Uno de los mayores logros que podríamos llegar a conseguir es percibir la esencia energética de las cosas. Este es un logro de tal magnitud que es la premisa básica de las prácticas del camino del guerrero. Con mucha disciplina y entrenamiento, podríamos adquirir la capacidad de percibir la naturaleza intrínseca de las cosas, una capacidad que llamamos “ver”.
Si separamos la parte social de la percepción, percibiríamos la naturaleza íntima de todo. Lo que percibimos es energía, pero como no podemos percibir la energía directamente, procesamos nuestra percepción para ajustarla a un paradigma. Este paradigma es la parte social de la percepción y es lo que se tiene que separar, porque reduce el alcance de lo que se puede percibir y porque nos hace creer que el paradigma al cual ajustamos nuestra percepción es todo lo que existe. Estamos convencidos de que el ser humano para sobrevivir a esta época, va a tener que cambiar la base social de su percepción.
La base social de la percepción es la certeza física de que el mundo está compuesto de objetos concretos y todos estamos involucrados en un serio y fiero esfuerzo por percibir el mundo como materia.
El mundo deberíamos percibirlo como energía. El universo entero es energía y la base social de la percepción sería entonces la certeza física de que todo lo que hay es energía. Si cambiáramos a través de un poderoso esfuerzo social para ver la energía como energía, tendríamos a nuestro alcance ambas posibilidades.
Para aprender una nueva forma de percibir, primero hemos de forzarnos a darnos cuenta de que procesamos nuestra percepción para hacerla encajar en un paradigma y, después, guiarnos con disciplina a percibir energía directamente. Esta es la misma forma en que se nos enseña a percibir el mundo de objetos. Cuando procesamos la percepción, para hacerla encajar en un paradigma social, esta pierde su poder al darnos cuenta de que hemos aceptado ese paradigma como herencia de nuestros antepasados, sin tomarnos la molestia de examinarlo.
Hoy en día estamos listos para percibir el mundo como demuestra la física cuántica en términos de energía. En el pasado debió haber sido absolutamente indispensable para nuestros antepasados cambiar el paradigma para poder percibir el mundo en términos de materia sólida. Hoy en día podemos afirmar que, primero, éste es un mundo de energía, y después, un mundo de objetos. Si no empezamos con la premisa de que vivimos en un mundo de energía, nunca seremos capaces de percibir la energía directamente como fluye por el universo. Las condiciones para que al nuevo paradigma le demos realidad y se manifieste es ahora, solo hemos de seguir las señales…
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