Los pases mágicos de la Tensegridad se ajustan al criterio de la eficacia máxima. Dicho de otra manera, cada pase mágico es el ingrediente imprescindible de una fórmula. Se trata de la reproducción del modo en que originalmente se empleaban las series largas de pases mágicos y cada una era suficiente para producir la máxima liberación de energía redistribuible.
Para ejecutar los movimientos con el máximo de eficacia es necesario tomar en consideración determinadas cuestiones.
Los pies han de estar separados a una distancia equivalente al ancho de los hombros. Es la forma equilibrada de repartir el peso del cuerpo. Si las piernas están demasiado separadas, el equilibrio se resiente. Pasa otro tanto si están demasiado juntas.
Las puntas de los pies quedan alineadas en paralelo y la distancia que los separa es aproximadamente la del ancho de los hombros.
Otra cuestión a considerar en lo que se refiere a las rodillas ligeramente dobladas radica en que cuando las piernas avanzan con movimiento de patada, las rodillas no se sacuden. La tensión de los músculos de los muslos debe mover toda la pierna. De esta forma los tendones de las rodillas no se lesionan.
Se trata de algo muy difícil. La mayoría de las personas aprenden fácilmente a tensar los músculos anteriores de los muslos, mientras que los posteriores permanecen flácidos.
Según los chamanes, el lugar del cuerpo donde se acumula la historia personal es en los músculos posteriores de los muslos, los sentimientos se aposentan allí y se estancan. Ellos afirman que la dificultad para modificar las pautas de comportamiento podría atribuirse fácilmente a la flacidez de los músculos posteriores de los muslos.
Cuando se realizan los pases mágicos,
Los chamanes consideran el pulgar como un elemento decisivo en lo referente a la energía y el funcionamiento. Creían que en la base del pulgar existen puntos en los que la energía se estanca, puntos capaces de regular el flujo de energía del cuerpo. Para evitar tensiones innecesarias o lesiones debidas a la sacudida enérgica de las manos adoptaron la medida de apoyar los pulgares en el filo interior.
La palma plana se utiliza para contrarrestar la tendencia creada por la socialización, a ofrecer la mano ahuecada.
La tensión de los tendones ejerce presión en las muñecas y en los antebrazos, zonas que, según los chamanes del antiguo México, eran decisivas para favorecer la salud y el bienestar.
La inclinación debe realizarse poco a poco porque la muñeca suele estar rígida y es importante que adquiera la flexibilidad necesaria para girar el dorso de la mano hasta que alcance el máximo ángulo con respecto al antebrazo.
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