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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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martes, 10 de agosto de 2021

Acechando la Atención

"Estoy aquí y ahora”

Esta declaración es, en sí misma, prueba de un reconocimiento genuino de la necesidad real. Y como estoy aquí ahora, no quiero evitar preguntarme sobre la naturaleza de mi interés: ¿de dónde viene mi interés? ¿A dónde va? ¿Qué tan lejos llega? ¿Qué abarca? ¿Cuánto dura? Estas preguntas han de estar presentes todo el tiempo y, al tratar de observarme, lo que veré es la incapacidad para tener una intención y la fragilidad de la atención a la que vuelvo. Lo que sea que enfrente traerá la evidencia de cuán débil, fugaz e insignificante es mi interés.

También puedo darme cuenta de que en muchas partes de mi ser no estoy realmente interesado. Realmente no importa ser consciente de uno mismo, y sea cual sea la idea que intentas, ver que ni siquiera estás dándote cuenta en tu mayor parte de esta necesidad tuya. Así que a veces has de tratar de abrirte un poquito para intentar ver la necesidad de darte cuenta de ti mismo, por tu propia experiencia: ¿por qué esta falta de darse cuenta? - y de sufrir el hecho de que no ser conscientes de la necesidad real. Esto nos lleva a darnos cuenta de que la atención está muy restringida. El sentimiento de este fantástico poder de atención es muy pobre.

La atención es el poder más grande del mundo. Y es muy ambigua: la atención es la clave tanto para la conciencia como para la identidad. Así que hay que observar para vislumbrar y poder estar seguro por uno mismo en qué dirección se está usando el interés en lo que sea que ves en relación con uno mismo. La atención crea el poder de la relación. Te relacionas con el mundo, con los demás, con el trabajo y con tus expresiones, a través de la atención. Te relacionas contigo mismo a través de la atención.
Estamos aquí para tratar de familiarizarnos con este poder, y para tratar de conocerlo mejor y relacionarnos con él en tantos aspectos como sea posible. El primer paso es relacionarse con el lugar donde estés; para hacer el intento de ubicar tu esencia en la relación espacio-tiempo; para relacionarte con la experiencia del cuerpo.

¿Puedes percibir la presencia de tal poder de atención en lo que respecta a tu cuerpo?
Hoy tal vez puedas hacer el intento de poner el esfuerzo en esto: no se trata de adivinar, sino de experimentar realmente cuánto de uno mismo está involucrado en esta relación, estar interesado y comprometido en darse cuenta de la propia presencia en el cuerpo y acechar lo que sucede allí: lo que crece, lo que se evoca.

¿Cómo liberarse de los juicios instantáneos y de la dispersión de la atención? ¿Cómo conseguir disociar la mente de las influencias que recibe del entorno en cualquier momento dado? La clave reside en la conciencia, en la presencia. Consiste en convertir la etapa pasiva de absorber información como una esponja —en el sentido de que la esponja no decide qué absorbe ni cuánto— en un proceso activo. Y hacer que este proceso activo sea el modo de funcionamiento habitual de la atención.
En el nivel más básico, ser conscientes del inicio de los procesos de pensamiento y de la importancia de prestar mucha atención a este inicio. Si uno se fija en el nacimiento de sus impresiones sabrá de dónde proceden y, tarde o temprano, acabará por atrapar a su mente antes de que se precipite a emitir un juicio (con independencia de que pueda ser acertado o no). Esto te permitirá confiar mucho más en tus impresiones.
Hemos de dar nada por sentado nada, ni una sola impresión. No dejar que ningún estímulo que pueda atraer tu mirada te dicte si algo va a entrar o no en tu mente y cómo se activarán sus contenidos. Siempre estar activo y alerta para que nada se cuele inadvertidamente en tu espacio mental. Es verdad que una atención tan constante puede ser agotadora, pero el esfuerzo puede valer mucho la pena en situaciones importantes y, con el tiempo, veremos que es cada vez menor.

En esencia, lo único que hace falta es que nos hagamos las mismas preguntas. ¿Hay algo superfluo en esto y que influya en mi percepción? (Casi siempre, la respuesta será sí.) De ser así, ¿cómo adapto mi percepción en consecuencia? ¿Qué ha influido en mi primera impresión? ¿Y hasta qué punto esa primera impresión ha influido en otras?

No se trata de no ser vulnerable a estas influencias, pero si ser muy conscientes de su poder. Debemos tener siempre presente que una impresión solo es una impresión.
Reflexionemos unos instantes sobre lo que la ha causado y lo que puede significar para nuestros objetivos. La atención actuará siguiendo ciertos hábitos tanto si queremos como si no. Eso no lo podemos cambiar. Pero lo que podemos cambiar es si damos por válido esa percepción inicial o si lo examinamos más a fondo. En otras palabras, seamos escépticos con nuestra percepción y con nosotros mismos.

Observemos activamente, más allá de la pasividad que nos es tan natural.

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sábado, 16 de enero de 2021

Transformación

Ha llegado el momento de aceptar el destino que es inevitable eludir. Son tiempos convulsos, en los que estamos haciendo el intento de vivir de una manera diferente, contra la cual nos revelamos en muchos casos, sin tener en consideración la necesidad que nos ha debido traer hasta aquí y de lo cual parece ser, no hemos sido conscientes. Aunque mirando el desarrollo del ser humano, la consciencia, o el darse cuenta, sobre nuestro destino, sobre nuestra realidad y sobre nuestro caminar en esta vida, parece ser lo único de lo cual seguimos careciendo. Me refiero al hecho de ser consicentes, de darnos cuenta, de estar despiertos. Parecemos estar inmersos en un sueño hipnótico del cual seguimos sin despertar.

La luz es nuestra realidad, pero ¿qué luz es esa? Es un asunto del cual se ha hablado, y se sigue hablando, tanto que ya está gastado y del cual estamos cansados. No obstante, la luz es nuestra realidad. Ahora se nos ofrece una oportunidad, los momentos que estamos viviendo son históricos y ¿qué estamos haciendo al respecto? Muchos quieren volver a lo que "teníamos antes", son críticos y se quejan, por no decir que son deprimentes en cuanto alegan el desastre que estamos viviendo en el mundo, sin comprender que hemos sido nosotros mismos, cada uno de nosotros quienes hemos participado y hemos creado esta situación, y en lugar de darnos la oportunidad de observar y felicitarnos por todas las cosas maravillosas que están sucediendo a nuestro alrededor, en cuanto al despertar individual y colectivo de nuestra especie humana; lo único que queremos en la mayoría de los casos es volver a las miserias y a la vida que "disfrutábamos" antes de vivir este momento histórico en la vida de la humanidad.

El cambio tiene que venir desde fuera de nosotros, ya que por nosotros mismos, en la mayoría de los casos, no se produce un cambio significativo. Ahora tenemos la oportunidad, ya que se ha dado este acontecimiento único e histórico, de continuar el camino y manifestar el mundo que quieres hacer realidad. El momento es ahora, pero la lucha es incesante, has de hacer algo, bueno en realidad mucho, para volver, para iniciar, continuar en algunos casos, el camino de vuelta a casa. Sigue la luz, muere a lo viejo, a la realidad que ya no te sirve y renace a la nueva percepción que la vida y la historia te está poniendo al alcance de tu mano, de tu conciencia... Hazlo realidad y conviértete en tu verdad.

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domingo, 10 de enero de 2021

Voluntad

Voluntad es una entidad. Tendemos a pensar que la voluntad es una fuerza, aunque la realidad es un tanto diferente y quizá se confundan pues la personalidad de un guerrero ha de estar imbuida de una gran fuerza, un gran poder, para controlar la voluntad.
Voluntad es un aliado que encontramos dentro de nuestra esfera luminosa. Debido a la manipulación mental, el orden social y la educación temprana, el ser humano no tiene voluntad, sino que es dominado y dirigido por la voluntad de la cualidad de la época en la que esté viviendo.

Un guerrero aprende a alinearse con la voluntad que le pertenece por derecho mediante el acecho a sus propias debilidades. Para ello ha de tener un objetivo claro y bien definido de querer trascender los límites de su propia conciencia para ir poco a poco adentrándose en los confines de lo desconocido.
Los vicios y debilidades del hombre corriente impiden a un guerrero acceder al poder que es su derecho reclamar, el cual le da acceso a niveles más profundos y libres de su conciencia individual, que a su vez alimenta la conciencia universal.

Voluntad se percibe en el cuerpo físico de un guerrero de una manera especial. Es una especie de jalón, de tirón, que se siente en la parte media del cuerpo, en la región umbilical.
Al observar detenidamente la sencación, el guerrero se da cuenta que ese jalón viene de algo que parece ser externo a él, y se siente así porque voluntad arrastra al guerrero hacia la parte más externa de su esfera luminosa hasta llegar a abarcar, algún día, la totalidad de sí mismo.

Un guerrero aprende a relacionarse con Voluntad en términos de aliado, dejándose asesorar, dejándose llevar, por esa entidad que forma parte de nuestra totalidad pero que debido a nuestro condicionamiento social ha sido apartada a los límites de la esera luminosa del guerrero. Una vez que un guerrero adquiere la confianza para dejarse llevar por Voluntad a visitar los espacios inexprorados de su totalidad, un munod nuevo de posibilidades se muestran ante la percepción de ese guerrero y su vida aquiere un sentido y un significado jamás imaginados.

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sábado, 9 de enero de 2021

Despertar

Un buen día te das cuenta y sucede... Ocurre en un momento, cualquier momento. Despertar es un proceso que ocurre en un instante y se queda contigo para siempre, aunque debes seguir vigilante y acechar esa sensación, por elusiva, y hacerla crecer hasta que dirija completamente tu vida.

Despertar es una manera de vivir, es una forma de vida. Es verte en el mundo con ojos nuevos. Es un darse cuenta de que tus acciones, tus gestos, tus pensamientos y tus sentimientos han dado un giro completo y comprendes que has estado dormido durante toda tu vida, porque la manera de entender tu vida, así como el mundo que te rodea como nunca hasta ahora lo habías sentido.

El proceso de despertar consciente comienza con un primer paso: el deseo. El gesto es la observación y el acecho. ¿Cómo hacerlo? Empieza por cambiar tu manera de ver las cosas. Entiende que tu cerebro es el centro del movimiento de tu cuerpo y estar consciente de esta realidad, te abrirá a nuevas posibilidades. Empieza por observar con tu cerebro cómo se mueve, y por qué, tu cuerpo. Existe un despertar espontáneo que no es de interés para el caso que nos ocupa aquí.

Despertar es el comienzo del fin del miedo. Despertar no ocurre una vez y ya está. Es un proceso que se manifiesta en un momento determinado en la vida de cualquier persona y, dependiendo de cada persona, continúa o desaparece. Es una carrera de fondo que no tiene final, de hecho estamos aquí, viviendo esta realidad en este mundo, como parte del proceso de despertar.

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viernes, 24 de abril de 2020

Las Batallas del Nagual

Perder la forma humana significa entrar en un estado de desprendimiento, de desapego, pero que no llega poco a poco, como un conocimiento o un "darse cuenta" de la importancia de perder ese apego, sino que llega de golpe. Un día sin previo aviso llega en que se pierde la forma humana y al día siguiente uno está envuelto en un sentimiento desconocido, inexplicable. Un momento en que el guerrero siente que no tiene más apego, que el mundo no tiene la fuerza ni el valor coercitivo que había tenido hasta ese momento. En el Camino del Guerrero, el mundo nos obliga a actuar de cierta manera, en ese sentido son importantes y de una sofisticación extraordinaria las conclusiones a las que se llega: "el mundo es una percepción y nosotros somos los que lo perciben", y de nosotros depende que le demos significado de uno o de otro modo. Debemos entender que el mundo es una percepción y como tal es posible actuar sobre él y cambiarlo, al cambiar la interpretación de esas percepciones y lograr el cambio de una manera sutil y al mismo tiempo dramática. También cambia el significado del mundo; éste deja de ser fijo, estéril, interminable, incompleto, tal y como lo percibimos normalmente. Un guerrero abarca todo eso y lo lleva a su punto culminante. "Perder la forma humana" es un cambio somático al nivel del campo de energía y no significa simplemente una transformación espiritual.


El hombre como campo de energía se transforma mediante la presión que el entrenamiento como guerrero le somete. Llega un momento en que esa presión es tan fuerte que impulsa el cambio orgánico, entonces el cambio es total, y no es que uno se esté reprimiendo, uno se libera. No se trata desesperadamente, por ejemplo, de no enojarse o de ser desprendido. Es el no tener interés, se extinguió el interés y, ¿cómo me relaciono con el mundo? Lo que es importante en un guerrero es que ya no tiene ningún vínculo que le ate al mundo como persona, y el único modo de entablar este puente con el mundo es a través de un personaje, como un actor, que no tiene historia personal.

Los chamanes del antigüo México aseguran que, según la tradición Tolteca, se puede trascender el sentido biológico de la muerte, es decir un hombre puede liberarse de la compulsión de morir y puede morir de una manera diferente, ellos lo llaman la "búsqueda de la libertad" que es un ciclo extraordinario que no tiene nada que ver con las unidades perceptivas de nuestro mundo cotidiano.
La muerte es el "mundo" de referencia de un guerrero. El Guerrero debe referirse constantemente a ese final inevitable y solo cuando toma a la muerte como punto de referencia, sin morbidez y sin sentirse abatido u ofendido, se puede en realidad superar la mezquindad natural de la vida. El hombre ordinario vive como si fuera inmortal, sin dar cuenta de sus actos a nadie, como si fuera eterno, dándose el lujo de perder el tiempo y andarse en idioteces. Tener a la muerte como punto de referencia es una manera mucho más interesante de enfocar la vida que vivirla aterrados por la muerte y sin embargo desperdiciarla. Es una manera espantosa de no darse cuenta de lo que se hace.
Hay dos actitudes frente a la muerte. La primera es tener una idea mórbida, rendirle culto. La otra es la represión: no pensar más en ella y tratar de olvidar a toda costa que un día vamos a morir.

La tradición tolteca, considera que la muerte es un punto de disolución, una referencia a todo lo que hacemos. Un guerrero quiere trascender la muerte y cambiarla. Sabe que va a morir, que se va a extinguir inevitablemente; pero adopta la opción de cambiar la finalidad de la muerte y la transformar conscientemente en algo diferente, sin dejar su cuerpo. Quizá esto puede parecer una idea absurda, imposible concebir lógicamente como occidentales que la intención de trascender la muerte tenga validez. Para el hombre corriente no dejar el cuerpo es absurdo y, sin embargo, eso es lo que un guerrero quiere para él y para su grupo. Ser capaces de trascender la inevitabilidad de la muerte mientras la fuerza viviente se escapa del cuerpo. Los chamanes de la tradición tolteca consideran que la fuerza viviente tiene la suficiente capacidad como para transformar al cuerpo en energía pura, lo opuesto a lo que le pasa al hombre del mundo cotidiano, que deja que la fuerza viviente se escape del cuerpo y que éste se extinga como un organismo muerto. Esas son las batallas del Nagual: la búsqueda de la libertad y la transformación del cuerpo en energía pura.

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miércoles, 22 de abril de 2020

Experiencia Corporal del Guerrero

Se no escapa el hecho de que la experiencia es un fenómeno corporal. La información o los datos no se convierten en saber mientras no se relacionen con la experiencia. Solo se experimenta lo que tiene lugar en el cuerpo. La experiencia puede ser vívida o débil según el grado de vitalidad del cuerpo. Cuando lo que ocurre en el mundo exterior afecta al cuerpo, el guerrero lo experimenta, pero la experiencia que en realidad le llega es su efecto en el cuerpo.

El conocimiento se convierte en entendimiento cuando va asociado con el sentimiento. Solo una comprensión profunda, cargada de un valor emocional fuerte, es capaz de modificar los patrones estructurados de la conducta. La mente ejerce una función directiva sobre el cuerpo. Un guerrero puede a través de su mente dirigir la atención a diferentes partes de su cuerpo, hacia adentro o hacia afuera, también hacia su propio cuerpo o hacia los objetos externos. La energía se enfoca, de hecho, sobre uno mismo o se proyecta sobre el mundo exterior. Un geurrero puede variar la concentración entre estos dos puntos con facilidad y rapidez, de forma que al mismo tiempo es consciente de su cuerpo y del medio que lo rodea. Se da cuenta de lo que le está ocurriendo y, al mismo tiempo, de lo que está pasando a los demás. Pero no todos tienen esta capacidad. Algunos piensan demasiado en sí mismos y desarrollan una conciencia confusa. Otros, en cambio, se fijan tanto en lo que está ocurriendo en torno suyo, que pierden la conciencia de sí mismos.

Darse cuenta del propio cuerpo es la manera que un guerrero tiene para saber quién es, es decir, de conocer su propia mente. De esta manera la mente funciona como un órgano perceptivo y reflexivo, que siente y define el propio estado de ánimo, los sentimientos y deseos propios, etc. Conocer la propia mente es saber lo que se quiere y lo que se siente.

Cuando el guerrero no puede decidirse o tomar una determinación, es que tiene conciencia de dos sentimientos opuestos igualmente fuertes. En estos casos, la decisión es imposible casi siempre, hasta que un sentimiento se imponga al otro. Cuando la mente está abrumada de sentimientos que no puede aceptar y el guerrero no se atreve a concentrarse sobre ellos, éste se separa y disocia su percepción consciente del cuerpo. De este modo, queda despersonalizado y actúa sin control, abandonando todo intento de recuperar el propio dominio.

El hombre ordinario reprime muchas veces sus miedos porque los considera amenazantes, su ira porque es demasiado peligrosa y su desesperación porque ejerce una influencia demasiado desalentadora. También reprime su conciencia de dolor, como cuando ha experimentado un desengaño, porque no pueden tolerar tal sufrimiento. La represión del sentimiento disminuye la exaltación del cuerpo y la capacidad de la mente para concentrarse. Es la causa principal de la pérdida de su poder. La mayor parte de las veces su mente está preocupada por la necesidad de conservar su control a expensas de sentirse más vivo.

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