Algunas imágenes de este Blog, han sido sacadas de Internet.
Si alguien tiene derechos y quiere que no salgan en este espacio,
nos lo hacen saber y serán retiradas inmediatamente.

Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

¡Ponte en Contacto hoy mismo para Informarte sin compromiso!


CENTRO FÉNIX DE NATUROPATÍA

México - Tels. 229 115 66 26 - 229 913 80 88

España - Tels. 680 53 75 56 - 965 78 63 38


martes, 10 de agosto de 2021

Acechando la Atención

"Estoy aquí y ahora”

Esta declaración es, en sí misma, prueba de un reconocimiento genuino de la necesidad real. Y como estoy aquí ahora, no quiero evitar preguntarme sobre la naturaleza de mi interés: ¿de dónde viene mi interés? ¿A dónde va? ¿Qué tan lejos llega? ¿Qué abarca? ¿Cuánto dura? Estas preguntas han de estar presentes todo el tiempo y, al tratar de observarme, lo que veré es la incapacidad para tener una intención y la fragilidad de la atención a la que vuelvo. Lo que sea que enfrente traerá la evidencia de cuán débil, fugaz e insignificante es mi interés.

También puedo darme cuenta de que en muchas partes de mi ser no estoy realmente interesado. Realmente no importa ser consciente de uno mismo, y sea cual sea la idea que intentas, ver que ni siquiera estás dándote cuenta en tu mayor parte de esta necesidad tuya. Así que a veces has de tratar de abrirte un poquito para intentar ver la necesidad de darte cuenta de ti mismo, por tu propia experiencia: ¿por qué esta falta de darse cuenta? - y de sufrir el hecho de que no ser conscientes de la necesidad real. Esto nos lleva a darnos cuenta de que la atención está muy restringida. El sentimiento de este fantástico poder de atención es muy pobre.

La atención es el poder más grande del mundo. Y es muy ambigua: la atención es la clave tanto para la conciencia como para la identidad. Así que hay que observar para vislumbrar y poder estar seguro por uno mismo en qué dirección se está usando el interés en lo que sea que ves en relación con uno mismo. La atención crea el poder de la relación. Te relacionas con el mundo, con los demás, con el trabajo y con tus expresiones, a través de la atención. Te relacionas contigo mismo a través de la atención.
Estamos aquí para tratar de familiarizarnos con este poder, y para tratar de conocerlo mejor y relacionarnos con él en tantos aspectos como sea posible. El primer paso es relacionarse con el lugar donde estés; para hacer el intento de ubicar tu esencia en la relación espacio-tiempo; para relacionarte con la experiencia del cuerpo.

¿Puedes percibir la presencia de tal poder de atención en lo que respecta a tu cuerpo?
Hoy tal vez puedas hacer el intento de poner el esfuerzo en esto: no se trata de adivinar, sino de experimentar realmente cuánto de uno mismo está involucrado en esta relación, estar interesado y comprometido en darse cuenta de la propia presencia en el cuerpo y acechar lo que sucede allí: lo que crece, lo que se evoca.

¿Cómo liberarse de los juicios instantáneos y de la dispersión de la atención? ¿Cómo conseguir disociar la mente de las influencias que recibe del entorno en cualquier momento dado? La clave reside en la conciencia, en la presencia. Consiste en convertir la etapa pasiva de absorber información como una esponja —en el sentido de que la esponja no decide qué absorbe ni cuánto— en un proceso activo. Y hacer que este proceso activo sea el modo de funcionamiento habitual de la atención.
En el nivel más básico, ser conscientes del inicio de los procesos de pensamiento y de la importancia de prestar mucha atención a este inicio. Si uno se fija en el nacimiento de sus impresiones sabrá de dónde proceden y, tarde o temprano, acabará por atrapar a su mente antes de que se precipite a emitir un juicio (con independencia de que pueda ser acertado o no). Esto te permitirá confiar mucho más en tus impresiones.
Hemos de dar nada por sentado nada, ni una sola impresión. No dejar que ningún estímulo que pueda atraer tu mirada te dicte si algo va a entrar o no en tu mente y cómo se activarán sus contenidos. Siempre estar activo y alerta para que nada se cuele inadvertidamente en tu espacio mental. Es verdad que una atención tan constante puede ser agotadora, pero el esfuerzo puede valer mucho la pena en situaciones importantes y, con el tiempo, veremos que es cada vez menor.

En esencia, lo único que hace falta es que nos hagamos las mismas preguntas. ¿Hay algo superfluo en esto y que influya en mi percepción? (Casi siempre, la respuesta será sí.) De ser así, ¿cómo adapto mi percepción en consecuencia? ¿Qué ha influido en mi primera impresión? ¿Y hasta qué punto esa primera impresión ha influido en otras?

No se trata de no ser vulnerable a estas influencias, pero si ser muy conscientes de su poder. Debemos tener siempre presente que una impresión solo es una impresión.
Reflexionemos unos instantes sobre lo que la ha causado y lo que puede significar para nuestros objetivos. La atención actuará siguiendo ciertos hábitos tanto si queremos como si no. Eso no lo podemos cambiar. Pero lo que podemos cambiar es si damos por válido esa percepción inicial o si lo examinamos más a fondo. En otras palabras, seamos escépticos con nuestra percepción y con nosotros mismos.

Observemos activamente, más allá de la pasividad que nos es tan natural.

No hay comentarios: