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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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viernes, 8 de marzo de 2024

Serie Larga de Tensegridad Denominada La Postura del Guerrero

Cada uno de nuestros movimientos... es una transición inconsciente de una postura habitualmente automática a otra igualmente automática.

El estilo de los movimientos y las posturas de cada época, cada raza, cada clase, está indisolublemente conectado con formas distintivas de pensamiento y de sentimiento. Y están tan estrechamente unidos que un hombre no puede cambiar ni la forma de su pensamiento ni la forma de su sentimiento sin haber cambiado su muestrario de posturas.

Las formas de pensamiento y de sentimiento pueden ser llamadas posturas de pensamiento y de sentimiento. Cada hombre tiene un número definido de posturas intelectuales y emocionales, al igual que tiene un número definido de posturas en movimiento: y sus posturas móviles, intelectuales y emocionales están todas interconectadas.
Por lo tanto, un hombre nunca puede escapar de su propio repertorio de actitudes intelectuales y emocionales a menos que se cambien las formas del movimiento de sus posturas en el cuerpo.

Un análisis psicológico y el estudio de las funciones psicomotoras, aplicadas de cierta manera, demuestran que cada uno de nuestros movimientos, voluntarios o involuntarios, es una transición inconsciente de una postura automáticamente determinada a otra igualmente automática y precisa. Es una ilusión que nuestros movimientos sean voluntarios, en realidad nuestros movimientos son automáticos.

Nuestros pensamientos y sentimientos son igualmente automáticos. Y el automatismo de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos está definitivamente conectado con el automatismo de nuestros movimientos. Uno no puede ser cambiado sin el otro. Y si, por ejemplo, la atención de un hombre se concentra en cambiar el automatismo del pensamiento, los movimientos acostumbrados, así como las posturas usuales, van a impedir el nuevo modo de pensamiento creando las antiguas asociaciones habituales.



Explicación de los movimientos que componen la serie larga denominada la Postura del Guerrero y que fueron presentadas por primera vez en el Seminario de Pomona CA 1/99

1. Limpiando el Vínculo con el Intento
Primero la izquierda, después la derecha. El dorso de la mano izquierda cepilla el brazo izquierdo extendido, desde el hombro hasta las yemas de los dedos y vuelve hacia arriba, de nuevo hasta el hombro, rozando con las yemas de los dedos. Después vuelve a cepillar con el dorso hasta la mano.

Repetir los mismos movimientos con el brazo derecho extendido.

2. Frotar Vivamente las Palmas de las Manos al nivel del pecho varias veces. Extender la energía generada por el frotamiento hacia atrás desde las cejas, hasta la cima de la cabeza y la parte de atrás del cuello.

Hacer una pausa breve y después sacudir ambas manos vigorosamente desde las muñecas durante varios segundos. Hacer una pausa y sentir el pique en las yemas de los dedos.

Después alzar y agitar el pie izquierdo brevemente. Después el derecho.

3. Realizar "Moliendo Energía con los Pies”.
Pivotando sobre las puntas de los pies de izquierda a derecha, y golpeando el suelo con los talones, acompañando con los brazos. Realice durante varios segundos.

Durante unos segundos y para alcanzar el equilibrio, el cuerpo gira sobre las eminencias metatarsianas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda.

Se doblan los brazos a la altura de los codos mientras las manos apuntan hacia fuera y las palmas están enfrentadas. Los brazos se mueven con impulso desde los hombros y los omóplatos. Este movimiento de los brazos, simultaneando con el de las piernas, como al caminar (el brazo derecho se desplaza al mismo tiempo que la pierna izquierda y a la inversa) provoca la total participación de las extremidades y los órganos internos.

Una de las consecuencias físicas de moler energía de esta manera es el aumento de la circulación en los pies, las pantorrillas y los muslos hasta la zona de la entrepierna. A lo largo de los siglos los chamanes lo han utilizado para restablecer la flexibilidad de las extremidades lesionadas por el uso cotidiano.

4. “Activar” – Conectar el Cuerpo
Conectar el cuerpo se trata de un acto singular en el que todos los músculos del cuerpo y, en concreto, el diafragma se contraen durante un instante. Los músculos del estómago y del abdomen se sacuden, lo mismo que los que rodean los hombros y los omóplatos. Los brazos y las piernas se tensan simultáneamente con la misma fuerza, aunque sólo durante un segundo. A medida que se progresa en la ejecución de los movimientos, se aprende a mantener más tiempo esta tensión.

Conectar el cuerpo no tiene nada que ver con el estado de tensión corporal que caracteriza nuestra época. No podemos decir que el cuerpo está conectado cuando la tensión responde a las preocupaciones o al exceso de trabajo y los músculos del cuello están rígidos. Relajar los músculos o alcanzar un estado de serenidad tampoco significa desconectar el cuerpo. Según los chamanes del antiguo México, con los pases mágicos el cuerpo se pone en alerta y se prepara para actuar.

5. Realizar Moliendo energía con tres deslizamientos de los pies
Los pies giran tres veces sobre los talones, repitiendo el movimiento del pase mágico anterior.
Se realiza una pausa fugaz y se vuelve a girar tres veces. Cabe destacar que en este pase mágico, la clave radica en el desplazamiento de los brazos que avanzan y retroceden rápidamente.

El efecto se incrementa si la energía se muele de manera discontinua.

La consecuencia física de este pase mágico consiste en una rápida oleada de energía por si hay que correr, huir del peligro o cualquier otra cosa que exija una intervención veloz.

6. Realizar dos series de tres cuentas de: "Mezclar Energía Golpeando el Suelo con los Talones."
Este pase mágico es similar a caminar sin moverse del sitio. La rodilla sube rápidamente mientras la punta del pie se apoya en el suelo. La otra pierna sustenta el peso del cuerpo. Éste pasa de una a otra, reposa en la pierna que no se mueve y es la otra la que ejecuta el movimiento. Los brazos se mueven igual que en el pase mágico anterior.

La consecución física de este pase mágico es la sensación de bienestar que impregna la zona pélvica después de ejecutar los movimientos. El movimiento de las rodillas y los pies no es continuo. Se interrumpe después de que los talones se posan tres veces en el suelo de manera alterna. La secuencia es la siguiente: izquierda, derecha, izquierda y pausa; derecha, izquierda, derecha y pausa.

7. Recoger energía con las plantas de los pies y hacerla subir por el interior de las piernas.
Las plantas izquierda y derecha ascienden alternativamente por el interior de la pierna contraria y casi la rozan. Es importante arquear un poco las piernas, permaneciendo de pie con las rodillas dobladas.

Con este pase mágico forzamos el ascenso de la energía para el intento por el interior de las piernas, lugar que según los chamanes es la zona de almacenamiento de la memoria cinética. Este pase mágico se emplea para liberar la memoria de los movimientos o facilitar el recuerdo de nuevos movimientos.

8. Elevar energía desde las plantas de los pies
La rodilla izquierda se inclina y se eleva tanto como sea posible hacia el tronco, que está algo inclinado y casi la toca. Los brazos permanecen extendidos y forman una prensa que aferra la planta del pie. Lo ideal sería asir de manera ligera la planta del pie y soltarla instantáneamente.

El pie desciende hasta el suelo mientras, con una enérgica sacudida, los brazos y las manos ponen en juego los músculos pectorales y de los hombros y se elevan a los lados de las piernas hasta la altura del páncreas y el bazo. Se repite el mismo movimiento con el pie derecho, elevando las manos desde el pie hasta la altura del hígado y la vesícula biliar. Los movimientos se ejecutan alternativamente con una pierna y la otra.

La inclinación del tronco permite que la energía de las plantas de los pies se traslade a los dos centros energéticos vitales que rodean el hígado y el páncreas. Este pase mágico contribuye a la consecución de la flexibilidad y alivia problemas digestivos.

9. Agitar energía con las rodillas
Se dobla la rodilla izquierda inclinándola hacia la derecha tanto como se pueda, como dando un rodillazo lateral, mientras el torso y los brazos giran delicadamente hacia el otro lado, también tanto como se pueda.

Se vuelve a colocar la pierna izquierda en posición de pie, ejecutando el mismo movimiento con la rodilla derecha y alternando entre una y otra.

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jueves, 7 de marzo de 2024

El Punto de No-Compasión

Existe un umbral que, una vez franqueado, no permite retiradas. Normalmente, desde el momento en que el espíritu toca la puerta, pasan años antes de que la persona llegue a ese umbral. Sin embargo, en algunas ocasiones se logra llegar a él casi de inmediato.

Un guerrero tiene la obligación de recordar muy claramente cuándo y cómo ha cruzado ese umbral, a fin de fijar en su mente el nuevo estado de su potencial perceptivo. Cruzar ese umbral significa entrar en un mundo nuevo, y no es esencial ser aprendiz de guerrero para llegar a ese umbral; la única diferencia entre el hombre común y corriente y un guerrero, en esos casos, es lo que cada uno pone de relieve.
El guerrero recalca el cruce del umbral y usa ese recuerdo como punto de referencia. El hombre común y corriente recalca el hecho de que se refrena al cruzarlo y de hacer lo posible por olvidarse de haber llegado a él.


Cortar nuestras cadenas es algo maravilloso, pero también algo muy fastidioso porque nadie quiere ser libre. Una vez que nuestras cadenas están rotas, ya no estamos atados a las preocupaciones del mundo cotidiano. Aún estamos en el mundo diario, pero ya no pertenecemos a él. Para pertenecer a él debemos compartir las preocupaciones y los intereses de la gente, y sin cadenas no podemos.
La característica de la gente normal es que compartimos una daga metafórica: la preocupación con nuestro reflejo. Con esa daga nos cortamos y sangramos. La tarea de las cadenas de nuestro reflejo es darnos la idea de que todos sangramos juntos, de que compartimos algo maravilloso: nuestra humanidad. Pero si examináramos lo que nos pasa, descubriríamos que estamos sangrando a solas, que no compartimos nada, y que todo lo que hacemos es jugar con una obra del hombre: nuestro predecible reflejo.

Un guerrero es, en esencia, un ser implacable, de recursos muy fluidos y de gustos y conducta muy refinados; un ser cuya tarea en este mundo es afilar sus aristas cortantes, una de las cuales es la conducta, para que así nadie sospeche de su inexorabilidad.

Todo cuanto hacen los chamanes es consecuencia del movimiento de sus puntos de encaje, y esos movimientos están regidos por la cantidad de energía que tienen a su disposición.
Cuando el punto de encaje se mueve y llega al sitio donde no hay compasión, la posición de la racionalidad y el sentido común se debilitan. La sensación de tener un lado viejo, oscuro y silencioso es una visión de los antecedentes de la razón.
El sitio donde no hay compasión tiene que ver con “el descenso del espíritu”. A fin de revelar los misterios de la percepción a la humanidad, el espíritu elige un momento en el que el ser humano está distraído, con la guardia baja y, sin mostrar piedad alguna, deja que su presencia mueva, por sí misma, el punto de encaje a una determinada posición. Una posición que los chamanes describen como el sitio donde uno pierde la compasión o el sitio donde no hay piedad. A partir de ahí, el no tener compasión se convierte en el primer principio del camino del guerrero.

El verdadero enemigo y la fuente de la miseria humana es la compasión por sí mismo. Sin cierto grado de compasión por sí mismo, la humanidad, no podría existir. Sin embargo, una vez que esa compasión se emplea, desarrolla su propio impulso y se transforma en importancia personal.
La importancia personal es la fuerza generada por la imagen de sí. Es esa fuerza la que mantiene el punto de encaje fijo en donde está en el presente. Por ese motivo, todo cuanto hacen los chamanes está dirigido a destronar la importancia personal.
El espíritu al mover nuestro punto de encaje, alejándolo de su posición habitual, nos hace alcanzar un estado de ser que sólo podríamos llamar “el punto de no tener compasión”.

Los chamanes saben, gracias a su experiencia práctica, que en cuanto se mueve el punto de encaje se derrumba la importancia personal, porque sin la posición habitual del punto de encaje, la imagen de sí pierde su enfoque. Sin ese intenso enfoque se extingue la compasión por sí mismo y con ella la importancia personal, ya que la importancia personal es sólo la compasión por sí mismo disfrazada.
La posición habitual y la imagen de sí obligan al punto de encaje a armar un mundo de falsa compasión, pero de crueldad y egoísmo muy reales. En ese mundo, los únicos sentimientos verdaderos son los que convienen a quien los tiene.
Para los chamanes, el no tener compasión no es ser cruel. El no tener compasión es la cordura, lo opuesto a la compasión por sí mismo y la importancia personal.

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sábado, 24 de febrero de 2024

Dispersando la Angustia

La angustia es una energía que se acumula en el pecho en un conjunto de fibras luminosas y que se percibe como una presión que en ocasiones llega a dificultar hasta la propia respiración.
La angustia es la marca del hombre moderno, como signo de su ensimismamiento y autorreflexión sin fin. La angustia es producto de la vanidad.
Los chamanes dicen que el hombre se contempla hasta que ya no puede ver más, sólo se preocupa de sí mismo, hasta que llega el momento en que no ve nada.
El hombre moderno se contempla tanto que elimina todo lo demás, preocupándose constantemente solo por sí mismo.


La angustia que siente un guerrero es debido al descenso del espíritu y el movimiento continuado del punto de encaje. Cualquier descenso del espíritu es como morir. Todo en nosotros se desconecta, y después vuelve a conectarse a una fuente de mucha mayor potencia. La amplificación de energía se siente como una angustia mortífera.
Cuando esto ocurre solo nos queda esperar. Ese estallido de conciencia pasa. Lo peligroso es no saber lo que nos está sucediendo. Una vez que lo sabemos no hay peligro.

Este Pase Mágico ha sido diseñado para dispersar la angustia hasta su completa eliminación. Se compone de varias partes.

Preparación: Frotar manos rápidamente.
Todos estos movimientos se deben hacer con una fuerza de impacto en el cuerpo energético, que produce un movimiento vibratorio, proveniente del estómago y no del músculo que es muy lento.
Estos movimientos permiten la sincronía del músculo y tendón en conjunción con el intento y la intención, sólo con esta combinación se impacta al cuerpo de energía.

1. Rodillas ligeramente dobladas y separar todos los dedos como tocando un piano, con las palmas hacia abajo y frente al estómago, mover cada vez más rápido.

2. Juntar los dedos, cerrando el pulgar y con tensión se extienden hacia afuera, como sacando algo y abriendo con mucha fuerza. Sólo se mueven las muñecas, no involucrar los codos.

3. Palmas hacia arriba, se cierran y abren los puños sin mover los brazos, sólo las muñecas de las manos, se abren y se cierran con tensión. La sensación es de agarrar algo más que de soltar.

4. Palmas hacia arriba, juntar los dedos con el pulgar protegido, abrir y cerrar manos, con las muñecas, tensando todo el brazo y pectorales.

5. Círculo hacia atrás exhalando, y exhalar al frente sin hacer tanta presión (lento).

6. Se curva un poco la espalda al bajar cruzando las manos se flexionan las rodillas y con fuerza se levantan los brazos a los lados y hacia afuera, como una defensa de dos golpes por detrás. Se inhala abajo y se exhala al expandir brazos a los lados.

7. El tronco gira hacia el lado izquierdo como un robot, haciendo presión con la mano derecha, semiflexionada, torcer lo más posible el tronco haciendo espirales, como dando cuerda, relajar tomando un pequeño vuelo y golpear al lado contrario fuertemente como si se soltase una liga, que se detiene con el brazo en defensa exactamente al lado del cuerpo (Repetir 3 o 5 veces de cada lado).

8. Impactando el cuerpo de energía: (Látigo)
En este movimiento la energía que se trabaja no tiene nada que ver con el músculo, debe salir de un impacto en el ombligo, y en el general al cuerpo de energía, se sacude la cadera como látigo, este movimiento abre y cierra la energía.

- Se inicia abriendo la energía con palmas hacia arriba, a la altura del ombligo, primer impacto, exhalando en cada impacto y haciendo gran presión en el momento en que para.
- 2do. Impacto a la altura del pecho: palmas abajo, los brazos tensos, pulgar junto, tensar brazo hasta muñeca, pero mano relajada.
- 3er. Impacto: palmas arriba y lejos.
- 4to. Impacto: palmas abajo y cerca del ombligo.

(Hacer a este ritmo las veces que se quiera y terminar cerrando la energía con palmas abajo).
Nota: El torso latiguea cada vez que se impacta el abdomen, pero de una manera natural, ya que la base fundamental de este ejercicio son los impactos.

9.- Inhalar al centro y alzando rodilla, cruzando un poco la pierna que sube flexionada y cruzar manos al frente como de defensa o de equilibrio.

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domingo, 18 de febrero de 2024

Susurros Básicos del Nagual acerca de la Segunda Atención y el Centro de Decisiones

Los cambios son difíciles y ocurren muy despacio; a veces una persona tarda años en convencerse de la necesidad de cambiar.

Existen poderes en la Tierra que guían a los hombres, los animales y todo lo que vive. Guían nuestra vida y nuestra muerte.
Aceptamos la responsabilidad de estar en este mundo impenetrable? La gente dice: "Hago lo que puedo", cuando en realidad no saben lo que pueden hacer, porque antes de llegar a ningún sitio, ya han abandonado. La razón inconsciente de este comportamiento, tiene que ver con la creencia de tener mucho tiempo. Esto conduce, inevitablemente, a la postergación; la cual debilita nuestra energía vital con una cantidad enorme de deseos frustrados.
La gente que vive feliz es aquella que tiene mucho cuidado con la naturaleza de sus actos. Cuando una persona pone su atención en el hecho de no tener tiempo y deja que sus actos fluyan de acuerdo con eso. Cuando sus actos se convierten en su última batalla sobre la Tierra, sólo bajo tales circunstancias tendrán sus actos el poder que les corresponde. De otro modo serán, mientras viva, los actos de una persona tímida. La timidez le hace a uno agarrarse a algo que sólo existe en sus pensamientos. Le apacigua mientras todo está en calma, pero luego el mundo de pavor y misterio se abre, y entonces se da cuenta de que sus caminos seguros, nada tenían de seguros. La timidez nos impide examinar y aprovechar nuestra suerte como hombres.

El centro de decisiones se ubica en el cuerpo humano en un área específica entre las glándulas tiroides y timo. El centro de decisiones se encuentra prácticamente sin energía en el ser humano, debido a que ésta es apartada de este centro, en épocas muy tempranas de su existencia. Debido al absorbente estallido de la conciencia que se experimenta en el momento del nacimiento, nuestra atención queda fijada con los detalles de la percepción, interpretada por nuestro encéfalo. A partir de aquí, comienza la aventura de la vida y la amnesia de la totalidad de nuestra conciencia; al ser fijada, nuestra atención, en sostener el mundo de todos los días, la parte consciente y racional de nuestra mente: (la primera atención). Sostener la primera atención, el mundo de todos los días, requiere de nosotros el uso constante de la totalidad de nuestra energía. No obstante, el cuerpo humano necesita, cada día, entrar en contacto obligado, con esa otra parte de la conciencia misma y que se halla oculta bajo el estruendoso ruido de la primera atención. Así entramos cada noche en el estado de sueño.

Desde que la especie humana recuerde, siempre se han empleado métodos, unos naturales y otros no, para permitir el acceso y descifrar los misterios de la segunda atención: la parte inconsciente de nuestra mente. Los pases mágicos permiten la acción inmediata en los actos cotidianos de la persona y sin una participación volitiva de su parte y reportándole, así mismo, los beneficios que siempre ha deseado. De esta manera se consigue eliminar la participación activa de la mente racional y sus interpretaciones absurdas de un mundo previsible y controlado.

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sábado, 17 de febrero de 2024

El Acto de Estar Vivo como una Cuestión de Cognición

El cuerpo energético es la contraparte del cuerpo físico; una configuración etérea hecha de pura energía. La diferencia energética con el cuerpo físico es que la energía del cuerpo energético tiene únicamente apariencia, pero no masa. Siendo pura energía, el cuerpo energético puede llevar a cabo actos que van más allá de las posibilidades del cuerpo físico.

Ensoñar es el arte de templar el cuerpo energético, de hacerlo coherente y flexible, ejercitándolo gradualmente. Por medio del ensueño, condensamos el cuerpo energético, hasta llegar a hacerlo una unidad capaz de percibir. A pesar de que la manera normal de percibir el mundo afecta al cuerpo energético, su modo de percibir es independiente. Tiene su propia esfera.
Esa esfera es energía. El cuerpo energético trata con la energía en términos de energía. Existen tres formas en las que trata con la energía. Puede percibir la energía a medida que ésta fluye; puede usarla para propulsarse dentro de áreas insondables; o puede percibir como percibimos normalmente el mundo.

Percibir la energía a medida que ésta fluye quiere decir “ver”. Quiere decir que el cuerpo energético “ve” energía directamente como una luz, o como una especie de corriente vibratoria, o como un disturbio borroso. O la siente directamente como una sacudida, o una sensación que hasta puede ser dolorosa.
Puesto que su esfera es la energía, el cuerpo energético no tiene ningún problema en usar corrientes de energía que existen en el universo para propulsarse a sí mismo. Todo lo que tiene que hacer es aislarlas y, al instante, se lo llevan.

Llegar a la primera compuerta del ensueño, de una manera calculada y con control, es llegar al cuerpo energético. Pero mantener ese cálculo y control es básicamente un asunto de tener energía. Un guerrero obtiene esa energía organizando de una manera ingeniosa, la energía natural que posee y utiliza para percibir el mundo cotidiano.

Todos tenemos una cantidad determinada de energía básica. Esa cantidad es nuestro total acervo energético y lo usamos todo para percibir y tratar con nuestro absorbente mundo. No hay más energía disponible para nosotros en ningún lugar, y como la energía de la cual disponemos está ya siendo utilizada en su totalidad, no nos queda ni un ápice para percepciones extraordinarias como el ensueño; por lo tanto, solo nos queda la tarea de rebuscar energía donde se pueda.
Para rebuscar energía, un guerrero reorganiza ingeniosamente la distribución de su energía básica, descartando cualquier cosa que considere superflua en su vida. A este método se le llama “El Camino del Guerrero”.

El Camino del Guerrero es, esencialmente, una cadena de conducta alternativa que se puede usar para tratar con el mundo diario; una conducta mucho más directa y eficiente que la conducta usual. Es más eficiente porque está expresamente diseñada para renovar nuestra energía, alterando nuestras reacciones básicas al hecho de estar vivos.
Hay dos maneras de encarar el hecho de estar vivos. Una es rindiéndose a él, ya sea resignándose a sus demandas o peleando contra ellas. La otra es moldeando lo particular de nuestra situación vital, a fin de hacerla encajar en nuestras propias configuraciones. Cada uno de nosotros puede moldearla a la medida de nuestras especificaciones. Eso hacen los ensoñadores. ¿Una aseveración estrafalaria? Realmente no, si tomamos en consideración lo poco que sabemos acerca de nosotros.
Nuestro interés debería ser involucrarnos completamente en el tema de la vida y el tema de estar vivos; es decir, la vida como consecuencia de fuerzas biológicas, y el acto de estar vivo, como una cuestión de cognición.

Cuando un guerrero habla de moldear lo particular de su situación vital, quiere decir moldear la conciencia de estar vivo. Al moldear esta conciencia, podemos obtener suficiente energía para llegar al cuerpo energético y sostenerlo. Con el cuerpo energético, sin lugar a dudas, podemos moldear la dirección y las consecuencias totales de nuestras vidas.

Estos conceptos no son solo para pensar en ellos, sino que por medio de la repetición, convertirlos en una forma factible de vida.
Todo lo nuevo en nuestra vida, tal como los conceptos del Camino del Guerrero, debe ser repetido hasta el agotamiento si se quiere incorporarlo a nuestra cognición del mundo. La manera en que nuestros progenitores nos socializaron para funcionar en el mundo cotidiano fue a través de la repetición.

La atención de ensueño entra en juego cuando se le llama, cuando se le da un propósito. Pero este acto de entrar en juego no ocurre de la manera en que uno entiende un proceso: un sistema de operaciones en curso, o una serie de acciones o funciones que llevan a un resultado final; más bien es un despertar: algo que estaba inactivo se convierte de repente en algo funcional.

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jueves, 15 de febrero de 2024

Un Guerrero es solo un Ser Humano

A pesar de penetrar en los intrincados campos del conocimiento humano, que resultan verdaderamente increíbles, un guerrero sigue siendo un común y corriente ser humano.
Generalmente idealizamos a estos personajes. Los mitificamos y les quitamos, quizá lo más importante, su condición de ser tan solo un ser humano. Lo más aterrador del mundo del nagual, es que el puñado de intrépidos y esforzados guerreros y guerreras, en los momentos finales de su "entrenamiento" siguen siendo personas comunes y corrientes, que viven en un mundo de compromisos, trabajos y obligaciones.

No se puede pensar en entrar al maravilloso mundo del nagual, si antes no se tiene pleno dominio del mundo del tonal. Un guerrero no se deja llevar por la “importancia" del mundo del nagual, porque el mundo del tonal es tan importante como el mundo del nagual y si no se tiene pleno dominio del primero jamás, ni remotamente se puede aspirar a penetrar el misterioso mundo del nagual, ya que los dos mundos se apuntalan mutuamente.

Si el guerrero no tiene dominio de sus debilidades, de sus deficiencias, de sus vicios. Si no ha templado su vida con el ejercicio cotidiano de la disciplina, la responsabilidad y la sobriedad. Si su vida cotidiana no es un inmaculado reflejo de su impecabilidad, templanza y aplomo, jamás podrá aspirar a convertirse en un guerrero de esta milenaria sabiduría. Si no tiene una forma decorosa de ganarse la vida, será sólo un "muerto de hambre" que llena su cabeza con mucha fantasía.
Si una persona del pueblo fuera un guerrero, no se estaría muriendo de hambre en su mugrosa casa. Todo guerrero, antes que nada, es una persona del mundo cotidiano que tiene una vida, un trabajo y una responsabilidad. Los guerreros no viven en el mundo de la fantasía, viven en la espiral cotidiana del mundo que está enfrente y que nos zarandea todos los días. Ahí se encuentran los verdaderos desafíos y el acecho del guerrero.

El guerrero vive en el mundo cotidiano y usa su energía y su tiempo para "trabajar" y ganarse la vida, y eso nos indica que el mundo cotidiano es tan importante como el mundo del nagual. Es más, no pude existir el segundo sin el primero. Si no se tiene dominio sobre el mundo inmediato, todo lo demás son puros sueños quiméricos o escapismo intelectual.

El legado más importante de las enseñanzas del camino del guerrero, es que nos abren un inconmensurable mundo de sabiduría humana. El camino del guerrero nos muestra que si es posible aprender una forma correcta de vivir, y una eficaz tabla de valores y principios. En ese sentido, el camino del guerrero es un verdadero aporte a las personas que buscan una nueva forma de vivir e interpretar el mundo, frente al derrumbe de la civilización Occidental.
La parte suicida del asunto es creerse un guerrero en la imaginación, y en la realidad ser arrollados por la vorágine cotidiana del mundo material inmediato. De hecho, algo así les sucedió a los "primeros videntes", pues descuidaron el mundo del tonal, ensimismados en su sofisticado mundo del nagual y un día llegaron pueblos salvajes y belicosos que prácticamente los destruyeron.

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