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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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lunes, 12 de febrero de 2024

Una Incursión en los Beneficios de la Recapitulación

La Recapitulación es el tema más importante en nuestro proceso de desarrollo y es una herramienta muy valiosa para nuestro bienestar. La Recapitulación tiene que ver con las prácticas de recogimiento interior y de contemplación.
Practicar la recapitulación es algo fundamental. Una vez que se la disfruta, ya no se la puede abandonar, y los beneficios son inmediatos.

La adecuada práctica de la recapitulación es un instrumento ampliamente recomendado para manejar y aliviar los efectos del estrés en nuestro organismo.
La práctica milenaria de la recapitulación tiene un gran potencial para generar cambios importantes en la estructura física del cerebro y hasta puede disminuir la atrofia (encogimiento cerebral) generado por la edad.

Los practicantes que llevan varios años recapitulando tienen más lucidez mental, y su pensamiento es más rápido y preciso. Las zonas que se activan con la práctica de la recapitulación son específicamente: el hipocampo y áreas de la corteza orbito frontal, el tálamo, y el giro temporal inferior. Estas áreas del cerebro juegan un importante papel en la llamada regulación de las emociones. Las personas que practican la recapitulación desarrollan una habilidad especial para cultivar emociones positivas, mantener una buena concentración, tener en el tiempo una buena estabilidad emocional y tener un comportamiento consciente.
Existen pues diferencias en la anatomía y las conexiones entre las distintas regiones del cerebro que explican estas habilidades y lucidez mental a través de los años.

Quienes realizan la recapitulación de sus vidas tienen además conexiones más fuertes dentro del cerebro y muestran menos deterioro y atrofia cerebral relacionados con la edad. En resumen podemos decir que la práctica de la recapitulación tiene no solo un beneficio en las funciones cognoscitivas de orden superior, sino que también es capaz de modificar la actividad y el tamaño de nuestro cerebro.

Vamos a resaltar algunos de los beneficios validados de la recapitulación:
- Disminuye el estrés (ayuda al equilibrio endocrino/ inmunológico)
- Reduce notoriamente síntomas asociados a la depresión, trastornos de ansiedad, dolor crónico
- Mejora el insomnio
- Incrementa la habilidad de “prestar atención”
- Mejora la calidad de vida
- Mejora la neuroplasticidad cerebral
- Al mejorar la conexión entre lóbulos temporal y parietal se mejora la toma de perspectivas y se incrementa la compasión y la empatía.
- Mejora la memoria
- Mejora las estrategias de afrontamiento frente al estrés

Así pues, podemos ver la recapitulación como una práctica saludable, económica y personal que sin duda aporta beneficios de diversa índole a quienes la practican con regularidad.
Así como resulta oportuno ejercitar nuestro cuerpo para mantenernos saludables, flexibles y tonificados, sería conveniente entrenar nuestra mente (mediante la recapitulación de nuestra vida) para mejorar nuestro funcionamiento cerebral, regular nuestras emociones, vivir en forma consciente, cultivar emociones positivas y prevenir el deterioro cognoscitivo entre otras cosas.

Cómo Hacer una Lista de Recapitulación

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viernes, 13 de enero de 2023

Serie de Pases Mágicos Denominada Inventario del Día

La Serie Corta de Pases Mágicos que denominamos “El Inventario del Día” y también “La Máscara del Día, son una serie de pases reunidos en una unidad pragmática que los chamanes del antiguo México utilizaban para examinar o revisar cómo había sido su día.
La secuencia se complementa con cuatro pases mágicos y el mejor momento para practicarlos es al final de la jornada de trabajo. Es una práctica que sirve para dejar de lado las tensiones sobre todo para aquellos que viven en las ciudades donde hay muchas actividades.
En realidad se trata de una forma sencilla de recapitular, que se puede llevar después a nuestro Diario de Bitácora, para después utilizarla en el acecho.

“El Inventario del Día”
Los tres primeros pases se realizan sentados, el último acostado boca abajo con los puños cerrados contra el pecho y mirando hacia la izquierda.

Pase 1 - Trasladar energía al punto de encaje. (Vídeo II pase nº 6)



Pase 2 - La Tela entre los Dedos (Video I Pase 4)
La función de este pase mágico es estimular, en las muñecas y en las manos, innumerables puntos de energía que promueven la salud y el bienestar general.

Este movimiento consta de tres partes:
1. Hacer Chasquear la Tela,
2. Dispersar la Energía,
3. Deshacerse del Exceso.

1. Hacer Chasquear la Tela
Este movimiento crea una especie de escozor en la membrana entre los dedos.
Puesto que en el hombre, esta membrana se ha reducido considerablemente y carece de sensaciones en ella, este movimiento es un intento de transportarnos a un nivel de sensaciones muy antiguo al activar una vaga memoria en dicha membrana.

Se comienza con la mano izquierda.
Situamos el dedo meñique de la mano izquierda entre el cuarto dedo y el meñique de la mano derecha. El dedo índice izquierdo ha de quedar entrelazado con el pulgar de la mano derecha.


Ejecutamos este movimiento cinco veces con una mano y después cinco veces más con la otra.

2. Dispersar la Energía
La energía que se ha despertado en las manos, al estirar de la membrana entre los dedos, se expande por el cuerpo, a través de los brazos, cuando se presionan los puntos de energía localizados en la parte posterior de las manos.


Presionar cinco veces la parte posterior de la mano, y después cinco veces la otra.

3. Deshacerse del Exceso
Cualquier energía que se expande por el cuerpo siempre tiene un efecto impredecible, por lo tanto es de tremenda importancia liberar cualquier exceso.


Ejecutamos este movimiento cinco veces con el dedo pulgar izquierdo encima, y después cinco veces con la otra mano y con el dedo pulgar derecho encima.

Ahora Se Procede a Movilizar la Energía de los Pies


Pase 3
Este pase se compone de tres partes:
A) Relajar las sienes
B) Relajar la mandíbula
C) Relajar los Ojos



Se concluye esta serie que denominamos el "Inventario del Día" o la "Máscara del Día" con el pase nº 4.



Cuando nuestro comportamiento es predador y perdemos la conciencia que nos une a los demás, el punto de encaje se queda fijo y nuestro corazón se cierra.
El propósito de practicar el "Inventario del Día" es conseguir la habilidad de ser adaptables para seguir el flujo de la energía sin perder la integridad y mover el punto de encaje con sobriedad. Los pases mágicos abren el corazón.

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sábado, 16 de enero de 2021

Transformación

Ha llegado el momento de aceptar el destino que es inevitable eludir. Son tiempos convulsos, en los que estamos haciendo el intento de vivir de una manera diferente, contra la cual nos revelamos en muchos casos, sin tener en consideración la necesidad que nos ha debido traer hasta aquí y de lo cual parece ser, no hemos sido conscientes. Aunque mirando el desarrollo del ser humano, la consciencia, o el darse cuenta, sobre nuestro destino, sobre nuestra realidad y sobre nuestro caminar en esta vida, parece ser lo único de lo cual seguimos careciendo. Me refiero al hecho de ser consicentes, de darnos cuenta, de estar despiertos. Parecemos estar inmersos en un sueño hipnótico del cual seguimos sin despertar.

La luz es nuestra realidad, pero ¿qué luz es esa? Es un asunto del cual se ha hablado, y se sigue hablando, tanto que ya está gastado y del cual estamos cansados. No obstante, la luz es nuestra realidad. Ahora se nos ofrece una oportunidad, los momentos que estamos viviendo son históricos y ¿qué estamos haciendo al respecto? Muchos quieren volver a lo que "teníamos antes", son críticos y se quejan, por no decir que son deprimentes en cuanto alegan el desastre que estamos viviendo en el mundo, sin comprender que hemos sido nosotros mismos, cada uno de nosotros quienes hemos participado y hemos creado esta situación, y en lugar de darnos la oportunidad de observar y felicitarnos por todas las cosas maravillosas que están sucediendo a nuestro alrededor, en cuanto al despertar individual y colectivo de nuestra especie humana; lo único que queremos en la mayoría de los casos es volver a las miserias y a la vida que "disfrutábamos" antes de vivir este momento histórico en la vida de la humanidad.

El cambio tiene que venir desde fuera de nosotros, ya que por nosotros mismos, en la mayoría de los casos, no se produce un cambio significativo. Ahora tenemos la oportunidad, ya que se ha dado este acontecimiento único e histórico, de continuar el camino y manifestar el mundo que quieres hacer realidad. El momento es ahora, pero la lucha es incesante, has de hacer algo, bueno en realidad mucho, para volver, para iniciar, continuar en algunos casos, el camino de vuelta a casa. Sigue la luz, muere a lo viejo, a la realidad que ya no te sirve y renace a la nueva percepción que la vida y la historia te está poniendo al alcance de tu mano, de tu conciencia... Hazlo realidad y conviértete en tu verdad.

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sábado, 9 de enero de 2021

Despertar

Un buen día te das cuenta y sucede... Ocurre en un momento, cualquier momento. Despertar es un proceso que ocurre en un instante y se queda contigo para siempre, aunque debes seguir vigilante y acechar esa sensación, por elusiva, y hacerla crecer hasta que dirija completamente tu vida.

Despertar es una manera de vivir, es una forma de vida. Es verte en el mundo con ojos nuevos. Es un darse cuenta de que tus acciones, tus gestos, tus pensamientos y tus sentimientos han dado un giro completo y comprendes que has estado dormido durante toda tu vida, porque la manera de entender tu vida, así como el mundo que te rodea como nunca hasta ahora lo habías sentido.

El proceso de despertar consciente comienza con un primer paso: el deseo. El gesto es la observación y el acecho. ¿Cómo hacerlo? Empieza por cambiar tu manera de ver las cosas. Entiende que tu cerebro es el centro del movimiento de tu cuerpo y estar consciente de esta realidad, te abrirá a nuevas posibilidades. Empieza por observar con tu cerebro cómo se mueve, y por qué, tu cuerpo. Existe un despertar espontáneo que no es de interés para el caso que nos ocupa aquí.

Despertar es el comienzo del fin del miedo. Despertar no ocurre una vez y ya está. Es un proceso que se manifiesta en un momento determinado en la vida de cualquier persona y, dependiendo de cada persona, continúa o desaparece. Es una carrera de fondo que no tiene final, de hecho estamos aquí, viviendo esta realidad en este mundo, como parte del proceso de despertar.

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jueves, 7 de noviembre de 2019

Premisa para Manejar el Desatino Controlado

El propósito fundamental del acecho consiste en recuperar los filamentos que un guerrero ha ido dejando en el mundo a lo largo de su vida, y particularmente aquellos que otros seres luminosos dejaron en ellos. Sin esta premisa no hay posibilidad de manejar el desatino controlado. Esos filamentos ajenos son la base de nuestra ilimitada capacidad de sentirnos importantes. Para practicar el desatino controlado, puesto que no está hecho para engañar a la gente, uno tiene que ser capaz de reírse de sí mismo. Uno de los resultados de la recapitulación detallada es la capacidad de estallar en risa genuina cuando uno se encuentra cara a cara con las aburridas repeticiones que el yo personal hace acerca de su importancia.


La regla del nagual define el acecho y el ensueño como artes, por tanto, es algo que uno pone en práctica, algo que uno lleva a cabo. La naturaleza intrínseca del aliento es dar vida, y eso es lo que le da capacidad de limpiar el cuerpo luminoso. Esta capacidad es la que convierte a la recapitulación en una cuestión práctica. Una recapitulación profunda es el medio más expedito para perder la forma humana. De ahí que a los acechadores les es más fácil, después de recapitular sus vidas, hacer uso de todos los no-hacer del yo personal, como son borrar la historia personal, perder la importancia en uno mismo, romper las rutinas, etcétera.

Sólo un maestro acechador puede ser un maestro del desatino controlado. El desatino controlado no significa embaucar a la gente. Significa, que un guerrero aplica los siete principios básicos del arte de acechar en cualquier cosa que hacen, desde los actos más triviales hasta las situaciones de vida o muerte. Aplicar estos principios produce tres resultados. El primero es que los acechadores aprenden a nunca tomarse en serio: aprenden a reírse de sí mismos. Puesto que no tienen miedo de hacer el papel de tontos, pueden hacer tonto a cualquiera. El segundo es que los acechadores aprenden a tener una paciencia sin fin. Los acechadores nunca tienen prisa, nunca se irritan. Y el tercero es que los acechadores aprenden a tener una capacidad infinita para improvisar.

Los acechadores voltean la cabeza; sin embargo, no lo hacen para enfrentar una nueva dirección, sino para enfrentarse al tiempo de una manera distinta. Los acechadores encaran el tiempo que llega. Normalmente encaramos el tiempo cuando éste se va de nosotros. Sólo los acechadores pueden cambiar esta situación y enfrentar el tiempo cuando éste avanza hacia ellos. Voltear la cabeza no significa que uno ve el futuro, sino que uno ve el tiempo como algo concreto, pero incomprensible.

Somos guerreros, y los guerreros tienen una sola meta en la mente: ser libres. Morir y ser devorado por el Águila es el destino del hombre. Por otra parte, querer salirnos de nuestro destino, querer entrar serenos y desprendidos a la libertad, es la audacia final.

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lunes, 27 de agosto de 2018

Una Historia de Guerreros

¿Sabes una cosa?
Alguien me decía una vez... "es más fácil dar amor que recibirlo".

Somos brujos. Somos guerreros. Esa es la transformación. La que estamos llevando a cabo.
¡Qué largo el camino que nos ha traído hasta aquí! y, ¿Qué maravillas nos esperan?

Quiero compartir contigo una cosa. Tengo zumbando la "razón" en mi cabeza, ya sabes, el diálogo interno ese maldito. Fuerte!!! martilleando mi sentido del oído. La "ip" me dice una cosa y, eso que me dice, me lleva a morir. Conecto contigo y se hace claro en el atardecer.
Una vez más ando fluctuando entre el bien y el mal, buscando soluciones para el futuro hurgando en el pasado.

Quiero la paz en mi corazón. Hoy leía una cosa en "las enseñanzas de don Juan", se refería a cómo ir a la guerra. "bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza".
¡¡¡Qué impecabilidad!!!

Cuando se va a la guerra con rabia, rencor, deseos de venganza, juicio y condenación, la pérdida siempre ocurre; esta es mi recapitulación. La importancia personal en estado puro.
Me quedo con lo siguiente para ir a la guerra y quiero trabajar en ello.

1º Ir bien despierto.
¡Qué bonito! Cuántas cosas significan ir "bien despierto"...

2º Con miedo.
El miedo primitivo. El miedo se huele. El miedo es interesante analizarlo. Ocurre antes que la rabia. La rabia es consecuencia de la ferocidad. En el altercado que tuve el otro día ´"veía", realmente, la escena desde algo que surgía de la parte posterior de mi cuello para alzarse por encima de mi cabeza. Mi vida estaba siendo amenazada y no lo reconocía con mi mente consciente, sin embargo, algo surgió desde esa parte para "salvarme". Quizá sean las vidas del gato. No me quedan demasiadas, he quemado varias. La verdad es que debilita mucho. Soy demasiado temerario y hace que me exponga innecesariamente.

3º Con respeto.
¡Qué bueno! Nunca se menosprecia nada. Cuando menospreciamos al rival nos menospreciamos a nosotros mismos. El respeto es a la muerte ante la vida.

4º Con absoluta confianza.
¿Qué decir sobre esto?

Te estoy contando una historia de guerreros que van a la guerra cada día, a cada instante y tienen que quitarse el sudor de la frente. El lado izquierdo transmuta el derecho y evolucionamos, aunque sea a golpes, que es como suele ser.

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jueves, 16 de noviembre de 2017

La Cualidad del Guerrero

Ser guerrero es una cualidad de la mente. Un guerrero es alguien que lo arriesga todo. Un guerrero no va detrás del beneficio; un guerrero va buscando alcanzar una experiencia trascendente.

La cualidad del guerrero es la acción que llega sin pensar, la acción es sin mente; la acción es total. Cuando un guerrero se enfrenta ante un peligro inminente, no hay tiempo para el pensamiento. Cuando la posibilidad de morir le acecha, a un guerrero, no puede permitirse dejar funcionar a la mente, ya que los pensamientos necesitan tiempo y en las emergencias, un guerrero, no puede dejar funcionar a la mente. Se puede pensar cuando se está sentado en una silla, pero cuando estás frente a un enemigo solo puedes actuar.

Para un guerrero toda la vida es una situación de emergencia y en cualquier momento puede atacarle el principal de sus enemigos, así como encontrarse con feroces circunstancias que no dejan de acecharle. Toda la vida es una guerra. Si estás alerta verás que toda la vida es una guerra, y que en cualquier momento puedes morir; por eso la situación de emergencia es permanente. Estate alerta, sé como un guerrero moviéndose entre el enemigo. En cualquier momento, en cualquier lugar, puede saltar sobre ti la muerte; no dejes entrar a la mente. Y sé un guerrero; este salto sólo pueden darlo los guerreros impecables. El salto es tan grande que aquellos que están pensando en beneficios no pueden darlo. Es un gran riesgo; podrías perderlo todo y podrías no ganar nada.

Un hombre ordinario tiene una mente calculadora. Todo niño es un guerrero y cómo pierden la cualidad todos los guerreros es una larga historia: toda la sociedad, la educación, la cultura, el condicionamiento, te vuelve más miedoso, más asustado. No puedes correr riesgos, y todo lo que es hermoso es arriesgado.
El amor es un riesgo. La vida es un riesgo. La libertad es el riesgo supremo, y no la alcanzarás por medio de las matemáticas, sino tomando el mayor riesgo, arriesgando todo lo que tienes. Y tú no conoces lo desconocido: arriesgas lo conocido y no conoces lo desconocido.

Un hombre ordinario te dirá: ¿Qué estás haciendo, perdiendo todo lo que tienes por aquello que nadie sabe si existe o no? Un guerrero dice: Lo conocido ya ha sido conocido, deja de tener interés; se ha convertido en una carga y es inútil transportarla. Lo desconocido debe ser conocido ahora, y debo de arriesgar lo conocido por lo desconocido.

Y si puedes arriesgar, arriesgando totalmente, sin guardarte nada, sin hacerte trampas, sin ocultar nada; de repente lo desconocido te envuelve. Y cuando llega, te das cuenta de que no es solo lo desconocido, también es lo incognoscible. No está en contra de lo conocido, está más allá de lo conocido. Para adentrarse en esa oscuridad, para adentrarse en ese lugar inexplorado sin mapas, sin senderos, para adentrarse sólo en ese absoluto, hace falta tener la cualidad del guerrero.

A muchos de vosotros todavía os queda algo de esto porque una vez fuisteis niños; erais todos guerreros, soñabais con lo desconocido. Esa esencia está oculta pero no puede ser destruida; está ahí, todavía tiene un rincón propio en vuestro ser. Sacadla a la luz del día y seréis de nuevo guerreros.

Y no te deprimas por tener una mente calculadora. No te deprimas; puedes volver a ser un guerrero en cualquier lugar, en cualquier momento. Tomar riesgos es una cualidad de la mente, confiar es ir más allá de lo que es seguro.
El más grande de los guerreros no tiene que luchar contra otros. La lucha es con algo dentro de sí mismo. Y para conseguir la victoria, uno tiene que estar muy alerta, como un guerrero.

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lunes, 9 de octubre de 2017

Libertad de Ser

El hombre puede ser libre sin hallarse solo; crítico, sin henchirse de dudas, independiente, sin dejar de formar parte integrante de la humanidad. El hombre puede alcanzar esta libertad siendo lo que realmente es, y se alcanza no solamente con el pensamiento, sino con la totalidad del hombre, con la expresión activa de su energía emocional e intelectual. Éstas se hallan presentes en todos, pero se actualizan sólo en la medida en que lleguen a expresarse.
La libertad consiste en la realización espontánea de los actos de un guerrero con la totalidad de su ser.

La espontaneidad es la actividad del ser auténtico e implica el ejercicio de la propia y libre voluntad. Al hablar de actividad aquí se refiere al carácter creador que puede hallarse tanto en las experiencias emocionales, intelectuales y sensibles, como en el ejercicio de la propia voluntad. Una de las premisas de esta espontaneidad reside en la aceptación de la personalidad total y en la eliminación de la distancia entre naturaleza y razón; porque la actividad espontánea tan sólo es posible si el hombre no reprime partes esenciales de su ser... llega a ser transparente para sí mismo y si las distintas esferas de la vida han alcanzado una integración fundamental.

Los actos espontáneos son el único camino por el cual el hombre puede superar el terror de la soledad sin sacrificar la integridad de su ser; puesto que en la espontánea realización de su esencia es donde el individuo vuelve a unirse con el hombre, con la naturaleza, consigo mismo. Solamente aquellas cualidades que surgen de nuestra acciones espontáneas dan fuerza a nuestro verdadero ser y constituyen, por lo tanto, la base de su fortaleza. La incapacidad para obrar con espontaneidad, para expresar lo que verdaderamente uno siente y piensa, y la necesidad consecuente de mostrar a los otros y a uno mismo una “máscara”, constituyen la raíz de los sentimientos de inferioridad y debilidad. Seamos o no conscientes de ello, no hay nada que nos avergüence más que el no ser nosotros mismos.

Lo importante aquí es el acto como tal, el proceso y no sus resultados. En nuestra cultura es justamente lo contrario lo que se acentúa más. Producimos no ya para satisfacción propia, sino con el propósito abstracto de vender nuestra mercadería; creemos que podemos lograr cualquier cosa, material o inmaterial, comprándola; y de este modo los objetos llegan a pertenecemos independientemente de todo esfuerzo creador propio. Del mismo modo, consideramos nuestras cualidades personales y el resultado de nuestros esfuerzos como mercancías que pueden ser vendidas a cambio de dinero, prestigio y poder. De este modo, se concede importancia al valor del producto terminado en lugar de atribuírsela a la satisfacción inherente de la actividad creadora. Por ello el hombre malogra el único goce capaz de darle la felicidad verdadera —la experiencia de la actividad del momento presente— y persigue en cambio un fantasma que lo dejará defraudado apenas crea haberlo alcanzado: la felicidad ilusoria que llamamos éxito.

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domingo, 8 de octubre de 2017

Aprender es Disciplina

Disciplina es una hermosa palabra, pero ha sido mal empleada en el pasado, como todas las demás palabras hermosas. La palabra disciplina viene de la misma raíz que la palabra discípulo; el significado etimológico de la palabra es proceso de aprendizaje. El que está dispuesto a aprender es un discípulo y el proceso de estar dispuesto a aprender es disciplina.
La persona que no está nunca dispuesta a aprender porque piensa que ya sabe; está muy centrada en su así llamado conocimiento. Su conocimiento no es otra cosa que alimento para su importancia personal. No puede ser un discípulo, no puede tener una auténtica disciplina.

El principio de la disciplina es como dijo Sócrates, "solo sé que no sé nada". Cuando no sabes nada, por supuesto, surge un gran anhelo por aprender, por buscar, explorar, por investigar. Y en el momento en el que empiezas a aprender, inevitablemente, le sigue otro factor: tienes que renunciar continuamente a todo lo que has aprendido; de lo contrario, se convierte en conocimiento y el conocimiento te impedirá seguir aprendiendo.
Un hombre verdaderamente disciplinado nunca acumula; muere momento a momento a todo aquello que ha llegado a conocer y se vuelve otra vez ignorante. La ignorancia es realmente luminosa. Una de las experiencias más hermosas de esta existencia es vivir en un estado luminoso de no saber. Cuando estás en un estado de no saber estás abierto. No hay barreras, estás dispuesto a explorar.

La disciplina ha sido malinterpretada. La gente ha estado diciendo a los demás que disciplinen su vida, que hagan esto y que no hagan aquello. Al hombre le han sido impuestos miles de deberías y no deberías, y cuando un hombre vive con miles de deberías y no deberías no puede ser creativo. Es un prisionero; por todos lados se tropezará con un muro.
La persona creativa tiene que disolver todos los deberías y no deberías. Necesita libertad y espacio, un espacio inmenso, necesita el cielo entero y todas las estrellas, sólo entonces su espontaneidad interior comenzará a crecer.

Tu disciplina tiene que salir de tu corazón, tiene que ser tuya, y hay una gran diferencia. Cuando otra persona te impone la disciplina nunca podrá encajar contigo; será como llevar la ropa de otro. Será siempre o demasiado floja o demasiado apretada, llevándola siempre te sentirás un poco ridículo.
La disciplina es un fenómeno individual; siempre que la tomas prestada empiezas a vivir de acuerdo a principios prefijados, muertos. Y la vida nunca es muerte; la vida es un cambio constante momento a momento. La vida es un flujo.

Hay que estar alerta, observar cada situación y sus matices, uno tiene que responder a cada situación de acuerdo al momento, no de acuerdo a cualquier otra respuesta confeccionada por otros.
Intenta estar vivo con todas sus inconsistencias y vive cada momento sin ninguna referencia al pasado, sin ninguna referencia al futuro tampoco. Vive el momento en el contexto del momento, y tu respuesta será total. Y esa totalidad tiene belleza y esa totalidad es creatividad. Entonces todo lo que hagas tendrá su propia belleza.

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miércoles, 2 de agosto de 2017

Estados de Conciencia Acrecentada

El acrecentamiento de conciencia es lo que nos hace pensar cada vez más relativamente. El pensamiento relativo, radica en ver la parte en relación con el todo y no ver tan solo la parte aislada. Una mente estrecha, con unos pocos juicios fijos y adquiridos, tendrá una vida desdichada debido a que siempre juzga desde una pequeña parte, algún detalle adquirido por su Importancia Personal. Cuando nos damos cuenta de nuestra total nulidad, cuando percibimos mediante un prolongado, imparcial y sincero acecho, que en realidad nada sabemos y no somos en absoluto lo que imaginamos ser, es cuando se produce en nosotros un acrecentamiento de la conciencia. Pero esta comprensión no puede ser alcanzada por uno mismo —de otro modo es autocompasión y emoción negativa. Esta comprensión es otorgada en destellos─. Es, de hecho, cercana a la emoción positiva, la que, como es sabido, es solo concebida como recompensa y es algo que nadie puede crear en sí mismo. Nunca una emoción positiva puede ser una recompensa. Lo que denominamos una emoción "positiva" está al servicio activo de una emoción negativa de tal modo que en la vida inconsciente el amor y el odio son casi siempre indistinguibles. Pero una emoción positiva carece de opuesto y nunca puede convertirse en aversión. En un estado acrecentado no hay opuestos. Cuanto más difícil y despreciable es una persona, tanto más opuestos tendrá —observación que se aplica a todos, en especial a aquellos que se imaginan, a causa de un retrato de sí mismos estar llenos de amorosa bondad, pero si se les golpea sagazmente, se convierten en demonios de aborrecimiento, desdén, venganza y todo lo demás.

Todo crecimiento de la comprensión significa un crecimiento del doble y un crecimiento de la conciencia. Después de trabajar sobre uno mismo durante mucho tiempo se advertirá muy gradualmente que la comprensión se vuelve cada vez más amplia. Y recapitulando, se verá que lo que antes se creía observación de uno mismo, en realidad no lo era.

Uno se da cuenta, sin buscarlo, que estaba tratando con cosas inservibles, y se empieza a percibir lo que significa la forma humana con su montón de defensas, de orgullo, vanidad, actitud fija, falsos retratos, mentiras, valores adquiridos y todo lo demás, a los que se consideraba en realidad como la verdad, y se lo ignoraba y no se podía hablar ni mencionarlo, porque de haberlo hecho habría sido mal interpretado por la insignificante importancia personal.

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sábado, 22 de abril de 2017

La Actividad más Desgastante de un Guerrero

La importancia personal es nuestro mayor enemigo. Lo que nos debilita es sentirnos ofendidos por los hechos y juicios de nuestros semejantes. Nuestra importancia personal requiere que pasemos la mayor parte de nuestras vidas ofendidos por alguien. Se deben llevar a cabo todos los esfuerzos posibles para erradicarla de la vida de un guerrero. Sin importancia personal somos invulnerables.

La carga de la importancia personal es en verdad un terrible estorbo y los actos de darse cuenta son siempre personales. La importancia personal no puede combatirse con delicadezas.


Existen dos categorías de guerreros. La primera queda integrada por aquellos que están dispuestos a ejercer control sobre sí mismos. Esos guerreros son los que pueden canalizar sus actividades hacia objetivos pragmáticos que beneficiarían a otros guerreros y al hombre en general. La otra categoría está compuesta de aquellos a quienes no les importa ni el control de sí mismos ni ningún objetivo pragmático. Se especula de manera unánime entre los guerreros que estos últimos no han podido resolver el problema de la importancia personal.

La importancia personal no es algo sencillo e ingenuo. Por una parte, es el núcleo de todo lo que tiene valor en nosotros, y por otra, el núcleo de toda nuestra podredumbre. Deshacerse de la importancia personal requiere de una obra maestra de estrategia. Los guerreros de todas las épocas han conferido las más altas alabanzas a quienes lo han logrado.

Un guerrero combate la importancia personal como cuestión de estrategia. La impecabilidad no es otra cosa que el uso adecuado de la energía. Ahorrar energía es lo que hace a un guerrero ser impecable. Para poder entender esto, tú tienes que haber ahorrado suficiente energía, o no lo entenderás jamás.

Un guerrero hace inventarios estratégicos. Hacen listas de sus actividades y sus intereses. Luego deciden cuáles de ellos pueden cambiarse para, de ese modo, dar un descanso a su gasto de energía. El inventario estratégico son los que abarcan patrones de comportamiento que no son esenciales para nuestra supervivencia y bienestar.

En el inventario estratégico de un guerrero, la importancia personal figura como la actividad que consume la mayor cantidad de energía, y por eso hay que esforzase tanto por erradicarla. Una de las primeras preocupaciones del guerrero es liberar esa energía para enfrentarse con ella a lo desconocido. La acción de recanalizar esa energía es la impecabilidad.

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viernes, 10 de marzo de 2017

Prescindiendo de las Circunstancias Exteriores

Lograr ser feliz prescindiendo de las circunstancias exteriores es una meta que merece que se luche por ella. Nuestra felicidad, tal como somos, depende de condiciones externas. El hombre que ha llegado a una etapa en la cual tiene algo independiente de las condiciones exteriores, algo que es independiente del fracaso o del éxito, del calor o del frio, de la comodidad o de la incomodidad, del hambre o de la saciedad, tal hombre vive en una Segunda Atención.

El hombre tiene la posibilidad de formar otro cuerpo en sí mismo. Ese Segundo Cuerpo no depende del cuerpo físico sino que de hecho lo controla. En la práctica de la no identificación empezamos a formar el Segundo Cuerpo y, de hecho, todo cuanto por lo que un guerrero lucha está conectado con esta meta.

Cuanto sucede en la vida es un medio y no un fin. Las gentes toman la vida como un fin y hacen las cosas en la vida desde este punto de vista. Siempre buscan resultados. Trabajan para lograr resultados. Si llegan a fracasar se sienten desdichados. Pero un guerrero no hace las cosas por el resultado, sino que en todo lo que hace, practica la no identificación y se recuerda a sí mismo.

Cada persona desempeña varios papeles típicos. Una persona tiene probablemente múltiples papeles que utiliza en la vida ordinaria. Ahora bien, es equivocado decir que las gentes utilizan esos papeles. Lo justo es decir que esos papeles utilizan a la gente.

Un guerrero ya no puede desempeñar los papeles de la vida ordinaria. Al no tener algo a lo que aferrarse se siente desorientado, por un tiempo. Esto quiere decir que el estado artificial en que vivía deja de formar parte de su realidad.

Las actitudes que se manifiestan en el hombre ordinario le impiden una verdadera comprensión de su verdadero papel en la vida, haciendo que dependa de las condiciones exteriores.

Para formar el segundo cuerpo, un guerrero debe desprenderse de la imagen que tiene de sí mismo, así como de sus papeles y actitudes mecánicas. Necesita separase de lo que ha creído ser hasta este momento. El único remedio es acechar gradualmente la imagen de sí, llegar a percibir los papeles que desempeña de manera mecánica y tener conciencia de sus actitudes ante la vida. Las actitudes se forman fácilmente por la educación, se enseña a un niño que cierto punto de vista es correcto y de tal modo se establece una actitud desde los primeros años, por ello es necesario realizar una profunda recapitulación.

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lunes, 27 de febrero de 2017

Acechando la Personalidad

La historia personal debe llegar a ser pasiva en nosotros antes que puedan tener lugar todas las transformaciones interiores que son posibles al hombre. La personalidad es al presente un caos, una confusión. Carece de organización, si bien a través de la acción de la importancia personal pretende tenerla y así nos engaña. Tu personalidad no es sino una multitud de aspectos contradictorios adquiridos y cada uno de estos aspectos o máscaras en un momento dado pueden dominarte por completo. Ahora bien, si eres capaz de oír, comprender y acatar la enseñanza que propone el camino del guerrero esto sería imposible, porque el intento se haría cargo de ti. Un hombre que al presente se deja llevar por los cambiantes aspectos de su personalidad —un hombre ordinario— no tiene verdadera voluntad y no es sino un autómata.

Ahora bien, por medio de un prolongado acecho de esta falsa idea de nosotros mismos se desvanece. Esto sucede cuando el intento empieza a hacer pasiva a la personalidad. Tal como somos, somos víctimas de los pequeños aspectos de la personalidad, de los más estúpidos y tontos que se hacen cargo de nosotros y a los cuales imaginamos que conocen realmente lo que es bueno y lo que es malo.

Sin embargo, si comprendemos y acatamos la enseñanza del camino del guerrero, se nos mostrara gradualmente lo que es verdaderamente bueno y malo. Por ejemplo, es preciso trabajar contra todas las emociones negativas son con el máximo de nuestra capacidad en la vida diaria. Además, contra todas las formas de consideración interior, de hacer cargos contra los otros. Todas las formas de auto-justificación hay que combatirlas, así es preciso luchar contra la identificación de todas las maneras posibles en lo que nos queda de vida.

En otras palabras, el único acceso a un mayor desarrollo interior se logra por medio de la humildad, por medio de una experiencia verdadera, constantemente renovada, de que no se sabe —de hecho, de que nada se sabe aunque siempre se pretenda saber.

Un guerrero debe llegar al punto en que se dé claramente cuenta que no es nada. Entonces puede llegar a ser algo. El orgullo de un hombre es un obstáculo que se opone a la acción muchas formas de cognición y percepción interna que están asociadas con la ausencia de orgullo.

Cuando un hombre vive y actúa como guerrero es por completo diferente, pero cualquier circunstancia exterior puede trasladarlo de pronto a la falsa personalidad, por ello un guerrero tiene que estar siempre alerta y luchar entre lo que le muestran sus sentidos y la llamada del espíritu.

Ahora es preciso recordar que no hay razón alguna para seguir este Camino. Recuérdalo siempre. Tenlo siempre presente —que no hay razón alguna para que sigas este camino—. Puedes proseguir tu vida como siempre lo has hecho. Nadie te ha pedido que siguieras este camino. Es simplemente una cuestión que debes decidir por ti mismo. No has pronunciado voto alguno. Pero si empiezas a escucharlo y lo que oyes penetra en un nivel más profundo y ya empiezas a comprenderlo y trata de cumplirlo en tu vida cotidiana, entonces la parte interna que te mantiene asegurado a este Camino será tu comprensión. No le cuesta nada a un hombre ir en contra de su comprensión, pero en este caso se encontrara en la vida en el mismo lugar en que estaba antes. Y si para él este orden de cosas es más satisfactorio, le basta regresar a la vida y olvidar lo antes posible toda la comprensión que había logrado del Camino. De hecho, no es menester que olvide porque el Camino desaparecerá por sí mismo de él. En tal caso ese hombre permanecerá en el mismo estado de conciencia en que estaba antes.

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martes, 29 de marzo de 2016

Justicia

Justicia es una gran palabra. Es una gran cosa en el mundo. No se trata de cualquier cosa: es algo objetivo. Las cosas objetivas actúan según el intento, tal como el intento les indica marchar. Recuerda esto: lo que siembras, cosechas. Y esta Ley no concierne solamente a los individuos sino también a las familias y a las naciones.

Las cosas que pasan en la Tierra son continuación de aquello que en algún momento fue iniciado por nuestros ancestros. Y las consecuencias recaen sobre nosotros, por lo tanto somos nosotros quienes tenemos que hacerles frente. Esto no es una injusticia. Al contrario, es un gran honor. Esta responsabilidad puede servir de factor para recapitular. Y de este modo se podrá reparar el pasado que está más allá de nuestra propia existencia actual y que incluye a nuestros ancestros.

Alguien ha muerto, nuestros padres, nuestros abuelos, bisabuelos, desde el comienzo de los tiempos, y somos nosotros los que cosechamos. Es preciso que no pensemos sólo en nosotros, porque nosotros no somos más que un eslabón de la cadena de sangre: no se puede considerar esto de manera egoísta. O, si quieres, lo puedes considerar de manera egoísta, pero solamente en lo que concierne a tu sangre, no en lo que concierne a tu pequeña vida. Es un honor ocupar ese lugar y estar orgulloso de ello. Cuanto más te sientas obligado a reparar las consecuencias del pasado, más recordarás todo aquello que no hiciste como debieras haber hecho. De modo que podrás tener diez veces más remordimientos de conciencia y tu disposición de ser impecable aumentará de manera proporcionada.

No eres una simple "cola de perro". Tienes una responsabilidad en la línea de tu linaje. Toda la humanidad pasada y futura depende de ti. Toda la humanidad depende de cómo repares tu pasado. Si reparas para todo el mundo, está bien. Si no, de nada valdrá.

¡Te das cuenta en qué situación te encuentras! ¿Quizá comienzas a comprender qué es la justicia? La justicia no se ocupa de regular nuestras pequeñas historias. Se ocupa de cosas grandes. Es idiota pensar que el Poder deba ocuparse de las cosas pequeñas en tu lugar. Es lo mismo respecto de la justicia. La justicia no se ocupa de esas pequeñas cosas, y al mismo tiempo, nada se hace en la Tierra sin justicia.

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sábado, 19 de diciembre de 2015

Cómo Hacer una Lista de Recapitulación

El acto de desplazarse entre posiciones anteriores y la presente proporciona a los practicantes del chamanismo la fluidez necesaria para salvar obstáculos extraordinarios en sus viajes al infinito. A los practicantes de la Tensegridad la recapitulación otorga la fluidez necesaria para salvar obstáculos que en modo alguno forman parte de sus sistema cognitivo.
En el caso del hombre moderno, en cuanto a procedimiento formal, se utiliza como recurso nemotécnico una lista escrita de todas las personas que haya conocido.
Se trata de una lista, por escrito, de los eventos a recapitular. Esta lista deberá contener todos los eventos de nuestra existencia, empezando por el momento en que la persona está elaborando su lista y terminando con su nacimiento e incluso antes (la recapitulación puede abarcar vivencias prenatales).
En la recapitulación la lista de eventos es un recurso que lanza la memoria a un viaje inconcebible. En este aspecto, recordar acontecimientos que acaban de ocurrir allana el terreno para evocar con la misma claridad hechos que se encuentren más alejados en el tiempo. Recordar experiencias de esta manera equivale a revivirlas y a extraer de la evocación un ímpetu extraordinario que permite agitar la energía disipada de nuestros centros vitales y restituirla.

Para facilitar la recapitulación existe un método sumamente práctico que consiste en los siguientes pasos:
a) Elegir tres áreas de nuestra vida para recapitular.
b) Dividir las áreas en sus elementos.
c) Dividir los elementos en etapas.
d) Dividir las etapas en eventos.


a) Las Áreas
Se trata de elegir tres áreas de experiencia que sean operativas de acuerdo a nuestro tipo de vida. Que tengan que ver preferentemente con cosas por las que hemos pasado a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo: "Casas en las que has vivido", "Relaciones afectivas", "Relaciones sexuales", "Familiares", "Amigos", "Trabajos desempeñados", "Estudios de todo tipo", etc. Lo importante es que el área seleccionada pueda ser dividida en muchos elementos. De poca ayuda será elegir "parejas" si nunca has tenido una.

b) Elementos del Área
Son las unidades específicas del área que estamos haciendo la lista en orden aparentemente inverso al transcurrir del tiempo. Hay que nombrarlas una por una, del presente al pasado.
Si el área elegida fuera "casas", encabezaría la lista la casa en la que vives actualmente, seguiría la inmediatamente anterior y así sucesivamente, hasta llegar a la casa de tu nacimiento.
Si el área elegida se relaciona con personas como parejas o familiares, trata de ubicar los elementos (nombres) de acuerdo al mismo tiempo de orden temporal.

c) Dividir los Elementos en Etapas
Este es el paso que puede aparentar ser más complicado, aunque en realidad no lo es tanto. Consiste en seccionar en etapas que se presten para la observación, cada uno de los elementos, empezando con el elemento que encabeza la lista y siguiendo en el mismo orden de presente a pasado.
La manera más apropiada es nombrar cada etapa de acuerdo a un acontecimiento que de algún modo marque el inicio de una etapa.
Los nombres que se dan a cada etapa no se tomarán como eventos en sí mismos, sino como puntos de referencia que nos ubican en alguna etapa específica, cuya duración puede ser muy variable, de acuerdo a cada caso. El número de etapas puede cambiar, pero nunca deberá ser menor a tres y dependerá del tiempo que se permaneció en ese elemento de área. A mayor duración, mayor número de etapas (entre cinco y diez suele bastar).

d) Dividir las Etapas en Eventos
En este paso, debes detallar en tu lista cada uno de los eventos que tuvieron lugar en la etapa específica, de nuevo desde el más actual hasta el más remoto. No se trata de describir el evento, sino sólo de nombrarlo. Tampoco se trata de analizar, sino de registrar el evento.
El número de eventos puede ser muy variable de acuerdo a cada etapa; una lista bien hecha puede tener entre unos 300 y 2000 eventos. También puede tener más.

Cuando se ha completado la lista, ésta suele tener la forma de un enorme cuadro sinóptico de cuatro columnas. En la primera columna el nombre del área. En la segunda los elementos del área. En la tercera las etapas de los elementos. En la cuarta los eventos que tuvieron lugar en cada etapa.
El material puede ser organizado de cualquier manera, listados, archivos numerados, etc. Pero, el cuadro sinóptico tiene la ventaja adicional de resultar muy adecuado para las observaciones globales que pueden ser muy reveladoras.
Es muy importante no pasar a otra columna hasta que no se haya completado la precedente. El listado se va realizando en un sentido vertical y no horizontal, lo que te permite ir repasando tu vida repetidamente, pero con un sentido mayor de detalle cada vez.

La lista de eventos a recapitular, en tanto a ejercicio de acecho, no es una cuestión de análisis, sino de observación. Hay que registrar los hechos sin ponernos a especular o reflexionar sobre ellos y por otra parte hay que evitar la tendencia a dejar de registrar hechos dolorosos o vergonzosos, que en la mayoría de las veces son los que más exigen una recapitulación a fondo.
Cuanto más tiempo y atención se invierte en la elaboración de la lista, tanto mejor serán los resultados. Generalmente puede tomar de dos a doce semanas como mínimo hacer una lista que sea útil para empezar a recapitular, siempre que se trabaje con frecuencia. Una lista con tres áreas bien elegidas y terminadas se puede considerar una lista bastante completa.
La lista de eventos en sí misma es un ejercicio completo y útil que por sí sólo puede muy bien funcionar como una forma mínima de recapitulación general.
El mero proceso de trabajar en la lista de recapitulación puede llevar al cuerpo a recordar. Una vez terminada la lista, ésta se convierte en un "mapa" de nuestra existencia, en la que la observación de las repeticiones, ciclos periódicos y secuencias puede resultar muy reveladora para conocer los ejes estructurales de nuestra vida.

La Recapitulación de los Chamanes

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domingo, 26 de abril de 2015

Desarrollando la Voluntad

La vida no es lo suficientemente larga como para cambiar nuestro estado de ser si trabajamos en ella igual que en todo lo demás. Conseguir algo solo es posible si se usa un método más perfecto. La primera condición es el entendimiento. Todo lo demás resulta proporcional al entendimiento. También hay que hacer esfuerzos en relación con la voluntad y las emociones. Hay que ser capaz de ir contra uno mismo para renunciar a la propia voluntad.


Primero hay que preguntarse: ¿qué es la voluntad? No tenemos voluntad, de modo que ¿cómo vamos a renunciar a lo que no tenemos? Esto significa, en primer lugar, que no estamos de acuerdo con que no tenemos voluntad; solo asentimos de palabra. En segundo lugar, no tenemos siempre voluntad, sino solo a veces. Voluntad significa fuerte deseo. Si no hay fuerte deseo, no hay nada a lo que renunciar; no hay voluntad.

Aquí se mezclan muchas cosas. No sabemos cómo pensar sobre la voluntad. Una parte de nosotros se da cuenta de que somos máquinas, pero al mismo tiempo queremos actuar según nuestra propia opinión. En ese momento se debe ser capaz de parar, de no hacer lo que se desea. Esto no se aplica a momentos en los que no se tenga intención de hacer nada, pero se debe ser capaz de pararse si el deseo va contra las reglas o principios, o contra lo que se ha dicho.

Es importante entender dos cosas: qué no podemos “hacer” y que vivimos bajo la ley del accidente. En la mayoría de los casos, la gente cree que puede “hacer”, que puede conseguir lo que quiere y que el que esto no suceda es puramente accidental. La gente piensa que los accidentes son muy raros y que la mayoría de las cosas son debidas a la ley de causa y efecto. Esto es completamente falso. Es necesario aprender a pensar correctamente; entonces veremos que todo sucede y que vivimos bajo la ley del accidente.

En relación con “hacer”, es difícil darse cuenta de que, por ejemplo, cuando la gente construye un puente eso no es “hacer”: es solo el resultado de todos los esfuerzos previos. Es algo accidental. Para entenderlo, pensemos en el primer puente que Adán construyera y de toda la evolución de la ingeniería de puentes. Al principio es algo accidental –un árbol cae atravesando un río, luego el hombre construye algo parecido, y así sucesivamente−. La gente no “hace”; una cosa viene detrás de la otra.

Si recordáramos que no podemos hacer nada, también recordaríamos muchas otras cosas. Generalmente hay tres o cuatro obstáculos, y si no se tropieza con uno, se hace con el siguiente. El “hacer” es uno de ellos. En conexión con esto, hay algunos principios fundamentales que no se deben olvidar. Por ejemplo, que hay que mirarse a uno mismo y no a otras personas; que la gente no puede hacer por sí misma, pero que si es posible el cambio éste solo se realizará con la ayuda del sistema, con la organización, el trabajo personal y el estudio del sistema.

Es solo cuando se intenta de verdad hacer algo diferente del modo en que sucede cuando uno se da cuenta de que es absolutamente imposible hacerlo diferentemente. La mitad de las preguntas que se hacen son sobre el “hacer” –cómo cambiar esto, destruir aquello, evitar esto otro, y así sucesivamente−. Pero para cambiar incluso una cosa mínima hace falta un esfuerzo enorme. Uno se convence de ello hasta que lo intenta por sí mismo. Solo a través del sistema se puede cambiar algo. Esto es algo que suele olvidarse.

Todo sucede. Nadie puede hacer nada. Desde el momento en que nacemos hasta el momento en que morimos las cosas suceden, suceden y suceden, y nosotros pensamos que “hacemos”. Ésta es la condición normal en la vida. Incluso en uno mismo, el “hacer” empieza muy a menudo por no hacer. Antes de poder hacer algo que antes no podíamos, se deben no hacer muchas cosas que antes se hacían.

La gente no quiere abandonar la idea de que puede “hacer”, de modo que si llega a la conclusión de que las cosas suceden lo natural es encontrar excusas, tales como “esto ha sido un accidente pera mañana será diferente”. Esto es por lo que no podemos asimilar esa idea. Durante toda nuestra vida vemos que las cosas suceden, pero seguimos explicándolas como accidentes, como excepciones a la regla de qué podemos “hacer”. O nos olvidamos, o no vemos, o no prestamos atención suficiente. Siempre creemos que en cualquier momento podemos empezar a “hacer”. Tal es nuestro modo ordinario de pensar sobre el tema. Podemos ver en nuestra vida una ocasión en la que intentamos hacer algo y fracasamos, y así tendremos un ejemplo de lo dicho, porque comprobaremos que nuestro fracaso fue explicado como un accidente, como una excepción. Si las cosas se repitieron, todavía seguimos pensando qué podíamos haber hecho, y si de nuevo vemos lo mismo, aun explicaremos nuestro fracaso como simplemente un accidente. Resulta muy útil repasar la propia vida desde este punto de vista. Intentemos hacer algo, pero algo diferente sucedió. Si somos realmente sinceros lo veremos; si no, llegaremos hasta persuadirnos de que lo que sucedió era exactamente lo que queríamos.

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martes, 3 de marzo de 2015

El Convocador

Un convocador es un recurso de la atención, una manera de acceder a otro nivel de conciencia. Podemos usar, así, cualquier cosa para sintonizar con el Espíritu porque, finalmente, está detrás de todo lo que existe. Pero ciertas cosas nos atraen con más fuerza que otras.
Por lo común la gente tiene sus oraciones, sus rezos y sus amuletos, o elabora rituales privados o colectivos. Los guerreros de la vieja guardia eran propensos al misticismo; usaban la astrología, oráculos y conjuros, objetos de poder, cualquier cosa que burlase la vigilancia de la razón.
Pero para los nuevos guerreros esos recursos son un despilfarro y ocultan un peligro, pudiendo desviar la atención de la persona que, en lugar de enfocarse en su vínculo inmediato con el Espíritu, se hace adicta al símbolo. Los guerreros actuales prefieren métodos menos teatrales. Lo recomendable es intentar directamente el silencio interior.


El camino del guerrero es el arte del silencio. El silencio es un pasadizo entre los mundos. Al dejar a un lado nuestra mente, emergen aspectos increíbles de nuestro ser. A partir de ese momento, la persona se hace vehículo del intento y todos sus actos comienzan a rezumar poder.
El intento no es un concepto que se pueda o se quiera definir. Cuando se practica, uno lo percibe. Si se trata de entender, se bloquea. No hay que verlo como algo difícil o complejo, porque no es nada del otro mundo; tan solo es, acallar la mente. El silencio mental no es solamente la ausencia de pensamientos. Más bien, se trata de suspender los juicios, de atestiguar sin interpretar. Entrar al silencio se puede definir, según el contradictorio modo de los guerreros-viajeros, como “aprender a pensar sin palabras”.
Existen guerreros que consiguieron parar su dialogo interno y ya no interpretan, son pura percepción; nunca se desilusionan ni arrepienten, pues todo lo que hacen parte del centro de la decisión. Han aprendido a lidiar con su mente en términos de autoridad y viven en el más auténtico estado de libertad.

Somos animales predatorios que, a fuerza de domesticarnos, hemos terminado por convertirnos en rumiantes. Pasamos la vida regurgitando una lista interminable de opiniones sobre casi todo. Los pensamientos nos llegan en racimos; uno empalma con el otro, hasta rellenar todo el espacio de la mente. Ese ruido no tiene ninguna utilidad, porque, prácticamente en su totalidad, está dirigido al engrandecimiento del ego.
Los resortes del dialogo interno se nutren de nuestra historia personal, por lo tanto llegar al silencio interior es un asunto muy privado.
Sin embargo, a través de milenios de prácticas, los chamanes han observado que, en el fondo, somos muy parecidos y hay situaciones que tienen el efecto de silenciarnos a todos por igual.

El silencio empieza con una orden, un acto de voluntad que se convierte en el comando del Águila. Sin embargo hemos de tener en cuenta que, mientras nos impongamos el silencio, nunca estaremos verdaderamente ahí, sino en la imposición. Hay que aprender a transformar la voluntad en intento.
El silencio es tranquilo, es un abandonarse, dejarse ir. Produce una sensación de ausencia, como la que tiene un niño cuando se queda mirando al fuego. ¡Qué maravilla recordar ese sentimiento, y saber que se puede volver a evocar!

La técnica de observar, es decir, de contemplar el mundo sin ideas preconcebidas, funciona muy bien con los elementos. Por ejemplo, con las llamas, la caída del agua, las formas de las nubes o la puesta del Sol. Los chamanes le llaman “engañar a la máquina”, porque, en esencia, consiste en aprender a intentar una nueva descripción.
Lo importante es que nuestro intento sea inteligente. De nada sirve que nos esforcemos por llegar al silencio si primero no le creamos condiciones favorables para que se sostenga. Por lo tanto, además de ejercitarse en la observación de los elementos, un guerrero está obligado a hacer algo muy simple, pero muy difícil: ordenar su vida.

Los chamanes de la antigüedad solían emplear plantas de poder para detener el dialogo interno. Pero los guerreros actuales prefieren condiciones menos arriesgadas y más controladas. El método preferido de los guerreros es la recapitulación. La recapitulación detiene la mente de una forma natural.
El principal alimento de nuestros pensamientos son los asuntos pendientes, las expectativas y las defensas del ego. Es muy difícil encontrar una persona cuyo dialogo interno sea sincero; lo común es que disimulemos nuestras frustraciones yéndonos al extremo opuesto. Así, el contenido de nuestra mente se convierte en una exaltación al yo.
Recapitular acaba con todo eso. Después de un tiempo de esfuerzo sostenido, algo se cristaliza dentro de nosotros. El dialogo habitual se nos hace incoherente, incomodo; y no queda otro remedio que pararlo.

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martes, 20 de mayo de 2014

Misterios Insondables de la Conciencia

La sensibilidad que brota del camino del guerrero está profundamente vinculada con la Tierra. Ese ser majestuoso y exquisito es la suma de todo lo que somos. La Tierra es un mundo desconocido e inagotable, un mundo hermoso, atroz, sobrecogedor, terrible, exuberante. Un mundo para seres beligerantes que no se sienten víctimas de nada, seres en pie de guerra que no necesitan que los salven o los rediman y que están bien y quieren estar mejor. Es un mundo lleno de misterios que nos insta a luchar y no desfallecer, un mundo donde la victimización carece de sentido. Esto es, tal vez, lo que más le agradezco al camino del guerrero: haber elegido que la Tierra es mi ser amado y que acrecentar la conciencia que tengo de ella es el propósito de mi existencia.

No necesito ningún dios, ningún amo, ningún volador que me haga sentir “espiritual” o “chamán”. Me basta con la Tierra, con sus seres y sus elementos, en los que reconozco a mis aliados naturales. Y aunque muriera en este preciso momento, mi corazón estaría lleno de agradecimiento por haber tenido la extraordinaria suerte de vivir en este maravilloso mundo.


Pero si la instalación foránea prevalece y los esfuerzos por erradicarla continúan siendo esfuerzos individuales en una lógica del sálvese quien pueda, no va a haber lugar para la criatura de mar, para la criatura de tierra, para el bosque, el coyote o la lagartija. Van a ser recuerdos, mitos. En cuestión de décadas, sólo habrá humanos en sus “humaneros”. Monocultivos de humanos alienados que se sienten por encima del manantial, la lombriz o la secoya, interesados en colonizar otros planetas para llevar a ellos a sus amos.

Durante dos millones de años de ocupación foránea, nuestros amos han intervenido nuestra filogenia, auspiciando aquellas orientaciones culturales que hoy culminan con una civilización alienada que amenaza con destruir el mundo en el que coexistimos. Porque no es que la razón humana se haya levantado desde el lodo del mundo primitivo. Esa famosa “razón” no es más que el despliegue del intelecto bajo el dominio de los voladores, lo que nos ha llevado a comportarnos como una especie colonizadora extraterrestre que socava la Tierra y esclaviza a sus seres vivientes.
¿Cómo es que en todo ese tiempo la humanidad no ha sido capaz de combatir semejante dominio? Conozco a muchos que durante largo tiempo sostuvieron el intento de encontrar sus manos en un sueño y despertar en él. ¿Cómo es que no se nos ha dicho que es posible hacer lo mismo con el volador, hasta verlo en nuestro ensueño y saber a qué atenernos? ¿A qué tanto temor y suspicacia? ¿Quién se podría molestar si sumamos esfuerzos para ahuyentar a este parásito?

La idea oscurantista de que los misterios insondables de la conciencia no pueden ser explicados ha servido para reafirmar la supremacía de la razón alienada en el orden de los asuntos prácticos de la humanidad.

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lunes, 15 de abril de 2013

La Primera Atencion

La conciencia de los seres humanos adultos, madurada por el proceso del crecimiento, ya no se la puede llamar simplemente conciencia de ser, porque su modificación la ha convertido en algo más intenso y complejo, algo que los chamanes llaman atención.

En cierto momento, a medida que los seres humanos crecen, una banda de emanaciones del interior de sus esferas luminosas se vuelve más brillante, conforme los seres humanos acumulan experiencia, esa banda comienza a resplandecer. En algunos casos, el resplandor de la banda aumenta tan dramáticamente que se fusiona con las emanaciones del exterior. Los chamanes, al presenciar tal enriquecimiento, tuvieron que concluir que la conciencia de ser es la materia prima y que la atención es el producto final.
Los chamanes dicen que la atención es dominar y enriquecer la conciencia de ser a través del proceso de vivir.

La atención es el logro individual más grande de la humanidad. Empieza a desarrollarse desde la conciencia animal, en bruto, hasta que llega a abarcar toda la gama de alternativas humanas. Los chamanes la perfeccionan aún más hasta hacerla cubrir con la gama total de posibilidades humanas.
Las alternativas humanas son todo lo que somos capaces de elegir como personas. Tienen que ver con el nivel de nuestra escala cotidiana, con lo conocido; y por tanto, son bastante limitadas en número y alcance. Las posibilidades humanas, por otro lado, pertenecen a lo desconocido. No son lo que somos capaces de elegir como personas sino lo que somos capaces de alcanzar como seres vivientes. Un ejemplo de lo primero, las alternativas humanas, es creer que el cuerpo es un objeto entre objetos. Un ejemplo de lo segundo, las posibilidades humanas, es lo que los chamanes logran hacer al “ver” al ser humano como un ser luminoso en forma ovoide. Con el cuerpo como objeto, uno se enfrenta a lo conocido, con el cuerpo como huevo luminoso uno enfrenta lo desconocido; las posibilidades humanas tienen, por consiguiente, un alcance casi inagotable.

Los chamanes dicen que hay tres tipos de atención. Cuando dicen eso, se refieren solo a los seres humanos y no a todos los seres conscientes que existen. Pero los tres no son tan solo tipos de atención, son más bien tres niveles de realización. Son la primera, segunda y tercera atenciones; cada una es un reino independiente y completo en sí mismo.
En el hombre, la primera atención es la conciencia animal, en bruto, que a través del proceso de la experiencia humana ha sido convertida en una facultad compleja, intrincada y extremadamente frágil, que se encarga del mundo cotidiano en todos sus innumerables aspectos. En otras palabras, aquello en lo que uno puede pensar forma parte de la primera atención.
La primera atención es todo lo que somos como seres humanos comunes y corrientes. En virtud de su dominio tan absoluto sobre nuestras vidas, la primera atención es la propiedad más valiosa que tenemos. Quizás es incluso nuestra única propiedad.
En términos de lo que los chamanes “ven”, la primera atención es un intenso resplandor de color ambarino. Es un resplandor que invariablemente se mantiene fijo en la parte superior de superficie de la esfera luminosa y que abarca lo conocido.

La conciencia de ser comienza con la presión permanente que ejercen las emanaciones en grande sobre las del interior de la esfera luminosa. Esta presión produce el primer acto de conciencia; detiene el movimiento de las emanaciones atrapadas, que incesantemente luchan por romper la esfera de luz para salir, para morir.
Los chamanes saben que en verdad todos los seres vivientes luchan por morir. Lo que detiene a la muerta es estar consciente de ser.
Los chamanes de la antigüedad se vieron profundamente perturbados por el hecho de que la conciencia detiene a la muerte y a la vez la induce a ser el alimento para el Águila. Como no podían explicar esa contradicción, porque no hay manera racional de comprender la existencia, llegaron a la conclusión de que su conocimiento estaba compuesto de proporciones contradictorias.
Los chamanes “viendo” descubrieron verdades indiscutibles. Esas verdades están ordenadas en términos de contradicciones supuestamente flagrantes. Por ejemplo, los chamanes tienen que ser seres metódicos, racionales, parangones de sobriedad, y a la vez deben rehusar todas esas cualidades para poder ser completamente libres y abrirse a las maravillas y misterios de la existencia.
Solo un sentimiento de suprema sobriedad puede tender un puente entre las contradicciones.

Al examinar el resplandor de la conciencia, los chamanes hallaron que todos los seres orgánicos, excepto el ser humano, aquietan las emanaciones atrapadas dentro de sus esferas luminosas para que ellas puedan alinearse con sus correspondientes emanaciones en grande. Los seres humanos en lugar de eso hacen que su primera atención tome un inventario de las emanaciones del Águila en el interior de sus esferas luminosas.
Los seres humanos prestan atención a las emanaciones que tienen en el interior de sus esferas luminosas. Ninguna otra criatura hace eso. En el momento en que la presión de las emanaciones en grande fija a las emanaciones interiores, la primera atención comienza a observarse a sí misma. Anota todo acerca de sí misma, o por lo menos intenta hacerlo, de maneras aberrantes. Éste es el proceso que los chamanes llaman hacer un inventario.
Hacer un inventario es una orden del Águila. Sin embargo, lo que queda sujeto a la voluntad del ser humano es la forma en que se obedece ese comando.
en el caso del inventario de la primera atención, los chamanes hacen el inventario, porque no pueden desobedecer. Pero una vez que lo han hecho lo tiran por la ventana. El Águila no nos ordena adorar nuestro inventario: nos ordena hacerlo, eso es todo.

Las emanaciones interiores del ser humano no se aquietan con objeto de aparejarse con las exteriores. Esto es evidente después de “ver” lo que hacen otras criaturas. Al aquietarse, algunas de ellas, se funden con las emanaciones en grande y se mueven con ellas. Por ejemplo, los chamanes pueden “ver” cómo se expande a gran tamaño la luz de las emanaciones de los escarabajos.
Los seres humanos aquietan sus emanaciones y reflexionan en ellas. Las emanaciones se concentran en sí mismas. Los seres humanos llevan el comando de hacer un inventario a un extremo lógico y hacen caso omiso de todo lo demás. Una vez que están profundamente involucrados en el inventario, pueden ocurrir dos cosas. Pueden ignorar los impulsos de las emanaciones en grande, o pueden utilizar esos impulsos de una manera muy especializada.
El resultado final de ignorar esos impulsos es un estado único conocido como la razón, el raciocinio. El resultado de usar los impulsos de una manera especializada se conoce como la absorción en uno mismo.
Los chamanes perciben la razón humana como un resplandor opaco, extrañamente homogéneo, que solo en muy raras ocasiones responde a la constante presión de las emanaciones en grande; un resplandor que endurece la esfera luminosa, pero también la vuelve más quebradiza.
En la especie humana la razón debería abundar, pero en realidad es muy escasa. La mayoría de los seres humanos eligen la absorción en sí mismos.
Para que pueda haber interacción entre los seres vivientes, la conciencia necesita un grado de absorción en sí misma. Pero con la excepción del ser humano, ningún ser viviente tiene un grado tal de absorción en sí mismo. Al contrario de los hombres de razón, que ignoran los impulsos de las emanaciones en grande, los individuos absortos en sí mismos usan esos impulsos y los convierten en una fuerza que agita aún más las emanaciones en el interior de sus esferas luminosas.
Al observar todo esto, los chamanes llegaron a una conclusión práctica. “Vieron” que los hombres de razón llegan a vivir mucho más, porque al no hacer caso del impulso de las emanaciones en grande, aquietan la agitación natural del interior de sus esferas luminosas. Por otra parte, al usar el impulso de las emanaciones en grande para crear una mayor agitación, los individuos absortos en sí mismos acortan sus vidas.

La primera atención funciona muy bien con lo desconocido. Lo bloquea; lo niega con tanta ferocidad que, al final, lo desconocido no existe para la primera atención.
Hacer un inventario nos hace invulnerables. Es precisamente por eso que existe el inventario.

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sábado, 29 de septiembre de 2012

La Recapitulación de los Chamanes

A través de la recapitulación, tal como la realizaban los chamanes del antiguo México, se adquiere un grado de control que permite separar las experiencias vitales de la fuerza vital. Los chamanes del antiguo México “veían” la recapitulación como el procedimiento mediante el cual proporcionaban al “oscuro mar de la conciencia” el sustituto de sus vidas. Se renuncia a las experiencias vitales al recontar y de esta forma se retiene la fuerza vital.

Para cualquier occidental, la recapitulación es congruente con el psicoanálisis, está en línea de los recursos psicológicos y es una especie de técnica de autoayuda. Pero no hay nada más alejado de la verdad. Desde las premisas del chamanismo, el hombre occidental desaprovecha la gran oportunidad de realzar su conciencia, y el modo en que se relaciona con el universo y con la vida es solo una de las múltiples opciones que existen.

Para los practicantes del chamanismo, recapitular significa entregar a una fuerza inconmensurable (el oscuro mar de la conciencia) la conciencia que hemos realzado a través de nuestras experiencias vitales. Explicar estos fenómenos según la lógica al uso es imposible y lo único a lo que aspiran los chamanes es a retener la fuerza vital después de entregar sus experiencias vitales al “oscuro mar de la conciencia”.
Esto quiere decir que los chamanes no mueren en el sentido habitual en que entendemos la muerte, sino que la trascienden reteniendo la fuerza vital y desapareciendo de la faz de la tierra cuando emprenden el “viaje definitivo” de la percepción. Cuando la muerte se produce de esta manera, nuestro ser se convierte en energía, una energía peculiar que conserva la marca de nuestra individualidad. A diferencia de lo que le ocurre al hombre corriente, para los chamanes la muerte no es aniquiladora, sino unificadora.

La recapitulación significa también revivir todas o casi todas las experiencias que hemos tenido y de este modo, y con la ayuda de la fuerza de la memoria, adoptar el mismo estado en el que nos encontrábamos cuando aconteció el hecho recapitulado. El acto de desplazarse entre posiciones anteriores y el presente proporciona a los practicantes del chamanismo la fluidez necesaria para salvar obstáculos que en modo alguno forman parte de su sistema cognitivo.

Antiguamente la recapitulación en cuanto procedimiento formal se llevaba a cabo recordando a cada persona que los practicantes habían conocido y todas las experiencias en las que habían participado. En el caso del hombre moderno, la propuesta es utilizar como recurso nemotécnico una lista escrita de todas las personas que se hayan conocido. Una vez escrita se debe seleccionar a la primera persona de la lista, que en el tiempo ha de remontarse desde el presente hasta la primera experiencia vital, y elaborar con la memoria la última interacción que se haya tenido con ella, actividad que recibe el nombre de “organizar el acontecimiento de la recapitulación”.

Para aguzar la capacidad de recordad hace falta una pormenorizada evocación de los detalles. Este ejercicio exige evocar las descripciones físicas correspondientes, como el entorno en el que tuvo lugar el acontecimiento. Una vez organizado, se debe entrar en el escenario, propiamente dicho, como si uno lo hiciera de verdad, y prestar mucha atención a las sensaciones físicas relevantes, así como los sentimientos y los pensamientos que pueden tener lugar.

La recapitulación debe comenzar por el recuento de los acontecimientos que acaban de ocurrir. De este modo predomina la primacía de la experiencia. Recordamos con gran precisión lo que acaba de suceder. Los seres humanos son capaces de almacenar información pormenorizada de la que no son conscientes y son precisamente estos detalles los que busca el “oscuro mar de la conciencia”.



La recapitulación real del acontecimiento exige que respiremos profundamente y movamos lenta y delicadamente la cabeza de un lado a otro, da lo mismo que empecemos por el izquierdo o el derecho. La cabeza debe moverse tantas veces como sea necesario mientras recordamos todos los detalles a que tenemos acceso. Los chamanes se refieren a este acto como inhalar todos los sentimientos personales consumidos en el acontecimiento que se recuerda y exhalar los estados de ánimo no deseados y los sentimientos extraños que nos dejó.

El misterio de la recapitulación está en el acto de inhalar y de exhalar. La respiración al ser un acto que sustenta la vida, podemos a través de ella entregar al “oscuro mar de la conciencia” el facsímil de las propias experiencias vitales. Cuestiones como la recapitulación no se explican, sino que se experimentan y al vivirla podemos encontrar la liberación, pero tratar de explicarla equivale a consumir energía en esfuerzos inútiles.

En la recapitulación, la lista de nombres se utiliza como recurso nemotécnico que lanza la memoria a un viaje inconcebible. En este aspecto, recordar experiencias que acaban de ocurrir allana el terreno para evocar con la misma claridad e inmediatez hechos que están más lejanos en el tiempo. Recordar experiencias de esta manera equivale a revivirlas y a extraer de la evocación un ímpetu extraordinario que permite agitar la energía disipada y devolverla a nuestros centros vitales. Los chamanes definen la “redistribución energética” causada por la “recapitulación” como el acto de ganar fluidez después de entregar al “oscuro mar de la conciencia” lo que busca.

Desde una perspectiva más terrenal, la recapitulación proporciona a los practicantes la capacidad de examinar las repeticiones de sus vidas. La recapitulación puede convencerles, sin el menor atisbo de dudas, de que todos estamos a merced de fuerzas que, en última estancia, no tienen sentido, por mucho que a primera vista parezcan razonables.
Cualquier cambio de comportamiento tendría que realizarse a través de la “recapitulación” porque es el único medio que puede realzar la conciencia y liberarnos de las demandas implícitas de la socialización, demandas tan automáticas y que se dan tan por supuestas que en condiciones normales no reparamos en ellas, por no hablar de examinarlas.

El acto efectivo de la “recapitulación" es una tarea de toda la vida. Se necesitan años para agotar la lista, sobre todo en el caso de personas que han conocido a miles de individuos y han interactuado con ellos.
La lista crece con el recuerdo de acontecimientos impersonales en el que no han participado personas y hay que analizar por qué están relacionados con la persona “recapitulada”.

Lo que ha de buscarse ávidamente en la “recapitulación” es el recuerdo de la interacción, porque en ésta subyacen los efectos profundos de la socialización, y de la cual hemos de esforzarnos en superar por todos los medios.

Una Incursión en los Beneficios de la Recapitulación
Cómo Hacer una Lista de Recapitulación

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