Si tomamos el tiempo como un círculo, en éste caso, lo que en una parte del círculo es pasado, ya dentro de poco será futuro, y el futuro otra vez dando vuelta por el círculo, ya será pasado.
El pasado está siempre conectado con lo enredado, envuelto, pesado, con lo conservador, con lo regresivo.
Ahí está mi historia personal, en el pasado. Entonces en el momento que entro al presente realmente, puedo trabajar en el presente sobre el pasado. Trabajar en el presente sobre el pasado, sobre mi historia personal, deshacer causas, deshacer cosas indeseables, cosas falsamente cristalizadas, cosas prematuramente petrificadas... Esto lo puedo hacer solamente cuando estoy presente frente a mi pasado. Estoy en el presente y estoy presente... Si no, no tengo poder sobre esto.
En el momento que estoy presente, tengo sobre mi pasado un poder exento, un poder que puede deshacer causas.
Mi historia personal también se proyecta al futuro, por eso mi futuro es como el pasado. En el futuro tenemos normalmente la fuerza activa, al futuro me lanzo con entusiasmo, con identificación, con esperanza, con ímpetu, con muchas cosas. Pero no es real tampoco: lo real es el Presente. En el presente escapo por un momento al tiempo; en el momento que estoy antes del momento que para mí es el futuro, tengo posibilidad de entrar en la línea vertical sobre el tiempo y la eternidad. La línea es vertical.
La línea del tiempo también se mueve en una forma lineal, uno después del otro. En esos momentos uno no ve el mundo esféricamente, como por ejemplo una onda sonora que en realidad se expande como una esfera, se ve siempre linealmente, y así ve también su vida.
Entonces cuando estamos en el presente y realmente estamos con el cuerpo, el cuerpo en ese momento no lo tiene a uno, sino que es un instrumento vibrante que puede ayudarnos a oscilar con otra energía. Y la mente está en ese momento, libre de la ley del flujo de las asociaciones, y esto es muy importante porque las asociaciones nos arrastran constantemente hacia el pasado y hacia el futuro...
Este flujo nunca para, sigue hasta en la noche, a pesar de que en el sueño, ya no existe la noción del tiempo, y entonces una cosa que se extiende en el tiempo, sobre años, se puede soñar en un momento, estando desajustado de nuestras funciones.
Cuando estamos en la línea vertical, a la que se le ha dado en llamar el Eterno Ahora, se puede cruzar la línea del tiempo en cualquier momento, entonces podemos estar presentes en cualquier momento. No es una cosa estática. Y nuestra emoción puede sentir en ese momento algo de la eternidad: estamos vivos, sentimos gratitud y sentimos alegría de vivir. En ese momento que nos sentimos vivos, nuestra emoción no está cargada necesariamente de la historia personal, el pasado, ni la expectativa del futuro, no esperamos nada en ese momento, sino que simplemente se es.
En realidad es un estado de abstracción relámpago, comparado con el estado que lentamente se produce en la meditación y que es análogo, pero ahí es generado lentamente, mientras que aquí es generado espontáneamente, porque uno de los elementos del conocimiento es que debe ser espontáneo.
¡Aquí! ¡Ahora! Son las mejores palabras. El viejo "hic et nunc" de los alquimistas. Esta espontaneidad la tenemos todos. Hay una potencialidad en el Conocimiento, que puede ser parcial o puede ser total... Lo ideal sería que estuviéramos presentes trascendiendo todas nuestras funciones para realmente realizarnos o morar por un momento o varios momentos, en el Eterno Ahora. Para conseguirlo hemos de ser permeables con la historia personal, los bloqueos, la sexualidad, las represiones, ya que todo eso nos hace muy impenetrables, muy opacos, estando constantemente con nuestra importancia personal a la defensiva, mirando a todo el mundo para quedar bien, defendiendo nuestra imagen, o nos retiramos ensimismados en nosotros mismos, ya que no hay una permeabilidad que permita una participación.
Para alcanzar el Conocimiento, hay que hacerse más permeable, más osmótico, menos viscoso... Ese es el esfuerzo de cada uno. Los momentos intermitentes de Conocimiento pueden llevarnos más hacia el momento de recordarnos a nosotros mismos.
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