Una nueva forma de mantenerte en forma, tonificar, mejorar tu bienestar, calmar tu mente y elevar tu espíritu.
La Tensegridad puede hace todo esto y donde podrás apreciar las mejoras es en ti mismo y en poco tiempo te ayudará a estar en forma y a eliminar el estrés.
¿Cuáles son los beneficios?
Brinda equilibrio a la masa muscular, modela el cuerpo, y mejora el aspecto de la piel porque se eliminan muchas toxinas a través del sudor. Se aconseja su práctica suave a personas con enfermedades como la artritis o diabetes.
Los conflictos emocionales pueden reflejarse en el cuerpo, a través de trastornos de la musculatura y las articulaciones, el miedo, la depresión o la angustia pueden dar lugar a dolencias como lumbalgia, migrañas. Su práctica regular brinda más vigor y elasticidad, equilibrio del sistema hormonal, activación del sistema inmunológico.
Se logra una mayor conciencia corporal, y de la interrelación entre el cuerpo, la mente y el corazón y alivio de dolores debidos a diferentes lesiones. Es muy efectivo para combatir el estrés, levanta el ánimo y aviva nuestra autoestima, ayudándonos a ver con más claridad nuestros objetivos en la vida.
Las clases suelen durar una hora y media y se recomienda asistir un mínimo de una vez por semana.
El objetivo es tomar conciencia de la respiración y del propio cuerpo. A través de los movimientos, lograrás sentir cada músculo, cada órgano. Estirar, flexionar, tensionar y relajar para estar en el presente, siendo consciente de lo que está pasando aquí y ahora.
Fortalece el cuerpo, aumenta la elasticidad de los músculos y estimula la circulación, equilibra las glándulas endocrinas, el pulso cardíaco se vuelve más lento, la respiración se estabiliza y la presión sanguínea desciende.
Desde el punto de vista psicológico, desarrolla el dominio emocional, relaja la mente y reduce el estrés.
Realizar una sesión de 90 minutos por semana
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