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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA

México - Tels. 229 115 66 26 - 229 913 80 88

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viernes, 15 de febrero de 2013

Semillas de Libertad


El poder fluye incesantemente hacia todo ser vivo desde el momento de nacer hasta el momento de morir.
Este poder, encargado de dar la vida, se manifiesta de una manera circular. Este aspecto incomprensible de las emanaciones del Águila es el dador de la vida y el potenciador de la conciencia. Además de ser la fuente de nuestra fuerza, dirección, realización y objetivo, también nos aporta lo que nos sustenta como seres luminosos.
Más allá de los ciclos de la vida, o de la fuerza circular, no existe para ninguno de nosotros otra fuente de energía. Cuando comprendemos esto, cada uno llega a valorar los preciados recursos energéticos que de las emanaciones del mar de la conciencia fluyen continuamente hacia nosotros.

No obstante, además de apreciar esta energía debemos asumir la responsabilidad luchando contra nosotros mismos en una fiera e interminable batalla para su conservación, contra el monstruo de la importancia personal con el fin de preservar el preciado recurso que a diario encuentra su camino hacia nosotros desde el infinito lugar del poder.
La esencia de la cualidad del guerrero no es otra que la contención estratégica de estos recursos energéticos. No podemos proceder por el camino del conocimiento sin el poder personal, así que debemos aprender a recuperarnos mediante el estilo de la acción “impecable”.

Como guerreros, conocemos a nuestro principal enemigo, el gran ladrón de poder que asola a la especie humana. La importancia personal le roba a la gente el poder que podría liberarla y, sin embargo, en nuestra ignorancia seguimos adorando a este predador hasta donde nuestro escaso poder personal lo permite.
Esta ignorante e inútil pérdida de recursos es la esencia de la difícil situación de la humanidad. En nuestro mundo enloquecido, es nuestro sentido del yo individual el que gobierna en virtud de su hurto energético.

La llamada de la vida de guerrero es la llamada para sublevarse contra nuestro tirano auto-importante, dejando de lado nuestra estupidez y enfrentándonos a la ignorancia que una vez nos ha poseído con la disciplina de la acción impecable, porque la “promesa del poder” es para el guerrero que sabe que espera y sabe qué es lo que espera.

Semillas de Libertad es un programa en el que se abordan los obstáculos naturales con los que toda persona se ha de enfrentar cuando se adentra por el camino del conocimiento. El programa contiene una base teórica, pero sobre todo es un entrenamiento práctico que permite desarrollar el poder personal de cada uno para enfrentar aspectos como el miedo, la importancia personal, la falsa claridad, la estupidez del poder egocéntrico, el deterioro desgastante de la vieja personalidad, la propia tiranía reflejada ilusoriamente en el mundo exterior, la búsqueda de recompensas, el juego del héroe y la víctima…

El programa Semillas de Libertad está dirigido por Carlos F. Hombrados (Naturópata y Kinesiólogo) con 20 años de experiencia en el campo de las terapias alternativas y complementarias para la salud. Es también Renacedor, terapeuta con Flores de Bach y posee conocimientos de Programación Neurolinguista PNL, Psicosomática, Psicoanalogía, Diátesis y Terapia del Terreno, Sales de Schussler, Numerología, Body Harmony, Gemoterapia, Fitoterapia, Nutrición.
Ha trabajado con maestros, chamanes y líderes espirituales de Europa, Estados Unidos, América del Sur y México de los que ha recibido guía, amistad e inspiración. Ha sido miembro asociado de la Federación Española de Acupuntores, Naturópatas y Técnicos Manuales (FENACO) y colabora con la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). En la actualidad dirige el Centro Fénix Holístico de Naturopatía.

Semillas de Libertad es un programa que tiene una duración de ocho semanas. En encuentros de un día por semana con una duración de 1,30h cada uno.

El material necesario que se requiere es cuaderno, bolígrafo, calcetines y ropa cómoda.
En principio no existe ningún tipo de limitación para que una persona pueda participar de estos grupos, pero si quieres consultarnos tu caso en particular puedes ponerte en contacto con nosotros a través de correo electrónico susurrosdelnagual@gmail.com
Por teléfono: 680537556 - 918164170 -669564423
Y puedes visitar nuestra página web: Susurros del Nagual

Esperamos y deseamos que te unas a nosotros en esta experiencia que queremos compartir contigo y que tengas un avanzado proceso de evolución con este programa.

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martes, 16 de octubre de 2012

Barrer la Isla del Tonal

La solidez aparente del yo, que nos fuerza a desarrollar una manera de comprender el mundo, de ser y de comportarnos de una determinada manera, puede llegar a derrumbarse voluntariamente. De la misma forma que con ciertos “no-haceres” interrumpimos la descripción ordinaria del mundo que nos rodea, también podemos llegar a suspender definitivamente la descripción de nuestra propia persona, hasta reinventarnos totalmente a nosotros mismos y experimentarnos como campos de energía en libertad.

Cada día de la vida de un buen ciudadano sucede en el seno del Tonal, que da sentido a todas sus acciones, pensamientos y deseos. Todo lo que es, dice, piensa y hace a lo largo de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, pertenece al Tonal; cuya misión es poner orden y estructura en el caos y proteger al Ser del impacto impredecible de lo Ilimitado.


La manera de actuar del guerrero es el “acto a propósito”, que transforma cada situación cotidiana en una estrategia, que no solo acaba con el drenaje de energía que le producen los actos mecánicos, sino que convierte hasta las más simples acciones en poder personal. Así emprende la batalla contra sus debilidades y limitaciones, contra las fuerzas que obstaculizan su Conocimiento, Amor y Voluntad, y que están determinadas por la historia personal. Intenta encontrar la impecabilidad hasta en las más pequeñas acciones, dando lo mejor de sí mismo en cada cosa que hace o en cada proyecto que emprende. Su propia sobriedad le mantiene en los momentos difíciles de su camino hacia el verdadero sentimiento, después de disolver las necesidades y deseos, y le transmite el equilibrio y la entereza que le sostienen ante los desafíos del pensamiento y la emoción.

El guerrero sabe que cada acto que realiza, debilita o fortalece su energía, y por eso intenta ser impecable en cada acción por insignificante que pueda parecer. Así construye su vida sobre la comprensión de que es de su sola responsabilidad la creación de su vida, poder gozar de buena salud, y ser digno de alcanzar el contacto íntimo con el Espíritu. Para ello, lo primero que aprende es a redirigir su energía, por medio de acciones inusuales o actos a propósito (“no-haceres”) que no derivan mecánicamente de los condicionamientos del pasado. Y, poco a poco, estos “actos a propósito” borran las tendencias producidas por la historia personal; se deshace de los vicios desgastantes, se comunica con los árboles, realiza largas caminatas de atención silenciosa, entiende el mensaje de las aves, vive los mundos arquetípicos, ensueña en pareja…

La autojustificación, la crítica, el lamento social, la palabrería, la prepotencia, el exceso de explicaciones, el recuerdo de la historia personal, las discusiones, el dormir mucho o demasiado poco, el pensar en exceso, y un largo etc., son un buen ejemplo del despilfarro diario de energía en asuntos sin trascendencia, por no mencionar la enorme fuerza que se pierde a través de las emociones, que son hijas del pensamiento mecánico. Más nos hablamos a nosotros mismos, caemos en las emociones desgastantes y nos perdemos de percibir la Realidad.

La importancia personal consume más del noventa por ciento de nuestra energía, sin que nos aporte nada que valga, salvo enfermedad, soledad o debilidad. Así la disminución de la importancia personal es el objetivo prioritario de un guerrero.

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viernes, 21 de septiembre de 2012

Los Acuerdos Culturales

Un guerrero siempre está en lucha y ha de luchar por liberar su energía, la que configura todo su ser, de las cadenas que lo aprisionan. Un guerrero vive en permanente estado de guerra, siendo el enemigo la idea del yo.

Las metas definidas y los logros emocionalmente cargados carecen de valor, pues el verdadero escenario de un guerrero es la vida cotidiana, y allí las motivaciones conscientes superficiales no aguantan presiones.

Dado que las mujeres están habituadas a ser manipuladas, acceden con facilidad y sus conformidades no son sino huecas adaptaciones a la presión. Pero de ser en verdad factible convencer a la mujer de la necesidad de cambiar de hábitos, entonces la mitad de la batalla está ganada; aun sin su conformidad su éxito es mucho más duradero que el de los hombres.

Conocer algo de manera intuitiva no tiene valor alguno. Esos destellos de percepción interna necesitan ser transformados en pensamientos coherentes. Tanto uno como otro se marchitan tan rápido como surgen, y si no son reforzados de continuo sobreviven la duda y el olvido, pues la mente ha sido condicionada para ser práctica y aceptar únicamente los verificable y lo factible.

Los chamanes son hombres de conocimiento antes que hombres de razón, y como tal están adelantados respecto de los intelectuales de occidente que asumen que la realidad (a menudo equiparada con la verdad) se conoce a través de la razón. Los chamanes sostienen que lo único que puede conocerse mediante la razón son nuestros procesos del pensamiento, pero es solo mediante el acto de comprender nuestro ser total, en su nivel más elevado e intrincado, que podremos borrar los límites con los cuales la razón define la realidad.

Un guerrero cultiva la totalidad de su ser, es decir que no necesariamente hace una distinción entre los aspectos racionales e intuitivos del hombre. Utiliza ambos para llegar al reino de la conciencia llamado el conocimiento silencioso, el cual existe más allá del lenguaje y más allá del pensamiento.

Para que uno pueda silenciar su lado racional, primero debe comprender los procesos del pensamiento en su nivel más elevando e intrincado. La filosofía, comenzando con el pensamiento clásico griego, suministra la mejor manera de iluminar este proceso. Ya sea como eruditos o como legos somos miembros y herederos de la tradición cultual de occidente, lo cual significa que, independientemente de nuestro nivel de educación y perfeccionamiento, somos prisioneros de esa tradición y su manera de interpretar la realidad.

Solo de manera superficial estamos dispuestos a aceptar que aquello que llamamos realidad es algo culturalmente determinado, y lo que necesitamos es aceptar, al nivel más profundo posible, que la cultura es el producto de un proceso largo, cooperativo, altamente selectivo y desarrollado, y por último, pero no por ello menos importante, altamente coercitivo, que culmina en un acuerdo que nos desvía y aleja de otras posibilidades.

Los chamanes procuran en forma activa desenmascarar el hecho de que la realidad es dictada y sostenida por nuestra razón: que las ideas y los pensamientos surgidos de la razón se convierten en regímenes de conocimiento que ordenan el cómo vemos y actuamos en el mundo; y que todos estamos sujetos a increíble presión para asegurar que ciertas ideologías nos resulten aceptables.

Un guerrero está interesado en percibir el mundo de manera diferente a lo culturalmente definido, y lo culturalmente definido es que nuestra experiencia personal, más un acuerdo social compartido acerca de lo que nuestros sentidos son capaces de percibir, determinan lo que percibimos. Cualquier cosa fuera de este reino perceptual, sensorialmente convenido, es automáticamente encapsulado y echado a un lado por la mente racional, y de esta manera nunca se daña el débil manto de las presunciones humanas.

La percepción ocurre en un lugar fuera del reino señorial; porque existe algo más vasto que lo que nuestros sentidos pueden captar. La percepción tiene lugar en un punto fuera del cuerpo, fuera de los sentidos, pero no es suficiente creer meramente en esta premisa. No es apenas cuestión de leer acerca de ello, o escucharlo de boca de terceros. Para transformarlo en algo corpóreo uno debe haberlo experimentado.

Un guerrero lucha activamente durante toda su vida para quebrar ese débil manto de las presunciones humanas. Sin embargo, no se interna ciegamente en la oscuridad. Está preparado; sabe que cuando se arroja a lo desconocido necesita disponer de un bagaje racional bien desarrollado. Solo entonces puede explicar y darle sentido a lo que traiga de vuelta de sus viajes a lo ignoto.

El chamanismo no se debe entender a través de la lectura de filósofos, sino comprender que tanto la filosofía como el chamanismo son formas altamente elaboradas del conocimiento abstracto. Tanto para los chamanes como para los filósofos la verdad de nuestro ser-en-el-mundo no permanece impensada. No obstante, los chamanes van un paso más allá; actúan a base de sus hallazgos que ya están, por definición, fuera de nuestras posibilidades culturalmente aceptadas.

Los filósofos son chamanes intelectuales. Pese a ello sus búsquedas y ensayos quedan siempre en empeños mentales. Los filósofos solo pueden actuar en el mundo que tan bien entienden y explican de la manera cultural ya convenida. Se suman a un ya existente cuerpo de conocimiento. Interpretan y reinterpretan textos filosóficos. Nuevos pensamientos e ideas resultantes de este intenso estudio no lo cambian excepto, tal vez, en un sentido psicológico. Pueden llegar a convertirse en personas muy buenas y comprensivas, o tal vez en lo opuesto. Sin embargo, nada de lo que hagan filosóficamente cambiara su percepción sensorial del mundo pues los filósofos trabajan desde dentro del orden social, al cual apoyan aun cuando intelectualmente pueden no estar de acuerdo con él. Los filósofos son chamanes frustrados.

Los chamanes también construyen sobre un ya existente conjunto de conocimientos. Sin embargo, no lo hacen aceptando lo ya probado y establecido por otros chamanes. Deben probarse de nuevo a sí mismos que aquello que se da por aceptado en verdad existe, y se somete a la percepción. Para llevar a buen término esta tarea monumental necesitan una extraordinaria capacidad de energía, la cual obtienen apartándose del orden social sin retirarse del mundo. Los chamanes rompen el convenio que ha definido la realidad sin destruirse en el proceso de hacerlo.

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domingo, 20 de marzo de 2011

Perder la Importancia Personal

El surgimiento de nuestra atención de ensueño es el resultado directo de reformar nuestras vidas. De todas las premisas del chamanismo, la más efectiva es “perder la importancia personal”.

Perder la importancia personal es indispensable para todo lo que hace un guerrero. La importancia personal no es sólo el enemigo acérrimo de un guerrero sino también de la humanidad entera.

Empleamos la mayor parte de nuestra fuerza en sostener nuestra importancia y nuestro desgaste más pernicioso es la compulsiva presentación y defensa del yo; la preocupación acerca de ser o no admirado, querido o aceptados.

Si fuera posible perder algo de esa importancia personal, dos cosas extraordinarias nos ocurrirían. Una, liberaríamos nuestra energía de tener que fomentar y sustentar la ilusoria idea de nuestra grandeza; y dos, nos proveeríamos de suficiente energía para entrar en la segunda atención y vislumbrar la verídica grandeza del universo.

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domingo, 13 de febrero de 2011

Origenes Chamanicos del Yoga

Michael Harner ha sugerido la idea de que el chamanismo dio origen al yoga con la época del florecimiento de las ciudades-estado y de las religiones estatales en Oriente, cuando el potente son de los tambores pasó a ser peligroso para los oídos de los inquisidores de la religión oficial, cuya intención era la de proteger el monopolio de las revelaciones divinas, frente a la amenaza que suponía la igualdad religiosa de los chamanes. Harner arguye que fue esta opresión sobre los chamanes lo que les obligó a desarrollar métodos silenciosos e indetectables para acrecentar la conciencia, que más adelante se convirtieron en el yoga y otras sendas espirituales “ocultas” (o “secretas”).

Parece ser que la primera pista investigada por los protoyoguis en su búsqueda de una tecnología mística más sofisticada, fue la observación de que cada estado de la conciencia va acompañado de su propio modo y cualidad específica de respirar. Pantajali, por ejemplo, destaca la correlación existente entre perturbaciones de la respiración y estados perturbados de la mente. Con esta información como base de la investigación posterior, se exploró sistemáticamente la influencia recíproca de la respiración y los estados mentales. Experimentando con diversas formas de controlar la respiración, descubrieron que los estados alterados de conciencia podían ser inducidos.

También descubrieron que una de las formas más eficaces de influir en la respiración era a través de ciertas posiciones corporales. Los yoguis primitivos se dieron cuenta de que colocando el cuerpo en ciertas posiciones que doblaran, retorcieran o de algún modo manipularan los órganos del cuerpo humano en formas determinadas, podían alterar a voluntad las pautas de la respiración y los estados de la conciencia. Como lo indica Felicitas Goodman, las posturas físicas utilizadas en ciertas tradiciones espirituales chamánicas, como en las de los antiguos aztecas y otros grupos amerindios, también pueden utilizarse para inducir estados acrecentados de conciencia.

A pesar de que hoy en día las posturas de yoga, o asanas, se consideran como una especie de calistenia hindú destinada a mejorar la salud, a juzgar por los comentarios de Pantajali, está claro que éste no era el fin primordial para el que los antiguos yoguis desarrollaron dichas posturas. Como destaca en Yoga Sutras, el objeto principal de las asanas es el de crear una condición de impenetrabilidad a los “asaltos de pares de opuestos”, que en este contexto significa la capacidad de excluir las impresiones producidas por el constante bombardeo de la mente y provenientes del mundo exterior a través de los cinco canales sensoriales.
Evidentemente, los beneficios de las asanas para la salud eran sin duda apreciados, ya que para soportar la tensión fisiológica y psíquica producida por el intenso trabajo del yogui, y del chamán, en estados de trance profundo, es imprescindible estar en buena forma física.
Además, las posturas eran también útiles para la purificación física, contribuyendo a eliminar toxinas que producen visiones nocivas, proceso de limpieza que ha sido siempre un requisito previo a la iniciación chamánica. No obstante, su importancia primordial radica en su capacidad de alterar la conciencia, reduciendo la aportación de los sentidos externos. Esto parece estar relacionado con la redistribución de ciertas corrientes de energía muy sutiles en el sistema nervioso central.


Cuando aprendieron a aislarse de las distracciones sensoriales externas, los yoguis primitivos descubrieron que el elevado nivel de concentración resultante les permitía penetrar con mayor profundidad en los estados acrecentados. Así Pantajali nos habla de la fusión de las asanas y del pranayama (control de la respiración) en una quinta rama del yoga, el pratyahara, que es la capacidad de desconectar por completo los sentidos exteriores, acompañada de una máxima actividad de los sentidos interiores: el poder imaginario del “vuelo mágico” al que hacen referencia los chamanes. Esto permite al yogui, al igual que a sus predecesores chamanes, entrar en una secuencia de embarque y percibir los fenómenos sutiles de la realidad no ordinaria.

Chamanes, Yoguis y Bodisatvas
Gary Doore

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domingo, 31 de octubre de 2010

La Liberación del Pasado

Liberar el pasado supone terminar la relación causa-efecto entre nuestro pasado y nuestro presente; por lo tanto es uno de los actos más importantes que podemos llevar a cabo, ya que engloba a todos los demás aspectos de nuestra vida.

Liberar el pasado no es solamente cambiar nuestra forma de ser y de vivir, sino que, significa cambiar y sobre todo liberar todas las personas, cosas y entorno que nos mantienen unidos a nuestro pasado, sea éste agradable o desagradable.


Esta posibilidad puede parecernos extraña, tal vez por nuestra tendencia a suponer el pasado, no sólo como lo que nos fundamenta, sino también como algo inamovible, razón por la cual se convierte en la excusa perfecta para no cambiar.

Liberar el pasado es una posibilidad mágica, que difícilmente encaja en la lógica racional. Liberar el pasado, en lugar de tratar de superarlo, se trata sencillamente de borrarlo.
Esta posibilidad no se refiere a poder cancelar los actos pasados, sino a renunciar a la relación que tenemos establecida con ellos, cuya expresión más general es nuestro modo de ser y de vivir.

Si nuestro pasado es el principal obstáculo para el cambio y la libertad, entonces el poder borrarlo representa la oportunidad de ser libres.

La resistencia a comportarnos de forma nueva surge de creernos incapaces de realizar cualquier cosa que no esté en el guión de nuestras acciones pasadas. Nos resistimos al cambio. Al mismo tiempo cuando empezamos a luchar por cambiar, nuestro pasado se vuelve el mayor obstáculo a vencer. La gente que nos conoce tiende a oponerse, puesto que al estar tan familiarizados con nuestra forma de ser, no admiten el que no actuemos de acuerdo con ella.
Esto sucede porque el encuentro con lo desconocido los enfrenta al problema de no saber cómo comportarse con algo para lo que no han sido entrenados y por tanto tratan de evitarlo.

No hay nada más amenazante para nuestro ego que una persona a la cual no podamos clasificar. Y es que nuestro pasado nos da una o varias etiquetas sobre la base de toda nuestra personalidad siguiendo los dictados de unos cuantos rasgos.

Asimismo, nosotros clasificamos a cuantos conocemos de acuerdo a etiquetas similares que derivamos de su pasado, sea real o imaginario. Como nos es incómodo tratar con el misterio, preferimos tratar con etiquetas; y nos creemos tanto más seguros, cuanto más rápido seamos capaces de colocarlas.

El mundo que se abre más allá de la descripción, es el mundo de lo desconocido, donde nada está escrito y es, por lo tanto, el mundo donde podemos crear, elegir, ser cualquier cosa que queramos. El mundo de la libertad.

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miércoles, 21 de octubre de 2009

Rasgos Especificos del Cuerpo Luminoso


Con el fin de hacer las cosas más fáciles, el Águila mostró al hombre nagual y a la mujer nagual que cada uno de los tipos entre los hombres y las mujeres de la tierra tienen rasgos específicos en su cuerpo luminoso.

- El erudito tiene una especie de hendidura superficial, una brillante depresión en el plexo solar. En algunos hombres aparece como un estanque de intensa luminosidad, a veces tersa y reluciente como un espejo que no refleja.

- El hombre de acción tiene unas fibras que emanan del área de la voluntad. El número de fibras varía de una a cinco, y su grosor fluctúa desde un cordel hasta un macizo tentáculo parecido a un látigo de más de dos metros. Algunos hombres tienen hasta tres de estas fibras desarrolladas al punto de ser tentáculos.

- Al socio anónimo no se le reconoce por ningún rasgo exclusivo sino por su habilidad de crear, muy involuntariamente, un estallido de poder que bloquea con efectividad la atención de los videntes. Cuando están en presencia de este tipo de hombre, los videntes se descubren inmersos en detalles externos en vez de ver.

- El asistente no tiene configuración obvia. Ante el vidente aparece como un brillo diáfano en un cascarón de luminosidad sin imperfecciones.

Categorías de la Personalidad

En el Dominio Femenino:

- Se reconoce al Este por las casi imperceptibles manchas de su luminosidad, que son como pequeñas zonas de desolación.

- El Norte tiene una radiación que abarca todo, exuda un destello rojizo, casi como calor.

- El Oeste tiene una tenue membrana que la envuelve, que la hace verse más oscura que las otras.

- El Sur tiene un destello intermitente, brilla durante un momento y después se opaca, para brillar de nuevo.

El Viento de las Mujeres

El hombre nagual y la mujer nagual tienen dos movimientos distintos en sus cuerpos luminosos; sus lados derechos ondean, mientras los izquierdos giran.
En términos de personalidad, el hombre nagual es un proveedor, estable, incambiable.
La mujer nagual es un ser en guerra pero aún así es un ser calmado, por siempre consciente pero sin ningún esfuerzo.

Cada uno de ellos refleja los cuatro tipos de su sexo en cuatro maneras de comportamiento.

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