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Tradicion Tolteca

El Camino del Guerrero Grupos de Práctica

La Tensegridad es un arte: el arte de adaptarse a la propia energía, a la energía de los demás y al entorno que nos rodea de tal manera, que este acto contribuya a la integridad de la totalidad que somos.

Ejecutar los pases mágicos de la Tensegridad individualmente y en grupo es una actividad asidua con el cuerpo, responsable de los numerosos cambios positivos que se producen en la personalidad. Estos cambios van precedidos generalmente de un entendimiento más profundo de uno mismo, tanto en función del pasado como en función del cuerpo.

La Tensegridad tiene como objetivo ayudar al individuo a recuperar las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo; promoviendo dinámicamente la salud y su bienestar.

Cuando la Tensegridad se convierte en una parte natural de nuestra vida, quedamos sorprendidos por la gran cantidad adicional de energía que tenemos para realizar nuestras actividades de cada día.

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jueves, 18 de julio de 2019

Despertar Lo Es Todo

La llave que nos hará dueños de la naturaleza interior se llama: Acechar.
Acechar lo es todo. El hombre está firmemente convencido de que está despierto; pero, en realidad, está preso en una red de sueño y de sueños que ha tejido él mismo. Cuanto más se aprieta la red, mejor impera el sueño. Los que están sujetos por sus defensas son los durmientes que caminan por la vida como rebaños de ganado llevados al matadero, indiferentes y sin pensar.

Los soñadores sólo ven, a través de las redes, un mundo detenido, no perciben más que aberturas engañosas, obran en consecuencia y no saben que estos cuadros son simplemente los restos insensatos de un todo enorme. Estos soñadores no son, como tal vez tú crees, los fantasiosos y los poetas: son los trabajadores, los “sin-paz” del mundo, los que están roídos por la locura de producir. Se parecen a los torpes escarabajos laboriosos que suben a lo largo de un tubo liso para hundirse en él en cuanto han llegado arriba. Dicen que están despiertos, pero lo que creen que es vida no es en realidad más que un sueño, determinado anticipadamente hasta en sus menores detalles y sustraído a la influencia de su voluntad.

Ha habido y hay todavía algunos hombres que sabían que soñaban, pioneros que avanzaron hasta las murallas detrás de las cuales se ocultaba el yo eternamente despierto. Pero que no poseían las armas necesarias para el asalto de la fortaleza, y su llamada a combate no despertó a los durmientes. Despertar lo es todo. El primer paso hacia este fin es tan sencillo que un niño puede darlo. Solo el que tiene el espíritu falseado ha olvidado cómo se anda y permanece paralizado sobre sus dos pies, porque no quiere prescindir de las muletas que ha heredado de sus predecesores.

¡Acecha en todo lo que hagas! No te creas ya despierto, porque tú duermes y solo sueñas que estás despierto.
Reúne todas tus fuerzas y haz por un instante resplandecer en todo tu cuerpo este sentimiento: ¡ahora, estoy despierto!
Si esto te da resultado, reconocerás en seguida que el estado en que te encontrabas te parece ahora un embotamiento y un sueño.

Éste es el primer paso vacilante del largo, larguísimo viaje que conduce de la servidumbre al poder.
Avanza de esta manera, de despertar en despertar.
No existe idea atormentadora que no puedas rechazar de esta manera. Se queda atrás y ya no puede alcanzarte. Te extiendes por encima de ella, como la copa de un árbol se eleva sobre las ramas secas.
El dolor se aleja de ti como las hojas muertas cuando este despertar se apodera igualmente de tu cuerpo.

Tienes que subir uno tras otro los peldaños del despertar, si quieres vencer a la muerte.
En este camino del despertar, el primer enemigo que encontrarás será tu propio cuerpo. Lucharás contigo hasta la llegada de la primera estrella de la mañana. Pero si percibes el día del despertar eterno que te aleja de los sonámbulos que creen ser hombres y que ignoran que son dioses dormidos, entonces el sueño de tu cuerpo desaparecerá también y dominarás el Universo.

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