Puesto que están coordinados con la respiración, se aconseja a los practicantes de estos pases mágicos que las inhalaciones y las exhalaciones sean lentas y profundas y que tengan el intento absolutamente claro de que las glándulas suprarrenales reciban un estímulo instantáneo mientras se respira hondo.
1. Arrastrar energía desde las rótulas por la parte anterior de los muslos
Se inhala profundamente mientras los brazos cuelgan a los lados del cuerpo y las manos se sacuden con un temblor constante, como si se agitara una materia gaseosa.
La exhalación comienza cuando se elevan las manos hasta la cintura y simultáneamente y con mucha fuerza las palmas golpean los lados del cuerpo.
Como los brazos apenas están curvados, las palmas se encuentran pocos centímetros por debajo del vientre. Se separan las manos unos diez centímetros, manteniéndolas en un ángulo de noventa grados en relación con los antebrazos, con los dedos señalando hacia delante.
Lentamente y sin tocarse las manos trazan un círculo interior hacia la parte anterior del cuerpo y los músculos de los brazos; el estómago y las piernas permanecen totalmente contraídos.
Se dibuja otro círculo de la misma manera y se exhala con los dientes apretados.
Se inhala profundamente expulsando lentamente el aire a medida que se trazan otros tres círculos interiores en la parte anterior del cuerpo.
Se vuelven a poner las manos delante de las caderas y se deslizan por la parte anterior de los muslos hasta las rótulas, apoyándose en las eminencias de las palmas con los dedos ligeramente inclinados hacia arriba.
Se exhala hasta la última gota de aire.
Se realiza una tercera inhalación profunda mientras con las yemas de los dedos se presiona la parte inferior de las rótulas.
Alineada con la columna vertebral, la cabeza debe mirar hacia abajo.
Extendiendo las rodillas dobladas, se agarrotan los dedos y se arrastran las manos por los muslos hasta las caderas al tiempo que se exhala lentamente.
En el último momento de la exhalación las manos rozan los respectivos centros de vitalidad del páncreas y el hígado.
2. Arrastrar energía desde los lados de las piernas
Se inhala profundamente mientras, con un temblor continuo, se sacuden las manos a los lados del cuerpo. Se golpea exactamente igual que en el pase mágico anterior.
La exhalación comienza mientras las manos trazan dos pequeños círculos hacia fuera a los lados del cuerpo.
Se tensan al máximo los músculos de los brazos, el estómago y las piernas, y los codos se mantienen firmes y ligeramente curvados.
Una vez dibujados los dos círculos, se exhala y se respira hondo.
Se trazan otros tres círculos hacia fuera exhalando lentamente. Las manos se colocan a los lados de las caderas. Se levantan un poco los dedos mientras las eminencias de las palmas rozan los lados de las piernas hasta que los dedos tocan las protuberancias externas de los tobillos.
Alineada con el cuerpo, la cabeza mira hacia abajo.
La exhalación concluye y se respira hondo mientras los dedos índice y corazón presionan la parte inferior de las protuberancias de los tobillos.
Se inicia una lenta exhalación mientras, con los dedos agarrotados, las manos suben por los lados de las piernas hasta las caderas. La exhalación concluye cuando las palmas de las manos frotan los respectivos centros de vitalidad.
3. Arrastrar energía por la parte delantera de las piernas
Se respira hondo mientras se sacuden las manos a los lados del cuerpo.
Los brazos trazan sendos círculos a los lados del cuerpo, comienzan hacia atrás, pasan por encima de la cabeza y golpean con ímpetu delante del cuerpo, con las palmas hacia abajo y los dedos señalando hacia delante.
Se inicia una lenta exhalación mientras las manos, comenzando por la izquierda, avanzan y retroceden tres veces de manera alterna, como si se deslizaran sobre una superficie lisa.
La exhalación concluye cuando las eminencias de las palmas tocan la caja torácica.
Se respira hondo y se desliza la mano izquierda hacia este lado y, a continuación, la otra hacia la derecha; la secuencia se ejecuta tres veces de manera alterna.
Se acaba con las eminencias de las palmas junto a la caja torácica, al tiempo que los pulgares casi se tocan.
Las manos se deslizan por la parte anterior de las piernas hasta llegar a los tendones de los tobillos. Aquí concluye la exhalación.
Se respira hondo y se tensa el tendón elevando el dedo gordo del pie hasta que se tenga la sensación de que el tendón está a punto de estallar; los dedos índice y corazón de cada mano presionan los tendones y los hacen vibrar.
Los dedos se agarrotan y las manos suben por la parte anterior de las piernas hasta las caderas mientras se expulsa el aire lentamente.
Las palmas frotan con suavidad los centros de vitalidad a medida que la exhalación concluye.
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