Es una creencia de los chamanes que nuestra energía básica no puede sufrir disminución ni aumento; sólo puede ser trasladada de una zona a otra. Uno de los logros más notables de los chamanes que vivieron en México en tiempos antiguos fue el haber creado métodos para remover la anergía acumulada en la periferia de la esfera luminosa. Esta afirmación, examinada a la luz de nuestra lógica o de la racionalidad de la vida cotidiana, no tiene sentido, pero si lo tenía para los chamanes en cuestión. Ellos afirmaban que al abrirse a la influencia de la energía de las estrellas, creaban una condición por la cual las fuerzas externas podían influenciarlos. Las fuerzas externas no aumentaban en medida alguna su energía, pero esas mismas fuerzas externas ejercían una presión determinada en la periferia de sus esferas luminosas, presión que producía el efecto de agitar al máximo su energía dispersa e incrustada, a través de años, en dicha periferia. Aquellos chamanes preparaban así su energía para su manipulación. Apuntalar el cuerpo para que resista los efectos de esta nueva distribución de energía es algo se suma importancia para los chamanes; de aquí el valor de este pase mágico, que logra este fin.
Descripción del Movimiento
Este movimiento comienza mirando hacia abajo como si se estuviera en la cumbre de un promontorio mirando un punto en el suelo, entre los pies, muchos pisos más abajo. Las manos permancen a los costados del cuerpo. Los ojos comienzan a traer hacia arriba un terrón invisible de energía,quizá del tamaño de una pelota de tenis. Se le levanta hasta el pecho, a la altura del mentón sobre el pecho. La cabeza, con un movimiento hacia afuera, sostiene la bola invisible de energía en esa posición sobre el pecho. En seguida el mentón se levanta, la eleva hasta la altura de los ojos y los ojos la empujan al cenit cuando la cabeza se mueve hacia atrás.
Una vez que la bola de energía se halla en el cenit, los brazos, con un movimiento cortante, proceden a efectuar una abertura en la bóveda celeste sobre la cabeza. El brazo izquierdo efectúa un movimiento en el cual el canto de la mano, como un cuchillo, corta la abertura. Al mismo tiempo, la mano derecha efectúa un movimiento fuerte hacia abajo para ayudar a crear esta fuerza tajante. A continuación, baja la mano izquierda a medida que la mano derecha sube para producir el mismo efecto cortante. En seguida sube la mano izquierda y ambas manos atraviesan la rajadura en la energía. Luego la mano derecha se retrae mientras la mano izquierda se mueve hacia adelante con un movimiento circular, impulsada por la torción del torso. Esto se completa con el movimiento de la mano derecha hacia adelante y de la mano izquierda hacia atrás. De este modo se abre una compuerta en la bóveda energética.
Se baja la tapa de esa compuerta que termina descansando sobre el pecho. Entonces la bola de energía, impulsada por los ojos, sale disparada a través de la abertura hacia el infinito. Se cuenta hasta tres para que la bola llegue a su destino, y se cuentan otros tres segundos más para que vuelva y aterrice con un impacto en la parte posterior del cuello. Se hace una inhalación al levantar los hombros y una exhalación al bajarlos.
1 comentario:
Los pases mágicos, no sólo se llaman pases mágicos, ¡son mágicos! Porque producen un efecto que no puede explicarse de forma ordinaria. Estos movimientos no son ejercicios físicos o meras posturas del cuerpo; son verdaderas tentativas para alcanzar un estado óptimo de ser. El intento de miles de chamanes se extiende a través de estos movimientos. Su ejecución, aun de manera casual, hace que la mente se detenga.
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