6. Recoger Energía con las Plantas de los Pies y Hacerla Subir por el Interior de las Piernas



Con este pase mágico forzamos el ascenso de la energía para el intento por el interior de las piernas, lugar que según los chamanes es la zona de almacenamiento de la memoria cinética. Este pase mágico se emplea para liberar la memoria de los movimientos o facilitar el recuerdo de nuevos movimientos.

7. Agitar Energía con las Rodillas



Se vuelve a colocar la pierna izquierda en posición de pie, ejecutando el mismo movimiento con la rodilla derecha y alternando entre una y otra.

8. Llevar al Tronco la Energía Agitada con las Rodillas
Este pase mágico es la continuación energética del anterior.



Se ejecuta el mismo movimiento con la derecha y alterna entre una y otra pierna.

La punta del pie dirigida al suelo garantiza que los tendones de los tobillos se tensen y sacudan diminutos centros en los que la energía se acumula.

Los chamanes opinan que estos centros de los tendones probablemente son los más importantes de las extremidades inferiores, tanto que por medio de este pase mágico podrían despertar los demás centros diminutos de energía repartidos por el cuerpo.

Éste pase mágico y el anterior se practican juntos para proyectar la energía para el intento, acumulada en las rodillas, hacia los dos centros de vitalidad situados alrededor del hígado y el páncreas.

9. Patear Energía por Delante y por Detrás del Cuerpo




Los brazos cuelgan a los lados del cuerpo porque en este pase mágico sólo participan las extremidades inferiores, lo que les proporciona flexibilidad.

El objetivo consiste en elevar tanto como sea posible no sólo la pierna que patea hacia delante, sino la que lo hace hacia atrás. Al ejecutar la patada hacia atrás, el tronco debe estar ligeramente inclinado para facilitar el movimiento, posición que se usa como modo natural de absorber la energía agitada en las extremidades. Este pase mágico se ejecuta para ayudar al cuerpo que sufre problemas de digestión debidos al cambio de dieta o cuando es necesario recorrer grandes distancias.

10. Elevar Energía desde las Plantas de los Pies



Lo ideal sería asir de manera ligera la planta del pie y soltarla instantáneamente.



Se repite el mismo movimiento con el pie derecho, elevando las manos desde el pie hasta la altura del hígado y la vesícula biliar.

Los movimientos se ejecutan alternativamente con una pierna y la otra.

Al igual que en el pase mágico anterior, la inclinación del tronco permite que la energía de las plantas de los pies se traslade a los dos centros energéticos vitales que rodean el hígado y el páncreas. Este pase mágico contribuye a la consecución de la flexibilidad y alivia problemas digestivos.

11. Derribar un Muro de Energía



En cuanto el pie toca el suelo, se eleva el derecho de la misma manera y se repite alternando uno y otro pie.

12. Atravesar una Barrera de Energía



En cuanto se apoya el pie en el suelo, se eleva la otra pierna para ejecutar el mismo movimiento.

13. Patear una Puerta Lateral
Se trata de una patada-empujón que se ejecuta con las plantas de los pies.



Se desanda lo recorrido hacia la izquierda con el pie izquierdo y se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derecho.

14. Partir una Pepita de Energía



En cuanto la punta del pie da el golpe, éste vuelve a su posición habitual y se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derechos.

15. Quitar el Barro de Energía




La otra pierna soporta el peso del cuerpo y el tronco está ligeramente inclinado para que los músculos del estómago participen en la ejecución de este pase mágico. En cuanto el pie recupera su posición habitual, se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derechos.

Los chamanes llaman pasos en la naturaleza a los cinco últimos pases mágicos de este grupo.

Los practicantes pueden realizarlos mientras caminan, hacen negocios e incluso mientras están sentados y charlan.

La función de estos pases mágicos consiste en acumular energía con los pies y utilizarla con las piernas en situaciones que requieren concentración y el uso rápido de la memoria.

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miércoles, 14 de febrero de 2024

La Energía de los Tendones

La supervivencia depende muchas veces de la capacidad para adaptarse a los cambios del medio ambiente. El movimiento forma parte de esa adaptación.

Los tendones anclan los músculos con firmeza en los huesos. Están compuestos de tejido conjuntivo fibroso denso y con forma de gruesos cordones, los tendones tienen gran resistencia.

Los chamanes del antiguo México daban suma importancia a la fuerza que denominaban energía de los tendones. Afirmaban que la energía vital se desplaza por el cuerpo a través de un vía exclusiva formada por los tendones. Ya desde la más remota antigüedad, los chamanes, llamaron energía de los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los músculos profundos que van desde el cuello hasta el pecho, los brazos y la columna vertebral, atraviesa el abdomen superior e inferior desde el borde de la caja torácica hasta la entrepierna y desde aquí se desplaza a los dedos de los pies.

El inicio tradicional de la utilización de la energía de los tendones radica en el uso de algunos recursos sencillos empleados de dos formas:
1. Creando un efecto vibratorio en determinados centros de la energía de los tendones.
2. Provocando el efecto de la presión en los mismos centros.

El efecto vibratorio es el agente que sirve para aflojar la energía estancada. La presión es el agente que dispersa la energía.

Es necesario fluidificar mediante la vibración la energía alojada en un centro de los tendones y luego hay que presionarla para que siga fluyendo.
Resultaría nefasto presionar directamente los puntos de energía del cuerpo sin antes haberlos sometido a una vibración preliminar, ya que la energía estancada se tornaría incluso más inerte si se la somete a presión.

Al trabajar con los músculos y con la energía de los tendones se nos dará la información sobre el estado global de salud, enfermedades agudas que nos podrían aquejar, los trastornos crónicos, cuadros de comportamiento, las alteraciones psicológicas y un sinfín de posibilidades para comprender el estado real de la persona, así como una guía eficiente para iniciar un proceso basado en las necesidades prioritarias que expresará la propia persona.
No se trata de curar o sanar ninguna enfermedad. Lo que se consigue es equilibrar el flujo de la energía y la postura de la persona, poniendo el cuerpo en la mejor condición para que pueda sanarse a sí mismo.

Cada célula contiene suficiente información como para construir un cuerpo entero, siendo reemplazadas por lo menos cada siete años. Actualmente, algunos investigadores creen que todos los elementos se reemplazan cada nueve meses, y que muchas células se reemplazan todavía más rápidamente. Las células de los intestinos viven solo 36 horas.
Nada supera el poder que tiene nuestro cuerpo para sanarse a sí mismo.

Los pases mágicos que movilizan la energía de los tendones producen un efecto que no responde a las explicaciones habituales. Los movimientos no son ejercicios físicos, ni posturas corporales, aunque lo parezcan; sino verdaderos intentos de alcanzar el estado óptimo del ser.
La magia de los movimientos radica en el cambio sutil que se experimenta al practicarlos, introduciendo en el estado físico y mental del practicante una cualidad efímera, una especie de brillo, una luz en la mirada… este cambio sutil es el “toque del espíritu”.
Es como si a través de los movimientos, los practicantes recuperaran un vínculo inutilizado con la fuerza de la energía vital que los sustenta.

Otro motivo por el cual los movimientos se denominan pases mágicos consiste en que, al practicarlos, en lo que a percepción se refiere, los practicantes son transportados a otros estados del ser en los que perciben el mundo de manera indescriptible.
En virtud de esta cualidad de su magia, los pases no deben practicarse como ejercicios, sino como un modo de llamar al poder.

Cuando se ejecutan los movimientos, los practicantes deben comprender la interacción que se crea entre la relajación y la tensión de determinados músculos para acceder a un deseado estallido físico que llamamos energía de los tendones. Se trata de una verdadera explosión de los nervios y los tendones situados debajo del centro de los músculos.

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lunes, 12 de febrero de 2024

Una Incursión en los Beneficios de la Recapitulación

La Recapitulación es el tema más importante en nuestro proceso de desarrollo y es una herramienta muy valiosa para nuestro bienestar. La Recapitulación tiene que ver con las prácticas de recogimiento interior y de contemplación.
Practicar la recapitulación es algo fundamental. Una vez que se la disfruta, ya no se la puede abandonar, y los beneficios son inmediatos.

La adecuada práctica de la recapitulación es un instrumento ampliamente recomendado para manejar y aliviar los efectos del estrés en nuestro organismo.
La práctica milenaria de la recapitulación tiene un gran potencial para generar cambios importantes en la estructura física del cerebro y hasta puede disminuir la atrofia (encogimiento cerebral) generado por la edad.

Los practicantes que llevan varios años recapitulando tienen más lucidez mental, y su pensamiento es más rápido y preciso. Las zonas que se activan con la práctica de la recapitulación son específicamente: el hipocampo y áreas de la corteza orbito frontal, el tálamo, y el giro temporal inferior. Estas áreas del cerebro juegan un importante papel en la llamada regulación de las emociones. Las personas que practican la recapitulación desarrollan una habilidad especial para cultivar emociones positivas, mantener una buena concentración, tener en el tiempo una buena estabilidad emocional y tener un comportamiento consciente.
Existen pues diferencias en la anatomía y las conexiones entre las distintas regiones del cerebro que explican estas habilidades y lucidez mental a través de los años.

Quienes realizan la recapitulación de sus vidas tienen además conexiones más fuertes dentro del cerebro y muestran menos deterioro y atrofia cerebral relacionados con la edad. En resumen podemos decir que la práctica de la recapitulación tiene no solo un beneficio en las funciones cognoscitivas de orden superior, sino que también es capaz de modificar la actividad y el tamaño de nuestro cerebro.

Vamos a resaltar algunos de los beneficios validados de la recapitulación:
- Disminuye el estrés (ayuda al equilibrio endocrino/ inmunológico)
- Reduce notoriamente síntomas asociados a la depresión, trastornos de ansiedad, dolor crónico
- Mejora el insomnio
- Incrementa la habilidad de “prestar atención”
- Mejora la calidad de vida
- Mejora la neuroplasticidad cerebral
- Al mejorar la conexión entre lóbulos temporal y parietal se mejora la toma de perspectivas y se incrementa la compasión y la empatía.
- Mejora la memoria
- Mejora las estrategias de afrontamiento frente al estrés

Así pues, podemos ver la recapitulación como una práctica saludable, económica y personal que sin duda aporta beneficios de diversa índole a quienes la practican con regularidad.
Así como resulta oportuno ejercitar nuestro cuerpo para mantenernos saludables, flexibles y tonificados, sería conveniente entrenar nuestra mente (mediante la recapitulación de nuestra vida) para mejorar nuestro funcionamiento cerebral, regular nuestras emociones, vivir en forma consciente, cultivar emociones positivas y prevenir el deterioro cognoscitivo entre otras cosas.

Cómo Hacer una Lista de Recapitulación

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jueves, 10 de septiembre de 2015

Rasgando el Velo

Tensegridad nos permite recordar una danza olvidada, por la especie humana desde tiempos ancestrales, que nos conecta con nuestra verdadera naturaleza como hijos de la Madre Tierra.


La Tensegridad es una actividad práctica que coloca a la persona en una posición inmejorable para enfrentar de manera óptima los desafíos que se le presentan en su vida cotidiana. Este mejoramiento se consigue mediante la recuperación de capacidades innatas que toda persona lleva dentro de sí, pero que han sido ocultadas y enterradas por la represión de la educación y los condicionamientos culturales de cada uno desde el momento de su nacimiento. Las condiciones restrictivas de la sociedad y las cualidades de la época que nos ha tocado vivir, crean individuos alineados e incapaces de salir de la espiral de bloqueos y frustraciones que parecen estar atenazando la libertad y la creatividad del ser humano moderno sin ninguna esperanza de poder salir de ello.

Con la experimentación y la práctica de los pases mágicos de la Tensegridad hemos descubierto, no solo la manera de salir del alineamiento al que parece estar condenado el ser humano moderno, sino también la manera de obtener el impulso y el coraje necesarios para emprender una nueva forma de vivir y de estar en este mundo, tan cambiante en la actualidad, y crear las condiciones necesarias para vivir nuestras vidas de una manera plena y altamente satisfactoria.
También hemos aprendido a “ver” y rastrear la energía, fluyendo en la dirección de ésta, para estar en armonía con la vida y convertirnos en el río, sin empujar el río. Un guerrero salta un muro en lugar de golpearse contra el muro. Y este espíritu de guerrero que ahora nos impregna lo reconocemos como propio, porque desde siempre ha estado en el interior de nuestros corazones y ahora nos permitimos sentirlo y dejar que sea él quien dirija nuestras vidas.

Cuando se “ve” al ser humano sin los condicionamientos impuestos por la percepción que hemos aprendido, se le “ve” como un conglomerado de energía que se asemeja a una esfera luminosa que abarca la distancia de la persona con los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo; esta misma distancia es en todas direcciones en torno a cuerpo de la persona y hacia arriba y hacia abajo alrededor de la persona. Debido a la interacción de la persona con el mundo y la vida moderna, la energía vital se aleja de los centros de vitalidad del cuerpo para alojarse en los límites de la esfera luminosa que es la totalidad de nuestro ser, aunque no sea visible para el ojo humano, entrenado para observar solo lo que le han enseñado. La Tensegridad permite, mediante la práctica rigurosa de los pases mágicos, devolver esa energía inherente de la que todos disponemos y devolverla a los centros de vitalidad del cuerpo.

El cuerpo humano está lleno de infinidad de centros energéticos. En Tensegridad se trabaja especialmente con cinco centros de vitalidad, por ser los más grandes, para acumular la energía necesaria para la realización de todas las actividades que requiere la persona en su vida. Los principales centros de vitalidad que se trabajan con Tensegridad son:
El Centro de la Acción Inmediata. Este centro se encuentra ubicado en la zona derecha del cuerpo, en la región del hígado y la vesícula biliar. En este centro de vitalidad se encuentra la energía necesaria para que la persona realice todo aquello que tiene que hacer de manera inmediata.
El Centro del Sentimiento. Este centro se localiza en la zona del páncreas y del bazo, en la parte izquierda del cuerpo. La energía de este centro es la que usamos cuando sentimos cualquier cosa que llegue a suceder y afectarnos, para luego ser interpretado por el cerebro y sacar desde ahí las conclusiones que ya vienen condicionadas por las experiencias pasadas en situaciones que interpretamos como similares.
El Centro de la Acción Sostenida. En este centro de vitalidad del cuerpo se acumula la energía que nos mantiene con vida desde el momento del nacimiento, hasta el momento presente y hasta el mismo momento de la muerte. La calidad, así como la acumulación de energía en este centro de vitalidad, va a definir la calidad de nuestra vida en cuanto a la resistencia ante las enfermedades y la vitalidad general del organismo. Es la energía del “cielo anterior” de la Medicina Tradicional China, también llamada la energía heredada de nuestros padres, la cual se puede mejorar notablemente, dando así continuidad a la evolución del ser humano como especie. El Centro de la Acción Sostenida se encuentra ubicado en la región de las glándulas suprarrenales y los riñones, en la parte baja de la espalda.
El Centro de las Decisiones. Este centro es de vital importancia para la persona, para su expresión y manifestación en la vida como persona y para la toma de decisiones. El ser humano moderno ha sido incapacitado para tomar decisiones desde las etapas más tempranas de su existencia. Por ello, se han creado las grandes corporaciones y estamentos encargados de tomar las decisiones por toda la humanidad. Es el sistema social del que formamos parte. Por este motivo, el Centro de Decisiones se encuentra prácticamente sin energía en el ser humano moderno. Este centro se encuentra ubicado, en el cuerpo humano, entre las clavículas y la punta del esternón, en el hueco que forma una V en la base del cuello.
El Centro de la Matriz. Este centro exclusivo de las mujeres es de vital importancia para toda la especie humana en su proceso de evolución. A la matriz solo se le ha dejado la función primaria que es la de reproducción. Pero, la matriz tiene otra función que es la de la percepción pura de la energía tal como fluye en el universo. Acumular energía en la matriz permite a la mujer, y por ende a toda la especie humana, recuperar el vínculo directo que le une con el espíritu. En estos tiempos que estamos tan inmersos en el materialismo es fundamental que la hembra de la especie humana recupere la función secundaria que yace dormida en su interior. La función del hombre en este centro de vitalidad es la de apoyo y de acompañamiento.

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lunes, 17 de marzo de 2014

La Energia de los Tendones

La supervivencia depende muchas veces de la capacidad para adaptarse a los cambios del medio ambiente. El movimiento forma parte de esa adaptación.

Los tendones anclan los músculos con firmeza en los huesos. Están compuestos de tejido conjuntivo fibroso denso y con forma de gruesos cordones, los tendones tienen gran resistencia.

Los chamanes del antiguo México daban suma importancia a la fuerza que denominaban energía de los tendones. Afirmaban que la energía vital se desplaza por el cuerpo a través de un vía exclusiva formada por los tendones. Ya desde la más remota antigüedad, los chamanes, llamaron energía de los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los músculos profundos que van desde el cuello hasta el pecho, los brazos y la columna vertebral, atraviesa el abdomen superior e inferior desde el borde de la caja torácica hasta la entrepierna y desde aquí se desplaza a los dedos de los pies.

El inicio tradicional de la utilización de la energía de los tendones radica en el uso de algunos recursos sencillos empleados de dos formas:
1. Creando un efecto vibratorio en determinados centros de la energía de los tendones.
2. Provocando el efecto de la presión en los mismos centros.

El efecto vibratorio es el agente que sirve para aflojar la energía estancada. La presión es el agente que dispersa la energía.

Es necesario fluidificar mediante la vibración la energía alojada en un centro de los tendones y luego hay que presionarla para que siga fluyendo.
Resultaría nefasto presionar directamente los puntos de energía del cuerpo sin antes haberlos sometido a una vibración preliminar, ya que la energía estancada se tornaría incluso más inerte si se la somete a presión.

Al trabajar con los músculos y con la energía de los tendones se nos dará la información sobre el estado global de salud, enfermedades agudas que nos podrían aquejar, los trastornos crónicos, cuadros de comportamiento, las alteraciones psicológicas y un sinfín de posibilidades para comprender el estado real de la persona, así como una guía eficiente para iniciar un proceso basado en las necesidades prioritarias que expresará la propia persona.
No se trata de curar o sanar ninguna enfermedad. Lo que se consigue es equilibrar el flujo de la energía y la postura de la persona, poniendo el cuerpo en la mejor condición para que pueda sanarse a sí mismo.

Cada célula contiene suficiente información como para construir un cuerpo entero, siendo reemplazadas por lo menos cada siete años. Actualmente, algunos investigadores creen que todos los elementos se reemplazan cada nueve meses, y que muchas células se reemplazan todavía más rápidamente. Las células de los intestinos viven solo 36 horas.
Nada supera el poder que tiene nuestro cuerpo para sanarse a sí mismo.

Los pases mágicos que movilizan la energía de los tendones producen un efecto que no responde a las explicaciones habituales. Los movimientos no son ejercicios físicos, ni posturas corporales, aunque lo parezcan; sino verdaderos intentos de alcanzar el estado óptimo del ser.
La magia de los movimientos radica en el cambio sutil que se experimenta al practicarlos, introduciendo en el estado físico y mental del practicante una cualidad efímera, una especie de brillo, una luz en la mirada… este cambio sutil es el “toque del espíritu”.
Es como si a través de los movimientos, los practicantes recuperaran un vínculo inutilizado con la fuerza de la energía vital que los sustenta.

Otro motivo por el cual los movimientos se denominan pases mágicos consiste en que, al practicarlos, en lo que a percepción se refiere, los practicantes son transportados a otros estados del ser en los que perciben el mundo de manera indescriptible.
En virtud de esta cualidad de su magia, los pases no deben practicarse como ejercicios, sino como un modo de llamar al poder.

Cuando se ejecutan los movimientos, los practicantes deben comprender la interacción que se crea entre la relajación y la tensión de determinados músculos para acceder a un deseado estallido físico que llamamos energía de los tendones. Se trata de una verdadera explosión de los nervios y los tendones situados debajo del centro de los músculos.

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martes, 11 de marzo de 2014

Alegria y Satisfaccion en la Vida Cotidiana

Liberar el agotamiento físico, psíquico y emocional desde una perspectiva positiva, es una de las metas principales de los pases mágicos de la Tensegridad a la vez que se incrementan la alegría y la satisfacción en la vida cotidiana de las personas que la practican.

La relación mente-cuerpo ha despertado gran entusiasmo hoy en día en nuestro mundo, la Tensegridad ayuda a calmar la ansiedad mental y, con ello, a que la persona inhibida se libere, que la persona temerosa tenga confianza en sí misma y que la persona reprimida goce de horizontes insospechados.


Al practicar en tu vida diaria los sencillos pases mágicos de la Tensegridad verás cómo tu organismo emite una energía propia que, al canalizarse en la forma adecuada, influye positivamente en los trastornos energéticos del cuerpo que afectan a la salud en general.

Una de las tareas primordiales del hombre y la mujer modernos es saber liberar sentimientos y fuerzas que provocan tensiones musculares y agotamientos indeseables. Por ello, la Tensegridad es un medio ideal para tener una vida más plena y feliz.

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sábado, 25 de enero de 2014

Abriendose Uno Mismo al Intento

Este es un pase mágico básico que se ha alterado de manera mínima para su presentación.
Se le llama “Abriéndose Uno Mismo al Intento”, porque eso es literalmente lo que se logra con este pase.
La idea de los chamanes que vivieron en el antiguo México es que el intento es una fuerza perenne que existe en el universo como la gravedad o el electromagnetismo, y que esta fuerza obedece la solicitud del hombre si se hace con determinación y persistencia.
El humor cognoscitivo de esos chamanes del antiguo México, que parece haber precedido a la revolución agrícola, era buscar ayuda fuera de lo que formaba parte de su sistema cognoscitivo. Para ellos, la única perspectiva posible era ordenar el intento, decirle qué hacer.
Su arte, sin embargo, era expresar sus órdenes con la fuerza apropiada pero sin ninguna arrogancia.
La solicitud al intento en este caso es permitirnos salir de nuestro filamento. Este pase envuelve el movimiento del tronco superior y de los brazos en respiración continua.
Simboliza la incorporación de fuerzas externas haciéndoles el gesto de invitación y tomando la respuesta a través de la respiración.

Comienza con el movimiento del brazo izquierdo al hombro derecho y una rápida inhalación que llenan los pulmones superiores para servir como fuente de energía inmediata.
Es seguida, casi inmediatamente, con un gesto del brazo derecho que se extiende hacia delante, como símbolo de ofrecimiento a las fuerzas circundantes.
Luego una aguda exhalación y el movimiento del brazo izquierdo que usa el derecho como un trampolín para proyectar la energía hacia el infinito.
Observe que el hombro derecho debe ser echado hacia atrás lo más alejado como sea posible. Este es un movimiento que pone el tronco casi de perfil.
El brazo izquierdo es retraído otra vez usando el derecho como un corredor mientras se toma una respiración profunda.
El brazo izquierdo regresa al hombro derecho y desde allí se extiende en arco, manteniendo el hombro tan alejado como sea posible.
El brazo derecho sigue al izquierdo dibujando un arco similar y en esta etapa del pase mágico se termina con los hombros tan extendidos como se pueda y la espalda se arquea para compensar el movimiento delantero de los hombros.

Las palmas miran hacia arriba y los pulgares se retraen hacia el medio de la palma. Entonces se grita la palabra “Intento”.

Se realiza una respiración muy profunda a medida que los brazos se estiran violentamente a los lados hasta que las yemas toquen la caja torácica.
Se realiza una exhalación profunda, ayudada por la rotación de las palmas hacia abajo y empujando con los pulgares en su posición natural.


Los dedos se unen con el meñique separado del resto.

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sábado, 18 de enero de 2014

Postura Corporal y el Bagaje Psico-Emocional

El conjunto de nuestras emociones y pensamientos, de nuestras vivencias personales, sociales y subjetivas nos han configurado y transformado, minuciosamente, en lo que hoy somos. El cuerpo grava y hace suya esa información reinterpretándola a través de gestos, poses, bloqueos, tensiones y modos de actuar, que terminan perpetuando una imagen física, a menudo fruto de una necesidad de protección del individuo, pero siempre adaptativa para el sujeto, su medio y su vivencia personal. El trabajo está en reinterpretar y hacer un aprendizaje con la información que genera malestar corporal para restablecer la armonía y el equilibrio postural.

Un abordaje desde la dimensión psicocorporal de la persona es un instrumento más de entendimiento de la postura humana, el cual nos permite entrar en contacto con nosotros mismos y nuestras tensiones corporales como paso previo a la adquisición de instrumentos que nos faciliten el restablecimiento de nuestro orden interno, nuestro fluir energético y la liberación de los bloqueos existentes.
No menos relevante es la consideración de nuestro entorno, como grupo primario de apoyo, sociedad o cultura, con el cual aprendemos a modificar nuestra manera de presentarnos al mundo según nos convenga, manteniendo patrones de sumisión o de autoridad, de contracción o de extensión a partir de situaciones determinadas. Es de ahí desde dónde podemos hablar de modelaje postural y de sus consecuencias psíquicas.
Atendemos lo corporal como un continuum entre lo interno y lo externo, un ritmo armónico entre el yo y la sociedad en la que vivimos, una correspondencia íntima entre psique y soma.

Cada cual dirige y guía sus propios recursos y posibilidades hacia el sentirse bien y el superarse día a día en el entramado de la vida y en la concreción de nuestra realidad como individuos, disponiendo de su cuerpo y, porque no, de su alma, como sabe y puede, con la satisfacción o frustración, de que va logrando avanzar, o no, un paso más en su evolución personal.
Afortunadamente, no podemos encargarnos de cambiar el mundo, pero si podemos hacer algo positivo por él cambiando esa pequeña parcela de la que somos dueños, es decir, nosotros mismos.


“No hay dualismo de mente y cuerpo, energía y materia o energía y cuerpo sino una estructura unificada de la que proceden los sentimientos, la excitación y la actitud psicológica”
Stanley Keleman

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lunes, 25 de noviembre de 2013

Los Centros de Vitalidad del Cuerpo Físico

Cada centro energético del cuerpo presenta una concentración de energía. Se trata de una especie de vórtice como un embudo que, desde la perspectiva de quien lo contempla, parece girar en el sentido contrario al de las agujas del reloj. La fortaleza de determinado centro depende de la fuerza de este movimiento. Cuando apenas se mueve, el centro está agotado, vacío de energía.
Los chamanes del México antiguo repararon en la presencia de éstos vórtices cuando escrutaron el cuerpo en estados de conciencia acrecentada.
Al “verlo”, experimentaron una gran curiosidad y los cartografiaron.

Podemos decir que el ser humano no es más que un conglomerado de miles de vórtices arremolinados, algunos tan pequeños que parecen un pinchazo de alfiler, lo que no impide que sean importantes. En su mayoría son vórtices de energía y ésta fluye libremente o queda atascada. Existen seis vórtices tan enormes que merecen un tratamiento especial. Son los centros de la vida y la vitalidad. En ellos la energía jamás se atasca, pero a veces la provisión es tan escasa que apenas giran.

Los enormes centros de vitalidad se encuentran en seis zonas del cuerpo:
El primero está situado en el costado derecho, en la zona del hígado y la vesícula biliar; el segundo en el costado izquierdo del cuerpo, en la zona del páncreas y el bazo; el tercero centro de vitalidad se encuentra en la espalda, en la zona de los riñones y las glándulas suprarrenales, el cuarto centro de vitalidad se ubica en la garganta, en el hueco de la base del cuello, en la parte anterior del cuerpo. El quinto está en los alrededores de la matriz y el sexto en la coronilla.

El quinto centro, que sólo tienen las mujeres, a veces presenta una energía peculiar que en los chamanes de la antigüedad produjo la impresión de fluidez. Se trata de una característica que sólo poseen algunas mujeres y que parece servir de filtro natural que elimina influencias superfluas.

El sexto centro, el de la coronilla, no posee un vórtice circular de energía, como los demás, sino un movimiento de péndulo que de algún modo recuerda a los latidos del corazón.
El sexto centro de energía no pertenece al hombre. De alguna manera, los seres humanos están sometidos a su asedio. Dicho centro ha sido tomado por un invasor, por un depredador que no se deja ver. La única forma de vencerlo es fortaleciendo los otros centros.

El centro de la coronilla no fluctúa como los otros centros. Se mueve hacia adelante y hacia atrás, con un desplazamiento repugnante y extraño. En el caso del guerrero capaz de vencer la mente, que los chamanes llaman instalación foránea, la fluctuación de dicho centro es exactamente igual a la de los restantes.

Percibido como un conglomerado de campos de energía, el ser humano es una unidad concreta y hermética a la que no se puede inyectar energía ni de la que ésta escapa.
La sensación de recobrar la energía se debe a la redistribución de la energía que anteriormente escapó de dichos centros. Por lo tanto, la energía vuelve a localizarse en los cinco centros de la vida y la vitalidad.

Postura Corporal y Bagaje Psicoemocional

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sábado, 19 de octubre de 2013

Algunas Ventajas de Practicar Tensegridad


La Tensegridad cuenta con un sinfín de ventajas y mejoras para el cuerpo y la salud. Se trata de una práctica suave que contribuye a aumentar la flexibilidad por incremento de la elasticidad muscular. Su práctica es fundamental para prevenir lesiones de músculos y tendones.

La Tensegridad, ejecutada con suavidad y lentitud, hace que el cuerpo se involucre con la mente en forma gradual, para lograr una sensación plácida de bienestar. Determina beneficios, tanto a largo plazo como de manera inmediata. Su práctica favorece la relajación física, elimina la rigidez, la inmovilidad o anquilosamiento muscular, reduce la fatiga y la pesadez, aumentando la sensación de ligereza y contribuyendo a corregir defectos posturales.

Gracias a la Tensegridad podemos conseguir una buena coordinación del cuerpo físico, permitiendo movimientos más amplios y fluidos, aumentando la posibilidad de movimiento de las distintas partes del cuerpo.
Su práctica favorece el desarrollo de la capacidad de percibir en qué lugares del cuerpo se acumula la tensión, se vuelve más fácil liberarse de ella, reduciendo la fatiga muscular y el dolor común en hombros, cuello, espalda, rodillas y muñecas.
Aumenta la propiocepción, o sea, la capacidad para sentir lo que nuestro cuerpo está haciendo y dónde se encuentra en el espacio. Las personas con malas posturas suelen tener una propiocepción escasa, que está vinculada con problemas en las rodillas y en la columna.

Usando la mente, la respiración y los movimientos del cuerpo, la Tensegridad, ayuda a activar la circulación de la energía de los tenndones, a fortalecer los órganos internos, ejercita los huesos, las articulaciones y los músculos, fomenta la relajación y el control del estrés, ayuda a prevenir lesiones ocupacionales y expande la conciencia en todos los niveles.

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martes, 15 de octubre de 2013

Pases Magicos de la Serie de la Masculinidad

Masculinidad fue el nombre que los chamanes dieron a determinado grupo de pases mágicos que descubrieron y que fueron los primeros en utilizar. Probablemente es la denominación más antigua de un grupo de pases mágicos. Originalmente, durante generaciones sólo los practicaron los chamanes del género masculino, discriminación que no se ejerció por necesidad, sino por cuestiones rituales y para satisfacer el impulso a favor de la supremacía masculina. De todas maneras, el impacto de la percepción realzada no tardó en acabar con dicho impulso.
Durante generaciones la arraigada tradición de que este grupo de pases mágicos sólo lo practicaban los hombres persistió de manera pseudo-oficial mientras las mujeres los ejecutaban en secreto. Las razones que dieron los antiguos chamanes para incluir a las mujeres respondieron a que, en virtud de las luchas y los conflictos sociales que les rodeaban, las mujeres necesitaban fuerza y vitalidad adicionales que, en su opinión, sólo se encontraba en los hombres que practicaban este grupo de pases mágicos. Por consiguiente, como muestra de solidaridad permitieron que las mujeres los ejecutaran. El secreto y la exclusividad de los antiguos chamanes se vinieron abajo e incluso les resultó imposible sostener las razones previas que justificaban la práctica de estos pases por parte de las mujeres. Lo cierto es que las practicantes los ejecutaban abiertamente.
El valor de este grupo de pases mágicos –el más antiguo de los que existen con nombre- radica en su continuidad. A lo largo de las épocas los participantes de un conjunto de chamanes nunca superaron los dieciséis miembros. Por lo tanto, ninguno estuvo en condiciones de ser testigo de la magnífica contribución energética de la masa humana. Para los chamanes sólo existió el consenso peculiar de unos pocos iniciados, consenso que introdujo la posibilidad de preferencias idiosincrásicas y de un mayor aislamiento.
El motivo de que este conjunto de movimientos se denomine masculinidad radica en su cualidad agresiva y porque los pases mágicos son muy vivaces y se ejecutan con gran fuera, características que suelen identificarse con la masculinidad. La práctica no sólo fomenta la sensación de bienestar, sino una cualidad sensorial específica que, si no se analiza, se confunde fácilmente con la discordia y la agresividad. Si se examina con sumo cuidado, inmediatamente queda de manifiesto que se trata de una inequívoca sensación de alerta que sitúa a los practicantes a un nivel desde el cual pueden lanzarse a lo desconocido.


Pases mágicos en los que las manos se mueven al mismo tiempo pero se mantienen separadas

1. Puños sobre los hombros
Las manos se colocan a los lados del cuerpo, con los puños cerrados y las palmas hacia arriba. Se levantan hasta un punto por encima de la cabeza, doblando los codos para que los antebrazos formen un ángulo de noventa grados con los brazos. El impulso para este movimiento se divide a partes iguales entre los músculos de los brazos y la contracción de los del abdomen.



2. Utilizar un instrumento cortante con cada mano


En cuanto se asestan los puñetazos, se repliegan las manos a la posición del principio, junto al borde de la caja torácica.

3. Lustrar con las palmas una mesa alta


Desde este punto se devuelven los brazos con la misma fuerza en la que comenzó el movimiento.

4. Golpetear energía con las manos
Se elevan los brazos por delante hasta la altura de los hombros. Los puños se cierran de forma angulosa, lo que significa que los dedos apoyados en la palma se inclinan fuertemente.


Las palmas han de quedar enfrentadas. La brusca sacudida de las muñecas hace que los puños desciendan ligeramente con gran fuerza. La posición de las muñecas no cambia; dicho de otra manera, sólo las manos giran sobre las muñecas.


Dada la cantidad de puntos energéticos que existen en las muñecas, los dorsos de las manos, las palmas y los dedos, para los chamanes este pase mágico es una de las mejores fuentes para ejercitar la energía de los tendones de los brazos.

5. Sacudir energía
Este pase mágico acompaña al precedente. En principio, los brazos se elevan por delante hasta situarlos a la altura de los hombros. Se forman puños angulosos, al igual que en el pase mágico anterior, aunque en este caso las palmas miran hacia abajo. Los puños se desplazan hacia el cuerpo mediante una sacudida de las muñecas.


La ejecución de este pase mágico requiere el uso intensivo de los músculos del abdomen, cuya actividad dirige la sacudida de las muñecas.

6. Tirar de una cuerda de energía


Este pase mágico consiste en sacudir las muñecas y hacer que las manos desciendan espasmódicamente con un movimiento corto y poderoso.


El contra movimiento consiste en sacudir las muñecas para que las manos suban al tiempo que se enderezan las rodillas y el tronco.

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