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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Serie para Preparar el Intento - Primer Grupo: Aplastar Energía para el Intento

En cuanto organismos, los seres humanos llevan a cabo una estupenda maniobra de percepción que, lamentablemente, crea un equívoco, un falso frente: asimilan toda la afluencia de pura energía que discurre por el universo y la convierten en datos sensoriales que interpretan según un severo sistema que los chamanes denominan la forma humana. El acto mágico de interpretar la energía pura da origen al equívoco, a la peculiar convicción que los seres humanos tienen de que su sistema de interpretación es lo único que existe.

Por ejemplo: tal como lo conocen los humanos, árbol es interpretación más que percepción. Para establecer la presencia del árbol, los seres humanos sólo necesitan una mirada superficial que prácticamente no les muestra nada. El resto es el fenómeno que es definido como la llamada del intento, el intento del árbol, es decir, la interpretación de datos sensoriales correspondientes al fenómeno concreto que los humanos denominan árbol. Al igual que en el ejemplo, el mundo de los seres humanos se compone de un repertorio infinito de interpretaciones en las que los sentidos desempeñan una función mínima. En síntesis, el sentido de la vista es el único que roza la afluencia de energía que discurre por el universo y sólo lo hace de modo superficial.

Casi toda la actividad perceptiva de los seres humanos es interpretación y los humanos son la clase de organismos que únicamente necesitan una entrada mínima de percepción pura para crear su mundo o que sólo perciben lo suficiente para poner en marcha el sistema de interpretación.

Puesto que el tema de la primera serie de la Tensegridad consiste en preparar a los practicantes para el intento es importante repasar la definición de los chamanes. El intento es el acto tácito de llenar los espacios vacíos dejados por la percepción sensorial directa o enriquecer los fenómenos observables mediante un intento de totalidad que desde la perspectiva de la percepción pura no existe.

Convocar el intento es el acto de intentar la totalidad. El acto de intentar no pertenece a la esfera física. Dicho de otra manera, no forma parte de los elementos materiales del cerebro u otro órgano. El intento trasciende el mundo conocido. Es algo semejante a una ola energética, a un rayo de energía que se adhiere a nosotros.

Dada la naturaleza extrínseca del intento, se distingue entre el cuerpo como parte del conocimiento de la vida cotidiana y el cuerpo en cuanto unidad energética que no se relaciona con dicho conocimiento. La unidad energética incluye las partes del cuerpo que no se ven, como los órganos internos, y la energía que fluye por éstos; y es con dichas partes con las que la energía se percibe directamente.

En virtud del predominio de la vista en nuestro modo habitual de percibir el mundo, los chamanes del antiguo México describieron como ver el acto de percibir directamente la energía. Consideraban que percibirla a medida que fluye por el universo significa que la energía adopta configuraciones generales y específicas que se repiten coherentemente y que cualquiera que vea puede percibirlas en los mismos términos.

El ejemplo más significativo de la coherencia de la energía que adopta configuraciones específicas es la percepción del cuerpo humano cuando se lo ve directamente como energía. Como ya hemos dicho, los chamanes perciben al ser humano como un conglomerado de campos de energía que crean la impresión global de una definida esfera de luminosidad. En este sentido, los chamanes describen la energía como una vibración que se aglutina y forma unidades cohesivas. Dicen que el universo se compone de configuraciones energéticas que el ojo vidente percibe como filamentos o fibras luminosas que se entrecruzan sin enredarse. Para el pensamiento lineal se trata de un planteamiento incomprensible y contiene una contradicción irresoluble: ¿cómo es posible que las fibras se entrecrucen sin enredarse.

Los chamanes describían sólo los acontecimientos y si sus descripciones parecían inadecuadas y contradictorias se debía a las limitaciones de la sintaxis, ya que eran tan exactas como cabe imaginar.

Los chamanes del antiguo México describían el intento como una fuerza eterna que impregna todo el universo y que es consciente de sí misma hasta el extremo de responder a la llamada o la orden de los chamanes. A través del intento no sólo desplegaron todas las posibilidades humanas de percepción, sino las de la acción. Por medio del intento hicieron realidad las formulaciones más rebuscadas.

El límite de la posibilidad humana se llama la banda del hombre, lo que quiere decir que existe una frontera que delimita las capacidades humanas dictadas por el organismo. Estas fronteras no son los límites del pensamiento organizado, sino los de la totalidad de los recursos que nuestro organismo alberga. Dichos recursos no se utilizan, sino que permanecen en su sitio por las ideas preconcebidas acerca de las limitaciones humanas, limitaciones que nada tienen que ver con el potencial real de los seres humanos.

Puesto que percibir la energía como fluye por el universo no es algo arbitrario o idiosincrásico, los videntes son testigos de formulaciones de energía que suceden espontáneamente y no están modeladas por la intervención humana. Así, en y por sí misma, la percepción de estas formulaciones es la clave que libera el potencial humano cerrado que casi nunca entra en juego. Para alcanzar la percepción de estas formulaciones energéticas hay que recabar la totalidad de las capacidades perceptivas de los seres humanos. La serie para preparar el intento se divide en cuatro grupos: el primero se denomina aplastar energía para el intento; el segundo, agitar energía para el intento; el tercero, acumular energía para el intento y el cuarto, aspirar la energía del intento.

Primer grupo: Aplastar Energía para el Intento

La energía imprescindible para manejar el intento se disipa constantemente desde los centros vitales situados alrededor del hígado, el páncreas y los riñones y se deposita en la parte inferior de la esfera luminosa que somos. Dicha energía debe agitarse y reconducirse sin cesar. Los nuevos chamanes recomendaron con gran ahínco la agitación sistemática y controlada de la energía con ayuda de las piernas y de los pies. Opinaban que las largas caminatas, una de las características inevitables de su existencia, dan por resultado una agitación excesiva de la energía, agitación que no cumple fin alguno. Por esta razón las largas caminatas fueron su justo castigo y equilibraron el exceso de energía mediante la ejecución de pases mágicos específicos que practicaron mientras andaban.

Los nuevos chamanes opinaban que este conjunto –compuesto por quince pases mágicos, cuya función consiste en agitar energía con los pies y las piernas─ es la forma más eficaz de conseguir lo que denominaban aplastar energía. Cada paso es un pase mágico que incorpora el control del aplastamiento de la energía y, si lo desean, los practicantes pueden repetirlos cientos de veces sin preocuparse por la agitación excesiva de la energía.

1. Moler Energía con los Pies
Durante unos segundos y para alcanzar el equilibrio, el cuerpo gira sobre las eminencias metatarsianas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. A continuación el peso del cuerpo pasa a los talones y los giros se realizan desde esta base de sustentación, con los dedos ligeramente separados del suelo al girar y apoyados cuando los pies alcanzan la inclinación máxima.





Una de las consecuencias físicas de moler energía de esta manera es el aumento de la circulación en los pies, las pantorrillas y los muslos hasta la zona de la entrepierna. A lo largo de los siglos los chamanes lo han utilizado para restablecer la flexibilidad de las extremidades lesionadas por el uso cotidiano.

2. Moler Energía con Tres Deslizamientos de los Pies
Los pies giran tres veces sobre los talones, repitiendo el movimiento del pase mágico anterior. Se realiza una pausa fugaz y se vuelve a girar tres veces. Cabe destacar que en los tres primeros pases mágicos de esta serie la clave radica en el desplazamiento de los brazos que avanzan y retroceden rápidamente.

El efecto se incrementa si la energía se muele de manera discontinua. La consecuencia física de este pase mágico consiste en una rápida oleada de energía por si hay que correr, huir del peligro o cualquier otra cosa que exija una intervención veloz.

3. Moler energía con el deslizamiento lateral de los pies





La secuencia se invierte y se desplaza uno sobre los talones, a continuación se hace lo mismo apoyándose en las eminencias metatarsianas y finalmente de nuevo en los talones, siempre a la derecha.

La consecuencia física de estos tres pases mágicos es la estimulación de la circulación en todo el cuerpo.

4. Mezclar Energía Golpeando el Suelo con los Talones
Este pase mágico es similar a caminar sin moverse del sitio.



Éste pasa de una a otra, reposa en la pierna que no se mueve y es la otra la que ejecuta el movimiento. Los brazos se mueven igual que en el pase mágico anterior.

La consecución física de este pase mágico y del siguiente es muy parecida a la de los tres anteriores: la sensación de bienestar que impregna la zona pélvica después de ejecutar los movimientos.

5. Mezclar Energía Golpeando el Suelo Tres Veces con los Talones
Este pase mágico es igual que el anterior, salvo que el movimiento de las rodillas y los pies no es continuo. Se interrumpe después de que los talones se posan tres veces en el suelo de manera alterna. La secuencia es la siguiente: izquierda, derecha, izquierda y pausa; derecha, izquierda, derecha y pausa; y así sucesivamente.

Los primeros cinco pases mágicos de este grupo permiten que los practicantes alcancen un rápido aumento de la energía en los casos en que es necesaria en la sección media del torso, en la entrepierna o, por ejemplo, cuando tiene uno que realizar una carrera larga o trepar rápidamente por las rocas o a los árboles.

6. Recoger Energía con las Plantas de los Pies y Hacerla Subir por el Interior de las Piernas



Con este pase mágico forzamos el ascenso de la energía para el intento por el interior de las piernas, lugar que según los chamanes es la zona de almacenamiento de la memoria cinética. Este pase mágico se emplea para liberar la memoria de los movimientos o facilitar el recuerdo de nuevos movimientos.

7. Agitar Energía con las Rodillas



Se vuelve a colocar la pierna izquierda en posición de pie, ejecutando el mismo movimiento con la rodilla derecha y alternando entre una y otra.

8. Llevar al Tronco la Energía Agitada con las Rodillas
Este pase mágico es la continuación energética del anterior.



Se ejecuta el mismo movimiento con la derecha y alterna entre una y otra pierna.

La punta del pie dirigida al suelo garantiza que los tendones de los tobillos se tensen y sacudan diminutos centros en los que la energía se acumula.

Los chamanes opinan que estos centros de los tendones probablemente son los más importantes de las extremidades inferiores, tanto que por medio de este pase mágico podrían despertar los demás centros diminutos de energía repartidos por el cuerpo.

Éste pase mágico y el anterior se practican juntos para proyectar la energía para el intento, acumulada en las rodillas, hacia los dos centros de vitalidad situados alrededor del hígado y el páncreas.

9. Patear Energía por Delante y por Detrás del Cuerpo




Los brazos cuelgan a los lados del cuerpo porque en este pase mágico sólo participan las extremidades inferiores, lo que les proporciona flexibilidad.

El objetivo consiste en elevar tanto como sea posible no sólo la pierna que patea hacia delante, sino la que lo hace hacia atrás. Al ejecutar la patada hacia atrás, el tronco debe estar ligeramente inclinado para facilitar el movimiento, posición que se usa como modo natural de absorber la energía agitada en las extremidades. Este pase mágico se ejecuta para ayudar al cuerpo que sufre problemas de digestión debidos al cambio de dieta o cuando es necesario recorrer grandes distancias.

10. Elevar Energía desde las Plantas de los Pies



Lo ideal sería asir de manera ligera la planta del pie y soltarla instantáneamente.



Se repite el mismo movimiento con el pie derecho, elevando las manos desde el pie hasta la altura del hígado y la vesícula biliar.

Los movimientos se ejecutan alternativamente con una pierna y la otra.

Al igual que en el pase mágico anterior, la inclinación del tronco permite que la energía de las plantas de los pies se traslade a los dos centros energéticos vitales que rodean el hígado y el páncreas. Este pase mágico contribuye a la consecución de la flexibilidad y alivia problemas digestivos.

11. Derribar un Muro de Energía



En cuanto el pie toca el suelo, se eleva el derecho de la misma manera y se repite alternando uno y otro pie.

12. Atravesar una Barrera de Energía



En cuanto se apoya el pie en el suelo, se eleva la otra pierna para ejecutar el mismo movimiento.

13. Patear una Puerta Lateral
Se trata de una patada-empujón que se ejecuta con las plantas de los pies.



Se desanda lo recorrido hacia la izquierda con el pie izquierdo y se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derecho.

14. Partir una Pepita de Energía



En cuanto la punta del pie da el golpe, éste vuelve a su posición habitual y se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derechos.

15. Quitar el Barro de Energía




La otra pierna soporta el peso del cuerpo y el tronco está ligeramente inclinado para que los músculos del estómago participen en la ejecución de este pase mágico. En cuanto el pie recupera su posición habitual, se repite el mismo movimiento con la pierna y el pie derechos.

Los chamanes llaman pasos en la naturaleza a los cinco últimos pases mágicos de este grupo.

Los practicantes pueden realizarlos mientras caminan, hacen negocios e incluso mientras están sentados y charlan.

La función de estos pases mágicos consiste en acumular energía con los pies y utilizarla con las piernas en situaciones que requieren concentración y el uso rápido de la memoria.

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