Tensegridad nos permite recordar una danza olvidada, por la especie humana desde tiempos ancestrales, que nos conecta con nuestra verdadera naturaleza como hijos de la Madre Tierra.
La Tensegridad es una actividad práctica que coloca a la persona en una posición inmejorable para enfrentar de manera óptima los desafíos que se le presentan en su vida cotidiana. Este mejoramiento se consigue mediante la recuperación de capacidades innatas que toda persona lleva dentro de sí, pero que han sido ocultadas y enterradas por la represión de la educación y los condicionamientos culturales de cada uno desde el momento de su nacimiento. Las condiciones restrictivas de la sociedad y las cualidades de la época que nos ha tocado vivir, crean individuos alineados e incapaces de salir de la espiral de bloqueos y frustraciones que parecen estar atenazando la libertad y la creatividad del ser humano moderno sin ninguna esperanza de poder salir de ello.
Con la experimentación y la práctica de los pases mágicos de la Tensegridad hemos descubierto, no solo la manera de salir del alineamiento al que parece estar condenado el ser humano moderno, sino también la manera de obtener el impulso y el coraje necesarios para emprender una nueva forma de vivir y de estar en este mundo, tan cambiante en la actualidad, y crear las condiciones necesarias para vivir nuestras vidas de una manera plena y altamente satisfactoria.
También hemos aprendido a “ver” y rastrear la energía, fluyendo en la dirección de ésta, para estar en armonía con la vida y convertirnos en el río, sin empujar el río. Un guerrero salta un muro en lugar de golpearse contra el muro. Y este espíritu de guerrero que ahora nos impregna lo reconocemos como propio, porque desde siempre ha estado en el interior de nuestros corazones y ahora nos permitimos sentirlo y dejar que sea él quien dirija nuestras vidas.
Cuando se “ve” al ser humano sin los condicionamientos impuestos por la percepción que hemos aprendido, se le “ve” como un conglomerado de energía que se asemeja a una esfera luminosa que abarca la distancia de la persona con los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo; esta misma distancia es en todas direcciones en torno a cuerpo de la persona y hacia arriba y hacia abajo alrededor de la persona. Debido a la interacción de la persona con el mundo y la vida moderna, la energía vital se aleja de los centros de vitalidad del cuerpo para alojarse en los límites de la esfera luminosa que es la totalidad de nuestro ser, aunque no sea visible para el ojo humano, entrenado para observar solo lo que le han enseñado. La Tensegridad permite, mediante la práctica rigurosa de los pases mágicos, devolver esa energía inherente de la que todos disponemos y devolverla a los centros de vitalidad del cuerpo.
El cuerpo humano está lleno de infinidad de centros energéticos. En Tensegridad se trabaja especialmente con cinco centros de vitalidad, por ser los más grandes, para acumular la energía necesaria para la realización de todas las actividades que requiere la persona en su vida. Los principales centros de vitalidad que se trabajan con Tensegridad son:
El Centro de la Acción Inmediata. Este centro se encuentra ubicado en la zona derecha del cuerpo, en la región del hígado y la vesícula biliar. En este centro de vitalidad se encuentra la energía necesaria para que la persona realice todo aquello que tiene que hacer de manera inmediata.
El Centro del Sentimiento. Este centro se localiza en la zona del páncreas y del bazo, en la parte izquierda del cuerpo. La energía de este centro es la que usamos cuando sentimos cualquier cosa que llegue a suceder y afectarnos, para luego ser interpretado por el cerebro y sacar desde ahí las conclusiones que ya vienen condicionadas por las experiencias pasadas en situaciones que interpretamos como similares.
El Centro de la Acción Sostenida. En este centro de vitalidad del cuerpo se acumula la energía que nos mantiene con vida desde el momento del nacimiento, hasta el momento presente y hasta el mismo momento de la muerte. La calidad, así como la acumulación de energía en este centro de vitalidad, va a definir la calidad de nuestra vida en cuanto a la resistencia ante las enfermedades y la vitalidad general del organismo. Es la energía del “cielo anterior” de la Medicina Tradicional China, también llamada la energía heredada de nuestros padres, la cual se puede mejorar notablemente, dando así continuidad a la evolución del ser humano como especie. El Centro de la Acción Sostenida se encuentra ubicado en la región de las glándulas suprarrenales y los riñones, en la parte baja de la espalda.
El Centro de las Decisiones. Este centro es de vital importancia para la persona, para su expresión y manifestación en la vida como persona y para la toma de decisiones. El ser humano moderno ha sido incapacitado para tomar decisiones desde las etapas más tempranas de su existencia. Por ello, se han creado las grandes corporaciones y estamentos encargados de tomar las decisiones por toda la humanidad. Es el sistema social del que formamos parte. Por este motivo, el Centro de Decisiones se encuentra prácticamente sin energía en el ser humano moderno. Este centro se encuentra ubicado, en el cuerpo humano, entre las clavículas y la punta del esternón, en el hueco que forma una V en la base del cuello.
El Centro de la Matriz. Este centro exclusivo de las mujeres es de vital importancia para toda la especie humana en su proceso de evolución. A la matriz solo se le ha dejado la función primaria que es la de reproducción. Pero, la matriz tiene otra función que es la de la percepción pura de la energía tal como fluye en el universo. Acumular energía en la matriz permite a la mujer, y por ende a toda la especie humana, recuperar el vínculo directo que le une con el espíritu. En estos tiempos que estamos tan inmersos en el materialismo es fundamental que la hembra de la especie humana recupere la función secundaria que yace dormida en su interior. La función del hombre en este centro de vitalidad es la de apoyo y de acompañamiento.
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