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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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martes, 25 de noviembre de 2014

Romper el Convenio

En el camino del guerrero lo importante es el juego de la percepción. Ensoñar o acechar significa ensanchar el campo de lo que se puede percibir a un punto inconcebible para la mente.

En opinión de los guerreros, todos nosotros en general poseemos dones naturales de ensoñadores o de acechadores, y a muchos de nosotros nos resulta muy fácil ganar el control de la atención de ensueños, o el de la atención del acecho, y lo hacemos de una manera tan hábil y natural que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de haberlo realizado.
El camino del conocimiento es algo bastante abstracto: la habilidad que algunas personas desarrollan para expandir los límites de su percepción normal. La cualidad abstracta del camino del conocimiento anula automáticamente cualquier connotación positiva o negativa de los términos usados para describir a quienes la practican.

Expandir los límites de la percepción normal es un concepto que surge de la creencia de los guerreros de que nuestras opciones en la vida son limitadas debido a que están definidas por el orden social. Los guerreros creen que el orden social crea nuestra lista de opciones, pero que nosotros hacemos el resto; al aceptar solamente esas opciones limitamos nuestras casi ilimitadas posibilidades.
Por fortuna estas limitaciones son aplicables sólo a nuestro lado social, y no al otro, prácticamente inaccesible, que no cae dentro del dominio de la percepción ordinaria.
Por lo tanto el principal esfuerzo de un guerrero tiende a revelar ese lado. Esto lo logra quebrando el débil pero con todo resistente caparazón de las suposiciones humanas respecto a lo que somos y lo que somos capaces de ser.

Los guerreros aceptan que en nuestro mundo de los diarios quehaceres hay quienes tientan lo desconocido en busca de opciones diferentes de la realidad, pero argumentan que, por desgracia, tales búsquedas son esencialmente de naturaleza mental. Los actos de naturaleza mental nunca nos abastecen de la energía necesaria para cambiar nuestro modo de ser, y sin energía los nuevos pensamientos y las nuevas ideas casi nunca producen cambios en nosotros.
En el camino del guerrero, sin retirarse del mundo y sin dañarse en el proceso, se logra realizar la magnífica tarea de romper el convenio que ha definido la realidad.

Los guerreros del antiguo México practicaban dos artes: el arte de ensoñar y el arte de acechar. Practicar uno u otro arte estaba decretado por la aptitud innata de cada practicante. Ensoñadores son aquellos que poseen la habilidad de fijar lo que los guerreros llaman "la atención de ensueños", un aspecto especial de la conciencia, en los elementos de los sueños normales. Acechadores son aquellos que poseen una aptitud innata conocida como "la atención del acecho", otro estado especial de la conciencia que permite encontrar los elementos clave de cualquier situación en el mundo cotidiano y fijar dicha atención en ellos, a fin de alterarlos o de ayudarlos a permanecer en su curso.

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viernes, 14 de noviembre de 2014

Polvo en el Camino

En la vida hay muchos caminos que que se pueden recorrer, pero un ser humano antes de embarcarse en un camino, debe estar libre de miedo y ambición; entonces, deberá preguntarse si el camino tiene o no tiene corazón. Una vez hecha la pregunta, esa persona conocerá la respuesta. Un camino sin corazón nunca se disfruta; por el contrario, se vuelve contra uno y nos destruye. Un camino con corazón, en cambio, es aquel que nos hace disfrutar según lo vamos andando. El camino sin corazón, en todo su recorrido, nos da dolor y angustia. En cambio el camino con corazón nos da armonía y bienestar.


El ser humano que se adentra en el camino del guerrero tiene que dejar todo lo que antes conocía y amaba; el viaje es solitario y no es fácil, más no desolador. En este viaje no hay lugares familiares, ni gente conocida; está acechado por fantasmas, seres humanos con angustias y ansiedades comunes; "fantasmas" que llaman y buscan que el guerrero se pierda en el camino.

El arte del guerrero es equilibrar el prodigio de ser humano con el temor de ser humano. Para sobrevivir en el camino del guerrero se debe ser claro y estar mortalmente seguro de nuestra impecabilidad.

Es en el hacer de nuestro mundo, ahí mismo, donde encontramos el camino. A fin de cuentas lo que en principio debemos de trabajar es en despojarnos de toda la basura que llevamos dentro y remover el cúmulo de ideas fijas y preconcebidas con las que convivimos y creemos ser.

Todas las técnicas sobre el lado derecho tienen como finalidad guiar a un guerrero a aprender a ahorrar su energía. Es muy fácil "perderse" en la selva de las técnicas, es decir, tomarlas como fin, cuando tan sólo son medios.

El campo de batalla del guerrero está en el mundo cotidiano y en el trato con sus semejantes. A fin de cuentas y en pocas palabras, aprender a vivir de manera sobria y disciplinada, sin dilapidar nuestra energía. Todo lo que se requiere es impecabilidad, eso es energía. Todo comienza con un solo acto que tiene que ser premeditado, preciso y continuo. Si este acto se lleva a cabo por un periodo de tiempo lo suficientemente largo uno adquiere un sentido de intento inflexible que puede aplicarse a cualquier cosa. Si se logra ese intento inflexible el camino queda despejado y, entonces el guerrero, empieza a emplear todo su potencial.

Lo que verdaderamente necesitamos es sobriedad, y nadie puede dárnosla, ni ayudarnos a obtenerla, salvo nosotros mismos. Sin ella, el movimiento del punto de encaje es caótico, como son caóticos nuestros sueños ordinarios. Así que, al fin y al cabo, el procedimiento para conseguir que el cuerpo energético se acerque a nosotros, y poder usarlo, es la impecabilidad en nuestra vida diaria.

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sábado, 25 de octubre de 2014

El Umbral del Silencio

El silencio interno es un pasadizo entre los mundos. Al callar nuestra mente, emergen aspectos increíbles de nuestro ser. A partir de ese momento, la persona se hace vehículo del intento y todos sus actos comienzan a rezumar poder.
El silencio mental no es solamente la ausencia de pensamientos. Más bien, se trata de suspender los juicios, de atestiguar sin interpretar.

Entrar al silencio se puede definir, según el contradictorio modo del chamanismo, como “aprender a pensar sin palabras”
Lo podríamos definir como un estado peculiar de ser, en que los pensamientos se cancelan y uno puede funcionar a un nivel distinto al de la conciencia cotidiana. El silencio interno consiste en suspender el diálogo interno, el compañero perenne del pensamiento y debido a eso, es un estado de profunda quietud.
Los chamanes de la antigüedad, le llamaron silencio interno porque es un estado en el cual la percepción no depende de los sentidos. Lo que funciona durante el silencio interno es otra facultad que posee el hombre, una facultad que hace de él un ser mágico, la misma facultad que ha sido restringida, no por el hombre mismo, sino por una influencia extranjera.

El silencio interno, es la postura de donde proviene todo en el chamanismo. En otras palabras, todo lo que hacemos conduce a esa postura, que como todo lo demás en el mundo de los chamanes no se revela hasta que algo gigantesco nos sacude.
Los chamanes del México antiguo concibieron interminables modos de sacudirse hasta los cimientos para llegar a ese estado codiciado del silencio interno. Consideraban los actos más estrafalarios, que parecen estar de lo más aislados de la búsqueda del silencio interno, como el saltar a una caída de agua, o pasar la noche colgado cabeza abajo de una rama de un árbol, como factores claves que lo hacían aparecer.
El silencio interno es acumulativo. Los chamanes del México antiguo descubrieron que cada individuo tenía un umbral diferente de silencio interno en cuanto a tiempo, es decir, que el silencio interno debe ser mantenido por cada uno de nosotros durante el período de tiempo de nuestro umbral específico antes de que funcione.
Cuando un guerrero para su dialogo interno ya no interpretan, se convierte en pura percepción; nunca se desilusiona ni se arrepiente, pues todo lo que hace parte del centro de la decisión. Ha aprendido a lidiar con su mente en términos de autoridad y vive en el mas autentico estado de libertad.
Pasamos la vida regurgitando una lista interminable de opiniones sobre casi todo. Los pensamientos nos llegan en racimos; uno empalma con el otro, hasta rellenar todo el espacio de la mente. Ese ruido no tiene ninguna utilidad, porque, prácticamente en su totalidad, está dirigido al engrandecimiento del ego.
Los resortes del dialogo interno se nutren de nuestra historia personal. Sin embargo a través de milenios de prácticas, los chamanes han observado que, en el fondo, somos muy parecidos y hay situaciones que tienen el efecto de silenciarnos a todos por igual.
El silencio empieza con una orden, un acto de voluntad que se convierte en el comando del Águila. Sin embargo hemos de tener en cuenta que, mientras nos impongamos el silencio, nunca estaremos verdaderamente ahí, sino en la imposición. Hay que aprender a transformar la voluntad en intento.
El silencio es tranquilo, es un abandonarse, dejarse ir. Produce una sensación de ausencia, como la que tiene un niño cuando se queda mirando al fuego. ¡Que maravilla recordar ese sentimiento, saber que se puede volver a evocar!
La técnica de observar, es decir, de contemplar el mundo sin ideas preconcebidas, funciona muy bien con los elementos. Por ejemplo, con las llamas, la caída del agua, las formas de las nubes o la puesta del Sol. Los chamanes del nuevo ciclo le llaman “engañar a la máquina”, porque, en esencia, consiste en aprender a intentar una nueva descripción.
Lo importante es que nuestro intento sea inteligente. De nada sirve que nos esforcemos por llegar al silencio si primero no le creamos condiciones favorables para que se sostenga. Por lo tanto, además de ejercitarse en la observación de los elementos, un guerrero está obligado a hacer algo muy simple, pero muy difícil: ordenar su vida.

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domingo, 14 de septiembre de 2014

La Conciencia Inorganica


Los voladores son una especie de seres inorgánicos que se alimentan de la conciencia humana. Estos "servidores del Águila" comen de nosotros hasta el punto de que la única conciencia que tenemos para los asuntos cotidianos, es usada para la autorreflexión. Los voladores nos han comido hasta los pies, literalmente. Cuánto más egomaníaca es nuestra preocupación, mejor sabor tenemos para los voladores. De todas maneras podemos producir una conciencia que es rechazada por los voladores, desarrollada a través de la disciplina y repugnante para ellos, y que podemos conservar. Los voladores son esencialmente energía impersonal, pero predatoria como todos los seres del universo.

"Todo es el producto de la interacción de dos fuerzas". Las situaciones siempre son resultado de una dicotomía, -por ejemplo, grupos enfrentados en el trabajo o en otras instituciones- y el camino del guerrero consiste en guiar esta dicotomía.

Los guerreros experimentan esta división para llegar a "lo que es permisible". El mismo tipo de dicotomía es verdadera para nuestro mundo. En una parte está el mundo de los orgánicos -incluyéndonos a nosotros y a otros organismos con conciencia. En la otra parte está el reino de los inorgánicos -entidades con conciencia pero sin organismo. "La estructura de su mundo es diferente pero complementaria a la nuestra". Los chamanes encontraron que los seres inorgánicos vienen hasta ellos en sueños. Los sueños, al menos cierta clase de sueños especiales, son "compuertas" que se abren para pasar a la parte del universo de los seres inorgánicos, y que les permite a ellos pasar a nuestro mundo. Solamente en sueños puede uno equilibrar nuestra energía suficientemente para percibir este otro reino. De otro modo, nuestra velocidad es demasiado rápida para percibirlos.

Los antiguos chamanes hallaron que los sueños daban acceso al reino de los inorgánicos y a otros reinos. Llamaron a los seres que allí habían "los aliados". Este término no es adecuado, desde luego, ya que esos seres no son capaces de actuar como aliados en ese reino. En el momento que usas la “puerta”, entras en un mundo verdadero y bien organizado tanto si te gusta como si no. Un guerrero entrena su atención de ensueño desarrollándola al principio al recordar que debe enfocar sus ojos en cada objeto y enfocarlos durante algo más de un vistazo, y entonces moverse a otro objeto, y luego otro.

Para cada individuo hay un umbral de objetos en los que podemos enfocarnos hasta que el sueño se transforma en algo más. En los sueños no ordinarios, una vez que se alcanza este umbral, uno se abre a algo más. Tales sueños especiales son anunciados por algo bastante inusual -por ejemplo, una imagen como un pez volador. Una vez que aprendes a atrapar tu atención, se puede llegar a la compuerta siempre que uno se "tropiece con un sueño que no es un sueño.,".

La atención de ensueño es otra fuente de disciplina que nos hace inalcanzables para los voladores. Una vez se cruza la puerta, algo acude para llevarnos a otra capa de la cebolla, o al universo dual de los seres inorgánicos. Se controla la dirección en la que se va, al decir en voz alta tu intento -esencialmente al dar una orden, como "Llévame a tu mundo". Lo único que escuchan es una orden directa, no es bueno suplicarles, gemir o actuar apaciguadoramente. Tú no les ordenas de modo arrogante, sino con fuerza, de manera convincente. Una vez que dices en voz alta tu deseo de ir, esas bolas de energía te llevan.

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lunes, 2 de junio de 2014

Movimientos Magicos de los Chamanes Mexicanos


El intento es la libertad que se alcanza a través del conocimiento del ser: no es sólo bienestar psíco-físico. Para los chamanes cada uno de nosotros somos como una ciudad asediada por un depredador muy especial que forma parte del universo: una fuerza invisible que ellos alcanzan a ver físicamente mientras devora nuestra energía. El depredador se apodera de nuestro saber ser uno con el fluir de todo el universo, y nos deja prisioneros del ego y por tanto infelices. Redistribuyendo la energía bloqueada con los movimientos justos, los 'pases mágicos', se puede apartar al depredador, favoreciendo el crecimiento de la sabiduría y la expansión de la percepción. Y con ello los practicantes pueden acceder a mundos inconcebibles.

Para los chamanes de México no hay nada que perder o ganar al final de la vida. Sólo se puede aspirar a continuar la lucha por la sabiduría en otros niveles de realidad. El universo permite al guerrero a transformarse por completo en conciencia del ser; así, el cuerpo físico se transforma en energía. Y en esta nueva forma le esperan nuevos desafíos.

El desapego es un atributo esencial en la vida del guerrero. El desapego implica dos cosas: un sistema de los valores, que el Espíritu revela al guerrero, y la resolución de seguir este sistema.
El tener desapego no significa andar a través de la vida como a través de un bazar, mirando ociosamente de un lado a otro, sino avanzar midiendo cada paso de acuerdo con este sistema.
La Libertad es el premio más alto sólo para aquellos que están verdaderamente dispuestos a lanzarse, a vencer todos los obstáculos y a sacarse a ellos mismos de los límites estrechos de lo ordinario y lo común.

Por eso, hay que luchar como una corriente de agua que contornea todos los obstáculos y aspira a las profundidades. Un guerrero mantiene su rumbo y no mira atrás.

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viernes, 30 de mayo de 2014

Navegantes en el Mar de lo Desconocido

La navegación es un hecho práctico, y navegar quiere decir moverse de un mundo a otro sin perder sobriedad, sin perder fuerza; y, para lograr realizar esta hazaña de navegación, no puede haber procedimientos o pasos a seguir, sino un solo acto abstracto que define todo: el acto de reforzar nuestro lazo con la fuerza que se extiende a través del universo, una fuerza que los chamanes llaman el intento. Debido a que estamos vivos y conscientes estamos de por sí, ya, íntimamente relacionados con el intento. Lo que necesitamos es hacer que ese lazo forme parte de nuestros actos conscientes, y ese acto de volvernos conscientes de nuestro lazo con el intento es otra forma de definir el conocimiento silencioso.

Si existe algo que los seres humanos necesitan para poder alcanzar el conocimiento silencioso, es reforzar su bienestar, su claridad, su determinación. Para poder intentar, se debe poseer destreza física y mental y un espíritu claro.

Los chamanes son seres sumamente prácticos que descubrieron y desarrollaron un gran número de procedimientos para alcanzar bienestar físico y mental, procedimientos que llamaron pases mágicos. El efecto de los pases mágicos fue tan abrumador para ellos, que los pases se convirtieron, a través del tiempo, en uno de los componentes más importantes en sus vidas. Como eran dados a comportamientos rituales, esos chamanes ocultaron rápidamente los pases mágicos en medio de ritos, y velaron el acto de enseñarlos o practicarlos con gran sigilo.

Los rituales fueron perdiendo su ímpetu a medida que las nuevas generaciones de practicantes se interesaron más en la eficiencia y funcionalidad. Aunque parece que los chamanes no hacen nada, más que tomar decisiones, en realidad no toman ninguna decisión. Lo único que tienen son sus descubrimientos.

Los chamanes de la antigüedad recalcaban incesantemente en la necesidad de poseer un cuerpo flexible, ágil; que promoviera su elasticidad y fuerza como el medio más seguro para alcanzar el mayor logro en la vida de un chamán: el conocimiento silencioso.

La sensatez y la habilidad física eran las dos cosas más importantes en la vida de esos hombres y mujeres. La sobriedad y el pragmatismo son los dos únicos requisitos indispensables para alcanzar el conocimiento silencioso, para entrar en otros reinos de percepción. Para navegar de manera genuina en lo desconocido se necesita una actitud de osadía, pero no de descuido. Para establecer un balance entre la audacia y el descuido, un chamán tiene que ser extremadamente sobrio, cauteloso, hábil y estar en una soberbia condición física.

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jueves, 1 de mayo de 2014

El Primer Principio del Camino del Guerrero

Existe un umbral que, una vez franqueado, no permite retiradas. Normalmente, desde el momento en que el espíritu toca la puerta, pasan años antes de que la persona llegue a ese umbral. Sin embargo, en algunas ocasiones se logra llegar a él casi de inmediato.

Un guerrero tiene la obligación de recordar muy claramente cuándo y cómo ha cruzado ese umbral, a fin de fijar en su mente el nuevo estado de su potencial perceptivo. Cruzar ese umbral significa entrar en un mundo nuevo, y no es esencial ser aprendiz de guerrero para llegar a ese umbral; la única diferencia entre el hombre común y corriente y un guerrero, en esos casos, es lo que cada uno pone de relieve.
El guerrero recalca el cruce del umbral y usa ese recuerdo como punto de referencia. El hombre común y corriente recalca el hecho de que se refrena al cruzarlo y de hacer lo posible por olvidarse de haber llegado a él.

Cortar nuestras cadenas es algo maravilloso, pero también algo muy fastidioso porque nadie quiere ser libre. Una vez que nuestras cadenas están rotas, ya no estamos atados a las preocupaciones del mundo cotidiano. Aún estamos en el mundo diario, pero ya no pertenecemos a él. Para pertenecer a él debemos compartir las preocupaciones y los intereses de la gente, y sin cadenas no podemos.
La característica de la gente normal es que compartimos una daga metafórica: la preocupación con nuestro reflejo. Con esa daga nos cortamos y sangramos. La tarea de las cadenas de nuestro reflejo es darnos la idea de que todos sangramos juntos, de que compartimos algo maravilloso: nuestra humanidad. Pero si examináramos lo que nos pasa, descubriríamos que estamos sangrando a solas, que no compartimos nada, y que todo lo que hacemos es jugar con una obra del hombre: nuestro predecible reflejo.

Un guerrero es, en esencia, un ser implacable, de recursos muy fluidos y de gustos y conducta muy refinados; un ser cuya tarea en este mundo es afilar sus aristas cortantes, una de las cuales es la conducta, para que así nadie sospeche de su inexorabilidad.

Todo cuanto hacen los chamanes es consecuencia del movimiento de sus puntos de encaje, y esos movimientos están regidos por la cantidad de energía que tienen a su disposición.
Cuando el punto de encaje se mueve y llega al sitio donde no hay compasión, la posición de la racionalidad y el sentido común se debilitan. La sensación de tener un lado viejo, oscuro y silencioso es una visión de los antecedentes de la razón.
El sitio donde no hay compasión tiene que ver con “el descenso del espíritu”. A fin de revelar los misterios de la percepción a la humanidad, el espíritu elige un momento en el que el ser humano está distraído, con la guardia baja y, sin mostrar piedad alguna, deja que su presencia mueva, por sí misma, el punto de encaje a una determinada posición. Una posición que los chamanes describen como el sitio donde uno pierde la compasión o el sitio donde no hay piedad. A partir de ahí, el no tener compasión se convierte en el primer principio del camino del guerrero.

El verdadero enemigo y la fuente de la miseria humana es la compasión por sí mismo. Sin cierto grado de compasión por sí mismo, la humanidad, no podría existir. Sin embargo, una vez que esa compasión se emplea, desarrolla su propio impulso y se transforma en importancia personal.
La importancia personal es la fuerza generada por la imagen de sí. Es esa fuerza la que mantiene el punto de encaje fijo en donde está en el presente. Por ese motivo, todo cuanto hacen los chamanes está dirigido a destronar la importancia personal.
El espíritu al mover nuestro punto de encaje, alejándolo de su posición habitual, nos hace alcanzar un estado de ser que sólo podríamos llamar “el punto de no tener compasión”.

Los chamanes saben, gracias a su experiencia práctica, que en cuanto se mueve el punto de encaje se derrumba la importancia personal, porque sin la posición habitual del punto de encaje, la imagen de sí pierde su enfoque. Sin ese intenso enfoque se extingue la compasión por sí mismo y con ella la importancia personal, ya que la importancia personal es sólo la compasión por sí mismo disfrazada.
La posición habitual y la imagen de sí obligan al punto de encaje a armar un mundo de falsa compasión, pero de crueldad y egoísmo muy reales. En ese mundo, los únicos sentimientos verdaderos son los que convienen a quien los tiene.
Para los chamanes, el no tener compasión no es ser cruel. El no tener compasión es la cordura, lo opuesto a la compasión por sí mismo y la importancia personal.

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martes, 1 de abril de 2014

La Primera Atencion

Existen tres niveles de conocimiento:
- La Primera Atención
- La Segunda Atención
- La Tercera Atención
Cada una de ellas es un dominio independiente y completo en sí mismo.
La primera atención es la más importante de las tres.

Las proposiciones explicatorias son intentos de traer al primer plano el modo como funciona la primera atención, algo que pasa totalmente desapercibido para nosotros.
Se considera imperativo que se comprenda la naturaleza de la primera atención, si es que queremos aventurarnos en las otras dos.

A la primera atención se le ha enseñado a moverse instantáneamente a través de todo un espectro de las emanaciones, sin poner el menor énfasis evidente en ello, a fin de alcanzar “unidades perceptuales” que todos nosotros hemos aprendido que son perceptibles.
A esa hazaña de la primera atención le llamamos “desnatar”, en el sentido de elegir lo mejor de una cosa, porque implica la capacidad de suprimir las emanaciones superfluas y seleccionar cuáles de ellas se deben enfatizar.

Para explicar este proceso tomamos por ejemplo una montaña.
La primera atención de una persona, al momento de ver la montaña, ha “desnatado” (ha elegido) una infinita cantidad de emanaciones para obtener un milagro de percepción; un “desnate” que todos los seres humanos conocemos porque cada uno de nosotros lo hemos logrado alcanzar por nosotros mismos.

Todo aquello que la primera atención suprime para obtener un “desnate”, ya no puede ser recuperado por la primera atención bajo ninguna condición.
Una vez que aprendemos a percibir en términos de “desnates”, nuestros sentidos ya no registran las emanaciones superfluas.

Para dilucidar este punto podemos ver el “desnate” cuerpo humano.
Nuestra primera atención es completamente inconsciente de las emanaciones que componen el luminoso cascarón externo del cuerpo físico.
Nuestra esfera luminosa no está sujeta a la percepción, ya que se han rechazado las emanaciones que lo harían perceptible en favor de las que permiten a la primera atención percibir el cuerpo físico tal como lo conocemos.
Por tanto, la meta perceptual que tienen que lograr los niños mientras maduran, consiste en aprender a aislar las emanaciones apropiadas con el fin de canalizar su percepción caótica y convertirla en la primera atención; al hacerlo, aprende a construir “desnates”.

Todos los seres humanos que rodean a los niños les enseñan a “desnatar”.
Tarde o temprano los niños aprenden a controlar su primera atención a fin de percibir los desnates en términos semejantes a los de sus maestros, los adultos que les rodean.

Es maravillosa la capacidad de los seres humanos de impartir orden al caos de la percepción.
Cada uno de nosotros, por sus propios méritos, es un mago magistral y nuestra magia consiste en imbuir de realidad a los "desnates" que nuestra primera atención ha aprendido a construir.
El hecho de que percibamos en términos de “desnates” es el mandato de las emanaciones de la Creación, pero percibir los mandatos como objetos es nuestro poder, nuestro don mágico.

Nuestra falacia, por otra parte, es que siempre acabamos siendo unilaterales al olvidar que los “desnates” solo son reales en el sentido de que los percibimos como reales, debido al poder que tenemos para hacerlo.
Esto es un error de juicio que destruye la riqueza de nuestros misteriosos orígenes.

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domingo, 23 de marzo de 2014

El Poder Personal

El poder personal es un sentimiento, algo así como tener suerte. También podría definirse como un estado de ánimo.
El poder personal es algo que uno adquiere sin importar su propio origen.
Una persona de conocimiento es aquella que, sin apurarse ni desfallecer, llega lo más lejos que puede en desentrañar los secretos de su propio poder personal.


Para que el cuerpo se sienta perfectamente, el secreto no está en lo que uno mismo se hace, sino más bien en lo que no se hace. Una persona es impecable cuando confía en su poder personal, sea éste pequeño o grande.
El sino es inalterable y el desafío consiste en cuán lejos se puede llegar dentro de los rígidos confines del poder personal y que tan impecable se puede llegar a ser.

Cuando vivimos de acuerdo a nuestro poder personal tenemos la oportunidad que siempre hemos estado esperando: percibir y vivir como seres luminosos.
En la condición de seres luminosos todo el organismo se eleva a un estado desconocido en el que se ilumina tanto interior como exteriormente, se purifica y se fortalece, haciéndose vigoroso y alegre al mismo tiempo. Empieza a fluir del individuo un encanto especial, que es algo más que simple belleza y en sus ojos brilla una curiosa transparencia.

El juego del cuerpo llevado por el poder personal adquiere una gracia que antes no tenía y el simple hecho de moverse constituye placer y felicidad, como también respirar.
Todas las gratificaciones anteriores como el beber, el café, las grasas, los estimulantes, acostarse tarde, los lujos innecesarios, los placeres nocturnos, no parecen sino sueños mortecinos; llega ahora el amanecer, todo encaja en su lugar natural, todo es saludable y portador de alegrías infinitas.

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viernes, 7 de marzo de 2014

Los Designios Inexplicables del Poder

El conocimiento y la sabiduría del México antiguo en los finales del segundo milenio y comienzos del tercero, emerge con una asombrosa fuerza telúrica, que derrumba las anquilosadas y burdas piedras de la ignorancia, con las que se quiso ocultar el luminoso conocimiento.
Desde tiempos inmemoriales, los antiguos chamanes crearon un cuerpo de conocimientos sobre la vida, el ser humano y el universo, tan asombrosos, tan científicos, tan sencillos y profundos que, permiten encontrar el sentido a la existencia de una manera nítida y práctica.

Los antiguos guerreros que habitaban en México en tiempos inmemoriales sabían, desde hace miles de años, que el mundo está compuesto de cargas energéticas. Que los seres humanos estamos compuestos de un cuerpo físico, que no es más que un conglomerado de átomos y moléculas; y de un cuerpo energético, que se integra en torno al cuerpo físico a un poco más de la distancia de los brazos extendidos, haciendo un especie de "esfera luminosa".
En este "recipiente" esta toda la energía que disponemos los seres humanos, desde que nacemos hasta el momento de la muerte. Sin embargo, el ser humano con su manera de vivir hace un uso inadecuado de toda su energía y esta se va acumulando y encostrando en los límites de la esfera luminosa. Con el pasar del tiempo, lo hábitos y la forma de vida de los seres humanos van transformando su energía haciendo una gruesa costra de energía sedimentada. Por ello cada vez disponemos de menor energía y "envejecemos". El cansancio y la falta de energía que se vive en la vejez, no es más que la acumulación y sedimentación de nuestra energía.

Los antiguos chamanes que vivieron en México en tiempos remotos desarrollaron una técnica para "remover" esta energía y volverla a distribuir por los centros de vitalidad del cuerpo para, de esta manera, mantenerlo en extraordinaria condición. También comprobaron que la redistribución de la energía dispersa les llevó fundamentalmente a poder percibir mayores campos energéticos del amplio espectro que existe en el universo.
Como todas las grandes y antiguas civilizaciones, los Toltecas buscaban la eternidad. La evasión a la inexorable muerte, los llevó por caminos indescriptibles e inimaginables.

Hoy en día y por algún designio inexplicable del "Poder", este milenario conocimiento, esta maravillosa sabiduría nuevamente está al alcance de los seres humanos comunes y corrientes.
Este se nos presenta hoy con lo que se ha dado en llamar "Los Pases Mágicos" de la Tensegridad. Una serie de movimientos físicos que agrupados en series, estimulan la energía "encostrada" en el "huevo luminoso" y permite re-usarla en nuestra vida cotidiana.
Esta técnica milenaria no es una disciplina deportiva, a la estética de la danza o relativa a las artes marciales; aunque en conjunto tiene movimientos parecidos a todas. Son, en cambio, una serie de movimientos suaves y enérgicos, que guiados por el "intento" (fuerza interior más allá de la razón que posibilita guiar nuestra voluntad), permiten que nuestro cuerpo físico "sacuda" a nuestro cuerpo luminoso y desprenda "las costras" energéticas que sea han ido sedimentando por nuestra equivocada forma de vida.

Hoy en día disponemos de esta técnica para restablecer nuestra escasa energía. La Tensegridad no es algo que se aprenda con la razón. Por el contrario, es el cuerpo y en especial, nuestro cuerpo energético quien recibe los beneficios de este conocimiento ancestral.
La Tensegridad es muy conocida y practicada en Estados Unidos, Europa, Rusia y Japón. La Tensegridad es el camino de conocimiento de los Guerreros Toltecas, de ayer y de hoy.

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viernes, 14 de febrero de 2014

El Cometido del Guerrero

La visión occidental del mundo a partir de la ponderación de los valores materiales sobre los espirituales, el deshumanizado culto a la ciencia y la tecnología, la depredación del planeta y la enajenación del ser humano a favor de las sociedades industriales, comerciales y consumistas, han llevado a la quiebra a la cultura occidental y están haciendo peligrar a la vida en el planeta.
Sin embargo, el espíritu humano no ha muerto y su sabiduría vive resguardada en muchas tradiciones antiguas del mundo, manifestadas y puestas en práctica por mucha gente aún en nuestros días.


El camino del guerrero representa un inconmensurable acervo de conocimientos y prácticas, que no sólo tienen que ver con la alimentación, la medicina, las ciencias y las normas morales y éticas de los grupos humanos que las practican consciente o inconscientemente; Sino de conocimientos muy sofisticados y complejos que tienen que ver con la energía y la fuerza espiritual de los seres humanos y las entidades que les rodean.
Las enseñanzas del camino del guerrero nos presentan la "otra realidad". Nos revelan un pensamiento filosófico complejo y difícil de entender Nos hablan de una antigua concepción de la vida y el mundo que de alguna manera vive en la cotidianidad de nuestro interior y que en el mundo occidental se interpreta como "mágica o surrealista".

El camino del guerrero puede abrirnos nuestra capacidad de percepción, y puede también ser un valioso punto de referencia para entender "al otro", la otra parte de nosotros mismos que hemos negado tercamente. La sabiduría de las enseñanzas del camino del guerrero, pueden servirnos para conocer e interpretar otras formas de entender la vida y el mundo.

Cada guerrero recibe una misión que el poder le encomienda, no importa el resultado de esa misión, porque cuando ésta termine, el guerrero se retirará sin pena ni cuidado de sus resultados. Nada se ha perdido, porque ahí sigue estando el camino para quien tenga el suficiente poder personal para vencer la obsesión y el oscurantismo individualista.
Nada se ha perdido, el conocimiento sigue vivo, vibrante y vigente; acechando el momento oportuno de su revelación exaltante.

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miércoles, 5 de febrero de 2014

La Importancia de Ser Guerrero

A pesar de penetrar en los intrincados campos del conocimiento humano, que resultan verdaderamente increíbles, un guerrero sigue siendo un común y corriente ser humano.
Generalmente idealizamos a estos personajes. Los mitificamos y les quitamos, quizá lo más importante, su condición de ser tan solo un ser humano. Lo más aterrador del mundo del nagual, es que el puñado de intrépidos y esforzados guerreros y guerreras, en los momentos finales de su "entrenamiento" siguen siendo personas comunes y corrientes, que viven en un mundo de compromisos, trabajos y obligaciones.

No se puede pensar en entrar al maravilloso mundo del nagual, si antes no se tiene pleno dominio del mundo del tonal. Un guerrero no se deja llevar por la “importancia" del mundo del nagual, porque el mundo del tonal es tan importante como el mundo del nagual y si no se tiene pleno dominio del primero jamás, ni remotamente se puede aspirar a penetrar el misterioso mundo del nagual, ya que los dos mundos se apuntalan mutuamente.

Si el guerrero no tiene dominio de sus debilidades, de sus deficiencias, de sus vicios. Si no ha templado su vida con el ejercicio cotidiano de la disciplina, la responsabilidad y la sobriedad. Si su vida cotidiana no es un inmaculado reflejo de su impecabilidad, templanza y aplomo, jamás podrá aspirar a convertirse en un guerrero de esta milenaria sabiduría. Si no tiene una forma decorosa de ganarse la vida, será sólo un "muerto de hambre" que llena su cabeza con mucha fantasía.
Si una persona del pueblo fuera un guerrero, no se estaría muriendo de hambre en su mugrosa casa. Todo guerrero, antes que nada, es una persona del mundo cotidiano que tiene una vida, un trabajo y una responsabilidad. Los guerreros no viven en el mundo de la fantasía, viven en la espiral cotidiana del mundo que está enfrente y que nos zarandea todos los días. Ahí se encuentran los verdaderos desafíos y el acecho del guerrero.

El guerrero vive en el mundo cotidiano y usa su energía y su tiempo para "trabajar" y ganarse la vida, y eso nos indica que el mundo cotidiano es tan importante como el mundo del nagual. Es más, no pude existir el segundo sin el primero. Si no se tiene dominio sobre el mundo inmediato, todo lo demás son puros sueños quiméricos o escapismo intelectual.

El legado más importante de las enseñanzas del camino del guerrero, es que nos abren un inconmensurable mundo de sabiduría humana. El camino del guerrero nos muestra que si es posible aprender una forma correcta de vivir, y una eficaz tabla de valores y principios. En ese sentido, el camino del guerrero es un verdadero aporte a las personas que buscan una nueva forma de vivir e interpretar el mundo, frente al derrumbe de la civilización Occidental.
La parte suicida del asunto es creerse un guerrero en la imaginación, y en la realidad ser arrollados por la vorágine cotidiana del mundo material inmediato. De hecho, algo así les sucedió a los "primeros videntes", pues descuidaron el mundo del tonal, ensimismados en su sofisticado mundo del nagual y un día llegaron pueblos salvajes y belicosos que prácticamente los destruyeron.

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martes, 28 de enero de 2014

El Intento de Mover el Punto de Encaje

El camino del guerrero limpia nuestro vínculo con el intento y al limpiarlo, nuestra energía inherente se incrementa de forma notable.
Tener energía facilita los movimientos del punto de encaje, pero cada guerrero tiene que verificar todo por sí mismo y por experiencia propia. Los principios del camino del guerrero no son para memorizarlos sino para practicarlos.


Un nagual es cualquier persona, hombre o mujer, con una configuración energética específica, semejante a una doble bola luminosa. Cuando una persona así entra en el camino del guerrero, la carga extra de energía le convierte en alguien con la capacidad de guiar al resto de guerreros. De esta manera, el nagual se convierte en la persona más apropiada para ser el líder. Un nagual es una persona que puede reflejar lo abstracto, el espíritu, mejor que los demás; pero eso es todo. Nuestro vínculo es con el espíritu mismo y solo incidentalmente con la persona que nos trae su mensaje.

El punto de encaje no tiene nada que ver con lo que normalmente percibimos como el cuerpo físico, ya que es parte de la esfera luminosa, la cual es nuestro ser energético.
El punto de encaje se desplaza a través de corrientes energéticas, que son como impulsos de energía que se sienten afuera o adentro, no del cuerpo sino de la esfera luminosa. Generalmente son corrientes impredecibles que ocurren de por sí. Para un guerrero, sin embargo, son corrientes predecibles; controladas por el intento de ellos.

Todo el mundo siente esas corrientes energéticas. La gente común y corriente, al estar tan ocupada en con sus problemas, no les presta atención alguna a este tipo de sensaciones.
Este tipo de sensaciones que se sienten con el movimiento del punto de encaje, son como una leve molestia; una sensación vaga de tristeza seguida inmediatamente por una desmedida euforia. Ya que esa clase de tristeza o euforia no tienen fundamento real, nunca los consideramos como verdaderos asaltos de lo desconocido, sino como inexplicables arranques de mal o de buen humor.

Cuando el punto de encaje se mueve fuera de los límites de la esfera luminosa, empuja el contorno hacia afuera, sin romper sus límites energéticos.
El resultado de un movimiento, fuera de la estructura energética de la esfera luminosa, del punto de encaje es un cambio total en la estructura energética de los seres humanos. De ser una bola se convierte en algo parecido a una pipa de fumar. Si el punto de encaje continúa moviéndose, llega un momento en que se convierte en una delgada línea de enrgía. Los chamanes de la antigüedad fueron los únicos capaces de lograr esa proeza: convertirse en líneas de energía tratando inútilmente de doblarse para formar un círculo. Las historias antiguas hablan de que al alargar su forma energética, también lograron alargar la duración de su conciencia; de manera que están vivos y conscientes de ser hasta hoy día. Las historias también cuentan que aparecen periódicamente en la Tierra. El logro de los guerreros chamanes de la antigüedad nos probaron que los potenciales del ser humano no son cualquier cosa.

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viernes, 24 de enero de 2014

El Acto de Percibir la Energia

Nuestra manera de percibir es la manera en que un predador percibe. Una manera muy eficiente para evaluar y clasificar la comida y el peligro. Pero esa no es la única manera que somos capaces de percibir. Hay otro modo: el acto de percibir la energía directamente.
Percibir la energía directamente nos permite comprender, clasificar y describir el mundo en términos completamente nuevos, más sofisticados y más excitantes.
Uno de los actos más significativos de percibir energía es “ver” la esencia del universo. La esencia del universo, según los chamanes de la antigüedad, los primeros en verla, la describieron como hilos incandescentes que se extienden en el infinito en todas las direcciones concebibles. Además, esos filamentos luminosos son conscientes de sí mismos, en formas imposibles de comprender.
De “ver” la esencia del universo, lo siguiente es “ver” la esencia de los seres humanos. La esencia de los seres humanos se asemeja a una gigantesca configuración blanquecina y brillante parecida a una esfera en forma de huevo que flota y, al moverse, va haciendo un profundo surco en la energía de la Tierra; como si tuviera una profunda raíz que va arrastrándola.
El hallazgo decisivo del acto de ”ver” la esencia de los seres humanos consiste en un punto redondo de intensa luminosidad, del tamaño de una pelota de tenis, alojado permanentemente dentro de la esfera luminosa, al ras de su superficie, aproximadamente a sesenta centímetros detrás de la cresta del omóplato derecho. Después de “ver” este punto, los chamanes de la antigüedad le llamaron el punto de encaje.
En este punto es donde la percepción tiene lugar. Los chamanes de la antigüedad llegaron a esta conclusión al “ver” que de los millones de filamentos de energía del universo que pasan a través de la esfera luminosa de los seres humanos, solo un pequeño número de éstos pasan directamente por el punto de encaje y el resplandor esférico que rodea el punto de encaje intensifica enormemente la luminosidad de los filamentos que pasan directamente a través del punto de encaje.
Después de “ver” lo que el punto de encaje y el resplandor que lo rodea parecen hacer, la propuesta es que en los seres humanos, la esfera que rodea al punto de encaje se enfoca en los millones de filamentos energéticos del universo que pasan directamente a través de él; y al hacerlo, automáticamente, junta a esos filamentos unos con otros, creando la percepción estable del mundo.
El punto de encaje y el resplandor que lo rodea son la marca de la vida y de la conciencia, y no hay rastro de ellos en los seres muertos. La conciencia, la vida y la percepción van juntas, y están inextricablemente ligadas al punto de encaje y al resplandor que lo rodea.
“Ver” el punto de encaje es algo que está al alcance de todo el mundo. La dificultad radica en romper la muralla que mantiene fija en nuestra mente la idea de que no podemos hacerlo. Solo necesitamos energía y una vez que la tenemos sucede de por sí. El truco está en abandonar la falsa seguridad del sentido común.

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sábado, 18 de enero de 2014

Postura Corporal y el Bagaje Psico-Emocional

El conjunto de nuestras emociones y pensamientos, de nuestras vivencias personales, sociales y subjetivas nos han configurado y transformado, minuciosamente, en lo que hoy somos. El cuerpo grava y hace suya esa información reinterpretándola a través de gestos, poses, bloqueos, tensiones y modos de actuar, que terminan perpetuando una imagen física, a menudo fruto de una necesidad de protección del individuo, pero siempre adaptativa para el sujeto, su medio y su vivencia personal. El trabajo está en reinterpretar y hacer un aprendizaje con la información que genera malestar corporal para restablecer la armonía y el equilibrio postural.

Un abordaje desde la dimensión psicocorporal de la persona es un instrumento más de entendimiento de la postura humana, el cual nos permite entrar en contacto con nosotros mismos y nuestras tensiones corporales como paso previo a la adquisición de instrumentos que nos faciliten el restablecimiento de nuestro orden interno, nuestro fluir energético y la liberación de los bloqueos existentes.
No menos relevante es la consideración de nuestro entorno, como grupo primario de apoyo, sociedad o cultura, con el cual aprendemos a modificar nuestra manera de presentarnos al mundo según nos convenga, manteniendo patrones de sumisión o de autoridad, de contracción o de extensión a partir de situaciones determinadas. Es de ahí desde dónde podemos hablar de modelaje postural y de sus consecuencias psíquicas.
Atendemos lo corporal como un continuum entre lo interno y lo externo, un ritmo armónico entre el yo y la sociedad en la que vivimos, una correspondencia íntima entre psique y soma.

Cada cual dirige y guía sus propios recursos y posibilidades hacia el sentirse bien y el superarse día a día en el entramado de la vida y en la concreción de nuestra realidad como individuos, disponiendo de su cuerpo y, porque no, de su alma, como sabe y puede, con la satisfacción o frustración, de que va logrando avanzar, o no, un paso más en su evolución personal.
Afortunadamente, no podemos encargarnos de cambiar el mundo, pero si podemos hacer algo positivo por él cambiando esa pequeña parcela de la que somos dueños, es decir, nosotros mismos.


“No hay dualismo de mente y cuerpo, energía y materia o energía y cuerpo sino una estructura unificada de la que proceden los sentimientos, la excitación y la actitud psicológica”
Stanley Keleman

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jueves, 2 de enero de 2014

La Parte Social de la Percepcion

Encontrar la libertad mediante la percepción de todo aquello que es humanamente posible percibir, sin intereses personales ni ganancias concretas; y mucho menos funciones sociales, es enfocarnos en lo abstracto.
Uno de los mayores logros que podríamos llegar a conseguir es percibir la esencia energética de las cosas. Este es un logro de tal magnitud que es la premisa básica de las prácticas del camino del guerrero. Con mucha disciplina y entrenamiento, podríamos adquirir la capacidad de percibir la naturaleza intrínseca de las cosas, una capacidad que llamamos “ver”.


Si separamos la parte social de la percepción, percibiríamos la naturaleza íntima de todo. Lo que percibimos es energía, pero como no podemos percibir la energía directamente, procesamos nuestra percepción para ajustarla a un paradigma. Este paradigma es la parte social de la percepción y es lo que se tiene que separar, porque reduce el alcance de lo que se puede percibir y porque nos hace creer que el paradigma al cual ajustamos nuestra percepción es todo lo que existe. Estamos convencidos de que el ser humano para sobrevivir a esta época, va a tener que cambiar la base social de su percepción.

La base social de la percepción es la certeza física de que el mundo está compuesto de objetos concretos y todos estamos involucrados en un serio y fiero esfuerzo por percibir el mundo como materia.
El mundo deberíamos percibirlo como energía. El universo entero es energía y la base social de la percepción sería entonces la certeza física de que todo lo que hay es energía. Si cambiáramos a través de un poderoso esfuerzo social para ver la energía como energía, tendríamos a nuestro alcance ambas posibilidades.

Para aprender una nueva forma de percibir, primero hemos de forzarnos a darnos cuenta de que procesamos nuestra percepción para hacerla encajar en un paradigma y, después, guiarnos con disciplina a percibir energía directamente. Esta es la misma forma en que se nos enseña a percibir el mundo de objetos. Cuando procesamos la percepción, para hacerla encajar en un paradigma social, esta pierde su poder al darnos cuenta de que hemos aceptado ese paradigma como herencia de nuestros antepasados, sin tomarnos la molestia de examinarlo.

Hoy en día estamos listos para percibir el mundo como demuestra la física cuántica en términos de energía. En el pasado debió haber sido absolutamente indispensable para nuestros antepasados cambiar el paradigma para poder percibir el mundo en términos de materia sólida. Hoy en día podemos afirmar que, primero, éste es un mundo de energía, y después, un mundo de objetos. Si no empezamos con la premisa de que vivimos en un mundo de energía, nunca seremos capaces de percibir la energía directamente como fluye por el universo. Las condiciones para que al nuevo paradigma le demos realidad y se manifieste es ahora, solo hemos de seguir las señales…

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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Desenmascarando las Personalidades

Hay una serie de patrones de comportamiento condicionado que entran en juego entre dos seres humanos y que determinan la naturaleza de su interacción. En lugar de que la interacción ocurra entre dos personas, ocurre entre dos imágenes conceptuales. Mientras más identificadas estén las personas con sus personajes respectivos, más falsa es su relación.


Tenemos una imagen mental no solamente de la otra persona, sino de nosotros mismos. Por tanto, no soy yo quien realmente se está relacionando con la otra persona, sino que mi idea de lo que soy se relaciona con mi idea de lo que es la otra persona, y viceversa.
La imagen conceptual que la mente fabrica de nosotros mismos se relaciona con su propia creación, es decir, la imagen conceptual fabricada acerca de la otra persona. Lo más probable es que la mente de la otra persona haya hecho lo mismo, de tal manera que todas las interacciones egotistas entre dos personas en realidad son interacciones conceptuales fabricadas por la mente, las cuales, en última instancia, son ficticias. Por consiguiente, no sorprende que las relaciones estén plagadas de conflicto. No hay una relación verdadera.

Si estamos atentos, para darnos cuenta de la interacción que tenemos con los demás podremos observar fácilmente que nos relacionamos de maneras muy diferentes, teniendo en cuenta la persona que tengamos delante. Al principio puede ser más fácil observar estos cambios en los demás, pero también podemos detectarlos en nosotros mismos. Hablamos y nos dirigimos de manera diferente con unas personas que con otras, porque estamos representando distintos personajes. En realidad no somos nosotros mismos sino que representamos unos papeles sociales.

Quizás muchas veces te has dado cuenta de que los pensamientos absorben toda tu atención lentamente y que te identificas con la voz que suena en tu cabeza. Es entonces cuando los pensamientos quedan investidos de un sentido de yo.
Esto es el volador, el «yo» creado por la instalación foránea que identificamos como nuestra mente. Este yo fabricado por la mente del volador se siente incompleto y precario. Por eso el temor y el deseo son sus emociones predominantes y sus fuerzas motivadoras. Cuando te das cuenta que hay una voz en tu cabeza que pretende ser tú y que nunca deja de hablar, estás saliendo de la identificación inconsciente con la corriente de pensamientos que te han inculcado.

Cuando notas esa voz y te das cuenta de que tú no eres la voz, sino quien es consciente de ella, es cuando la luz empieza a iluminar tu camino. La libertad estriba en conocerte a ti mismo como la conciencia que está detrás de la voz.

El volador siempre está buscando. Busca añadirse algo más de esto o de lo otro para completarse. Esto explica su preocupación compulsiva por las posesiones y el futuro. Cuando te das cuenta de que ahora mismo tienes todo lo necesario para el extravagante viaje que es tu vida y que no necesitas nada más que confiar y vivir los momentos que tienes como lo que son: únicos e irrepetibles, una inteligencia mucho más poderosa que la inteligencia del volador tomará las riendas de tu vida. Esa inteligencia es el conocimiento silencioso.

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sábado, 14 de diciembre de 2013

Romper con las Rutinas

En nuestro diario de navegación como guerreros viajeros por el infinito, una de las prácticas a incorporar es el acto de romper con nuestras rutinas cotidianas. Romper las rutinas es fundamental en nuestro proceso ya que nos libera de la necesidad, del hartazgo y de la pertenencia. También de que nadie pueda darte por hecho e incluso pueda saber cómo eres y cómo relacionarse contigo.

En nuestro continuum de vida los demás nos tienen catalogados de una determinada manera. Esto, que en primera instancia podría parecer como útil, es en realidad algo fatal y un estorbo para nuestro bienestar tanto físico como mental, porque tenemos que actuar en conformidad a esa(s) etiqueta(s) que nos han adjudicado los demás, y sin ninguna oportunidad por nuestra parte de actuar de maneras diferentes a cómo se supone que se corresponde con esas etiquetas. Esto nos limita enormemente y por supuesto nos cierra la puerta de la libertad.

Romper con nuestras rutinas nos convierte en seres mágicos, personas espontáneas que viven el asombro como parte integrante de sus vidas.

Ciertamente hay cosas que tenemos que hacer cada día, como ir a trabajar, comer, dormir, etc. esto no significa que no podamos aplicar en estas actividades el acto de romper las rutinas. Si observas bien, verás que hay muchas cosas rutinarias en tu vida. Quizás siempre te colocas en el mismo sitio cuando te sientas a la mesa, o puede que siempre vayas por el mismo camino para ir al trabajo; de ejemplos como estos están llenas de rutinas nuestras vidas.

Un aspecto interesante, de este proceso, es que uno mismo se maravilla al darse cuenta de cómo una parte de nuestro interior nos dice, en un momento determinado, que tenemos que hacer algo; sin embargo, muchas veces no lo hacemos porque no es el momento del día para hacerlo, o no es la hora… seguro que si observas bien el proceso de romper las rutinas, te encontrarás con muchos momentos así y no solamente habrás dejado pasar la oportunidad de hacer algo que realmente era importante para ti, además de ser el mejor momento para hacer, sino que también te retrasará en tu actividad. Esto es una indicación de hasta qué punto estamos condicionados por el hábito, los hábitos nos hacen previsibles y terriblemente aburridos.

Puedes aprender mucho acerca de ti mismo si te atreves a cambiar tus rutinas. Pero, has de empezar de a poco. Has de disfrutar en observar cómo se producen los cambios y todo lo que estaba oculto detrás de tu comportamiento previsible. Para iniciar el proceso que llamamos romper las rutinas, primero has de integrar la idea en tu mente, es decir, abrirte a esa nueva posibilidad y darte una especie de orden de querer hacerlo. Después has de esperar a estar preparado. El proceso de cambio para incorporar el romper tus rutinas se produce de manera espontánea y natural, sin traumas, sin prisas. Todo es calmado cuando iniciamos el proceso de romper las rutinas.

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jueves, 12 de diciembre de 2013

Alimento de Volador

Observa el mundo que te rodea y puedes ver personas de diferentes tipos, de esferas sociales etiquetadas como clase media en una sociedad de consumo, que son solo alimento de volador. Son ese tipo de personas que viven dan sus pasos en base a lo que oyen y lo que les dicen a través de los medios de desinformación, como son los medios de comunicación, que tenemos en estos momentos.

Realmente el oscuro mar de la conciencia, de donde toda inteligencia surge, tiene su propio plan que no deja de ser un puro autoabastecimiento de experiencias que permitan la evolución de todo tipo de conciencia que se ha manifestado en una determinada forma para pasar a integrarse una vez más en la única conciencia unificada, después de unas vivencias experienciales en universos propios.

De la gran masa que configura nuestro mundo de seres humanos, no podría aventurar ningún porcentaje, sin ánimo de equivocarme, pero realmente debe ser muy elevado teniendo en cuenta el grado de estupidez que se manifiesta en los seres humanos que nos rodean y que son incapaces de reaccionar ni de pensar más allá de lo que les dicen quien realmente maneja los hilos: el volador.

El plan es perfecto, nadie podría desenmascararlo a menos que se dieran las condiciones precisas que están ocurriendo en estos momentos a nivel universal, cósmico si quieres. Y esto no deja de ser parte del mismo plan. Esperanza siempre hubo y capaz sea ahora cuando los seres humanos, al menos desde la parte que me toca, estemos preparados para dar un salto cuántico en nuestro proceso evolutivo y realmente estemos capacitados para caminar por los senderos del oscuro mar de la conciencia simplemente guiados por el asombro y la inocencia, tomando aquello que necesitamos para el extravagante viaje que es nuestra vida del puro conocimiento silencioso.

De los otros seres humanos, los que están sumidos en el consumismo, en la idiotez permanente, y que solo quieren tener lo que se supone que se tiene que tener para ser feliz, esos mismos servirán, seguirán sirviendo al gran señor del temor, del odio, de la escasez, del odio, de la enfermedad y de la muerte; y aquí para todos ustedes recién llegado de las profundidades del cosmos: el volador. Y si, esos ciudadanos, esas personas insípidas, con risas forzadas y ensayadas, sin corazón más allá que el propio egoísmo y egocentrismo, nos felicitamos de que existan pues son el alimento que mantiene con vida la neblina del oscurantismo, la Tierra se eleva en una nueva frecuencia vibratoria, todo el universo en sí, y esas personas, junto con todos sus criadores seguirán en universos paralelos, porque todos tenemos que seguir existiendo.

El camino se extiende ante nosotros y la llamada siempre ha estado sonando para nosotros, si cabe ahora es con más fuerza que nunca que se despliegan nuevos surcos ante nosotros, donde poder vivir, o simplemente visitar y seguir viajando como guerreros por el oscuro mar de la conciencia. Este es tu momento, has estado esperando mucho tiempo y te has preparado para dar el salto impecable a tu nueva realidad. El intento es ahora.

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martes, 10 de diciembre de 2013

El Guardian del Palacio

No entiendo cómo la gente corriente no se da cuenta de la presencia del volador. Aunque, en realidad se dan cuenta, pero solo los ven quienes han aprendido a verlos, pero nadie más. Cualquiera que siga el camino podría pasar junto a ellos y no vería absolutamente nada.
El volador sueña este lugar y nosotros poblamos su sueño. Pero la existencia de esa realidad es frágil y efímera. Inevitablemente se disolverá o se destruirá… una cosa o la otra.

Cuando un guerrero emprende el camino ya no está solo, porque se ha puesto en marcha y todo lo demás puede desaparecer pero aun así nunca estará solo. Los que están solos son los que todavía no han emprendido el camino.

Cuando un guerrero emprende el camino es como si se muriera, como si se muriera la persona que era antes. Porque antes su vida le traía algo que ver, algo que sentir o pensar, pero cada momento traía involucrado la misma muerte, porque la experiencia se desvanece, pasa a transformarse de una chispa de vida a un recuerdo de muerte y poco a poco esa carga de recuerdos se ha ido transformando en un enorme peso que debes sostener sobre tus hombros. Nadie puede descargarte de él ni llevarlo por uno, transportar de aquí para allá esa masa de muerte es la tarea más solitaria del mundo.
La vida resulta así insoportable y no la cambiamos porque estamos acostumbrados a funcionar así. El volador cuenta con el efecto estupidizante de la costumbre.

El volador es como una nube negra que gravita sobre la Tierra. Se alimenta del miedo. Las guerras, el crimen, el hambre y la pobreza son las cosas que hacen que se expanda. Pero hay un secreto que desconoce y es que la Tierra es algo más que el compendio de las desgracias que padece. Pese al hábito y al embotamiento, una persona puede encontrar el comienzo del camino y, si tiene valor, puede desprenderse de la enorme carga de miedo y del peso muerto del pasado.
Lo único que los seres humanos podemos hacer es abandonar repentinamente el mundo conocido y lanzarse hacia el único territorio donde el volador no tiene poder alguno: lo desconocido.

Andar y andar el camino, enfrentándose a lo desconocido sin obtener ningún beneficio a cambio puede llegar a ser una de las perspectivas más aterradoras que puede afrontar una persona. El volador se ha asegurado de que sea así e incluso cuando se consigue la libertad, el miedo sigue proyectando su sombra durante mucho tiempo. El volador cuenta también con eso, poniendo demonios aterradores en la puerta de la libertad para que nadie, o solo unos pocos, puedan ver lo que hay más allá.
El camino despejado, el polvo que lo cubre, los pasos que no dejan huella son el camino de corazón del guerrero viajero. El amor no puede capturarse. Todo lo que los mortales llaman amor se transforma en venenoso tan pronto como cae en la trampa del volador. Sin embargo, detrás de la puerta que se abre a la libertad, más allá de los demonios del miedo, no hay más que amor y para el amor la soledad es imposible.

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