Los nueve pases mágicos del tercer grupo se utilizan para trasladar a los tres centros de vitalidad, situados alrededor del hígado, el páncreas y los riñones, la energía específica agitada por los pases mágicos del grupo anterior. Los pases mágicos del tercer grupo deben practicarse despacio y con gran determinación. Los chamanes aconsejan que, al ejecutar estos pases, se adopte un estado de ánimo de silencio absoluto y de intento inquebrantable a fin de acumular la energía necesaria para intentar.
Todos los pases mágicos del tercer grupo comienzan por una rápida sacudida de las manos, situadas a los lados del cuerpo, mientras los brazos cuelgan en posición normal. Las manos se agitan como si, presas de un temblor, los dedos vibraran hacia abajo. Los chamanes consideran que la vibración de estas características es el modo de agitar la energía de las caderas y de estimular diminutos centros de energía situados en los dorsos de las manos y las muñecas, puntos donde la energía pude estancarse.
El efecto general de los tres primeros pases mágicos de este grupo es de vitalidad y bienestar globales, ya que la energía se traslada a los tres centros de vitalidad más importantes de la parte inferior del cuerpo.
Se da un pequeño salto hacia delante con la pierna izquierda, impulsada por la derecha.
El tronco se inclina marcadamente y se estira el brazo izquierdo para aferrar algo que casi se encuentra en el suelo.
La pierna izquierda se pone en posición de pie y con la palma izquierda se roza inmediatamente el centro energético vital de la izquierda: el páncreas y el bazo.
Se repite el mismo movimiento con la pierna y el brazo derechos rozando con la palma de la mano el centro vital de la derecha: el hígado y la vesícula biliar.
2. Transportar la energía delantera hasta las glándulas suprarrenales
Se respira hondo mientras se sacuden las manos.
Se extiende enérgicamente el brazo izquierdo por delante del cuerpo, a la altura de los hombros, con la palma mirando a la izquierda, mientras se exhala.
Después se inicia una lenta inhalación mientras la muñeca gira de izquierda a derecha y traza un círculo completo, como si recogiera una pelota sólida. La inhalación continúa mientras la muñeca vuelve a girar y recupera la posición inicial, con la palma mirando a la izquierda.
El brazo izquierdo traza un semicírculo a la altura del hombro, como si acarreara la pelota; el movimiento termina cuando el dorso de la mano con la muñeca curvada se apoya en el riñón izquierdo.
Es importante que la inhalación dure lo mismo que el balanceo del brazo desde la parte anterior hasta la parte posterior del cuerpo.
A medida que se ejecuta el balanceo, el brazo derecho traza un movimiento circular por delante del cuerpo, movimiento que termina cuando el dorso de la mano con la muñeca curvada toca la zona situada encima del pubis.
Se tuerce la cabeza a la izquierda para mirar hacia atrás. A continuación, la mano izquierda, la que sostiene la pelota, gira hasta que la palma mira hacia el cuerpo y golpea con la pelota el riñón y la glándula suprarrenal del lado izquierdo. La palma frota suavemente la zona mientras se exhala.
Se ejecuta el mismo movimiento cambiando de brazos y girando la cabeza hacia la derecha.
3. Recoger energía de la izquierda y la derecha
Se respira hondo mientras los brazos se desplazan a los lados del cuerpo y se elevan, con las manos curvadas hacia dentro, rozando el torso hasta llegar a las axilas.
Se extienden los brazos a los lados, con las palmas hacia el suelo, exhalando vigorosamente.
Se respira hondo mientras se ahuecan las manos y se giran las muñecas para que las palmas miren hacia arriba, como si se recogiese algo sólido.
Se colocan las manos a la altura de los hombros doblando decididamente los codos mientras se sigue inhalando.
Este movimiento pone en juego los omóplatos y los músculos del cuello. Se mantiene la posición unos segundos, con los brazos lateramente extendidos y se exhala todo el aire.
Las palmas miran hacia delante. Se las ahueca y se giran hacia atrás, como si se recogiera algo sólido. Se vuelven a colocar las manos apenas ahuecadas a la altura de los hombros, repitiendo los movimientos otra vez, hasta un total de tres.
Por último, mientras se exhala se frota delicadamente con las palmas los dos centros vitales del hígado y el páncreas.
4. Romper el círculo de energía
Se traza un círculo desplazando el brazo izquierdo hasta el hombro derecho, llevándolo por la parte delantera del cuerpo hasta la posterior y volviendo a dibujarlo hasta delante de la cara.
El movimiento del brazo izquierdo se coordina con el mismo realizado por el derecho. Se mueven alternativamente los brazos creando un círculo inclinado alrededor de todo el cuerpo. Se da un paso hacia tras a la izquierda con el pie derecho, seguido de un paso a la derecha con el pie izquierdo, como si quisiera uno girar y mirar en la dirección contraria.
Se arquea el brazo izquierdo alrededor de la izquierda del círculo, como si éste fuera un objeto sólido que el brazo aprieta entre la axila y el pecho.
El brazo derecho ejecuta el mismo movimiento por este lado y también traza un círculo como si fuera un objeto sólido. Se respira hondo y se parte el círculo por ambos lados tensando el cuerpo, sobre todo los brazos, que se acerca simultáneamente al pecho.
5. Recoger energía de la parte anterior del cuerpo, por encima de la cabeza
Se respira hondo mientras se agitan las manos. Se cierran los puños, cruzándolos en forma de X, y se levantan los brazos hasta la cara, el izquierdo más cerca de ésta y con el interior de los puños mirando hacia dentro.
Se extienden unos centímetros los brazos hacia delante mientras se giran las muñecas para que las palmas miren hacia abajo. En esta posición el hombro y el omóplato izquierdo se extienden hacia delante y comienza la exhalación. El hombro izquierdo retrocede cuando avanza el derecho. Se elevan los brazos cruzados por encima de la cabeza y se concluye la exhalación.
Se inhala lenta y profundamente mientras los brazos cruzados trazan un círculo completo: se desplazan a la derecha por la parte anterior del cuerpo, casi hasta la altura de las rodillas; luego giran a la izquierda y retornan a la posición inicial encima de la cabeza. Se separan vigorosamente los brazos a medida que se inicia una larga exhalación.
A partir de este punto los brazos retroceden tanto como sea posible, sin dejar de expulsar el aire, trazando un círculo que se cierra cuando los puños vuelven a quedar delante, a la altura de los ojos, con las palmas enfrentadas a la cara.
Se cruzan una vez más los brazos. Las muñecas giran una sobre otra al tiempo que se abren las manos y las apoya en el cuerpo, la derecha en la zona del páncreas y el bazo y la izquierda sobre el hígado y la vesícula biliar.
Se inclina el cuerpo desde la cintura formando un ángulo de noventa grados a la vez que la exhalación concluye.
Mientras se exhala, las palmas frotan con suavidad los respectivos centros de vitalidad de la zona anterior del cuerpo.
Este pase mágico cumple dos funciones. En primer lugar, agita energía existente alrededor de los omóplatos y la traslada a un sitio situada sobre la cabeza. A partir de aquí permite que la energía ruede trazando un amplio círculo que roza los bordes de la esfera luminosa. En segundo lugar, mezcla la energía de la izquierda y la derecha, pues la deposita en los dos centros de vitalidad del páncreas y el hígado al apoyar cada mano en el centro contrario.
Este modo de mezclar la energía provoca una sacudida de gran magnitud en los respectivos centros de vitalidad. A medida que los practicantes se vuelven más duchos, la sacudida se agudiza y adquiere la calidad de un filtro de energía, afirmación que resulta incomprensible hasta que se ejecuta este pase. La sensación que produce puede compararse con la de respirar aire mentolado.
6. Agitar y aferrar energía por debajo de las rodillas y por encima de la cabeza
Se inhala mientras se sacuden las manos. Se suben por los lados del cuerpo hasta la cintura, manteniéndolas relajadas. Se doblan las rodillas mientras la mano izquierda desciende con la muñeca girada para que la palma mire hacia fuera, como si se quisiera sujetar un cubo lleno de líquido.
El movimiento se ejecuta al tiempo que con la misma fuerza se levanta la mano derecha por encima de la cabeza y se gira la muñeca para que la palma también mire hacia fuera.
Se inicia una exhalación lenta en cuanto los brazos alcanzan la máxima extensión. Las muñecas recuperan con ímpetu la posición inicial al tiempo que los puños se cierran como si se quisiera aferrar algo sólido. La exhalación prosigue con los puños cerrados a la vez que el brazo derecho desciende y el izquierdo, con mucha lentitud y fuerza, sube hasta la altura de la cintura, como si vadeara un líquido denso.
Se frotan suavemente con las palmas las zonas del hígado y la vesícula biliar y del páncreas y el bazo. Las rodillas se enderezan y concluye la exhalación.
El mismo movimiento se ejecuta cambiando de brazo: el derecho baja a la vez que el izquierdo sube.
La energía para intentar, que en este pase mágico se obtiene por debajo de las rodillas y por encima de la cabeza, también puede restregarse por los riñones.
7. Mezclar energía de la izquierda y de la derecha
Se inhala mientras se sacuden las manos. Se estira diagonalmente el brazo izquierdo hasta el extremo derecho, por encima de la cabeza y alineado con el hombro de este lado, mientras se inicia la exhalación.
Se cierra la mano como si se aferrase un puñado de materia y, tirando de él, se lo situara por encima de la cabeza, alineada con el hombro de ese lado, punto donde termina la exhalación.
La mano sigue cerrada y se inhala con fuerza girando el brazo izquierdo hacia atrás para trazar un círculo completo, que termina con el puño cerrado a la altura de los ojos. Lentamente, pero con mucho ímpetu, el puño desciende al centro vital del páncreas mientras se exhala y la palma de la mano frota con suavidad la zona.
Se repite el mismo movimiento con el brazo derecho que, en lugar de trazar un círculo hacia tras, lo dibuja hacia delante.
Los chamanes creen que la energía de uno y otro lado del cuerpo es distinta. Representan la de la izquierda como ondulatoria y consideran circular la de la derecha.
Este pase mágico se utiliza para aplicar energía circular a la izquierda y energía ondulatoria a la derecha a fin de reforzar los centros de vitalidad del hígado y el páncreas mediante entradas de energía ligeramente distintas.
8. Aferrar energía por encima de la cabeza y trasladarla a dos centros vitales
Desde la oreja, el brazo izquierdo traza dos círculos y luego se estira sobre la cabeza, como si quisiera aferrar algo.
Se respira hondo mientras se ejecuta este movimiento, que concluye cuando la mano se eleva para asir algo situado encima de la cabeza.
Es aconsejable que, mediante una rápida mirada hacia arriba, los ojos seleccionen el blanco. Lo que se elige y se aferra debe bajarse con ímpetu y colocarse sobre el centro vital del páncreas y el bazo. En este punto se exhala.
Se realiza el mismo movimiento con el brazo derecho, colocando la energía sobre el centro que corresponde al hígado y la vesícula biliar.
Según los chamanes, la energía del intento gravita hacia abajo y otro aspecto más enrarecido de la misma energía persiste en la zona de encima de la cabeza. Dicha energía se recoge con este pase mágico.
9. Alcanzar la energía de encima de la cabeza
Se levanta el brazo izquierdo tanto como se pueda, con la mano abierta como si se quisiera aferrar algo. Simultáneamente el cuerpo se impulsa hacia arriba con la pierna derecha.
Cuando el salto alcanza la máxima altura, se gira la mano hacia dentro desde la muñeca formando un gancho con el antebrazo, que desciende y se recoge lentamente pero con ímpetu. La mano izquierda debe frotar enseguida el centro vital del páncreas y el bazo.
El movimiento se ejecuta con el brazo derecho exactamente de la misma manera que con el izquierdo. La mano derecha debe frotar enseguida el centro vital del hígado y la vesícula biliar.
Los chamanes están convencidos de que la energía almacenada en la periferia de la esfera luminosa que somos los seres humanos se agita y se acumula saltando enérgicamente. Este pase mágico ayuda a aliviar los problemas que provoca concentrarse muchas horas en una misma tarea.
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