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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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domingo, 18 de febrero de 2024

Susurros Básicos del Nagual acerca de la Segunda Atención y el Centro de Decisiones

Los cambios son difíciles y ocurren muy despacio; a veces una persona tarda años en convencerse de la necesidad de cambiar.

Existen poderes en la Tierra que guían a los hombres, los animales y todo lo que vive. Guían nuestra vida y nuestra muerte.
Aceptamos la responsabilidad de estar en este mundo impenetrable? La gente dice: "Hago lo que puedo", cuando en realidad no saben lo que pueden hacer, porque antes de llegar a ningún sitio, ya han abandonado. La razón inconsciente de este comportamiento, tiene que ver con la creencia de tener mucho tiempo. Esto conduce, inevitablemente, a la postergación; la cual debilita nuestra energía vital con una cantidad enorme de deseos frustrados.
La gente que vive feliz es aquella que tiene mucho cuidado con la naturaleza de sus actos. Cuando una persona pone su atención en el hecho de no tener tiempo y deja que sus actos fluyan de acuerdo con eso. Cuando sus actos se convierten en su última batalla sobre la Tierra, sólo bajo tales circunstancias tendrán sus actos el poder que les corresponde. De otro modo serán, mientras viva, los actos de una persona tímida. La timidez le hace a uno agarrarse a algo que sólo existe en sus pensamientos. Le apacigua mientras todo está en calma, pero luego el mundo de pavor y misterio se abre, y entonces se da cuenta de que sus caminos seguros, nada tenían de seguros. La timidez nos impide examinar y aprovechar nuestra suerte como hombres.

El centro de decisiones se ubica en el cuerpo humano en un área específica entre las glándulas tiroides y timo. El centro de decisiones se encuentra prácticamente sin energía en el ser humano, debido a que ésta es apartada de este centro, en épocas muy tempranas de su existencia. Debido al absorbente estallido de la conciencia que se experimenta en el momento del nacimiento, nuestra atención queda fijada con los detalles de la percepción, interpretada por nuestro encéfalo. A partir de aquí, comienza la aventura de la vida y la amnesia de la totalidad de nuestra conciencia; al ser fijada, nuestra atención, en sostener el mundo de todos los días, la parte consciente y racional de nuestra mente: (la primera atención). Sostener la primera atención, el mundo de todos los días, requiere de nosotros el uso constante de la totalidad de nuestra energía. No obstante, el cuerpo humano necesita, cada día, entrar en contacto obligado, con esa otra parte de la conciencia misma y que se halla oculta bajo el estruendoso ruido de la primera atención. Así entramos cada noche en el estado de sueño.

Desde que la especie humana recuerde, siempre se han empleado métodos, unos naturales y otros no, para permitir el acceso y descifrar los misterios de la segunda atención: la parte inconsciente de nuestra mente. Los pases mágicos permiten la acción inmediata en los actos cotidianos de la persona y sin una participación volitiva de su parte y reportándole, así mismo, los beneficios que siempre ha deseado. De esta manera se consigue eliminar la participación activa de la mente racional y sus interpretaciones absurdas de un mundo previsible y controlado.

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sábado, 17 de febrero de 2024

El Acto de Estar Vivo como una Cuestión de Cognición

El cuerpo energético es la contraparte del cuerpo físico; una configuración etérea hecha de pura energía. La diferencia energética con el cuerpo físico es que la energía del cuerpo energético tiene únicamente apariencia, pero no masa. Siendo pura energía, el cuerpo energético puede llevar a cabo actos que van más allá de las posibilidades del cuerpo físico.

Ensoñar es el arte de templar el cuerpo energético, de hacerlo coherente y flexible, ejercitándolo gradualmente. Por medio del ensueño, condensamos el cuerpo energético, hasta llegar a hacerlo una unidad capaz de percibir. A pesar de que la manera normal de percibir el mundo afecta al cuerpo energético, su modo de percibir es independiente. Tiene su propia esfera.
Esa esfera es energía. El cuerpo energético trata con la energía en términos de energía. Existen tres formas en las que trata con la energía. Puede percibir la energía a medida que ésta fluye; puede usarla para propulsarse dentro de áreas insondables; o puede percibir como percibimos normalmente el mundo.

Percibir la energía a medida que ésta fluye quiere decir “ver”. Quiere decir que el cuerpo energético “ve” energía directamente como una luz, o como una especie de corriente vibratoria, o como un disturbio borroso. O la siente directamente como una sacudida, o una sensación que hasta puede ser dolorosa.
Puesto que su esfera es la energía, el cuerpo energético no tiene ningún problema en usar corrientes de energía que existen en el universo para propulsarse a sí mismo. Todo lo que tiene que hacer es aislarlas y, al instante, se lo llevan.

Llegar a la primera compuerta del ensueño, de una manera calculada y con control, es llegar al cuerpo energético. Pero mantener ese cálculo y control es básicamente un asunto de tener energía. Un guerrero obtiene esa energía organizando de una manera ingeniosa, la energía natural que posee y utiliza para percibir el mundo cotidiano.

Todos tenemos una cantidad determinada de energía básica. Esa cantidad es nuestro total acervo energético y lo usamos todo para percibir y tratar con nuestro absorbente mundo. No hay más energía disponible para nosotros en ningún lugar, y como la energía de la cual disponemos está ya siendo utilizada en su totalidad, no nos queda ni un ápice para percepciones extraordinarias como el ensueño; por lo tanto, solo nos queda la tarea de rebuscar energía donde se pueda.
Para rebuscar energía, un guerrero reorganiza ingeniosamente la distribución de su energía básica, descartando cualquier cosa que considere superflua en su vida. A este método se le llama “El Camino del Guerrero”.

El Camino del Guerrero es, esencialmente, una cadena de conducta alternativa que se puede usar para tratar con el mundo diario; una conducta mucho más directa y eficiente que la conducta usual. Es más eficiente porque está expresamente diseñada para renovar nuestra energía, alterando nuestras reacciones básicas al hecho de estar vivos.
Hay dos maneras de encarar el hecho de estar vivos. Una es rindiéndose a él, ya sea resignándose a sus demandas o peleando contra ellas. La otra es moldeando lo particular de nuestra situación vital, a fin de hacerla encajar en nuestras propias configuraciones. Cada uno de nosotros puede moldearla a la medida de nuestras especificaciones. Eso hacen los ensoñadores. ¿Una aseveración estrafalaria? Realmente no, si tomamos en consideración lo poco que sabemos acerca de nosotros.
Nuestro interés debería ser involucrarnos completamente en el tema de la vida y el tema de estar vivos; es decir, la vida como consecuencia de fuerzas biológicas, y el acto de estar vivo, como una cuestión de cognición.

Cuando un guerrero habla de moldear lo particular de su situación vital, quiere decir moldear la conciencia de estar vivo. Al moldear esta conciencia, podemos obtener suficiente energía para llegar al cuerpo energético y sostenerlo. Con el cuerpo energético, sin lugar a dudas, podemos moldear la dirección y las consecuencias totales de nuestras vidas.

Estos conceptos no son solo para pensar en ellos, sino que por medio de la repetición, convertirlos en una forma factible de vida.
Todo lo nuevo en nuestra vida, tal como los conceptos del Camino del Guerrero, debe ser repetido hasta el agotamiento si se quiere incorporarlo a nuestra cognición del mundo. La manera en que nuestros progenitores nos socializaron para funcionar en el mundo cotidiano fue a través de la repetición.

La atención de ensueño entra en juego cuando se le llama, cuando se le da un propósito. Pero este acto de entrar en juego no ocurre de la manera en que uno entiende un proceso: un sistema de operaciones en curso, o una serie de acciones o funciones que llevan a un resultado final; más bien es un despertar: algo que estaba inactivo se convierte de repente en algo funcional.

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jueves, 15 de febrero de 2024

Un Guerrero es solo un Ser Humano

A pesar de penetrar en los intrincados campos del conocimiento humano, que resultan verdaderamente increíbles, un guerrero sigue siendo un común y corriente ser humano.
Generalmente idealizamos a estos personajes. Los mitificamos y les quitamos, quizá lo más importante, su condición de ser tan solo un ser humano. Lo más aterrador del mundo del nagual, es que el puñado de intrépidos y esforzados guerreros y guerreras, en los momentos finales de su "entrenamiento" siguen siendo personas comunes y corrientes, que viven en un mundo de compromisos, trabajos y obligaciones.

No se puede pensar en entrar al maravilloso mundo del nagual, si antes no se tiene pleno dominio del mundo del tonal. Un guerrero no se deja llevar por la “importancia" del mundo del nagual, porque el mundo del tonal es tan importante como el mundo del nagual y si no se tiene pleno dominio del primero jamás, ni remotamente se puede aspirar a penetrar el misterioso mundo del nagual, ya que los dos mundos se apuntalan mutuamente.

Si el guerrero no tiene dominio de sus debilidades, de sus deficiencias, de sus vicios. Si no ha templado su vida con el ejercicio cotidiano de la disciplina, la responsabilidad y la sobriedad. Si su vida cotidiana no es un inmaculado reflejo de su impecabilidad, templanza y aplomo, jamás podrá aspirar a convertirse en un guerrero de esta milenaria sabiduría. Si no tiene una forma decorosa de ganarse la vida, será sólo un "muerto de hambre" que llena su cabeza con mucha fantasía.
Si una persona del pueblo fuera un guerrero, no se estaría muriendo de hambre en su mugrosa casa. Todo guerrero, antes que nada, es una persona del mundo cotidiano que tiene una vida, un trabajo y una responsabilidad. Los guerreros no viven en el mundo de la fantasía, viven en la espiral cotidiana del mundo que está enfrente y que nos zarandea todos los días. Ahí se encuentran los verdaderos desafíos y el acecho del guerrero.

El guerrero vive en el mundo cotidiano y usa su energía y su tiempo para "trabajar" y ganarse la vida, y eso nos indica que el mundo cotidiano es tan importante como el mundo del nagual. Es más, no pude existir el segundo sin el primero. Si no se tiene dominio sobre el mundo inmediato, todo lo demás son puros sueños quiméricos o escapismo intelectual.

El legado más importante de las enseñanzas del camino del guerrero, es que nos abren un inconmensurable mundo de sabiduría humana. El camino del guerrero nos muestra que si es posible aprender una forma correcta de vivir, y una eficaz tabla de valores y principios. En ese sentido, el camino del guerrero es un verdadero aporte a las personas que buscan una nueva forma de vivir e interpretar el mundo, frente al derrumbe de la civilización Occidental.
La parte suicida del asunto es creerse un guerrero en la imaginación, y en la realidad ser arrollados por la vorágine cotidiana del mundo material inmediato. De hecho, algo así les sucedió a los "primeros videntes", pues descuidaron el mundo del tonal, ensimismados en su sofisticado mundo del nagual y un día llegaron pueblos salvajes y belicosos que prácticamente los destruyeron.

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miércoles, 14 de febrero de 2024

La Energía de los Tendones

La supervivencia depende muchas veces de la capacidad para adaptarse a los cambios del medio ambiente. El movimiento forma parte de esa adaptación.

Los tendones anclan los músculos con firmeza en los huesos. Están compuestos de tejido conjuntivo fibroso denso y con forma de gruesos cordones, los tendones tienen gran resistencia.

Los chamanes del antiguo México daban suma importancia a la fuerza que denominaban energía de los tendones. Afirmaban que la energía vital se desplaza por el cuerpo a través de un vía exclusiva formada por los tendones. Ya desde la más remota antigüedad, los chamanes, llamaron energía de los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los tendones a la corriente de energía que se desplaza por los músculos profundos que van desde el cuello hasta el pecho, los brazos y la columna vertebral, atraviesa el abdomen superior e inferior desde el borde de la caja torácica hasta la entrepierna y desde aquí se desplaza a los dedos de los pies.

El inicio tradicional de la utilización de la energía de los tendones radica en el uso de algunos recursos sencillos empleados de dos formas:
1. Creando un efecto vibratorio en determinados centros de la energía de los tendones.
2. Provocando el efecto de la presión en los mismos centros.

El efecto vibratorio es el agente que sirve para aflojar la energía estancada. La presión es el agente que dispersa la energía.

Es necesario fluidificar mediante la vibración la energía alojada en un centro de los tendones y luego hay que presionarla para que siga fluyendo.
Resultaría nefasto presionar directamente los puntos de energía del cuerpo sin antes haberlos sometido a una vibración preliminar, ya que la energía estancada se tornaría incluso más inerte si se la somete a presión.

Al trabajar con los músculos y con la energía de los tendones se nos dará la información sobre el estado global de salud, enfermedades agudas que nos podrían aquejar, los trastornos crónicos, cuadros de comportamiento, las alteraciones psicológicas y un sinfín de posibilidades para comprender el estado real de la persona, así como una guía eficiente para iniciar un proceso basado en las necesidades prioritarias que expresará la propia persona.
No se trata de curar o sanar ninguna enfermedad. Lo que se consigue es equilibrar el flujo de la energía y la postura de la persona, poniendo el cuerpo en la mejor condición para que pueda sanarse a sí mismo.

Cada célula contiene suficiente información como para construir un cuerpo entero, siendo reemplazadas por lo menos cada siete años. Actualmente, algunos investigadores creen que todos los elementos se reemplazan cada nueve meses, y que muchas células se reemplazan todavía más rápidamente. Las células de los intestinos viven solo 36 horas.
Nada supera el poder que tiene nuestro cuerpo para sanarse a sí mismo.

Los pases mágicos que movilizan la energía de los tendones producen un efecto que no responde a las explicaciones habituales. Los movimientos no son ejercicios físicos, ni posturas corporales, aunque lo parezcan; sino verdaderos intentos de alcanzar el estado óptimo del ser.
La magia de los movimientos radica en el cambio sutil que se experimenta al practicarlos, introduciendo en el estado físico y mental del practicante una cualidad efímera, una especie de brillo, una luz en la mirada… este cambio sutil es el “toque del espíritu”.
Es como si a través de los movimientos, los practicantes recuperaran un vínculo inutilizado con la fuerza de la energía vital que los sustenta.

Otro motivo por el cual los movimientos se denominan pases mágicos consiste en que, al practicarlos, en lo que a percepción se refiere, los practicantes son transportados a otros estados del ser en los que perciben el mundo de manera indescriptible.
En virtud de esta cualidad de su magia, los pases no deben practicarse como ejercicios, sino como un modo de llamar al poder.

Cuando se ejecutan los movimientos, los practicantes deben comprender la interacción que se crea entre la relajación y la tensión de determinados músculos para acceder a un deseado estallido físico que llamamos energía de los tendones. Se trata de una verdadera explosión de los nervios y los tendones situados debajo del centro de los músculos.

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lunes, 12 de febrero de 2024

Una Incursión en los Beneficios de la Recapitulación

La Recapitulación es el tema más importante en nuestro proceso de desarrollo y es una herramienta muy valiosa para nuestro bienestar. La Recapitulación tiene que ver con las prácticas de recogimiento interior y de contemplación.
Practicar la recapitulación es algo fundamental. Una vez que se la disfruta, ya no se la puede abandonar, y los beneficios son inmediatos.

La adecuada práctica de la recapitulación es un instrumento ampliamente recomendado para manejar y aliviar los efectos del estrés en nuestro organismo.
La práctica milenaria de la recapitulación tiene un gran potencial para generar cambios importantes en la estructura física del cerebro y hasta puede disminuir la atrofia (encogimiento cerebral) generado por la edad.

Los practicantes que llevan varios años recapitulando tienen más lucidez mental, y su pensamiento es más rápido y preciso. Las zonas que se activan con la práctica de la recapitulación son específicamente: el hipocampo y áreas de la corteza orbito frontal, el tálamo, y el giro temporal inferior. Estas áreas del cerebro juegan un importante papel en la llamada regulación de las emociones. Las personas que practican la recapitulación desarrollan una habilidad especial para cultivar emociones positivas, mantener una buena concentración, tener en el tiempo una buena estabilidad emocional y tener un comportamiento consciente.
Existen pues diferencias en la anatomía y las conexiones entre las distintas regiones del cerebro que explican estas habilidades y lucidez mental a través de los años.

Quienes realizan la recapitulación de sus vidas tienen además conexiones más fuertes dentro del cerebro y muestran menos deterioro y atrofia cerebral relacionados con la edad. En resumen podemos decir que la práctica de la recapitulación tiene no solo un beneficio en las funciones cognoscitivas de orden superior, sino que también es capaz de modificar la actividad y el tamaño de nuestro cerebro.

Vamos a resaltar algunos de los beneficios validados de la recapitulación:
- Disminuye el estrés (ayuda al equilibrio endocrino/ inmunológico)
- Reduce notoriamente síntomas asociados a la depresión, trastornos de ansiedad, dolor crónico
- Mejora el insomnio
- Incrementa la habilidad de “prestar atención”
- Mejora la calidad de vida
- Mejora la neuroplasticidad cerebral
- Al mejorar la conexión entre lóbulos temporal y parietal se mejora la toma de perspectivas y se incrementa la compasión y la empatía.
- Mejora la memoria
- Mejora las estrategias de afrontamiento frente al estrés

Así pues, podemos ver la recapitulación como una práctica saludable, económica y personal que sin duda aporta beneficios de diversa índole a quienes la practican con regularidad.
Así como resulta oportuno ejercitar nuestro cuerpo para mantenernos saludables, flexibles y tonificados, sería conveniente entrenar nuestra mente (mediante la recapitulación de nuestra vida) para mejorar nuestro funcionamiento cerebral, regular nuestras emociones, vivir en forma consciente, cultivar emociones positivas y prevenir el deterioro cognoscitivo entre otras cosas.

Cómo Hacer una Lista de Recapitulación

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domingo, 15 de octubre de 2023

Despertar de la Conciencia

La gente nace, crece, se reproduce, envejece y muere con la conciencia dormida, y nunca sabe de dónde viene ni cuál es el objetivo de su propia existencia; lo más grave es que todos creen estar despiertos.
Andamos por las calles con la conciencia dormida. Estamos en la casa, en el trabajo, en el taller, en la oficina, etc., con la conciencia profundamente dormida. Manejamos el automóvil y vamos a las fábricas con la conciencia completamente dormida.

Muchas personas, por ejemplo, se preocupan por saber muchas cosas esotéricas, pero nunca se preocupan por despertar la conciencia. Si la gente se hiciera el propósito de despertar aquí y ahora, de inmediato podrían conocer todo aquello que para ellos son enigmas; y por eso es que existe el escepticismo, porque el escéptico es ignorante, su conciencia está dormida.

El ser humano dormido en presencia de una copa de licor termina borracho. Cuando el ser humano dormido se encuentra en presencia del sexo opuesto, termina fornicando. El dormido se identifica con todo cuanto le rodea y se olvida de sí mismo.

Llegue uno a donde llegue, a cualquier estancia, ande por las calles a pie o en coche, recorra lugares de día o de noche, esté donde esté, sea en su trabajo o en el taller, donde sea, tiene que estarse recordando así mismo. En presencia de cualquier objeto hermoso, de cualquier vitrina donde se exhiban cosas muy hermosas, joyas muy preciosas, etc., no tiene que olvidarse de sí mismo. No identificarse con nada de todo aquello que lo fascine o le guste.

División de la Atención en Tres Partes
Sujeto – Objeto - Lugar

Si uno se acostumbra a vivir siempre con la atención dividida en esas tres partes; Sujeto, Objeto y Lugar, si se acostumbra a hacerlo diariamente y en todo momento, de instante en instante, entonces ese hábito se graba profundamente en la mente y en el estado de sueño, al estar dormidos, podemos vernos haciendo el ejercicio lo mismo que lo hacemos en el estado de vigilia, este es el resultado de despertar de la conciencia. Muchas veces soñamos justo con lo que hemos vivido durante el día, le pasa a todo el mundo. Es claro que lo que se hace en el día, afecta a lo que soñamos por la noche.

Atención en el Sujeto: El entrenamiento consiste en poner el foco de atención en nosotros mismos. Poniendo atención no solo a todo lo que hacemos con el cuerpo físico, movimientos, etc., sino también observar los propios pensamientos, sentimientos, emociones, deducciones, juicios, apetencias, temores, anhelos, etc., etc., etc. y otras tantas cosas. Ser uno mismo significa no olvidarse de quién eres ni un solo instante.

Atención en los Objetos: Observar todas las cosas. Observar cada cosa que te rodea en detalle. Observar de esta manera nos abre todo un mundo diferente y nuevo de percibir nuestro entorno. Se trata de mirar con conciencia (a conciencia).
Si, por ejemplo, estás leyendo un libro debería observar no solo el libro, la textura de las páginas, tipo de letra en que está escrito, etc., sino de otras cosas u objetos que te rodean, como dónde estás sentado, etc., cómo es la habitación y así sucesivamente. Cuantos más elementos puedas agregar a tu inventario de observación, mejor vas a ampliar tu despertar de la conciencia.
No olvides que cualquier detalle, por insignificante que sea, debe ser motivo como para hacer la experimentación. Todo debe ser estudiado detenidamente y también es interesante preguntarte ti mismo: ¿qué cosas hay aquí?

Atención al Lugar: Hemos de abandonar el hábito de vivir de manera inconsciente. Cuando llegamos a tal o cual lugar, debemos observar todo detalladamente, muy minuciosamente y preguntarte a ti mismo: ¿Por qué estoy aquí en este lugar? Y, observar el lugar, el techo o las paredes, o el espacio que te rodea. Observó el piso o el sitio, arriba, abajo, a los lados, detrás de ti y hacia adelante.
Es cuestión, pues, de hacer la práctica durante el día, a todas horas, en todo momento, para lograr incorporarla a nuestro hábito y poco a poco conseguir el despertar la conciencia.

En cierta ocasión le preguntaron a Buda: "¿Quién es un Hombre Santo?"
Buda respondió: "Cada hora se divide en cierto número de segundos, y cada segundo en cierto número de fracciones. El santo es en realidad aquel que es capaz de estar totalmente presente en cada fracción de segundo".

El mañana no es real. La única realidad es el presente.

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miércoles, 4 de enero de 2023

Pases Mágicos de la Tensegridad - Un Intento de Petición

Hay en el universo una fuerza inconmensurable e indescriptible que los chamanes llaman "intento", y absolutamente todo cuanto existe en la totalidad del universo está ligado al "intento" por un vínculo de conexión.

Un guerrero dedica su vida a entender y emplear ese vínculo.
Le interesa especialmente limpiarlo del aturdimiento y del entumecimiento provocados por los intereses ordinarios de la vida cotidiana.

A este nivel, el chamanismo puede definirse como el proceso de limpiar nuestro vínculo de conexión con el intento.



Los Pases Mágicos pertenecen exclusivamente a cada persona y el efecto es tan imponente que lo mejor es practicarlo sin hablar del tema.

Los Pases Mágicos no son un invento. Fueron descubiertos por chamanes del antiguo México mientras estaban en estados de conciencia acrecentada.

El descubrimiento de los Pases Mágicos comenzó con preguntas muy simples sobre el carácter de la increíble sensación de bienestar que los chamanes experimentaban en los estados de conciencia acrecentada. Cuando mantenían ciertas posturas corporales o movían las extremidades de determinada manera.
La sensación de bienestar era tan intensa que el deseo de repetir los movimientos en los estados de conciencia normal se convirtió en el centro de sus esfuerzos.

Los Pases Mágicos proporcionan magníficos resultados en lo que a habilidades físicas y mentales se refiere. Los movimientos son tan espectaculares, en este sentido, que es la razón por la que se denominan Pases Mágicos.

El objetivo, en el pasado, era el realce del equilibrio físico y mental, aunque actualmente, el objetivo es el de redistribuir la energía.

En cada ser humano existe una cantidad determinada de energía, cantidad cuyo aumento o disminución no está sometida a los embates de fuerzas externas.
Dicha cantidad de energía bastaría para conseguir la obsesión de la especie humana: trascender los parámetros de la percepción normal.

La incapacidad para romper los parámetros de la percepción normal se debe a nuestra cultura y al entorno social. Dicho de otro modo, nuestra cultura y su entorno utilizan hasta el último ápice de la energía inherente para cumplir patrones establecidos de comportamiento, lo que nos impide trascender los parámetros de la percepción normal.

Trascender los parámetros de la percepción normal no es algo que se pueda elegir, ya que es una cuestión inevitable de la humanidad. Superar esos parámetros significa entrar en mundos impensables y de un valor pragmático que en modo alguno se diferencia de nuestro mundo cotidiano.
Lo aceptemos o no, la superación de los parámetros normales de percepción nos obsesiona y nuestro estrepitoso fracaso por alcanzarlo explica la abundancia de drogas, estimulantes, ceremonias y rituales religiosos que rodean al hombre moderno.

Nuestra incapacidad de cumplir este deseo subliminal se debe a que lo abordamos atropelladamente. Nuestras herramientas son muy toscas. Es como si quisiéramos derribar una pared a cabezazos.
El ser humano no considera el derribo en términos de energía. Para el hombre de conocimiento el éxito está determinado por el acceso o la inaccesibilidad de la energía.
Puesto que es imposible acrecentar nuestra energía inherente, la única vía posible es la redistribución de dicha energía.
La redistribución de la energía comienza con los pases mágicos y la forma en que influyen en el cuerpo físico.

Se necesita un cuerpo flexible si se busca habilidad física y sensatez. Estas son las dos cuestiones más importantes en la vida, porque proporcionan sobriedad y pragmatismo, únicos requisitos indispensables para entrar en otras esferas de percepción.
Para navegar auténticamente por lo desconocido, hace falta una actitud osada, nunca temeraria. Para conseguir el equilibrio entre la audacia y la temeridad, uno se debe mostrar sobrio, precavido, hábil y manifestar una excelente forma física.
Afrontar lo desconocido, por no hablar de adentrarse en él, requiere entrañas de acero y el cuerpo capaz de albergarlas. ¿De qué serviría tener entrañas si se carece de lucidez mental, habilidad física y músculos adecuados?

La excelente forma física que se deriva de la ejecución rigurosa de los Pases Mágicos, es el primer requisito para la redistribución de la energía inherente.
La redistribución de la energía es el tema más decisivo en la vida de cualquier persona.
La redistribución de la energía es un proceso que consiste en trasladar de un sitio a otro la energía que ya existe en nuestro interior. Dicha energía ya ha sido desplazada de los centros de vitalidad del cuerpo, que la necesita para alcanzar el equilibrio entre la lucidez mental y la habilidad física.

La redistribución de la energía no es una labor intelectual, ni consecuencia de la inducción, la deducción o las conclusiones lógicas, sino el resultado de percibir la energía como fluye por el universo.

"Ver" es como un estado de consciencia acrecentada en el que el cuerpo humano percibe la energía como flujo, corriente o vibración.
"Ver" la energía como fluye por el universo es el producto de la detención momentánea del sistema de interpretación característico de los seres humanos.

Todo el cuerpo humano participa en la conversión del flujo vibratorio o corriente de vibración en alguna clase de información sensorial. A través de las costumbres, la suma del bombardeo de entradas sensoriales se convierte en el sistema de interpretación que permite que los humanos perciban el mundo como lo hacen. Hay que aplicar una enorme disciplina para detener este sistema de interpretación.

Un Intento de Petición

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martes, 10 de agosto de 2021

Acechando la Atención

"Estoy aquí y ahora”

Esta declaración es, en sí misma, prueba de un reconocimiento genuino de la necesidad real. Y como estoy aquí ahora, no quiero evitar preguntarme sobre la naturaleza de mi interés: ¿de dónde viene mi interés? ¿A dónde va? ¿Qué tan lejos llega? ¿Qué abarca? ¿Cuánto dura? Estas preguntas han de estar presentes todo el tiempo y, al tratar de observarme, lo que veré es la incapacidad para tener una intención y la fragilidad de la atención a la que vuelvo. Lo que sea que enfrente traerá la evidencia de cuán débil, fugaz e insignificante es mi interés.

También puedo darme cuenta de que en muchas partes de mi ser no estoy realmente interesado. Realmente no importa ser consciente de uno mismo, y sea cual sea la idea que intentas, ver que ni siquiera estás dándote cuenta en tu mayor parte de esta necesidad tuya. Así que a veces has de tratar de abrirte un poquito para intentar ver la necesidad de darte cuenta de ti mismo, por tu propia experiencia: ¿por qué esta falta de darse cuenta? - y de sufrir el hecho de que no ser conscientes de la necesidad real. Esto nos lleva a darnos cuenta de que la atención está muy restringida. El sentimiento de este fantástico poder de atención es muy pobre.

La atención es el poder más grande del mundo. Y es muy ambigua: la atención es la clave tanto para la conciencia como para la identidad. Así que hay que observar para vislumbrar y poder estar seguro por uno mismo en qué dirección se está usando el interés en lo que sea que ves en relación con uno mismo. La atención crea el poder de la relación. Te relacionas con el mundo, con los demás, con el trabajo y con tus expresiones, a través de la atención. Te relacionas contigo mismo a través de la atención.
Estamos aquí para tratar de familiarizarnos con este poder, y para tratar de conocerlo mejor y relacionarnos con él en tantos aspectos como sea posible. El primer paso es relacionarse con el lugar donde estés; para hacer el intento de ubicar tu esencia en la relación espacio-tiempo; para relacionarte con la experiencia del cuerpo.

¿Puedes percibir la presencia de tal poder de atención en lo que respecta a tu cuerpo?
Hoy tal vez puedas hacer el intento de poner el esfuerzo en esto: no se trata de adivinar, sino de experimentar realmente cuánto de uno mismo está involucrado en esta relación, estar interesado y comprometido en darse cuenta de la propia presencia en el cuerpo y acechar lo que sucede allí: lo que crece, lo que se evoca.

¿Cómo liberarse de los juicios instantáneos y de la dispersión de la atención? ¿Cómo conseguir disociar la mente de las influencias que recibe del entorno en cualquier momento dado? La clave reside en la conciencia, en la presencia. Consiste en convertir la etapa pasiva de absorber información como una esponja —en el sentido de que la esponja no decide qué absorbe ni cuánto— en un proceso activo. Y hacer que este proceso activo sea el modo de funcionamiento habitual de la atención.
En el nivel más básico, ser conscientes del inicio de los procesos de pensamiento y de la importancia de prestar mucha atención a este inicio. Si uno se fija en el nacimiento de sus impresiones sabrá de dónde proceden y, tarde o temprano, acabará por atrapar a su mente antes de que se precipite a emitir un juicio (con independencia de que pueda ser acertado o no). Esto te permitirá confiar mucho más en tus impresiones.
Hemos de dar nada por sentado nada, ni una sola impresión. No dejar que ningún estímulo que pueda atraer tu mirada te dicte si algo va a entrar o no en tu mente y cómo se activarán sus contenidos. Siempre estar activo y alerta para que nada se cuele inadvertidamente en tu espacio mental. Es verdad que una atención tan constante puede ser agotadora, pero el esfuerzo puede valer mucho la pena en situaciones importantes y, con el tiempo, veremos que es cada vez menor.

En esencia, lo único que hace falta es que nos hagamos las mismas preguntas. ¿Hay algo superfluo en esto y que influya en mi percepción? (Casi siempre, la respuesta será sí.) De ser así, ¿cómo adapto mi percepción en consecuencia? ¿Qué ha influido en mi primera impresión? ¿Y hasta qué punto esa primera impresión ha influido en otras?

No se trata de no ser vulnerable a estas influencias, pero si ser muy conscientes de su poder. Debemos tener siempre presente que una impresión solo es una impresión.
Reflexionemos unos instantes sobre lo que la ha causado y lo que puede significar para nuestros objetivos. La atención actuará siguiendo ciertos hábitos tanto si queremos como si no. Eso no lo podemos cambiar. Pero lo que podemos cambiar es si damos por válido esa percepción inicial o si lo examinamos más a fondo. En otras palabras, seamos escépticos con nuestra percepción y con nosotros mismos.

Observemos activamente, más allá de la pasividad que nos es tan natural.

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miércoles, 22 de abril de 2020

Experiencia Corporal del Guerrero

Se no escapa el hecho de que la experiencia es un fenómeno corporal. La información o los datos no se convierten en saber mientras no se relacionen con la experiencia. Solo se experimenta lo que tiene lugar en el cuerpo. La experiencia puede ser vívida o débil según el grado de vitalidad del cuerpo. Cuando lo que ocurre en el mundo exterior afecta al cuerpo, el guerrero lo experimenta, pero la experiencia que en realidad le llega es su efecto en el cuerpo.

El conocimiento se convierte en entendimiento cuando va asociado con el sentimiento. Solo una comprensión profunda, cargada de un valor emocional fuerte, es capaz de modificar los patrones estructurados de la conducta. La mente ejerce una función directiva sobre el cuerpo. Un guerrero puede a través de su mente dirigir la atención a diferentes partes de su cuerpo, hacia adentro o hacia afuera, también hacia su propio cuerpo o hacia los objetos externos. La energía se enfoca, de hecho, sobre uno mismo o se proyecta sobre el mundo exterior. Un geurrero puede variar la concentración entre estos dos puntos con facilidad y rapidez, de forma que al mismo tiempo es consciente de su cuerpo y del medio que lo rodea. Se da cuenta de lo que le está ocurriendo y, al mismo tiempo, de lo que está pasando a los demás. Pero no todos tienen esta capacidad. Algunos piensan demasiado en sí mismos y desarrollan una conciencia confusa. Otros, en cambio, se fijan tanto en lo que está ocurriendo en torno suyo, que pierden la conciencia de sí mismos.

Darse cuenta del propio cuerpo es la manera que un guerrero tiene para saber quién es, es decir, de conocer su propia mente. De esta manera la mente funciona como un órgano perceptivo y reflexivo, que siente y define el propio estado de ánimo, los sentimientos y deseos propios, etc. Conocer la propia mente es saber lo que se quiere y lo que se siente.

Cuando el guerrero no puede decidirse o tomar una determinación, es que tiene conciencia de dos sentimientos opuestos igualmente fuertes. En estos casos, la decisión es imposible casi siempre, hasta que un sentimiento se imponga al otro. Cuando la mente está abrumada de sentimientos que no puede aceptar y el guerrero no se atreve a concentrarse sobre ellos, éste se separa y disocia su percepción consciente del cuerpo. De este modo, queda despersonalizado y actúa sin control, abandonando todo intento de recuperar el propio dominio.

El hombre ordinario reprime muchas veces sus miedos porque los considera amenazantes, su ira porque es demasiado peligrosa y su desesperación porque ejerce una influencia demasiado desalentadora. También reprime su conciencia de dolor, como cuando ha experimentado un desengaño, porque no pueden tolerar tal sufrimiento. La represión del sentimiento disminuye la exaltación del cuerpo y la capacidad de la mente para concentrarse. Es la causa principal de la pérdida de su poder. La mayor parte de las veces su mente está preocupada por la necesidad de conservar su control a expensas de sentirse más vivo.

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jueves, 7 de noviembre de 2019

Premisa para Manejar el Desatino Controlado

El propósito fundamental del acecho consiste en recuperar los filamentos que un guerrero ha ido dejando en el mundo a lo largo de su vida, y particularmente aquellos que otros seres luminosos dejaron en ellos. Sin esta premisa no hay posibilidad de manejar el desatino controlado. Esos filamentos ajenos son la base de nuestra ilimitada capacidad de sentirnos importantes. Para practicar el desatino controlado, puesto que no está hecho para engañar a la gente, uno tiene que ser capaz de reírse de sí mismo. Uno de los resultados de la recapitulación detallada es la capacidad de estallar en risa genuina cuando uno se encuentra cara a cara con las aburridas repeticiones que el yo personal hace acerca de su importancia.


La regla del nagual define el acecho y el ensueño como artes, por tanto, es algo que uno pone en práctica, algo que uno lleva a cabo. La naturaleza intrínseca del aliento es dar vida, y eso es lo que le da capacidad de limpiar el cuerpo luminoso. Esta capacidad es la que convierte a la recapitulación en una cuestión práctica. Una recapitulación profunda es el medio más expedito para perder la forma humana. De ahí que a los acechadores les es más fácil, después de recapitular sus vidas, hacer uso de todos los no-hacer del yo personal, como son borrar la historia personal, perder la importancia en uno mismo, romper las rutinas, etcétera.

Sólo un maestro acechador puede ser un maestro del desatino controlado. El desatino controlado no significa embaucar a la gente. Significa, que un guerrero aplica los siete principios básicos del arte de acechar en cualquier cosa que hacen, desde los actos más triviales hasta las situaciones de vida o muerte. Aplicar estos principios produce tres resultados. El primero es que los acechadores aprenden a nunca tomarse en serio: aprenden a reírse de sí mismos. Puesto que no tienen miedo de hacer el papel de tontos, pueden hacer tonto a cualquiera. El segundo es que los acechadores aprenden a tener una paciencia sin fin. Los acechadores nunca tienen prisa, nunca se irritan. Y el tercero es que los acechadores aprenden a tener una capacidad infinita para improvisar.

Los acechadores voltean la cabeza; sin embargo, no lo hacen para enfrentar una nueva dirección, sino para enfrentarse al tiempo de una manera distinta. Los acechadores encaran el tiempo que llega. Normalmente encaramos el tiempo cuando éste se va de nosotros. Sólo los acechadores pueden cambiar esta situación y enfrentar el tiempo cuando éste avanza hacia ellos. Voltear la cabeza no significa que uno ve el futuro, sino que uno ve el tiempo como algo concreto, pero incomprensible.

Somos guerreros, y los guerreros tienen una sola meta en la mente: ser libres. Morir y ser devorado por el Águila es el destino del hombre. Por otra parte, querer salirnos de nuestro destino, querer entrar serenos y desprendidos a la libertad, es la audacia final.

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sábado, 2 de noviembre de 2019

El Elemento Clave de la Recapitulacion

La recapitulación es el soporte fundamental de los acechadores. Consiste en recordar la vida de uno hasta el detalle más insignificante. La razón por la que los acechadores deben recapitular sus vidas de forma tan meticulosa es que el don del Águila al hombre incluye la buena voluntad de aceptar un sustituto en lugar de la conciencia genuina, si tal sustituto en verdad es una réplica perfecta. Ya que la conciencia es el alimento del Águila, con una recapitulación perfecta en lugar de la conciencia misma, ésta puede quedar satisfecha.

Los aspectos fundamentales de la recapitulación consisten, durante la primera etapa, en un breve cómputo de todos los incidentes de nuestras vidas que de una manera patente se prestan a nuestro escrutinio.
La segunda fase es un cómputo más detallado, que empieza en un punto que podría ser el momento previo al que el acechador toma la decisión de empezar a recapitular, y sistemáticamente se extiende hasta el mismo momento del nacimiento.

Una recapitulación perfecta puede cambiar a un guerrero aún más que el control total del cuerpo de ensueño. En este aspecto, ensoñar y acechar conducen al mismo fin: el ingreso en la tercera atención. Sin embargo, para un guerrero es importante conocer y practicar ambos. Una mujer guerrera sólo puede dominar uno de los dos, según las configuraciones del cuerpo luminoso. Por otra parte, los hombres pueden practicar ambos con gran facilidad, pero jamás llegan a obtener el nivel de eficacia que las mujeres logran en cada arte.

El elemento clave de la recapitulación es la respiración. El aliento es mágico, porque se trata de una función que da la vida. Recordar se vuelve fácil si uno puede reducir el área de estimación en torno al cuerpo; después, la respiración misma fomenta recuerdos cada vez más profundos. Los acechadores tienen que recordar cada sentimiento que han tenido en sus vidas, y este proceso se inicia con una respiración.
El procedimiento comienza con una respiración inicial. Los acechadores empiezan cada sesión con la barbilla en el hombro derecho y lentamente inhalan en tanto mueven la cabeza en un arco de ciento ochenta grados. La respiración concluye sobre el hombro izquierdo. Una vez que la inhalación termina, la cabeza regresa a la posición frontal y exhalan mirando hacia delante.


Hay que compilar una lista de los eventos por revivir. Los acechadores entonces toman el evento que se halla a la cabeza de la lista y se quedan allí hasta que han sido recontados todos los sentimientos invertidos en él. A medida que recuerdan inhalan lentamente moviendo la cabeza del hombro derecho al izquierdo. Esta respiración cumple la función de restaurar la energía.
Debido a que el cuerpo luminoso crea constantemente filamentos que semejan telarañas, y que éstos son propulsados fuera de la masa luminosa por emociones de cualquier tipo; cada situación en la que hay acción social, o cada situación en que participan los sentimientos es potencialmente agotadora para el cuerpo luminoso. Al respirar de derecha a izquierda, cuando se recuerda un acontecimiento los acechadores, a través de la magia de la respiración, recogen los filamentos que dejaron atrás. La siguiente inmediata respiración es de izquierda a derecha, y es una exhalación. Con ella, los acechadores expulsan los filamentos que otros cuerpos luminosos, que tuvieron que ver en el acontecimiento que se recuerda, dejaron en ellos.

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sábado, 12 de octubre de 2019

Complejidad del Ensoñar - Parte 2

En el ensueño se tienen que desear los movimientos, porque no se trata de un asunto de contraer los músculos para levantarse. Cuando un guerrero logra hacer una concavidad en la luminosidad significa que ha movido un punto distante de su cascarón luminoso más cerca de su cuerpo físico, y por tanto, más cercano al control. A partir del momento en que el cuerpo aprende a hacer esa concavidad, es más fácil entrar en el ensueño. Es una muestra de sentirse en reposo, seguro, adormilado, suspendido sin el sentido del tacto, y al mismo tiempo completamente despierto, consciente de todo.
Aprender a cómo moverse en el ensueño comienza con fijar la atención en el punto medio del cuerpo. Ese punto suele hallarse debajo del borde inferior del ombligo. Hay que intentar barrer el suelo con él. La intención es percibir la acción de barrer el suelo con el punto medio del cuerpo, mientras se sigue despierto. Estar en la conciencia del lado izquierdo es una ventaja suficiente para cumplir bien con el ejercicio.

Los seres humanos tenemos un excelente centro de percepción en el exterior de las pantorrillas, y si la piel de esa área es puesta en calma y masajeada, el alcance de nuestra percepción aumenta de maneras imposibles de concebir racionalmente.
Al ensoñar, la conciencia del lado derecho y la del lado izquierdo se envuelven juntas. Ambas llegan a descansar hechas un solo montón en la concavidad de la segunda atención. Para ensoñar, uno necesita manejar tanto el cuerpo luminoso como el cuerpo físico. Primero, el centro de la segunda atención en el cascarón luminoso es forzado a ser accesible: o alguien lo empuja desde afuera, o el ensoñador lo succiona desde adentro. Segundo, para dislocar la primera atención, los centros del cuerpo físico localizados en el punto medio del cuerpo y en las pantorrillas, especialmente la derecha, tienen que ser estimulados y colocados lo más cerca posible el uno del otro hasta que parezcan unirse. Esto se logra colocando al muslo derecho contra el pecho. Después tiene lugar la sensación de ser enrollado y automáticamente la segunda atención toma el control.

La sensación de ser enrollado y colocado dentro de la concavidad de la segunda atención es el resultado de haber fusionado la conciencia del lado derecho y la del lado izquierdo hasta formar una sola, en la cual el orden de preponderancia había sido cambiado y el lado izquierdo tenía la supremacía. Es preciso agudizar la atención lo suficientemente como para presenciar el movimiento opuesto, esto es, las dos atenciones nuevamente convirtiéndose en lo que normalmente son, con el lado derecho llevando las riendas.
Primero que nada un guerrero tiene que perfeccionar su control a fin de poder moverse a voluntad. Hay que seguir cierto orden, y es una inútil y estúpida maniobra el impacientarse y agitarse como si se tratara con el mundo de la vida diaria. Impacientarse era correcto sólo en la primera atención; la segunda atención es la calma misma. Para moverme en el ensueño hay que intentar moverse desde un nivel muy profundo. En otras palabras, hay que estar absolutamente convencido de querer moverse, o quizá sería más exacto decir que se tiene que estar convencido de la necesidad de moverse.

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viernes, 11 de octubre de 2019

Complejidad del Ensoñar - Parte 1

A un guerrero se le deben dar serias razones antes de que pueda aventurarse sin peligro en lo desconocido. Una guerrera no está sujeta a esto y puede entrar en ello sin ningún titubeo, siempre y cuando tengan confianza total en quien las guía.
El requisito previo de entrada a cualquiera de las fases de la atención es poseer el impulso viviente, porque sin él un guerrero no puede tener dirección ni propósito. Al morir, nuestra conciencia también entra en la tercera atención, pero sólo por un instante, como una acción catártica, justo antes de que el Águila la devore.

Si se va a ensoñar dentro de una casa, lo mejor es hacerlo en la oscuridad total, estando uno acostado o sentado en una cama estrecha, o, mejor aún, sentado dentro de una cuna con forma de ataúd. En el campo abierto, el ensueño debe hacerse en la protección de una caverna, en las áreas arenosas de manantiales secos, o sentado con la espalda contra una roca en las montañas: jamás en el suelo plano de un valle, ni junto a ríos o lagos o el mar, ya que las zonas planas; al igual que el agua, eran antitéticas a la segunda atención; y la manera más segura de acceder a la segunda atención es a través de actos rituales: cantos monótonos e intrincados movimientos repetitivos.
Un ensoñador debe partir desde un punto de color; la luz intensa o las completas tinieblas son inútiles para un ensoñador en su asalto inicial. Colores como el púrpura, el verde claro o el amarillo profundo son excelentes puntos de arranque. Una vez que se logra entrar en el color, el guerrero habrá congregado su segunda atención permanentemente, si es capaz de estar consciente de las sensaciones físicas que experimenta al entrar en el color.

En el ensueño hay que dejar al cuerpo hacer todo lo que sea necesario y no pensar en dirigirlo o controlarlo. La segunda atención pertenece al cuerpo luminoso, así como la primera atención pertenece al cuerpo físico. El punto donde la segunda atención se localiza está situado aproximadamente a un metro de distancia enfrente de la parte media del cuerpo, justo entre el estómago y el ombligo, y a quince centímetros a la derecha.
Es conveniente poner las manos en ese punto y masajearlo moviendo los dedos de las dos manos, exactamente como si se estuviera tocando un arpa. Si se persiste en este ejercicio, tarde o temprano se termina por sentir que los dedos pasan por algo tan denso como el agua, para finalmente sentir el cascarón luminoso.

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domingo, 16 de junio de 2019

Desafíos de un Guerrero

Cambiar depende de uno mismo y eso no es posible sin andar un camino. Una persona puede conocer muchas cosas y quedarse como está. La posibilidad de cambiar no es fácil. El hombre corriente tiene aun la idea que puede hacer lo que quiera a pesar de todos sus estudios de liberación y el determinismo, sin embargo todavía no ha comprendido que no puede hacer nada, porque en su interior no hay libertad a pesar de su conocimiento y de todo lo que hace; él no se liberará, porque no tiene la particularidad de estar presente.

Tenemos muchos enemigos independientes, pero los principales y más activos son la autosuficiencia y la importancia personal. Hay una enseñanza que los llama representantes y mensajeros del diablo mismo. Hay muchos enemigos más, aunque estos dos son los más fundamentales, y ya que sería difícil enumerarlos a todos y trabajar directa y específicamente en cada uno de ellos, además de que tomaría demasiado tiempo ya que hay tantos; así que tenemos que habérnoslas con ellos indirectamente para liberarnos de varios a la vez.

Estos representantes del volador se mantienen incesantemente en el umbral que nos separa del mundo exterior, e impiden la entrada no sólo a buenas, sino también a malas influencias externas. De modo que tienen un lado bueno, como también un lado malo.
Para un hombre que desea discriminar entre las influencias que recibe, es una ventaja tener estos guardianes. Pero si quiere que entren todas las influencias, sin importar lo que puedan ser —pues es imposible sólo elegir las buenas— debe liberarse lo más posible, y finalmente por completo, de estos guardianes, que algunos consideramos indeseables.
Para esto hay muchos métodos y un gran número de recursos. Personalmente, yo les aconsejaría que traten de liberarse y hacerlo sin teorizar innecesariamente, por simple razonamiento activo consigo mismos.
A través de un razonamiento activo, esto es posible, pero si alguien no tiene éxito, si no lo logra a través de este método, no quedan otros recursos para lo que vendrá después. Tomemos, por ejemplo, la importancia personal, que ocupa casi la mitad de nuestro tiempo y de nuestra vida. Si alguien, o algo, ha ofendido a nuestra importancia personal, entonces no sólo en ese momento sino durante mucho tiempo después, cierra todas las puertas y por lo tanto impide que entre la vida. Cuando estoy conectado con el exterior, vivo. Si sólo vivo dentro de mí, esto no es vida; sin embargo, todo el mundo vive así. Cuando me observo a mí mismo, me conecto con el exterior.

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sábado, 29 de septiembre de 2018

La Maravillosa Aventura de Vivir

El Camino del Guerrero es un compendio de actividades prácticas que sitúan a la persona en una posición inmejorable para enfrentar de manera óptima los desafíos que se le presentan en su vida cotidiana. Este mejoramiento se consigue mediante la recuperación de capacidades innatas que toda persona lleva dentro de sí, pero que han sido ocultadas por la represión, la educación y los condicionamientos culturales desde el momento del nacimiento.

El Camino del Guerrero nos permite descubrir, no solo la forma de dejar de lado el alineamiento al que parece estar condenado el ser humano moderno, sino también la manera de obtener el impulso y el coraje necesarios para sorprendernos con la maravilla que es la aventura de estar vivos en un mundo en constante cambio, y crear las condiciones necesarias para vivir nuestras vidas de una manera plena y altamente satisfactoria.

Aprender a “ver” y rastrear la energía, fluyendo en la dirección que nos muestra para estar en armonía con la vida, es una de las consecuencias que nos otorga el Camino del Guerrero. Un guerrero salta los muros en lugar de golpearse contra ellos. Este es el espíritu de guerrero que ahora nos impregna y que reconocemos como propio, porque desde siempre ha estado en el interior de nuestros corazones y ahora nos permitimos sentirlo y dejar que sea él quien tome las riendas de nuestros actos.

Mediante trabajos específicos de “darse cuenta”, “no-hacer”, “acecho” y “recapitulación”, el Camino del Guerrero permite ampliar la visión que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, lo cual conlleva desarrollar la confianza como seres humanos, pero no la confianza del hombre común, sino la confianza del guerrero; llegando a la humildad que implica ser impecable en los propios actos y sentimientos.

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viernes, 12 de enero de 2018

Pórtico del Infinito

El punto de enfoque de la muerte es prodigioso, restituye los verdaderos valores de la vida.

El "no-hacer" es una actividad especialmente diseñada para desterrar de nuestras vidas todo vestigio de cotidianidad. El "no-hacer" introduce a un guerrero en un ámbito de maravilla y desconcierto muy refrescante para la energía, a cuyo efecto sobre la conciencia se le llama "parar el mundo".
El "no-hacer" no se puede razonar. Cualquier esfuerzo encaminado a comprenderlo, en realidad es una interpretación de la enseñanza que cae automáticamente en el campo del hacer.

La premisa de un guerrero para tratar con este tipo de prácticas es el silencio mental, y la calidad de silencio requerida para algo tan descomunal como parar el mundo, sólo puede venir de un contacto directo con la gran verdad de nuestra existencia, la de que todos vamos a morir.
Conocerse a sí mismo, ser conscientes de la muerte personal. Ella no es negociable, es lo único que de veras se tiene. Todo lo demás podrá fallar, pero la muerte no, a ella puede darse por segura. Podemos aprender a usarla para producir efectos verdaderos en la vida.

Un guerrero que cuenta con su humildad sabe que su destino es el mismo que el de cualquier otro ser vivo de la tierra. Así que, en lugar de ilusionarse con falsas esperanzas, trabaja concreta y duramente para salir de su condición humana y acogerse a la única salida que tenemos: la ruptura de nuestra barrera perceptual.
Al mismo tiempo que escucha el consejo de la muerte, un guerrero se hace responsables de su vida, de la totalidad de sus acciones. Se observa, se reconoce y vive intensamente. La intensidad es lo único que puede salvarnos del aburrimiento.
Una vez alineados con la muerte se está en condiciones de dar el siguiente paso, reducir al mínimo el equipaje. Este es un mundo-prisión y hay que salir como fugitivos, sin llevar nada. Los seres humanos somos viajeros por naturaleza. Volar y conocer otros horizontes es nuestro destino.

El poder que nos rige nos ha dado a elegir. O pasamos la vida merodeando en torno a nuestros hábitos, o nos animamos a conocer otros mundos. Sólo la conciencia de la muerte puede darnos el empujón necesario.
La persona común pasa su existencia entera sin detenerse a reflexionar, porque piensa que la muerte está al final de la vida; al fin y al cabo, ¡siempre tendremos tiempo para ella! Pero un guerrero ha descubierto que eso no es cierto. La muerte vive a un costado, a un brazo de distancia, permanentemente alerta, mirándonos, dispuesta a saltar a la menor provocación. El guerrero convierte su miedo animal a la extinción en una oportunidad de gozo, pues sabe que todo lo que tiene es este momento. Piensen como guerreros, ¡todos vamos a morir!.

Los humanos tenemos una visión egocéntrica y extremadamente simplista del universo. Jamás nos detenemos a considerar nuestro destino como seres transitorios. Sin embargo, la obsesión por el futuro nos delata.
No importa la sinceridad o el cinismo de nuestras convicciones, en el fondo, todos sabemos qué es lo que va a pasar. Por eso dejamos señales. Construimos pirámides, rascacielos, hacemos hijos, escribimos libros o, por lo menos, dibujamos nuestras iniciales en la corteza de un árbol. Detrás de ese impulso subconsciente está el temor ancestral, la convicción callada de la muerte.

A diferencia del hombre común, un guerrero está ávido de cualquier situación que le lleve más allá de la interpretación social. ¿Qué mejor oportunidad que su propia extinción?
Gracias a sus frecuentes incursiones por lo desconocido, él sabe que la muerte no es natural, es mágica. Las cosas naturales están sujetas a leyes, la muerte no. Morir es siempre un suceso personal, y por esa sola causa, es un acto de poder.
La muerte es el pórtico del infinito. Una puerta hecha a la medida de cada uno de nosotros, que cruzaremos un día de vuelta al origen. Nuestra falta de comprensión nos mueve a verla como el reductor común. Pero no, no hay nada de común en ella; todo a su paso se torna extraordinario. Su sola presencia da poder a la vida, concentra los sentidos.

Nuestra existencia está hecha de hábitos. Al nacer, ya estamos programados como especie, y nuestros padres se encargan de estrechar aun más ese programa al conducirnos hacia lo que la sociedad espera de nosotros. Pero nadie puede morir como rutina, porque la muerte es mágica. Ella te hace saber que es tu inseparable consejera y te dice: "Sé impecable; la única opción es ser impecable."

Un guerrero no es negativo, no busca el fin. Pero él saben que lo que le da valor a la vida es tener un objetivo por el cual morir. El futuro es imprevisible e inevitable. Algún día ya no vas a estar aquí, así que ya te fuiste.
Tanto para el guerrero como para el hombre común la urgencia de vivir es la misma, porque ninguno de los dos sabe cuándo se acabarán sus pasos.
¡La muerte no es un juego! Si no fuera por ella no habría fuerza alguna en lo que hace un guerrero. Ella te involucra personalmente, quieras o no. Tú puedes ser tan cínico como para descartar otros tópicos de la enseñanza, pero no puedes burlarte de tu final, porque está más allá de tu decisión y es implacable.
Todos estamos ahí, esperando en el andén de la eternidad, pero no todos lo sabemos. La conciencia de la muerte es un arte mayor.

Cuando un guerrero pone en jaque a sus rutinas, cuando ya no le importa estar acompañado o estar solo, porque ha escuchado el susurro silencioso del espíritu, entonces se puede decir que, verdaderamente, ha muerto. A partir de ahí, aun las cosas más simples de la vida se vuelven para él extraordinarias. Por eso un guerrero aprende a vivir de nuevo. Saborea cada momento como si fuera el último. No se consume en disgustos ni derrocha su energía. No espera a ponerse viejo para reflexionar sobre los misterios del mundo. Se adelanta, explora, conoce y se maravilla.

Si quieres hacer espacio a lo desconocido, dale entrada a tu extinción personal. Acepta tu destino como el hecho inevitable que es. Purifica ese sentimiento, haciéndote responsable por el increíble suceso de estar vivo. No le supliques a la muerte, ella no es condescendiente con quienes claudican. Invócala, consciente de que viniste a este mundo para conocerla. Desafíala, aun sabiendo que, hagas cuanto hagas, no tienes la menor posibilidad de vencerla.

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lunes, 8 de enero de 2018

El Control de la Instalación Foránea

La condición de un guerrero es librarse de la persona que cree ser, de no identificarse con ella. Un guerrero sólo puede estar en el estado de conciencia de sí, y cada paso en el camino en esa dirección significa esfuerzo. Nada puede ocurrir por sí mismo. Si cambiamos nuestro ser, las cosas serán diferentes, pero en este estado nada puede ser diferente.

La instalación foránea realmente no se adapta. Adaptarse en el sentido corriente significa, más o menos, una acción controlada. La instalación foránea reacciona de modo diferente, según lo que es, pero no puede adaptarse. Y necesariamente no torna más cómodas las cosas, no se puede confiar en ella. Se debe entender que no se puede tener el mínimo control de la instalación foránea. Cuando empezamos a verla, comprendemos que lo controla todo y que nada puede controlarla. Un guerrero debe separar en él lo que puede controlar y lo que no puede controlar. Lo que no puede controlar pertenece a la instalación foránea, y lo que puede controlar pertenece a su ser real.

Primero, se deben conocer todos sus rasgos, y luego debe pensar correctamente, antes de intentar destronar a la instalación foránea. Cuando se piensa correctamente, hallarás modos de tratarla. No debes justificarla; ella vive de la justificación, e incluso de la glorificación, de todos sus rasgos. En cada momento de nuestra vida, incluso en los momentos tranquilos, estamos siempre justificándola, considerándola legítima y encontrándole todas las excusas posibles; eso es pensamiento equivocado.

Al empezar a acechar la instalación foránea, empezamos a ver cada vez más las rutinas. Paralelamente con la comprensión de nuestras rutinas, hacemos el intento de cómo salir de ellas por medio de la creación de algo que no sea automático. ¿Cómo podemos hacerlo? Primero, debemos pensar sobre lo que queremos, separar lo importante de lo no importante. Acecharse a uno mismo, el deseo de conocer las propias debilidades y seguir las premisas del camino, la lucha por ser conscientes, no son actos mecánicos; de eso podemos estar seguros. Y si miramos desde este punto de vista, veremos en nosotros muchas cosas imaginarias. Estas cosas imaginarias pertenecen a la instalación foránea: las emociones imaginarias, los intereses imaginarios, las ideas imaginarias sobre nosotros mismos. Debemos comprender cuánto estamos en poder de la instalación foránea y de cosas inventadas por ella, que no tienen existencia real. Hay que aprender a separar en nosotros aquello de lo que realmente depende nuestra vida, de aquello de lo que no depende. Eso puede servir como comienzo. Conocernos mejor nos ayudará a despertar.

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viernes, 5 de enero de 2018

Movimiento y Atención

En el hombre, como en el universo, todo está en movimiento. Nada permanece estático. Nada dura por siempre o termina completamente. Todo lo que vive, evoluciona o declina en un incesante movimiento energético. Las leyes subyacentes de este proceso universal eran conocidas por las ciencias de la antigüedad, las cuales asignaban al hombre su lugar apropiado en el orden cósmico.


Todas las manifestaciones de la vida del hombre son expresadas en formas de movimientos y actitudes, o sea posturas. Desde la más habitual hasta las de un nivel superior, cada posible manifestación tiene su propio movimiento y su propia actitud. Un pensamiento tiene un movimiento y una forma que es propia de él. Un sentimiento tiene un movimiento y una forma que es propia de él. Para una acción sucede lo mismo. Nuestra educación entera consiste precisamente en aprender un completo repertorio de actitudes de pensamiento y sentimiento, y actitudes de movimiento. Este repertorio constituye nuestro automatismo, y aquí se oculta un lenguaje que no entendemos.

Nosotros creemos que somos conscientes y que nuestros movimientos son libres. No vemos que cada movimiento es una respuesta al choque de una impresión.

El movimiento consciente tienen un doble objetivo, ya que requieren de una cualidad de atención diferente, mantenida en varias partes al mismo tiempo, ellas nos ayudan a salir del estrecho círculo de nuestro automatismo. Y a través de una estricta sucesión de nuevas actitudes, nos conducen a una nueva posibilidad de pensamiento, sentimiento y acción. Si pudiéramos percibir su significado y hablar su lenguaje, este tipo de movimientos nos revelarían otro nivel de entendimiento.

En esta disciplina, la consciencia del movimiento requiere total atención. La cualidad de esta atención nos llama a experimentar el estado de plena conciencia. A través del movimiento consciente, cuando todas las energías en nuestro interior están relacionadas, se produce una nueva energía. Podemos sentirla. Tiene otra cualidad, otra fuerza, y la conciencia que ordinariamente no tenemos, se trata de un nivel más elevado, la conciencia del verdadero Ser.

En los movimientos, lo más importante no son las posiciones sino el impulso, la energía que fluye de una posición a otra. Y nadie puede enseñar eso. Cada quien tiene que descubrirlo dentro de sí mismo.

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jueves, 16 de noviembre de 2017

La Cualidad del Guerrero

Ser guerrero es una cualidad de la mente. Un guerrero es alguien que lo arriesga todo. Un guerrero no va detrás del beneficio; un guerrero va buscando alcanzar una experiencia trascendente.

La cualidad del guerrero es la acción que llega sin pensar, la acción es sin mente; la acción es total. Cuando un guerrero se enfrenta ante un peligro inminente, no hay tiempo para el pensamiento. Cuando la posibilidad de morir le acecha, a un guerrero, no puede permitirse dejar funcionar a la mente, ya que los pensamientos necesitan tiempo y en las emergencias, un guerrero, no puede dejar funcionar a la mente. Se puede pensar cuando se está sentado en una silla, pero cuando estás frente a un enemigo solo puedes actuar.

Para un guerrero toda la vida es una situación de emergencia y en cualquier momento puede atacarle el principal de sus enemigos, así como encontrarse con feroces circunstancias que no dejan de acecharle. Toda la vida es una guerra. Si estás alerta verás que toda la vida es una guerra, y que en cualquier momento puedes morir; por eso la situación de emergencia es permanente. Estate alerta, sé como un guerrero moviéndose entre el enemigo. En cualquier momento, en cualquier lugar, puede saltar sobre ti la muerte; no dejes entrar a la mente. Y sé un guerrero; este salto sólo pueden darlo los guerreros impecables. El salto es tan grande que aquellos que están pensando en beneficios no pueden darlo. Es un gran riesgo; podrías perderlo todo y podrías no ganar nada.

Un hombre ordinario tiene una mente calculadora. Todo niño es un guerrero y cómo pierden la cualidad todos los guerreros es una larga historia: toda la sociedad, la educación, la cultura, el condicionamiento, te vuelve más miedoso, más asustado. No puedes correr riesgos, y todo lo que es hermoso es arriesgado.
El amor es un riesgo. La vida es un riesgo. La libertad es el riesgo supremo, y no la alcanzarás por medio de las matemáticas, sino tomando el mayor riesgo, arriesgando todo lo que tienes. Y tú no conoces lo desconocido: arriesgas lo conocido y no conoces lo desconocido.

Un hombre ordinario te dirá: ¿Qué estás haciendo, perdiendo todo lo que tienes por aquello que nadie sabe si existe o no? Un guerrero dice: Lo conocido ya ha sido conocido, deja de tener interés; se ha convertido en una carga y es inútil transportarla. Lo desconocido debe ser conocido ahora, y debo de arriesgar lo conocido por lo desconocido.

Y si puedes arriesgar, arriesgando totalmente, sin guardarte nada, sin hacerte trampas, sin ocultar nada; de repente lo desconocido te envuelve. Y cuando llega, te das cuenta de que no es solo lo desconocido, también es lo incognoscible. No está en contra de lo conocido, está más allá de lo conocido. Para adentrarse en esa oscuridad, para adentrarse en ese lugar inexplorado sin mapas, sin senderos, para adentrarse sólo en ese absoluto, hace falta tener la cualidad del guerrero.

A muchos de vosotros todavía os queda algo de esto porque una vez fuisteis niños; erais todos guerreros, soñabais con lo desconocido. Esa esencia está oculta pero no puede ser destruida; está ahí, todavía tiene un rincón propio en vuestro ser. Sacadla a la luz del día y seréis de nuevo guerreros.

Y no te deprimas por tener una mente calculadora. No te deprimas; puedes volver a ser un guerrero en cualquier lugar, en cualquier momento. Tomar riesgos es una cualidad de la mente, confiar es ir más allá de lo que es seguro.
El más grande de los guerreros no tiene que luchar contra otros. La lucha es con algo dentro de sí mismo. Y para conseguir la victoria, uno tiene que estar muy alerta, como un guerrero.

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lunes, 9 de octubre de 2017

Libertad de Ser

El hombre puede ser libre sin hallarse solo; crítico, sin henchirse de dudas, independiente, sin dejar de formar parte integrante de la humanidad. El hombre puede alcanzar esta libertad siendo lo que realmente es, y se alcanza no solamente con el pensamiento, sino con la totalidad del hombre, con la expresión activa de su energía emocional e intelectual. Éstas se hallan presentes en todos, pero se actualizan sólo en la medida en que lleguen a expresarse.
La libertad consiste en la realización espontánea de los actos de un guerrero con la totalidad de su ser.

La espontaneidad es la actividad del ser auténtico e implica el ejercicio de la propia y libre voluntad. Al hablar de actividad aquí se refiere al carácter creador que puede hallarse tanto en las experiencias emocionales, intelectuales y sensibles, como en el ejercicio de la propia voluntad. Una de las premisas de esta espontaneidad reside en la aceptación de la personalidad total y en la eliminación de la distancia entre naturaleza y razón; porque la actividad espontánea tan sólo es posible si el hombre no reprime partes esenciales de su ser... llega a ser transparente para sí mismo y si las distintas esferas de la vida han alcanzado una integración fundamental.

Los actos espontáneos son el único camino por el cual el hombre puede superar el terror de la soledad sin sacrificar la integridad de su ser; puesto que en la espontánea realización de su esencia es donde el individuo vuelve a unirse con el hombre, con la naturaleza, consigo mismo. Solamente aquellas cualidades que surgen de nuestra acciones espontáneas dan fuerza a nuestro verdadero ser y constituyen, por lo tanto, la base de su fortaleza. La incapacidad para obrar con espontaneidad, para expresar lo que verdaderamente uno siente y piensa, y la necesidad consecuente de mostrar a los otros y a uno mismo una “máscara”, constituyen la raíz de los sentimientos de inferioridad y debilidad. Seamos o no conscientes de ello, no hay nada que nos avergüence más que el no ser nosotros mismos.

Lo importante aquí es el acto como tal, el proceso y no sus resultados. En nuestra cultura es justamente lo contrario lo que se acentúa más. Producimos no ya para satisfacción propia, sino con el propósito abstracto de vender nuestra mercadería; creemos que podemos lograr cualquier cosa, material o inmaterial, comprándola; y de este modo los objetos llegan a pertenecemos independientemente de todo esfuerzo creador propio. Del mismo modo, consideramos nuestras cualidades personales y el resultado de nuestros esfuerzos como mercancías que pueden ser vendidas a cambio de dinero, prestigio y poder. De este modo, se concede importancia al valor del producto terminado en lugar de atribuírsela a la satisfacción inherente de la actividad creadora. Por ello el hombre malogra el único goce capaz de darle la felicidad verdadera —la experiencia de la actividad del momento presente— y persigue en cambio un fantasma que lo dejará defraudado apenas crea haberlo alcanzado: la felicidad ilusoria que llamamos éxito.

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