Algunas imágenes de este Blog, han sido sacadas de Internet.
Si alguien tiene derechos y quiere que no salgan en este espacio,
nos lo hacen saber y serán retiradas inmediatamente.

Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

¡Ponte en Contacto hoy mismo para Informarte sin compromiso!


CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA

México - Tels. 229 115 66 26 - 229 913 80 88

España - Tels. 680 53 75 56 - 965 78 63 38


Mostrando entradas con la etiqueta Tensegridad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tensegridad. Mostrar todas las entradas

lunes, 11 de noviembre de 2024

Acumular Energía para el Intento - 3er. Grupo

Los nueve pases mágicos del tercer grupo se utilizan para trasladar a los tres centros de vitalidad, situados alrededor del hígado, el páncreas y los riñones, la energía específica agitada por los pases mágicos del grupo anterior. Los pases mágicos del tercer grupo deben practicarse despacio y con gran determinación. Los chamanes aconsejan que, al ejecutar estos pases, se adopte un estado de ánimo de silencio absoluto y de intento inquebrantable a fin de acumular la energía necesaria para intentar.

Todos los pases mágicos del tercer grupo comienzan por una rápida sacudida de las manos, situadas a los lados del cuerpo, mientras los brazos cuelgan en posición normal. Las manos se agitan como si, presas de un temblor, los dedos vibraran hacia abajo. Los chamanes consideran que la vibración de estas características es el modo de agitar la energía de las caderas y de estimular diminutos centros de energía situados en los dorsos de las manos y las muñecas, puntos donde la energía pude estancarse.

El efecto general de los tres primeros pases mágicos de este grupo es de vitalidad y bienestar globales, ya que la energía se traslada a los tres centros de vitalidad más importantes de la parte inferior del cuerpo.

1. Alcanzar la energía agitada debajo de las rodillas

Se da un pequeño salto hacia delante con la pierna izquierda, impulsada por la derecha.

El tronco se inclina marcadamente y se estira el brazo izquierdo para aferrar algo que casi se encuentra en el suelo.

La pierna izquierda se pone en posición de pie y con la palma izquierda se roza inmediatamente el centro energético vital de la izquierda: el páncreas y el bazo.

Se repite el mismo movimiento con la pierna y el brazo derechos rozando con la palma de la mano el centro vital de la derecha: el hígado y la vesícula biliar.


2. Transportar la energía delantera hasta las glándulas suprarrenales

Se respira hondo mientras se sacuden las manos.

Se extiende enérgicamente el brazo izquierdo por delante del cuerpo, a la altura de los hombros, con la palma mirando a la izquierda, mientras se exhala.

Después se inicia una lenta inhalación mientras la muñeca gira de izquierda a derecha y traza un círculo completo, como si recogiera una pelota sólida. La inhalación continúa mientras la muñeca vuelve a girar y recupera la posición inicial, con la palma mirando a la izquierda.

El brazo izquierdo traza un semicírculo a la altura del hombro, como si acarreara la pelota; el movimiento termina cuando el dorso de la mano con la muñeca curvada se apoya en el riñón izquierdo.

Es importante que la inhalación dure lo mismo que el balanceo del brazo desde la parte anterior hasta la parte posterior del cuerpo.


A medida que se ejecuta el balanceo, el brazo derecho traza un movimiento circular por delante del cuerpo, movimiento que termina cuando el dorso de la mano con la muñeca curvada toca la zona situada encima del pubis.

Se tuerce la cabeza a la izquierda para mirar hacia atrás. A continuación, la mano izquierda, la que sostiene la pelota, gira hasta que la palma mira hacia el cuerpo y golpea con la pelota el riñón y la glándula suprarrenal del lado izquierdo. La palma frota suavemente la zona mientras se exhala.

Se ejecuta el mismo movimiento cambiando de brazos y girando la cabeza hacia la derecha.

3. Recoger energía de la izquierda y la derecha
Se respira hondo mientras los brazos se desplazan a los lados del cuerpo y se elevan, con las manos curvadas hacia dentro, rozando el torso hasta llegar a las axilas.

Se extienden los brazos a los lados, con las palmas hacia el suelo, exhalando vigorosamente.

Se respira hondo mientras se ahuecan las manos y se giran las muñecas para que las palmas miren hacia arriba, como si se recogiese algo sólido.

Se colocan las manos a la altura de los hombros doblando decididamente los codos mientras se sigue inhalando.


Este movimiento pone en juego los omóplatos y los músculos del cuello. Se mantiene la posición unos segundos, con los brazos lateramente extendidos y se exhala todo el aire.

Las palmas miran hacia delante. Se las ahueca y se giran hacia atrás, como si se recogiera algo sólido. Se vuelven a colocar las manos apenas ahuecadas a la altura de los hombros, repitiendo los movimientos otra vez, hasta un total de tres.

Por último, mientras se exhala se frota delicadamente con las palmas los dos centros vitales del hígado y el páncreas.

4. Romper el círculo de energía
Se traza un círculo desplazando el brazo izquierdo hasta el hombro derecho, llevándolo por la parte delantera del cuerpo hasta la posterior y volviendo a dibujarlo hasta delante de la cara.

El movimiento del brazo izquierdo se coordina con el mismo realizado por el derecho. Se mueven alternativamente los brazos creando un círculo inclinado alrededor de todo el cuerpo. Se da un paso hacia tras a la izquierda con el pie derecho, seguido de un paso a la derecha con el pie izquierdo, como si quisiera uno girar y mirar en la dirección contraria.


Se arquea el brazo izquierdo alrededor de la izquierda del círculo, como si éste fuera un objeto sólido que el brazo aprieta entre la axila y el pecho.

El brazo derecho ejecuta el mismo movimiento por este lado y también traza un círculo como si fuera un objeto sólido. Se respira hondo y se parte el círculo por ambos lados tensando el cuerpo, sobre todo los brazos, que se acerca simultáneamente al pecho.



5. Recoger energía de la parte anterior del cuerpo, por encima de la cabeza
Se respira hondo mientras se agitan las manos. Se cierran los puños, cruzándolos en forma de X, y se levantan los brazos hasta la cara, el izquierdo más cerca de ésta y con el interior de los puños mirando hacia dentro.

Se extienden unos centímetros los brazos hacia delante mientras se giran las muñecas para que las palmas miren hacia abajo. En esta posición el hombro y el omóplato izquierdo se extienden hacia delante y comienza la exhalación. El hombro izquierdo retrocede cuando avanza el derecho. Se elevan los brazos cruzados por encima de la cabeza y se concluye la exhalación.


Se inhala lenta y profundamente mientras los brazos cruzados trazan un círculo completo: se desplazan a la derecha por la parte anterior del cuerpo, casi hasta la altura de las rodillas; luego giran a la izquierda y retornan a la posición inicial encima de la cabeza. Se separan vigorosamente los brazos a medida que se inicia una larga exhalación.

A partir de este punto los brazos retroceden tanto como sea posible, sin dejar de expulsar el aire, trazando un círculo que se cierra cuando los puños vuelven a quedar delante, a la altura de los ojos, con las palmas enfrentadas a la cara.

Se cruzan una vez más los brazos. Las muñecas giran una sobre otra al tiempo que se abren las manos y las apoya en el cuerpo, la derecha en la zona del páncreas y el bazo y la izquierda sobre el hígado y la vesícula biliar.

Se inclina el cuerpo desde la cintura formando un ángulo de noventa grados a la vez que la exhalación concluye.


Mientras se exhala, las palmas frotan con suavidad los respectivos centros de vitalidad de la zona anterior del cuerpo.

Este pase mágico cumple dos funciones. En primer lugar, agita energía existente alrededor de los omóplatos y la traslada a un sitio situada sobre la cabeza. A partir de aquí permite que la energía ruede trazando un amplio círculo que roza los bordes de la esfera luminosa. En segundo lugar, mezcla la energía de la izquierda y la derecha, pues la deposita en los dos centros de vitalidad del páncreas y el hígado al apoyar cada mano en el centro contrario.

Este modo de mezclar la energía provoca una sacudida de gran magnitud en los respectivos centros de vitalidad. A medida que los practicantes se vuelven más duchos, la sacudida se agudiza y adquiere la calidad de un filtro de energía, afirmación que resulta incomprensible hasta que se ejecuta este pase. La sensación que produce puede compararse con la de respirar aire mentolado.

6. Agitar y aferrar energía por debajo de las rodillas y por encima de la cabeza
Se inhala mientras se sacuden las manos. Se suben por los lados del cuerpo hasta la cintura, manteniéndolas relajadas. Se doblan las rodillas mientras la mano izquierda desciende con la muñeca girada para que la palma mire hacia fuera, como si se quisiera sujetar un cubo lleno de líquido.

El movimiento se ejecuta al tiempo que con la misma fuerza se levanta la mano derecha por encima de la cabeza y se gira la muñeca para que la palma también mire hacia fuera.

Se inicia una exhalación lenta en cuanto los brazos alcanzan la máxima extensión. Las muñecas recuperan con ímpetu la posición inicial al tiempo que los puños se cierran como si se quisiera aferrar algo sólido. La exhalación prosigue con los puños cerrados a la vez que el brazo derecho desciende y el izquierdo, con mucha lentitud y fuerza, sube hasta la altura de la cintura, como si vadeara un líquido denso.


Se frotan suavemente con las palmas las zonas del hígado y la vesícula biliar y del páncreas y el bazo. Las rodillas se enderezan y concluye la exhalación.

El mismo movimiento se ejecuta cambiando de brazo: el derecho baja a la vez que el izquierdo sube.

La energía para intentar, que en este pase mágico se obtiene por debajo de las rodillas y por encima de la cabeza, también puede restregarse por los riñones.

7. Mezclar energía de la izquierda y de la derecha
Se inhala mientras se sacuden las manos. Se estira diagonalmente el brazo izquierdo hasta el extremo derecho, por encima de la cabeza y alineado con el hombro de este lado, mientras se inicia la exhalación.

Se cierra la mano como si se aferrase un puñado de materia y, tirando de él, se lo situara por encima de la cabeza, alineada con el hombro de ese lado, punto donde termina la exhalación.


La mano sigue cerrada y se inhala con fuerza girando el brazo izquierdo hacia atrás para trazar un círculo completo, que termina con el puño cerrado a la altura de los ojos. Lentamente, pero con mucho ímpetu, el puño desciende al centro vital del páncreas mientras se exhala y la palma de la mano frota con suavidad la zona.

Se repite el mismo movimiento con el brazo derecho que, en lugar de trazar un círculo hacia tras, lo dibuja hacia delante.

Los chamanes creen que la energía de uno y otro lado del cuerpo es distinta. Representan la de la izquierda como ondulatoria y consideran circular la de la derecha.

Este pase mágico se utiliza para aplicar energía circular a la izquierda y energía ondulatoria a la derecha a fin de reforzar los centros de vitalidad del hígado y el páncreas mediante entradas de energía ligeramente distintas.

8. Aferrar energía por encima de la cabeza y trasladarla a dos centros vitales
Desde la oreja, el brazo izquierdo traza dos círculos y luego se estira sobre la cabeza, como si quisiera aferrar algo.

Se respira hondo mientras se ejecuta este movimiento, que concluye cuando la mano se eleva para asir algo situado encima de la cabeza.


Es aconsejable que, mediante una rápida mirada hacia arriba, los ojos seleccionen el blanco. Lo que se elige y se aferra debe bajarse con ímpetu y colocarse sobre el centro vital del páncreas y el bazo. En este punto se exhala.

Se realiza el mismo movimiento con el brazo derecho, colocando la energía sobre el centro que corresponde al hígado y la vesícula biliar.

Según los chamanes, la energía del intento gravita hacia abajo y otro aspecto más enrarecido de la misma energía persiste en la zona de encima de la cabeza. Dicha energía se recoge con este pase mágico.

9. Alcanzar la energía de encima de la cabeza

Se levanta el brazo izquierdo tanto como se pueda, con la mano abierta como si se quisiera aferrar algo. Simultáneamente el cuerpo se impulsa hacia arriba con la pierna derecha.

Cuando el salto alcanza la máxima altura, se gira la mano hacia dentro desde la muñeca formando un gancho con el antebrazo, que desciende y se recoge lentamente pero con ímpetu. La mano izquierda debe frotar enseguida el centro vital del páncreas y el bazo.

El movimiento se ejecuta con el brazo derecho exactamente de la misma manera que con el izquierdo. La mano derecha debe frotar enseguida el centro vital del hígado y la vesícula biliar.

Los chamanes están convencidos de que la energía almacenada en la periferia de la esfera luminosa que somos los seres humanos se agita y se acumula saltando enérgicamente. Este pase mágico ayuda a aliviar los problemas que provoca concentrarse muchas horas en una misma tarea.

Leer más...

viernes, 8 de noviembre de 2024

Segundo Grupo de la Serie para Preparar el Intento: Agitar Energía para el Intento

Los diez pases mágicos del segundo grupo se relacionan con agitar para intentar la energía que procede de las zonas existentes debajo de las rodillas, arriba de la cabeza y alrededor de los riñones, el hígado, el páncreas, el plexo solar y el cuello. Cada uno de los pases mágicos es una herramienta que agita exclusivamente la energía destinada a intentar acumulada en dichas zonas. Los chamanes consideran que estos pases mágicos son imprescindibles en la vida cotidiana porque creen que la existencia se rige por el intento. Es posible que este conjunto de pases mágicos sea para los chamanes lo mismo que una taza de café para el hombre moderno. La coletilla de nuestros días “no existo antes de beberme un cappuccino” o la de la generación anterior, “si no bebo una taza de café no me despierto” se convierte para los chamanes en: “no estoy en condiciones de hacer nada si no he practicado estos pases mágicos”.


El segundo grupo de esta serie comienza por lo que se ha denominado conectar el cuerpo. El conectar el cuerpo no tiene nada que ver con el estado de tensión corporal permanente que caracteriza nuestra época. No podemos decir que el cuerpo está conectado cuando la tensión responde a las preocupaciones o al exceso de trabajo y los músculos del cuello están rígidos. Relajar los músculos o alcanzar un estado de serenidad tampoco significa desconectar el cuerpo. Según los chamanes del antiguo México, con los pases mágicos el cuerpo se pone en alerta y se prepara para actuar. Cuando se interrumpe la tensión muscular de conectar el cuerpo, este desconecta espontáneamente.

1. Agitar energía con los pies y los brazos

Una vez conectado, el cuerpo se mantiene con los hombros ligeramente enconvardos.

Se apoya el peso del cuerpo en la pierna derecha mientras la izquierda traza un círculo completo, rozando el suelo con las puntas de los dedos y posando el pie delante del cuerpo, sobre la eminencia metatarsiana.

Sincronizando con la pierna, el brazo izquierdo traza un círculo cuya parte superior supera la altura de la cabeza.

Se hace una breve pausa con la pierna y el brazo, que sucesivamente dibujan otros dos círculos, lo que da un total de tres. El ritmo de este pase mágico se consigue contando uno, pausa breve, uno-uno, pausa brevísima; dos, pausa, dos-dos, pausa brevísima y así sucesivamente. Se realizan los mismos movimientos con la pierna y el brazo derechos.


Este pase mágicos agita con los pies la energía situada en la parte inferior de la esfera luminosa y la proyecta con los brazos hasta la zona de arriba de la cabeza.

2. La energía que rueda hacia las glándulas suprarrenales
Se sitúan los antebrazos detrás del cuerpo, en la zona de los riñones y las glándulas suprarrenales.

Se doblan los brazos a la altura de los codos, formando un ángulo de noventa grados, y se cierran los puños a pocos centímetros del cuerpo, sin tocarlo.

Los puños descienden con un movimiento de rotación, uno encima del otro; primero baja el puño izquierdo y le sigue el derecho, que desciende cuando el izquierdo sube. Se inclina ligeramente el tronco.


El movimiento se invierte y los puños ruedan en dirección contraria a la vez que se echa ligeramente el tronco hacia atrás.

Esta manera de mover el cuerpo hacia delante y hacia atrás pone en juego los músculos de los brazos y de los hombros. Este pase mágico se utiliza para proporcionar la energía del intento a las glándulas suprarrenales y a los riñones.

3. Agitar energía para las glándulas suprarrenales
Se inclina el tronco de modo que las rodillas sobresalgan más allá de los dedos de los pies.

Se apoyan las manos sobre las rótulas, cubriéndolas con los dedos. Se rota la mano izquierda hacia la derecha, por encima de la rótula, para que el codo sobresalga tanto como sea posible alineado con la rodilla izquierda.


Al mismo tiempo, el antebrazo derecho, con la mano apoyada sobre la rótula, se acomoda en toda su longitud sobre el muslo derecho, a la vez que se estira la rodilla derecha, con lo que se tensa el tendón de la corva. Es importante mover únicamente las rodillas en lugar de balancear el trasero de un lado a otro.

Se ejecutan los mismos movimientos con la pierna y el brazo derechos.

Este pase mágico se emplea para agitar la energía del intento que rodea los riñones y las glándulas suprarrenales. Proporciona a los practicantes resistencia de larga duración y una sensación de osadía y confianza en sí mismos.

4. Fundir la energía izquierda y la derecha
Se respira hondo. Se exhala lentamente mientras se coloca el antebrazo izquierdo a la altura de los hombros, formando con el codo un ángulo de noventa grados.

Se echa la muñeca hacia atrás tanto como se pueda mientras los dedos apuntan hacia delante y la palma de la mano mira hacia la derecha.


Se mantiene la posición del brazo inclinando marcadamente el tronco hasta que el brazo izquierdo sobresaliente llegue al nivel de las rodillas.

Se debe evitar que el codo izquierdo cuelgue hacia el suelo. Hay que alejarlo tanto como uno pueda de las rodillas.

Se prosigue con la exhalación lenta mientras el brazo derecho traza un círculo completo sobre la cabeza y la mano se detiene a pocos centímetros de los dedos de la izquierda.

La palma derecha mira al cuerpo y los dedos señalan al suelo. La cabeza está hacia abajo y el cuello recto.

Se concluye la exhalación y se respira hondo en la misma posición. Los músculos de la espalda, los brazos y las piernas se contraen a medida que uno inhala lenta y profundamente.

Se endereza el cuerpo mientras uno exhala y se vuelve a ejecutar el pase mágico completo con el brazo derecho.

El estiramiento máximo de los brazos permite la creación de una apertura en el vórtice energético de los riñones y las glándulas suprarrenales; esta apertura facilita el aprovechamiento óptimo de la energía redistribuida. Este pase mágico es imprescindible para la redistribución de la energía hacia dicho centro que, en un sentido amplio, responde con la vitalidad general y la juventud del cuerpo.

5. Atravesar el cuerpo con un rayo de energía
Se sitúa el brazo izquierdo junto al cuerpo, delante del ombligo, y el derecho detrás, exactamente a la misma altura. Se doblan las manos, apuntando al suelo con los dedos. La palma izquierda mira a la derecha y la palma derecha a la izquierda.


Las yemas de los dedos de las dos manos se elevan rápidamente y apuntan en línea recta hacia delante y hacia tras. El cuerpo entero se tensa y hay que doblar las rodillas en el instante en que los dedos apuntan hacia delante y atrás.

Las manos mantienen esta posición unos segundos. A continuación se relajan los músculos, las piernas se extienden y se mueven los brazos hasta que el derecho quede delante del cuerpo y el izquierdo detrás.

Al igual que al inicio de este pase mágico, las yemas de los dedos señalan el suelo y vuelven a elevarse rápidamente para apuntar en línea recta hacia delante y atrás; se exhala suavemente doblando las rodillas.

6. Girar energía alrededor de dos centros de vitalidad
Lo mejor consiste en enfrentar las manos como modo de mantenerlas alineadas. Se separan con los dedos agarrotándolos, como si se quisiera sujetar la tapa de un recipiente del tamaño de la mano.


Se coloca la mano derecha en la zona del páncreas y el bazo, mirando hacia el cuerpo. Se sitúa la izquierda detrás del cuerpo, en la zona correspondiente al riñón y la glándula suprarrenal izquierdos, también mirando hacia el cuerpo.

Se echan enérgicamente hacia atrás las muñecas al tiempo que, sin mover las rodillas, se gira el torso tanto como se pueda hacia la izquierda. A continuación las muñecas giran simultáneamente, con un movimiento lateral, como si quisiera destapar dos recipientes, uno situado a la altura del páncreas y el bazo y el otro al nivel del riñón izquierdo.

Se ejecuta el mismo movimiento invirtiendo el orden: se pone la mano izquierda delante, a la altura del hígado y la vesícula biliar, y la derecha en la parte posterior del cuerpo, al nivel del riñón derecho.

Con este pase mágico se agita la energía de los tres centros principales de vitalidad: el hígado y la vesícula biliar, el páncreas y el bazo, y los riñones y las glándulas suprarrenales. Se trata de un pase mágico indispensable para los que necesitan estar al acecho. Facilita la conciencia global e incrementa la sensibilidad de los practicantes ante el entorno.

7. El semicírculo de energía
Comienza delante de la cara y traza un semicírculo con la mano izquierda, desplazándola suavemente hacia la derecha hasta llegar a la altura del brazo derecho.

En este punto la mano gira y dibuja el borde interior de un semicírculo próximo al lado izquierdo del cuerpo.


La mano vuelve a girar en la espalda, traza el borde exterior del semicírculo y regresa a la posición inicial.

El semicírculo completo está ladeado desde la altura de los ojos, por delante, hasta un nivel inferior al del trasero por detrás. Es importante seguir con la mirada el desplazamiento de la mano.


Una vez terminado el semicírculo con el brazo izquierdo, se traza otro con el derecho; de este modo se rodea el cuerpo con dos semicírculos.

Se dibujan para agitar energía y facilitar su deslizamiento desde lo alto de la cabeza hasta la zona de las glándulas suprarrenales.

Este pase mágico es el vehículo que permite alcanzar una serenidad intensa y continuada.

8. Agitar energía alrededor del cuello
Se coloca delante del cuerpo, a la altura del plexo solar, la mano izquierda con la palma hacia arriba y la derecha con la palma hacia abajo. Se sitúa la mano derecha encima de la izquierda hasta que casi se toquen. Los codos deben estar muy doblados.

Se respira hondo y levantando ligeramente los brazos como si el tronco rotara hacia la izquierda tanto como se pueda, pero sin mover las piernas, sobre todo las rodillas, que se mantendrán algo flexionadas para evitar que los tendones sufran tensiones innecesarias.

La cabeza debe estar alineada con el tronco y los hombros.

Se comienza a exhalar a medida que se separan lentamente los codos hasta su máxima extensión, con las muñecas rectas.

Se inhala. La exhalación comienza cuando la cabeza gira hacia atrás para mirar el codo izquierdo y hacia delante para ver el codo derecho; se rota dos veces más la cabeza hacia delante y hacia atrás mientras concluye la exhalación.

Se gira el tronco hacia delante y se invierte la posición de las manos. La derecha mira hacia arriba y la izquierda hacia abajo, encima de la derecha. Se inhala. Se gira el tronco hacia la derecha y se repiten los movimientos de este lado.

Los chamanes creen que una específica energía para el intento se dispersa desde el centro de decisiones situado en el hueco con forma de V que existe en la base del cuello y que dicha energía se recoge exclusivamente mediante la práctica de este pase mágico.

9. Amasar energía con un empujón de los omóplatos
Se sitúan los brazos delante de la cara, a la altura de los ojos, y se doblan los codos lo suficiente para que los brazos parezcan un arco. Se inclina el tronco para que los omóplatos se expandan lateralmente.


El movimiento comienza cuando el brazo izquierdo empuja hacia delante mientras se mantiene arqueado y tenso. El brazo derecho hace lo mismo y ambos se mueven alternativamente.

Es importante notar que los brazos están muy tensos. Las palmas miran hacia delante y las yemas de los dedos quedan enfrentadas. El movimiento profundo de los omóplatos y la tensión de los músculos del estómago crean la fuerza que impulsa los brazos.

Los chamanes están convencidos de que la energía de los ganglios que rodean los omóplatos se atasca fácilmente y se estanca, lo que produce la decadencia del centro de decisiones situado en el hueco con forma de V de la base del cuello. Este pase mágico se practica para agitar dicha energía.

10. Agitar energía por encima de la cabeza y partirla
De manera relajada, el brazo izquierdo traza dos círculos y medio por encima y alrededor de la cabeza. A continuación dichos círculos se parten con el filo exterior del antebrazo y la mano, que bajan con fuerza pero lentamente.


El impacto es asimilado por los músculos del estómago, que en ese momento están tensos. Los músculos del brazo también se tensan para evitar lesiones en los tendones, lesiones que podrían producirse si los músculos estuviesen relajados o si se fustigase el brazo.

Se exhala lentamente cuando el brazo golpea hacia abajo. El mismo movimiento se repite con la mano y el brazo derechos.

La energía agitada y partida de este modo desciende por todo el cuerpo. Si los practicantes están muy cansados o no pueden permitirse el lujo de dormir, la ejecución de este pase mágico disipa la somnolencia y produce una sensación transitoria de lucidez.


Leer más...

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Serie para Preparar el Intento - Primer Grupo: Aplastar Energía para el Intento

En cuanto organismos, los seres humanos llevan a cabo una estupenda maniobra de percepción que, lamentablemente, crea un equívoco, un falso frente: asimilan toda la afluencia de pura energía que discurre por el universo y la convierten en datos sensoriales que interpretan según un severo sistema que los chamanes denominan la forma humana. El acto mágico de interpretar la energía pura da origen al equívoco, a la peculiar convicción que los seres humanos tienen de que su sistema de interpretación es lo único que existe.

Por ejemplo: tal como lo conocen los humanos, árbol es interpretación más que percepción. Para establecer la presencia del árbol, los seres humanos sólo necesitan una mirada superficial que prácticamente no les muestra nada. El resto es el fenómeno que es definido como la llamada del intento, el intento del árbol, es decir, la interpretación de datos sensoriales correspondientes al fenómeno concreto que los humanos denominan árbol. Al igual que en el ejemplo, el mundo de los seres humanos se compone de un repertorio infinito de interpretaciones en las que los sentidos desempeñan una función mínima. En síntesis, el sentido de la vista es el único que roza la afluencia de energía que discurre por el universo y sólo lo hace de modo superficial.

Casi toda la actividad perceptiva de los seres humanos es interpretación y los humanos son la clase de organismos que únicamente necesitan una entrada mínima de percepción pura para crear su mundo o que sólo perciben lo suficiente para poner en marcha el sistema de interpretación.

Puesto que el tema de la primera serie de la Tensegridad consiste en preparar a los practicantes para el intento es importante repasar la definición de los chamanes. El intento es el acto tácito de llenar los espacios vacíos dejados por la percepción sensorial directa o enriquecer los fenómenos observables mediante un intento de totalidad que desde la perspectiva de la percepción pura no existe.

Convocar el intento es el acto de intentar la totalidad. El acto de intentar no pertenece a la esfera física. Dicho de otra manera, no forma parte de los elementos materiales del cerebro u otro órgano. El intento trasciende el mundo conocido. Es algo semejante a una ola energética, a un rayo de energía que se adhiere a nosotros.

Dada la naturaleza extrínseca del intento, se distingue entre el cuerpo como parte del conocimiento de la vida cotidiana y el cuerpo en cuanto unidad energética que no se relaciona con dicho conocimiento. La unidad energética incluye las partes del cuerpo que no se ven, como los órganos internos, y la energía que fluye por éstos; y es con dichas partes con las que la energía se percibe directamente.

En virtud del predominio de la vista en nuestro modo habitual de percibir el mundo, los chamanes del antiguo México describieron como ver el acto de percibir directamente la energía. Consideraban que percibirla a medida que fluye por el universo significa que la energía adopta configuraciones generales y específicas que se repiten coherentemente y que cualquiera que vea puede percibirlas en los mismos términos.

El ejemplo más significativo de la coherencia de la energía que adopta configuraciones específicas es la percepción del cuerpo humano cuando se lo ve directamente como energía. Como ya hemos dicho, los chamanes perciben al ser humano como un conglomerado de campos de energía que crean la impresión global de una definida esfera de luminosidad. En este sentido, los chamanes describen la energía como una vibración que se aglutina y forma unidades cohesivas. Dicen que el universo se compone de configuraciones energéticas que el ojo vidente percibe como filamentos o fibras luminosas que se entrecruzan sin enredarse. Para el pensamiento lineal se trata de un planteamiento incomprensible y contiene una contradicción irresoluble: ¿cómo es posible que las fibras se entrecrucen sin enredarse.

Los chamanes describían sólo los acontecimientos y si sus descripciones parecían inadecuadas y contradictorias se debía a las limitaciones de la sintaxis, ya que eran tan exactas como cabe imaginar.

Los chamanes del antiguo México describían el intento como una fuerza eterna que impregna todo el universo y que es consciente de sí misma hasta el extremo de responder a la llamada o la orden de los chamanes. A través del intento no sólo desplegaron todas las posibilidades humanas de percepción, sino las de la acción. Por medio del intento hicieron realidad las formulaciones más rebuscadas.

El límite de la posibilidad humana se llama la banda del hombre, lo que quiere decir que existe una frontera que delimita las capacidades humanas dictadas por el organismo. Estas fronteras no son los límites del pensamiento organizado, sino los de la totalidad de los recursos que nuestro organismo alberga. Dichos recursos no se utilizan, sino que permanecen en su sitio por las ideas preconcebidas acerca de las limitaciones humanas, limitaciones que nada tienen que ver con el potencial real de los seres humanos.

Puesto que percibir la energía como fluye por el universo no es algo arbitrario o idiosincrásico, los videntes son testigos de formulaciones de energía que suceden espontáneamente y no están modeladas por la intervención humana. Así, en y por sí misma, la percepción de estas formulaciones es la clave que libera el potencial humano cerrado que casi nunca entra en juego. Para alcanzar la percepción de estas formulaciones energéticas hay que recabar la totalidad de las capacidades perceptivas de los seres humanos. La serie para preparar el intento se divide en cuatro grupos: el primero se denomina aplastar energía para el intento; el segundo, agitar energía para el intento; el tercero, acumular energía para el intento y el cuarto, aspirar la energía del intento.

Primer grupo: Aplastar Energía para el Intento

La energía imprescindible para manejar el intento se disipa constantemente desde los centros vitales situados alrededor del hígado, el páncreas y los riñones y se deposita en la parte inferior de la esfera luminosa que somos. Dicha energía debe agitarse y reconducirse sin cesar. Los nuevos chamanes recomendaron con gran ahínco la agitación sistemática y controlada de la energía con ayuda de las piernas y de los pies. Opinaban que las largas caminatas, una de las características inevitables de su existencia, dan por resultado una agitación excesiva de la energía, agitación que no cumple fin alguno. Por esta razón las largas caminatas fueron su justo castigo y equilibraron el exceso de energía mediante la ejecución de pases mágicos específicos que practicaron mientras andaban.

Los nuevos chamanes opinaban que este conjunto –compuesto por quince pases mágicos, cuya función consiste en agitar energía con los pies y las piernas─ es la forma más eficaz de conseguir lo que denominaban aplastar energía. Cada paso es un pase mágico que incorpora el control del aplastamiento de la energía y, si lo desean, los practicantes pueden repetirlos cientos de veces sin preocuparse por la agitación excesiva de la energía.

1. Moler Energía con los Pies
Durante unos segundos y para alcanzar el equilibrio, el cuerpo gira sobre las eminencias metatarsianas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. A continuación el peso del cuerpo pasa a los talones y los giros se realizan desde esta base de sustentación, con los dedos ligeramente separados del suelo al girar y apoyados cuando los pies alcanzan la inclinación máxima.





Una de las consecuencias físicas de moler energía de esta manera es el aumento de la circulación en los pies, las pantorrillas y los muslos hasta la zona de la entrepierna. A lo largo de los siglos los chamanes lo han utilizado para restablecer la flexibilidad de las extremidades lesionadas por el uso cotidiano.

2. Moler Energía con Tres Deslizamientos de los Pies
Los pies giran tres veces sobre los talones, repitiendo el movimiento del pase mágico anterior. Se realiza una pausa fugaz y se vuelve a girar tres veces. Cabe destacar que en los tres primeros pases mágicos de esta serie la clave radica en el desplazamiento de los brazos que avanzan y retroceden rápidamente.

El efecto se incrementa si la energía se muele de manera discontinua. La consecuencia física de este pase mágico consiste en una rápida oleada de energía por si hay que correr, huir del peligro o cualquier otra cosa que exija una intervención veloz.

3. Moler energía con el deslizamiento lateral de los pies





La secuencia se invierte y se desplaza uno sobre los talones, a continuación se hace lo mismo apoyándose en las eminencias metatarsianas y finalmente de nuevo en los talones, siempre a la derecha.

La consecuencia física de estos tres pases mágicos es la estimulación de la circulación en todo el cuerpo.

4. Mezclar Energía Golpeando el Suelo con los Talones
Este pase mágico es similar a caminar sin moverse del sitio.



Éste pasa de una a otra, reposa en la pierna que no se mueve y es la otra la que ejecuta el movimiento. Los brazos se mueven igual que en el pase mágico anterior.

La consecución física de este pase mágico y del siguiente es muy parecida a la de los tres anteriores: la sensación de bienestar que impregna la zona pélvica después de ejecutar los movimientos.

5. Mezclar Energía Golpeando el Suelo Tres Veces con los Talones
Este pase mágico es igual que el anterior, salvo que el movimiento de las rodillas y los pies no es continuo. Se interrumpe después de que los talones se posan tres veces en el suelo de manera alterna. La secuencia es la siguiente: izquierda, derecha, izquierda y pausa; derecha, izquierda, derecha y pausa; y así sucesivamente.

Los primeros cinco pases mágicos de este grupo permiten que los practicantes alcancen un rápido aumento de la energía en los casos en que es necesaria en la sección media del torso, en la entrepierna o, por ejemplo, cuando tiene uno que realizar una carrera larga o trepar rápidamente por las rocas o a los árboles.

6. Recoger Energía con las Plantas de los Pies y Hacerla Subir por el Interior de las Piernas



Con este pase mágico forzamos el ascenso de la energía para el intento por el interior de las piernas, lugar que según los chamanes es la zona de almacenamiento de la memoria cinética. Este pase mágico se emplea para liberar la memoria de los movimientos o facilitar el recuerdo de nuevos movimientos.

7. Agitar Energía con las Rodillas



Se vuelve a colocar la pierna izquierda en posición de pie, ejecutando el mismo movimiento con la rodilla derecha y alternando entre una y otra.

8. Llevar al Tronco la Energía Agitada con las Rodillas
Este pase mágico es la continuación energética del anterior.



Se ejecuta el mismo movimiento con la derecha y alterna entre una y otra pierna.

La punta del pie dirigida al suelo garantiza que los tendones de los tobillos se tensen y sacudan diminutos centros en los que la energía se acumula.

Los chamanes opinan que estos centros de los tendones probablemente son los más importantes de las extremidades inferiores, tanto que por medio de este pase mágico podrían despertar los demás centros diminutos de energía repartidos por el cuerpo.

Éste pase mágico y el anterior se practican juntos para proyectar la energía para el intento, acumulada en las rodillas, hacia los dos centros de vitalidad situados alrededor del hígado y el páncreas.

9. Patear Energía por Delante y por Detrás del Cuerpo




Los brazos cuelgan a los lados del cuerpo porque en este pase mágico sólo participan las extremidades inferiores, lo que les proporciona flexibilidad.

El objetivo consiste en elevar tanto como sea posible no sólo la pierna que patea hacia delante, sino la que lo hace hacia atrás. Al ejecutar la patada hacia atrás, el tronco debe estar ligeramente inclinado para facilitar el movimiento, posición que se usa como modo natural de absorber la energía agitada en las extremidades. Este pase mágico se ejecuta para ayudar al cuerpo que sufre problemas de digestión debidos al cambio de dieta o cuando es necesario recorrer grandes distancias.

10. Elevar Energía desde las Plantas de los Pies



Lo ideal sería asir de manera ligera la planta del pie y soltarla instantáneamente.



Se repite el mismo movimiento con el pie derecho, elevando las manos desde el pie hasta la altura del hígado y la vesícula biliar.

Los movimientos se ejecutan alternativamente con una pierna y la otra.

Al igual que en el pase mágico anterior, la inclinación del tronco permite que la energía de las plantas de los pies se traslade a los dos centros energéticos vitales que rodean el hígado y el páncreas. Este pase mágico contribuye a la consecución de la flexibilidad y alivia problemas digestivos.

11. Derribar un Muro de Energía



En cuanto el pie toca el suelo, se eleva el derecho de la misma manera y se repite alternando uno y otro pie.

12. Atravesar una Barrera de Energía



En cuanto se apoya el pie en el suelo, se eleva la otra pierna para ejecutar el mismo movimiento.

13. Patear una Puerta Lateral
Se trata de una patada-empujón que se ejecuta con las plantas de los pies.



Se desanda lo recorrido hacia la izquierda con el pie izquierdo y se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derecho.

14. Partir una Pepita de Energía



En cuanto la punta del pie da el golpe, éste vuelve a su posición habitual y se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derechos.

15. Quitar el Barro de Energía




La otra pierna soporta el peso del cuerpo y el tronco está ligeramente inclinado para que los músculos del estómago participen en la ejecución de este pase mágico. En cuanto el pie recupera su posición habitual, se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derechos.

Los chamanes llaman pasos en la naturaleza a los cinco últimos pases mágicos de este grupo.

Los practicantes pueden realizarlos mientras caminan, hacen negocios e incluso mientras están sentados y charlan.

La función de estos pases mágicos consiste en acumular energía con los pies y utilizarla con las piernas en situaciones que requieren concentración y el uso rápido de la memoria.

Leer más...